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viernes, 26 de agosto de 2016
jueves, 25 de agosto de 2016
LA CLAVE PARA SANARSE: DESENTERRAR LA
EMOCIÓN OCULTA
Si una mujer
ha tenido hijos de un hombre del que no estaba enamorada, tal vez una nieta no
pueda quedar embarazada aunque ella y su pareja estén sanos. Si a una persona
le dieron una medicina de manera equivocada y falleció, es posible que algún
descendiente sea alérgico a esa medicación. Con estos ejemplos, el psicólogo
español Enric Corbera, asesor en BioNeuroEmoción (BNE), ilustra de qué manera
la historia familiar y las emociones inducen comportamientos y también la
aparición de enfermedades.
La clave
para curarse, sostiene, es llegar a la emoción oculta que genera el conflicto y
desencadena la enfermedad o la desarmonía. En ese momento, asegura, se produce
la toma de conciencia y con ella, la sanación. Sin embargo, aclara que la BNE
no es una terapia, sino un método de consulta para que la persona pueda
encontrar un equilibrio en su vida. Desde esta mirada, la salud se entiende
como la coherencia entre lo que se siente, lo que se piensa y lo que se hace.
Conciencia para sanar
Corbera ha
sido conocido por muchos a través de sus videos en YouTube y también de sus
publicaciones. En un primer momento se abocó a la Biodescodificación, centrada
en la relación entre los códigos que están en el inconsciente y la Biología,
pero luego viró hacia la BioNeuroEmoción, para vincular Biología, Neurología y
Emociones. Además, parte de una visión cuántica de la vida, según la cual todo
lo que rodea a una persona ha sido atraído por programas inconscientes.
El método
parte de un diagnóstico, ya sea un síntoma físico o un aspecto social (la
persona no logra conservar un trabajo, fracasan sus negocios o no puede formar
una pareja). A partir de eso, se trata de llevar al consultante a la situación
activadora -olores, temperatura, con quién está, cuál es la crisis en ese
momento- que genera que el incidente se repita.
Enric
Corbera explica que, una vez que se identifica esa situación activadora, se
buscan la historia oculta y la emoción reprimida. Pero también se indaga en el
árbol genealógico “dónde está esa información que está resonando en la
persona”, es decir, el antepasado a quien le ocurrió algo similar o vinculado.
Sobre esto, hace hincapié en los secretos familiares, como las violencias o los
embarazos no deseados. De todos modos, aclara que no todos viven las mismas
historias del mismo modo y que detrás de un diagnóstico idéntico puede haber
conflictos muy variables.
Cuando la
persona toma conciencia de la resonancia en su árbol genealógico, del programa
que subyace a su modo de actuar, se sana. Pero Corbera resalta que “tomar
conciencia no es entender”, sino algo así como una “caída de ficha”, lo que
genera una nueva conexión neuronal. Y luego resta la parte fundamental: llevar
a la práctica ese cambio. Se trata en definitiva de cambiar las creencias
irracionales y limitantes que impiden llegar a esa coherencia entre el cerebro
y el corazón, entre “lo que yo pienso, lo que yo siento y lo que yo hago”.
El método
apunta, precisamente, a que las personas entiendan el poder que tienen para
cambiar su propia vida. Pese a eso, lejos de desestimar la medicina
tradicional, indica que en el momento de reparación suele producirse una
agudización del síntoma físico, que hace necesaria la utilización de
medicamentos por un tiempo, hasta que sana.
Estamos todo
el tiempo creando nuestra propia realidad. Lo triste es que no la estamos
creando despiertos, sino dormidos. Estamos proyectando nuestros programas. Y lo
sabemos porque se nos están repitiendo las historias una y otra vez. Sobre este
punto, resalta que el inconsciente regula 95% de la existencia y que la capacidad
de libre albedrío oscila entre 3 y 5%. Como llegan a esa historia que subyace,
sostiene, enseñan a las personas “a cambiar su forma de ver y entender la vida.
Y eso es muy poderos”.
Fuente: http://sabervivirmejor.com/2016/07/22/la-clave-para-sanarse-desenterrar-la-emocion-oculta/
miércoles, 24 de agosto de 2016
martes, 23 de agosto de 2016
CIENTÍFICO DE HARVARD: “UNA MALA PERSONA NO
LLEGA NUNCA A SER BUEN PROFESIONAL”
Howard Gardner
es un prominente neurocientífico estadounidense, psicólogo, profesor de Harvard
y autor de la teoría de las inteligencias múltiples. Ha recibido innumerables
reconocimientos por su trabajo entre ellos el Premio Príncipe de Asturias. Lo
entrevistó el diario La Vanguardia de España sobre sus teorías y sus
concluyentes planteamientos invitan a la reflexión
“Aprender es el único antídoto contra la
vejez y yo lo tomo cada día en Harvard con mis alumnos. Es tonto clasificar a
los humanos en listos y tontos, porque cada uno de nosotros es único e
inclasificable”, sostiene.
¿Por qué cuestiona que la inteligencia es
lo que miden los tests?
Porque yo
soy un científico y hago experimentos y, cuando mido la inteligencia de las
personas, descubro que algunas son muy buenas solucionando problemas pero malas
explicándolos. Y a otras les pasa lo contrario.
¿Y si hay personas diversas es porque
también tiene que haber diversos talentos?
Por eso he
dedicado 400 páginas a describir siete tipos de inteligencia: lingüística,
lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e
intrapersonal.
¿Y por qué no muchas más: la culinaria o la
mística o la teatral o la ecológica?
Porque no
cumplen los requisitos que sí cumplen esas. Y espero acabar demostrando que
además hay una inteligencia naturalista, otra pedagógica y otra existencial
para plantearnos preguntas trascendentes. Pero no más.
Hoy los colegios ya plantean sus programas
según esas inteligencias múltiples.
Y yo no me
dirigía a los pedagogos, pero fueron ellos los primeros que adoptaron mis
teorías.
Tipos de inteligencia
Hay siete
tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial,
cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.
¿Por qué?
Porque
comprobaban cada día en las aulas que las categorías de tonto o listo no cubren
la diversidad del talento humano. Y, por tanto, que los tests de inteligencia
no miden realmente nuestras capacidades, sino sólo la de resolverlos.
Su teoría, además, era cómoda para consolar
a niños con malas notas y a sus papás.
Se abusó de
ella al principio porque no se comprendió bien. En Australia, la administración
la manipuló para explicar que había grupos étnicos que tenían inteligencias
diferentes de otros.
¡Qué peligro!
En ese
punto, empecé también a preguntarme por la ética de la inteligencia y por qué
personas consideradas triunfadoras y geniales en la política, las finanzas, la
ciencia, la medicina u otros campos hacían cosas malas para todos y, a menudo, ni
siquiera buenas para ellas mismas.
Esa ya es una pregunta filosófica.
Pero yo soy
un científico e inicié un experimento en Harvard, el Goodwork Project, para el
que entrevisté a más de 1.200 individuos.
¿Por qué hay excelentes profesionales que
son malas personas?
Descubrimos
que no los hay. En realidad, las malas personas no puedan ser profesionales
excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no
son excelentes.
A mí se me ocurren algunas excepciones...
Lo que hemos
comprobado es que los mejores profesionales son siempre ECE: excelentes,
comprometidos y éticos .
¿No puedes ser excelente como profesional
pero un mal bicho como persona?
No, porque
no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición
o tu avaricia . Si no te comprometes, por tanto, con objetivos que van más allá
de tus necesidades para servir las de todos. Y eso exige ética.
Para hacerte rico, a menudo estorba.
Pero sin
principios éticos puedes llegar a ser rico, sí, o técnicamente bueno, pero no
excelente.
Resulta tranquilizador saberlo.
Hoy no
tanto, porque también hemos descubierto que los jóvenes aceptan la necesidad de
ética, pero no al iniciar la carrera, porque creen que sin dar codazos no
triunfarán. Ven la ética como el lujo de quienes ya han logrado el éxito.
“Señor, hazme casto, pero no ahora”.
Como san
Agustín, en efecto. Otra mirada estrecha lleva a estudiantes y profesionales
comodones a ser lo que consideramos inerciales, es decir, a dejarse llevar por
la inercia social e ir a la universidad, porque es lo que toca tras la
secundaria; y a trabajar, porque es lo que toca tras la universidad..., pero
sin darlo todo nunca.
Sin ilusión, la vida se queda en
obligación.
Y otros son
transaccional es: en clase cumplen lo mínimo y sólo estudian por el título; y
después en su trabajo cumplen lo justo por el sueldo, pero sin interesarse de
verdad limitan su interés y dedicación. Y son mediocres en todo.
¿No descubren algún día de su vida algo que
les interese realmente?
Algunos no,
y es uno de los motivos de las grandes crisis de la madurez, cuando se dan
cuenta de que no hay una segunda juventud. Otra causa es la falta de estudios
humanísticos: Filosofía, Literatura, Historia del Pensamiento...
¡Qué alegría! Alguien las cree
necesarias...
Puedes vivir
sin filosofía, pero peor. En un experimento con ingenieros del MIT descubrimos
que quienes no habían estudiado humanidades, cuando llegaban a los 40 y 50, eran
más propensos a sufrir crisis y depresiones.
¿Por qué?
Porque las
ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote una sensación de control
sobre tu vida en el fondo irreal: sólo te concentras en lo que tiene solución y
en las preguntas con respuesta. Y durante años las hallas. Pero, cuando con la
madurez descubres que en realidad es imposible controlarlo todo, te
desorientas.
¿En qué país influyó más su teoría de las
inteligencias múltiples?
En China
editaron cientos de títulos sobre inteligencias, pero las entendieron a su
modo: querían que su hijo único fuera el mejor en todas.
Pues no se trata exactamente de eso.
Cada
sociedad y persona entiende lo que quiere entender. Cuanto mayor te haces, más
difícil es adaptar tu vida a un descubrimiento y más fácil adaptar el
descubrimiento a lo que ya creías que era la vida. Por eso, voy a clase a
desaprender de mí y aprender de los jóvenes.
Fuente: http://www.panorama.com.ve/cienciaytecnologia/Cientifico-de-Harvard-Una-mala-persona-no-llega-nunca-a-ser-buen-profesional-20160412-0031.html

lunes, 22 de agosto de 2016
domingo, 21 de agosto de 2016
sábado, 20 de agosto de 2016
LA DEPENDENCIA EMOCIONAL: UNA BATALLA QUE
PUEDES VENCER
La
dependencia emocional es algo que muchos padecemos, básicamente ponemos en
juego nuestra felicidad cuando la misma depende de otra persona, y aunque no nos demos cuenta está ahí esa
pequeña molestia en nuestro interior, está ahí y nos está tratando de decir
algo, algo importante, un día abriremos los ojos y reconoceremos que algo no
está bien.
Lo que
tenemos que entender es que todo en la
vida comienza tomando una decisión, muchas serán difíciles otras no tanto, pero
lo que es seguro es que siempre llegará el momento donde debamos tomarla sobre
todo cuando se trata de mejorar nuestra calidad de vida. No es sano depender
emocionalmente de alguien más y sólo cada uno de nosotros tiene el poder para
cambiar el rumbo de nuestro destino, si algo no te gusta ¡cámbialo!
¿Cómo saber si sufro de dependencia
emocional?
- No
planificas nada que no involucre de una u otra forma a la otra persona.
- Los celos
son un problema, no sabes cómo controlar los deseos de que tu pareja, esté o
incluso hable con otra persona, y definitivamente no puedes tolerar el hecho de
que alguien más le cause alegría.
- La ansiedad
está presente, es inevitable estar
ansioso cuando algo no se puede dominar.
- Cuando él
/ella no está te sientes perdido, no sabes que hacer y resulta desesperante.
- Tu
felicidad, alegría, tristeza y la mayoría de tus emociones dependen de alguien
más.
- Necesitar,
la necesidad es un sentimiento muy fuerte, en la dependencia la necesidad del
otro se encuentra muy presente.
- La otra
persona se vuelve el centro de tu vida, vives por él y para él.
Consejos para eliminar la dependencia
emocional
"Tengo un
problema", reconocer que hay un problema en tu vida es el primer paso que te
alumbrará el camino a superar todos los obstáculos, sé sincero contigo mismo y
reconoce que simplemente no somos perfectos y tenemos defectos que al final nos
ayudarán a ser más fuertes de lo que hoy somos.
La soledad
también puede ser tu amiga, uno de los factores más comunes por los que se
presenta la dependencia emocional es por el hecho de quedarnos solos, muchas
personas piensan que la soledad es solamente negro, pero no, también tiene
colores, y nos trae enormes beneficios como, conocernos más íntimamente y
descubrir qué es lo que realmente queremos hacer con nuestras vidas, la soledad
es un espacio más que nos permite mejorar como personas.
Aumenta tu
autoestima, usualmente la dependencia emocional resulta de un efecto colateral
de la baja autoestima, cuando sufrimos de esto lo más razonable que podemos
hacer es buscar una ayuda, tal vez una persona especializada en el tema que te
ilumine el camino para que superes todo sin problemas, con paciencia y mucho
amor verás la luz al final del túnel nuevamente.
Lo
importante es animarte a tomar las riendas de tu vida de una vez por
todas, todo es posible solo si tú lo
crees, eres capaz de superar esto y mucho más, confía en ti.
“El Coraje de ser tú
misma: una guía para superar tu dependencia emocional y crecer interiormente. “
Sue Patton Thoele.
Fuente: http://rincondeltibet.com/blog/p-la-dependencia-emocional-una-batalla-que-puedes-vencer-12628
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