Sobre la felicidad...
Bienvenido Welcome Herzlich willkommen
lunes, 25 de enero de 2016
domingo, 24 de enero de 2016
DIME QUÉ TE
DUELE Y TE DIRÉ QUÉ NECESITAS PERDONAR
(Más información en el Diccionario de las Enfermedades Emocionales en esta página:
Para vivir
plenamente, debemos aprender a escuchar lo que dice nuestro cuerpo. La primera
vez que me percaté de ello fue al leer el espectacular libro de Louise L. Hay
“Sana tu vida”, luego, fui descubriendo que en diferentes filosofías y
tendencias sobre el pensamiento y crecimientos personal y espiritual -como la
metafísica, la programación neurolingüística, terapia gestalt, theta healing,
ressonance patter, reiki , bioenergía y hasta en el yoga- se explica que, aún
cuando en algunos casos las enfermedades se deben a un gen, la mayoría de las
personas sufren y padecen males porque, acumulan resentimientos, odio, cólera,
furia, viven aferrados al pasado y a las ideas del pasado, cargan cólera, odio,
tristeza, viven para complacer a los demás o según los patrones establecidos
como correctos, no se aceptan a sí mismos y carecen de amor propio de manera
incondicional, cargan sentimientos de culpa, frustraciones, resentimientos y
demás emociones que surgen a través de los pensamientos que no controlan y que
llega un momento en el que el cuerpo dice, pues esto tiene que salir por algún
lado y es a través de cantidad de síntomas o enfermedades, que no es más que el
cuerpo hablando, porque aunque un médico nos revise y nos medique hay
padecimientos que se prolongan y en buena parte puede deberse a que hay que ir
a la raíz de lo que está provocando el mal para poder erradicarlo.
Todos
creamos nuestras experiencias a través de los pensamientos que decidimos hacer
nuestros y a través de estos surgen los sentimientos que nos llevan a las
acciones y de ahí a los resultados. Solo que muchas veces, al negarnos a que
esto es así de simple como te lo digo, negamos nuestro poder culpando a otros
de nuestras frustraciones. De hecho nuestra vida no es más que un reflejo de
nuestro estado mental; si en nuestra mente hay paz, armonía y equilibrio,
entonces nuestras vidas pueden solamente ser armoniosas, pacíficas y
equilibradas. Y si tenemos pensamientos negativos ya sabemos qué es lo que
pasa.
Nuestro
cuerpo es sabio y habla, por eso hay que aprender a escuchar qué es lo que nos
quiere decir, para, desde ahí, ir a la situación que nos genera malestar
sanarla y vivir sin hacernos tanto daño. Muchas veces el cuerpo grita lo que la
boca calla, y entonces la cosa estalla en situaciones nada agradables.
Afortunadamente, cantidad de tendencias y hasta estudios médicos han confirmado
que podemos prevenir o bien, sanar, si identificación la situación que ocurrió
en el paso o los sentimientos que cargamos y que no nos permiten avanzar.
De acuerdo a
la parte del cuerpo donde se presenta el signo, habrá una explicación emocional
para el mismo. Quienes han estudiado el tema por años, afirman, ya que estoy
convencido de que te vas a identificar con alguna de las causas:
Por ejemplo
muchas veces una gripe representa lágrimas no lloradas o reprimidas y éstas
buscan salir por donde sea; mientras que si te duele la garganta, es porque
tienes cosas pendientes de decir, no eres capaz de comunicar tus aflicciones.
El cuello representa tu flexibilidad como persona; el dolor en los tobillos, el
avance o la resistencia que tienes ante la vida. Quienes usan lentes o tienen
problemas para escuchar es porque cosas que ven o escuchan que no les son
agradables. Los problemas estomacales hablan de la convivencia y además la
habilidad para digerir las situaciones. Otra parte del cuerpo que recibe muchas
de nuestras emociones es la espalda. Según los expertos, las molestias en la
espalda baja usualmente reflejan preocupaciones económicas o sensación de falta
de apoyo, la espalda alta cuando presenta molestias nos dice que estamos
cargando cosas que no nos corresponden.
Más ejemplos:
se dice que si tienes problemas con tus muslos es relacionado con lo que los
demás esperan de ti o lo que crees que esperan los otros de ti; si la situación
es con las pantorrillas, está vinculado a lo que yo espero de mí mismo. En el
caso de las rodillas, tiene que ver con cómo articulo las expectativas externas
y las internas, se dice también que es cuando tu orgullo no se doblega. Si se
trata de los tobillos, la situación es cómo vinculo mis expectativas con la
realidad; mientras que más abajo, relacionado con los pies, habla del apoyo,
soporte y equilibrio. Si te duele la frente, es relacionado con la manera en la
que enfrentas el mundo. Los problemas del corazón son relacionados con
problemas emocionales básicos, de afectos primarios. Y, depende de la manera en
la que asimiles el mundo, sufrirás de problemas con los dientes y encías. El
dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan, las uñas se quiebran cuando
las defensas están amenazadas, la presión arterial, sube cuando el miedo
aprisiona.
Entre otros,
se dice también que si acumulas un volumen excesivo en las caderas, quizá estés
cargando con sentimientos de culpa o deseos de vergüenza o con un miedo
residual a agresiones sexuales que convertiste en peso para protegerte.
Ahora bien,
también influye el lado del que sientes los padecimientos:
El lado
izquierdo es el lado receptivo, maternal y femenino del ser. El derecho es el
lado masculino, con empuje, orientado hacia el exterior, hacia el mundo. La
tendencia podría indicar un rechazo dentro de ti de los aspectos masculinos o
femeninos, y una necesidad de auto-perdonar, sanar, conciliar o de identificar
la persona que activa esto en ti.
De acuerdo
al abordaje en Bioenergética, también se explican los síntomas que se
manifiestan en los seres humanos de acuerdo al Primer principio es el de la
lateralidad. En el lado izquierdo del cuerpo se reflejan las relaciones
familiares significativas: padre, madre, hermanos, hijos. En el caso del lado
derecho, se muestran las sociales: vecinos, pareja, amigos, trabajo. Esto
quiere decir, que dependiendo del lado donde se presenta el síntoma, hay que
revisar una vinculación familiar o una social.
Existe un
modelo de relación entre las emociones y los síntomas físicos desarrollado por
el hipnoterapeuta John Kappas que nos puede dar también de lo que puede estar
sucediendo en el plano emocional cuando desarrollamos ciertos síntomas en áreas
específicas del cuerpo.
Por ejemplo,
el especialista menciona el síndrome del llanto, que involucra el plexo solar
hacia arriba, el pecho, la cabeza y la nuca y está relacionado con la
incapacidad de tomar una decisión con respecto al acto de otra persona o por un
condicionamiento anterior que dificulta la toma de decisiones. Su
característica más común es el dolor de cabeza. A causa de la frustración
generada por la indecisión, el cerebro ordena al cuero cabelludo tensarse lo
que produce dolor. A veces la tensión es tan severa que comprime las venas y
produce migraña. Otro de los síntomas muy reconocibles de este síndrome son: la
cristalización de los ojos, la relajación de los conductos lacrimales que
gotean continuamente en los ojos, la congestión de los senos nasales, la
contracción de los músculos de la garganta, la presión gástrica sobre el pecho,
la tensión de los músculos de las mandíbulas o apretar los dientes.
Cada una de
estas reacciones físicas puede estar asociada con una causa emocional o mental.
Así, según esta teoría, la presión en la cabeza representa la incapacidad de
tomar decisiones; los ojos lacrimosos y la congestión de los senos nasales
simbolizan negarse a ver la situación que causa la indecisión; la contracción
de la garganta, la tensión de los músculos de las mandíbulas o apretar los
dientes es un resultado de negarse a hablar del tema de indecisión.
La
indecisión puede convertirse en frustración y ésta en melancolía, depresión y
finalmente inercia. La indecisión crónica se puede clasificar como problema
mayor en nuestra sociedad actual de movimientos rápidos, en particular en
personas de edad comprendida entre los quince y los treinta y cinco años.
Cuando las
áreas afectadas son los hombros, la parte superior de la espalda y de la
columna, se ubican dentro del síndrome de la responsabilidad. Esto ocurre
cuando los motivos psicológicos son excesiva responsabilidad, temor al peso de
la responsabilidad o negligencia, no aceptación o no asunción de
responsabilidad.
Cuando las
áreas afectadas son las ingles, el estómago y la parte baja de la espalda, esto
es debido al síndrome de culpa y frustración sexual, que se presenta por la
culpabilidad sexual relacionada con la religión, sentimientos de culpas por
infidelidad y promiscuidad, sentimientos de incapacidad sexual, temor a
agresión sexual y demás. Los síntomas pueden ser calambres gástricos,
estreñimiento, acidez, dolores menstruales excesivos, menstruación demasiado
abundante o ausente, infecciones vaginales o cistitis, presión o dolor en la
próstata o los testículos y problemas de riñón.
Y por
último, el especialista señala el síndrome de lucha o alcance, en el cual, las
áreas afectadas son los brazos, las manos y los dedos. Las causas psicológicas
son la necesidad de expresar, con la correspondiente negación o supresión de
esa necesidad, la incapacidad de alcanzar lo que uno desea por falta de
autoestima y un importante sentimiento de profundo rechazo por querer alcanzar
metas inalcanzables. Los síntomas son verrugas o pequeñas ampollas.
El segundo
principio es el de verticalidad, según el cual en cada zona del cuerpo se
reflejan diferentes aspectos. En la cabeza, se mira lo abstracto, las ideas, lo
fantástico. En esta parte del cuerpo tengo mi identidad, mi ego, mi imagen. Los
síntomas entre cuello y cintura, pueden estar vinculados a la vitalidad y a los
afectos. “Allí tengo los órganos que necesito para estar vivo, como el corazón
y los pulmones”. Entre la cintura al vientre (parte baja del tracto digestivo),
se manifiestan los temas que tienen que ver con los desechos, eso que no sirve
o no es nutritivo, eso que debe permanecer poco tiempo en el cuerpo.
Los temas de
identidad sexual, pasión, capacidad de trascender, miedos y profundos
sentimientos se manifiestan en la zona de los genitales. Las piernas hablan del
soporte, el contacto con la realidad y con lo concreto. Mientras que los brazos
son los que le permiten a las personas proyectarse al futuro, sin perturbar si
equilibrio. Con ellos, se puede colocar distancia o acortarla.
De acuerdo
al especialista consultado, para realizar el trabajo desde el abordaje de la
Bioenergética, es necesario construir la historia de vida con el paciente y
revisar desde allí y desde la observación, cuáles son los bloqueos energéticos
que tiene la persona, para poder trabajarlos y desbloquearlos con ejercicios
terapéuticos.
Muchas veces
el cuerpo grita lo que la boca calla, y entonces… Tus dolores callados, ¿cómo
hablan en tu cuerpo?
sábado, 23 de enero de 2016
NADIE DEBE SER TAN IMPORTANTE COMO PARA
QUITARTE LA FE EN EL AMOR
La vida
muchas veces nos muestra sus caras menos amables, pero muchas otras podemos ver
su lado más hermoso, su lado con mayor luz, con mayor color y con mayores
sonrisas… No vale la pena negarnos a enamorarnos, vestirnos con una armadura o
desconfiar de cualquier persona que se nos acerque por miedo a sufrir, a ser
traicionados o a que las cosas no resulten como quisiéramos.
Lo más
dramático de todo es que nuestra mente se encarga de crear nuestra realidad y
si vamos con miedo, con predisposición, con actitud derrotista, muy
probablemente saldremos lastimados o convencidos de que el amor no es para
nosotros.
Lo mejor que
podemos hacer es apreciar la vida con todo su contenido, la verdad es que no es
fácil, sufrimos por amor, seres queridos mueren, tenemos que trabajar fuerte
para tener la vida que queremos, enfermamos y pare de contar… no es fácil, pero
todo es cuestión de actitud. Todo esto forma parte de la vida de muchos de
nosotros, podemos lamentar nuestro recorrido por esta vida o apreciar cada una
de esas experiencias, valorándolas, porque no son más que demostraciones de que
estamos acá, de que estamos vivos… Ver el lado positivo, darle la vuelta,
agradecer y aprender, casi de forma automática nos pone en una posición de
ventaja.
Luego, ¿qué
podemos hacer luego de haber sufrido en el amor? Volver a amar. Sí, no tiene
que ser de forma inmediata, pero nos damos nuestro tiempo, nos recuperamos y
abrimos nuestro corazón a esa persona especial que llegará a nuestras vidas
para ayudarnos a sanar y para demostrarnos que no todas las personas son
iguales, que vale la pena creer en el amor, que estar enamorados es uno de los
estados de mayor bienestar posible, que sí se puede construir un buen equipo y
que no hay nada más encantador que amar y ser amados.
Nadie debe
tener la influencia suficiente en nosotros como para hacernos desconfiar, para
que nos quedemos solos, para que el amor sea para nosotros solo un recuerdo
desagradable o una herida mal sanada, podremos tener cicatrices, pero una
herida solo permanecerá abierta si nosotros lo permitimos.
Dejemos ir
lo que nos lastimó, perdonemos a quien tengamos que perdonar, principalmente a
nosotros mismos, liberémonos de la culpa, del resentimiento, del orgullo, de la
inseguridad y principalmente del miedo. El amor está allí para todos, en
cualquier parte encontraremos a alguien a quien amar y que nos ame, la vida
está llena de prosperidad, hay para todos y en abundancia, solo debemos
convencernos de ello.
Nada de
pensamientos como: el amor no es para mí, a esta edad es muy difícil encontrar
una pareja, luego de lo que viví no me vuelvo a enamorar, esto siempre me pasa
a mí, no sirvo para el amor, Cupido debe odiarme, todos los hombres son
iguales, todas las mujeres son iguales, no perderé más mi tiempo…
Si prefieres
el estado de soledad, eso está muy bien. Es muy enriquecedor, pero si te
estás forzando a vivir en soledad, sin disfrutarlo, por miedo… Pues es el
momento de aceptarlo y trabajarlo. El amor está hecho para todos, de
hecho, todos somos amor.
Ama sin medida, sin
límite, sin complejo, sin permiso, sin coraje, sin consejo, sin duda, sin
precio, sin cura, sin nada. No tengas miedo de amar, verterás lágrimas con amor
o sin él. – Chavela Vargas
jueves, 21 de enero de 2016
miércoles, 20 de enero de 2016
MONTSE BRADFORD: "LO QUE PENSAMOS
GENERA EMOCIONES, PERO TAMBIÉN LO QUE COMEMOS"
Fundadora de
varias escuelas de cocina, esta barcelonesa de nacimiento, afincada en Londres
desde 1978 hasta 2006 (ahora reside en la Ciudad Condal), ha dado clases en la
Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia Blanquerna e impartido
cursos por toda Europa y también por Sudamérica. Galardonada con el Premio
Verde 2008 (Fundación José Navarro) por su trabajo a favor de la alimentación
responsable y el desarrollo sostenible, ha escrito más de diez libros. El
último, La alimentación y las emociones.
Usted
defiende que ciertas emociones nos vienen dadas por lo que consumimos.
Tenemos que
ver de dónde vienen las emociones. ¿Las compramos en el supermercado? Las
emociones tienen dos orígenes. El pensamiento, lo que pensamos genera
emociones, pero también lo que comemos. Si tomo un vaso de agua o de whisky mis
emociones serán muy distintas. ¿Y por qué generarán distintas emociones? Porque
atacarán a diferentes órganos. Si yo ingiero alimentos que me bloquean el
hígado, o la vesícula biliar, tendré emociones de ira, cólera, agresividad,
impaciencia… porque cada órgano, dependiendo de si funciona bien o mal, genera
unas u otras emociones. Esto está totalmente constatado en la medicina china de
hace tres o cuatro mil años.
¿Cree usted
que el ciudadano de a pié tiene esta percepción?
Falta
conciencia, porque la alimentación no se ve desde esta perspectiva. Se mira
desde un ángulo muy primitivo. Sería el primer nivel alimenticio: ¿tengo
hambre?, pues como lo que sea, voy a un McDonald’s o donde me apetezca en ese
momento. Habría dos niveles más: el sensorial y el emocional. Las personas
están vibrando en estos tres niveles, nada más. Y tenemos que ir un poco más
allá, al nivel de la energía que provocan los alimentos. Porque con la alimentación
podemos generar salud o enfermedad. Es muy importante.
Usted
explica que el ser humano cuenta con tres cuerpos: físico, emocional y mental…
Efectivamente,
y cada uno de ellos necesita cosas diferentes. Las personas sólo identifican el
físico, el que vemos cada día en el espejo. En cambio, hay mucho miedo en
prestar atención al emocional. Nos pasamos años sin reciclar nuestras
emociones, bloqueando totalmente este cuerpo. También está el mental. Los
alimentos que necesita cada uno son distintos. No podemos darle chocolate al
emocional porque no funciona. Si el novio nos deja, comiendo chocolate no
haremos que vuelva. El único cuerpo que tiene sistema digestivo, dientes y
estómago es el físico. Al cuerpo emocional, por ejemplo, hay que alimentarlo,
sí, pero con emociones. Cada uno tendrá su método, a unos les gustará ir a
bailar, a otros ir a caminar por la playa… Acabamos alimentándolo, sin embargo,
con cosas físicas que no funcionan.
¿El
bienestar radicaría en conseguir un equilibrio entre todos ellos?
Sí. Yo
siempre hago la metáfora de los tres amigos que van por el camino de la vida
cogidos de la mano. Si los tres están más o menos equilibrados, y digo más o
menos porque la armonía absoluta no existe, sumarán un equipo y buscarán juntos
la misma meta. Sin embargo, si el cuerpo físico está debilitado, el emocional
bloqueado, sobre todo porque lo desconocemos, y el mental centrado en controlar
nuestra vida, es muy difícil conseguir ningún logro. Es lo que pasa hoy en día,
falta de claridad, la gente está desorientada y desconcertada. Empezar a
conocer los tres cuerpos, aunque sea poco a poco, sería muy importante.
¿Se puede
establecer una relación de causa-efecto entre lo que comemos y nuestro estado
de ánimo posterior?
Por
descontado, porque si yo como cosas que me están debilitando, que me están
desmineralizando, notaré efectos emocionales de desmotivación, de mucho frío,
no tendré ganas de hacer nada. Las personas estarán física, emocional y
mentalmente con estas energías de deficiencia. ¿Y cómo me desmineralizo? Pues
consumiendo alimentos que tienen un pH ácido. La tónica general de la sociedad
es que tenemos un hígado muy bloqueado y un riñón con muchas deficiencias, y el
riñón necesita minerales. Si no, aparecen las emociones negativas. La principal
emoción negativa del riñón es el miedo. Hoy en día tenemos miedo de todo. No
somos emprendedores, nos falta espíritu de aventura… La gente está muy ácida,
muy desmineralizada.
Precisamente,
usted explica en su libro que hay alimentos que generan una sangre ácida (con
la que construimos estrés, enfermedad y desequilibrio) y otros que, por el
contrario, la alcalinizan (con lo que obtenemos energía, vitalidad y salud)…
Exactamente.
Es fascinante. Podemos generar nuestro propio estado de ánimo. Somos los
creadores de nuestra vida, en todos los niveles de nuestro ser. Cómo escogemos
pensar es muy importante. Decíamos antes que una de las vías por la que se
crean las emociones es a través de los pensamientos. Pero claro, si ingerimos
whisky, difícilmente podremos ser conscientes de nuestros pensamientos. La
alimentación, sin duda, es la número uno para darnos un poco más de
estabilidad, de armonía, de paz… y luego debemos mirar con tranquilidad la
calidad de nuestros pensamientos, que también forman emociones, por descontado.
También
defiende que hay alimentos con energía yin (chocolate, alcohol, estimulantes,
azúcares, levaduras artificiales…) que conducen a la hipersensibilidad,
mientras que hay otros, con energía yang (carne, jamón, embutidos, huevos…) que
nos ponen tensos y coléricos…
Así es. El
alcohol, los vinagres, los estimulantes… todo ello estimula al sistema nervioso
generando una energía falsa. Cuando una persona, a media tarde, se siente
fatigada, busca ingerir café, chocolate, beber una cola… en definitiva, generar
una energía que no tiene. Pero claro, si hacemos esto durante muchos meses
acabaremos creando una fibromialgia o una fatiga crónica, y es que estamos
destruyendo la energía de los riñones. Todos estos alimentos crean una energía
de expansión. Nos inflaman y nos desmineralizan. Nos dicen que tenemos que
tomar mucha leche para los huesos. Pero hay gente con osteoporosis que a pesar
de haber tomado mucha leche, y haber ingerido carne y queso, tienen este
problema. Esta claro que no deja de ser un tópico que se ha demostrado que no
funciona.
Y la yang…
Son
alimentos que tensan, que acumulan. Son de grasas saturadas. Nos bloquean
órganos como el hígado, la vesícula biliar, el bazo, el páncreas y nos crean
estas emociones de mucha tensión, agresividad, cólera… en definitiva, emociones
que se llaman de exceso. Tenemos emociones de exceso, por una parte, y de
deficiencia por otra, como el miedo, la falta de autoconfianza, que nos dan,
por ejemplo, los azúcares refinados.
Según sus
explicaciones, abusar de productos yang nos conducirá irremediablemente hacia
la ingesta compulsiva de alimentos yin.
Efectivamente.
Cuando yo tomo una parte de alimentos con energía yang, alimentos que nos
tensan, quiero consciente o inconscientemente siete partes del extremo
contrario. Es lo que llamamos la rueda energética o el yoyó. No falla, cuando
tomo una parte de yang, quiero siete de yin. La gente dice “¿qué me pasa que no
puedo parar de comer chocolate?”. Y yo les digo, deja de comer huevos, jamón, y
verás cómo podrás dejar de comer chocolate.
¿La idea es
evitar productos con energía yin o yang para intentar alcanzar el bienestar? ¿O
comidos con moderación no tienen por qué ser dañinos para nuestro cuerpo?
Siempre nos
llevarán a un desequilibrio. Estos alimentos de grasas saturadas bloquean el
hígado y además no son el ejemplo de una alimentación sostenible. Tenemos en el
planeta 7.000 millones de habitantes y debemos empezar a comer mucho más del
reino vegetal. El reino animal no es una alimentación sostenible. Hay 1.400
millones de personas que no pueden comer ni beber nada. Y nosotros, en cambio,
estamos comiendo jamón y queso, por ejemplo. Tenemos que ser conscientes de
ello. Hay que tener en cuenta que para ‘cultivar’ un kilo de carne se necesitan
1.500 litros de agua, y todo ello para que, después, una familia lo ingiera en
una comida. Y esto sucede a la vez que hay personas que no pueden beber ni una
gota de agua. ¡Es alucinante! Nos estamos cargando el planeta. No podemos
pensar sólo en nosotros, sino también en las generaciones futuras. Necesitamos
una alimentación sostenible, sana, natural y energética, conociendo la energía
de cada alimento.
En una
comida principal, dice usted, no puede faltar: cereales integrales en grano,
legumbres, un alga, una verdura verde y una pequeña porción de semillas o
frutos secos. Alguien podría decir, ¡qué aburrimiento!
En absoluto.
Lo que hacemos es volver a la vida natural. Empezar a comer lo que comían
nuestros abuelos. ¿Cuánto hace que apareció el donut? Tampoco hace tanto.
Tenemos que volver a la dieta de antes, a comer legumbres, verduras, piñones,
nueces, semillas, frutos secos, fruta de la temporada. Tampoco hace tanto que
comíamos esto. Lo que hay que hacer es comer los alimentos naturales de toda la
vida, los que necesitamos, pero de la forma que deseemos. Podemos hacer fideuás,
pizzas, hamburguesas, pero sin que sean de carne. Comemos lo que necesitamos en
la forma que deseamos y de esta manera el cuerpo emocional también esta
contento.
Pero
disfrutar de una buena mesa también puede generar emociones positivas…
Según lo que
entendamos por emociones positivas. Después de la comida de Navidad, las
vibraciones empiezan a subir y todos los comensales, durante la sobremesa,
creen tener la razón. Para mí esto no es positivo. Lo ideal es la armonía, la
tranquilidad, el silencio… para mí esto es armonía. Es verdad que el placer
sensorial existe y tiene relación con las emociones. Pero es por eso que te
puedes comer un fricandó, pero no de carne, sino, por ejemplo, de seitán. O una
lasaña. Yo hago una lasaña fenomenal. También hago donuts, pero no con azúcar,
sino con manzana, por ejemplo.
Hablaba
usted de vibraciones. Defiende que tanto los alimentos como los diferentes
cuerpos del ser humano (físico, mental y emocional) vibran de distinta manera…
Así es. El
físico vibra tan lentamente que lo podemos ver y tocar. El mental, por su
parte, es la torre de control. Vibra más rápido que la velocidad de la luz.
Pensamos mentalmente que vamos al Taj Mahal y hemos ido y venido. Es
instantáneo. El emocional no lo podemos ver, pero sí sentir. Cuando estamos mal
emocionalmente lo sentimos claramente. Éste no necesita ni chocolate ni alcohol
ni nada por el estilo, lo que pasa es que la gente los utiliza para evadirse.
¿Y es cuando
se resiente?
Evidentemente.
Se queja porque no tiene vibraciones de armonía. Está bloqueado porque nunca le
prestamos atención. Al cuerpo físico lo mimamos a diario, lo duchamos, lo
alimentamos… al emocional nunca lo hemos limpiado. Nunca hemos tenido en cuenta
las emociones bloqueadas. No vamos a un terapeuta para gestionarlas, no lo
hacemos. Ni tan siquiera las expresamos, escribiendo, por ejemplo. Hablo de
coger un papel y escribir cómo nos sentimos, o pintar, o ir a bailar… el caso
es que afloren de alguna forma. No lo hacemos, no lo depuramos, no lo limpiamos
cada día. Y el mental lo mismo. Vibra tan rápidamente que nos descontrola. Es
importante para gestionarlo el silencio, la paz, para poder observar esos
pensamientos que tenemos descontrolados. Todo el mundo tiene dos minutos al día
para detenerse, pero no lo hacemos. El alimento ideal para el cuerpo mental es
el agradecimiento, estar agradecidos con la vida.
A la hora de
cocinar, "no sabemos extraer el sabor dulce a los alimentos", asegura
usted. Por eso, añade, buscamos la compensación en el postre…
Exactamente.
En la cocina mediterránea no hay dulzor.
Está usted
cuestionando un referente…
Pero es
verdad. No hay dulzura, en el plato, en la cocina mediterránea. Hay mucho
salado, mucho aceite, mucho picante y mucho ácido… pero dulzura no, en
absoluto. Y claro, acabamos de comer platos de esta cocina con tanto ajo, con
tanto vinagre, que buscamos el dulce en las natillas o en el flan. Y estos
postres tienen mucho azúcar, y de ahí los niños tan hiperactivos que tenemos.
El sabor dulce está en el plato. ¿Y de dónde lo sacamos? Pues de las verduras
dulces: calabaza, moniato, zanahoria… todas son muy dulces. Y si las cocinamos
durante mucho tiempo dan una dulzura increíble. Cada gusto tonifica diferentes
órganos del cuerpo.
Explíquemelo…
El sabor
dulce nos equilibra estómago, bazo y páncreas. Son órganos emocionales todos
ellos, que necesitan mucha dulzura y relax. Esta dulzura natural es muy
importante, no me canso de repetirlo. La gente esta muy estresada y le falta un
poco de dulzura. Cuando incorporemos esto a nuestro cuerpo, seguramente
podremos relajarnos más y contar con un poco más de armonía en nuestra vida. Si
vamos por la vía del azúcar, pues vemos el nivel de hiperactividad que tiene la
gente. El azúcar nos desmineraliza, nos afecta al sistema nervioso, además de
dejarnos mal el riñón, los huesos, etc. Ya vemos cómo están los niños de
hiperactivos. Yo defiendo que no existen por naturaleza niños hiperactivos. El
niño actúa en función de la energía que le damos. Si le damos una cola, pues
actuará según la energía que le produce este producto. Si no le damos este tipo
de alimentación, estará como un angelito. Tenemos que entender esto, es muy
importante.
Hacía usted
referencia a cocinar con tiempo, algo de lo que carecen hoy en día muchas
personas…
Yo también
tengo un ritmo de vida muy ajetreado y como muy bien. Tenemos tiempo, lo que
pasa es que no lo dedicamos a la cocina. Lo empleamos, por ejemplo, para
chatear. No valoramos que a través de la comida podemos modificar la calidad de
nuestra sangre. Es cuestión de adquirir el hábito. Poner una olla de cereales
supone un minuto y medio, y tienes para tres días. Hacer un pescado a la
plancha o cocinar una verdura verde lleva tres minutos, es muy fácil. Poner una
calabaza al horno sí lleva más tiempo, pero tampoco tenemos que estar todo el
rato vigilándola. Realmente es muy fácil cuando se aprende. Lo que pasa es que
la gente quiere cambiar leyendo un libro, y para ello hace falta un instructor.
Si quiero aprender a conducir no puede hacerlo únicamente leyendo un manual,
necesito un instructor que me enseñe, porque si no después habrá carencias. La
gente vendrá y dirá “esto no funciona”, y sí que funciona, pero hay que
aprenderlo.
Leyendo su
libro, uno se da cuenta de que usted no es muy partidaria de las ensaladas o de
la fruta cruda. Incluso no le hace demasiada gracia la miel, cuando es un
alimento, según muchos expertos, tan nutritivo…
La fruta y
la ensaladas crudas sí las recomiendo, pero según para quien. A una persona que
tenga frío no se las aconsejaré. A Don Quijote, por ejemplo, no le recomendaré
comer mucha ensalada, porque está muy delgado. Pero a Sancho Panza sí, cada día
le daría una ensalada. Depende de la persona. Las ensaladas y todo lo crudo lo
que hace es enfriar mucho. A una persona con exceso de peso, que ha comido
mucha carne y que tiene un hígado muy bloqueado, que le reporta emociones de
exceso, de ira, de cólera, le irán de maravilla. En cambio, una persona que
esté decaída, con anemia, con osteoporosis, pues no se las recomiendo. La
cocina energética me aporta conocimiento y me da libertad para escoger. Yo no
soy partidaria de dietas, de prohibir. Yo explico los efectos que producen los
alimentos, luego que cada uno escoja.
Y con
respecto a la miel…
Cuando tomo
una cucharada de miel de abeja, a los treinta segundos tengo mucho calor. Esto
me está diciendo que este es un alimento que no transcurre por el sistema
digestivo, sino que va directamente al riego sanguíneo y me da una
hiperactividad al instante. ¿El día idóneo para tomar miel? El día que queramos
correr un maratón, no hay problema. Tomamos algo de miel y ganamos la carrera
(risas). Pero para el día a día no, porque nos dará mucha hiperactividad. Si
tomamos mucha, nos desmineraliza, porque todo aquello que da energía al momento
acidifica la sangre. Y cuando la tengo ácida, el pH cambia y el cuerpo busca
minerales de donde sea. Por eso yo no recomiendo tomar miel cada día, en
absoluto.
¿Qué le
diría a aquella persona que no acabe de estar convencida del método alimentario
que usted propone?
Que lo
pruebe, que lo siga durante seis meses. La gente que lo prueba gana en calidad
de vida. Gana en concentración, claridad mental, en ganas de hacer cosas, en
perder peso o ganarlo, si es necesario… No podemos opinar de algo si no se
prueba, si no se vive. Yo en mis clases doy libertad. Explico qué energía
aporta cada alimento, y luego la gente decide.
martes, 19 de enero de 2016
REFLEXIONES DE JOHN LENNON
“Nos
hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja,
y que la
vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad.
No nos
contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las
espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Nos hicieron
creer en una fórmula llamada “dos en uno”: dos personas pensando igual,
actuando igual, y que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene
nombre: anulación. Y que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron
creer que el matrimonio es obligatorio y que los deseos fuera de ese término
deben ser reprimidos.
Nos hicieron
creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que
escapan de ella están condenados a la marginalidad.
No nos
contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son
alienantes, y que podemos intentar otras alternativas.
Tampoco nos
dijeron que nadie nos iba a decir todo esto… cada uno lo va a tener que
descubrir solo.
Y entonces,
cuando estés muy enamorado de ti mismo, podrás ser muy feliz y amar de verdad a
alguien.
Vivimos en
un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia se
practica a plena luz del día.”
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