domingo, 23 de marzo de 2014


 
"La Felicidad es como una mariposa. Cuánto más la persigues, más huye. Pero si posas la atención en otras cosas, viene y se posa suavemente en tu hombro".

viernes, 21 de marzo de 2014


NO LLEVARSE TRABAJO A CASA

Saber dar por acabada la jornada laboral no sólo mejora nuestra vida privada; también incremente la productividad y la satisfacción laboral

Llevarse tareas a casa agudiza la sensación de estrés y dinamita el ambiente familiar. Algunos consejos para hallar el equilibrio entre la vida laboral y la privada son:

Establecer límites horarios. Es importante fijar y respetar el horario de trabajo, no alargarlo. Si nos vemos obligados a dedicar más tiempo del que dicta la jornada laboral, conviene establecer también el límite de trabajo extra que estamos dispuestos a realizar.

Separar espacios. Acostúmbrate a realizar las tareas sólo en el puesto de trabajo. Si trabajas en casa, restringe el espacio profesional a un despacho y no permitas que los asuntos pendientes salgan de él para aterrizar en el salón o el dormitorio.

Cambiar de ropa. Es importante tener un atuendo formal para las horas de trabajo y otro más cómodo para el tiempo libre, ya que el cuerpo identifica el cambio de ropa con las fases de obligación y las de descanso.

ADICTOS AL TRABAJO

Se han descrito las personas adictas al trabajo que extienden su labor profesional  a todas las fases y espacios de la jornada. En la mayoría de los casos, esta actitud esconde un temor al tiempo libre, a la responsabilidad sobre la propia vida privada. La solución, en estos casos, pasa por enfrentarse a ese miedo recuperando el gozo del ocio y del descanso.

Francesc Miralles
Coautor de “El Zen en la Empresa”


 
"Pasamos mucho tiempo ganándonos la vida, pero no el suficiente viviéndola"
-María Teresa de Calcuta-
 

 

jueves, 20 de marzo de 2014

miércoles, 19 de marzo de 2014

martes, 18 de marzo de 2014


BUSCAR NUEVOS RETOS

Romper con la rutina del trabajo habitual provoca sentimientos relacionados con la pérdida de la seguridad que nos aporta lo desconocido: miedo a no poder adaptarnos, a fracasar…
Se trata de emociones lógicas y normales que, al menos en un primer momento, nos suceden a todos. No obstante, tienen un claro y grave inconveniente: no son una reacción adaptativa, no obran a nuestro favor. Ni nos hacen sentirnos bien ni nos conducen adonde queremos llegar, el camino que nos haga sentirnos cómodos de nuevo.

En los casos en que perdemos el trabajo, podemos aprovechar lo aprendido y afrontar el cambio como un desafío, como una nueva oportunidad que nos ofrece la vida para enriquecernos, crecer y desarrollarnos, como personas y como profesionales.

Posiblemente no será fácil, requerirá un esfuerzo de adaptación, tendremos que afrontar obstáculos sin miedo y positivamente. Así, conseguiremos encontrar un nuevo camino, reubicarnos en una nueva situación. En el peor de los casos, si no triunfamos, tendremos la satisfacción de haberlo intentado, aprenderemos algo más y, por lo tanto, afrontaremos el futuro con mayor fortaleza.
Recuerda que en lugar de contemplar con añoranza la comodidad de lo conocido, lo que más te conviene en este momento es mirar hacia el futuro con esperanza y pasar a la acción.

Marisa Bosqued
Psicóloga del Hospital Provincial de Zaragoza