Ritual de la Felicidad
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martes, 13 de enero de 2015
LA MENTE ES CUERPO FÍSICO, Y EL CUERPO ES MENTE
En su libro "Moléculas de emoción", la doctora Candace Pert
concluye que "la mente no domina al cuerpo, sino que se convierte en
cuerpo. Cuerpo y mente son una sola cosa"
PSICONEUROINMUNOLOGÍA
ENTREVISTA A LA DOCTORA CANDACE PERT por ODILE
RODRÍGUEZ DE LA FUENTE
La doctora Candace
Pert es una científica de prestigio internacional. Dentro de comunidad
científica, se la conoce fundamentalmente por su descubrimiento del receptor
opiáceo en 1973, punto de partida a una sucesión de hallazgos de otros
receptores y sus neurotransmisores, con el consiguiente impacto en el
conocimiento de las bases químicas del funcionamiento del cerebro, los
neurotransmisores y las endorfinas. Sus estudios han resultado esenciales para
el desarrollo de un nuevo campo de la medicina denominado
psiconeuroinmunología.
Los más de 25 años de
investigación y especialización de la doctora Pert en la base molecular de los
neuropéptidos y sus receptores, tanto en el cerebro como en el sistema
inmunológico, han proporcionado la base científica para un nuevo campo de la
medicina y la farmacología denominado como psiconeuroinmunología, ámbito que
implica la comunicación entre mente y cuerpo y la importancia de las emociones
como puente entre estas dos partes, habitualmente tratadas como separadas. Como
ella misma dice: "La mayoría de los psicólogos tratan la mente como
separada del cuerpo, un fenómeno con apenas conexión con el cuerpo físico.
Inversamente, los médicos tratan al cuerpo como desvinculado de la mente y las
emociones.
Pero el cuerpo y la mente no están separados y
no podemos tratar ni entender a uno sin el otro.
Investigaciones científicas están demostrando
que el cuerpo puede y debe ser curado a través de la mente, y la mente puede y
debe ser curada a través del cuerpo". Candace Pert ha escrito más de 250
publicaciones científicas y ha trabajado como jefa de sección de bioquímica
cerebral en la rama clínica de neurociencia del NIMH (Instituto Nacional de
Salud Mental de Estados Unidos). También ha escrito dos libros que
desafortunadamente no han sido traducidos al castellano: "Molecules of
Emotion" y "All you need to know to feel good" ("Las
moléculas de las emociones" y 'Todo lo que necesitas saber para sentirte bien").
Las implicaciones de sus hipótesis y los
resultados de sus investigaciones plantean un salto cualitativo de perspectiva
sobre cómo funciona el cuerpo humano, nuestra salud física y bienestar
psicoafectivo. Una visión que integra las partes, poniendo el foco en los
procesos y el funcionamiento del Todo.
¿A qué se refiere exactamente cuando afirma que su trabajo y el de
otros científicos supone un gran cambio de paradigma en la medicina y la
fisiología?
La idea principal es
que lo que pensamos tiene una enorme influencia sobre nuestra salud. La mente,
las ideas y las emociones afectan a nuestras moléculas, a nuestra salud física,
mucho más de lo que se creía. Durante mucho tiempo, el concepto de la medicina
psicosomática no se tomó muy en serio, e incluso se ridiculizó. Sin embargo,
creo que los estudios científicos, algunos de ellos con mi participación, han
demostrado que las emociones son en realidad las moléculas que rigen toda la
fisiología. Una forma de ver el cambio de paradigma es a través de la unión de
la física cuántica y la biología. Cuando las unimos, nos damos cuenta de que
los cuerpos y los órganos no son independientes. Existe una conexión entre los
seres humanos en la que se basan la medicina holística y la espiritualidad. Se
trata de estudiar científicamente la conexión que nos une. Actualmente no
podemos enunciar una ecuación que la defina, pero es evidente que lo que
pensamos afecta a lo que sucede, y que lo que hace una persona en un lugar
incide sobre otras personas en otros lugares. Las emociones no son sólo unas
moléculas físicas del organismo, sino una vibración, una energía que influye
sobre el mundo. De hecho, creo que las emociones son un puente no sólo entre la
mente y el cuerpo, sino también entre el mundo físico y el espiritual.
¿Podría explicar esa visión a partir de un ejemplo como la música?
La música consiste en
unas pautas ordenadas de vibraciones de diferentes frecuencias, que nuestro
cuerpo percibe. Nuestro sentido del oído no se limita a las orejas; cada una de
nuestras células posee canales iónicos y receptores que sufren cambios en
respuesta a las vibraciones, y en función de estos cambios, las células y todo
el organismo y sus funciones cambian, para bien o para mal. Por tanto, la
música 'es una forma de comunicamos entre nosotros´, al igual que las
emociones, ya que como ellas posee una cualidad emocional. Todos los sonidos
que oímos afectan a nuestro organismo. La música es un ejemplo de sonido
agradable, pero también estamos expuestos a mucha contaminación electrónica,
que ataca los nervios de todo el mundo. Existe un ruido electrónico que no
percibimos con los oídos, pero que afecta a nuestras células y a los receptores
del organismo.
LAS MOLÉCULAS DE LA
EMOCIÓN
Las moléculas de emoción, ¿afectan a todas nuestras células o sólo a
una parte? Y, si es así, ¿a qué porcentaje?
Todas las moléculas
poseen un aspecto vibracional y otro de partícula o fisiológico. Evidentemente
actúan en los dos planos. En el plano fisiológico, las moléculas de las emociones
se desplazan por el cuerpo y encajan en los receptores de las células tal y
como una llave encajaría en su cerradura. Cuando esto ocurre, producen un
cambio en la célula. Lo magnífico y sorprendente es que estas moléculas de las
emociones afectan a todas las células del cuerpo. Antiguamente, a los
científicos no les gustaba hablar de las emociones. Las consideraban algo superfluo
y sin demasiada importancia, que había que reprimir. Luego surgió la idea de
que todo estaba en el cerebro. Aún hay muchos neurólogos que hablan de las
amígdalas, el hipotálamo y el sistema límbico como la única base de las
emociones. Sin embargo, posteriormente empezamos a encontrar esas moléculas,
como las endorfinas y sus receptores correspondientes, por todas partes: en las
células inmunes, que se desplazan por todo el organismo, en las células
adiposas, a lo largo de la médula espinal, etcétera. Se ha constatado que esas
moléculas y "las válvulas del corazón, los esfínteres del aparato
digestivo, la propia digestión, todo está regido por las moléculas de la
emoción, que tienen una acción física”. Células con receptores para las mismas
se encuentran efectivamente en las partes del cerebro relacionadas con las
emociones, pero también en la totalidad de las células del organismo. Así pues,
existe una especie de sistema de comunicación a través del cual todo el cuerpo
responde a una emoción concreta. Mientras que antes creíamos que las emociones
sólo nos afectaban psicológicamente, ahora resulta que nos afectan físicamente.
Esta visión sistémica de la unidad entre cuerpo y mente, de la
interconexión entre el organismo, la psicología y las emociones, ¿qué
implicaciones tiene respecto a las enfermedades?
Puesto que todo está
relacionado, puede que las enfermedades no sean únicamente físicas...
Efectivamente, las
enfermedades tienen siempre un aspecto psicológico, no son únicamente físicas.
Es imposible separar lo físico de lo mental. Contamos con muchos estudios
científicos y experimentos psicológicos serios que demuestran que nuestras
ideas, creencias y expectativas influyen sobre nuestra salud y fisiología. Por
ejemplo, y aunque parezca sorprendente, las personas perciben lo que esperan
percibir. Desde el punto de vista anatómico, las moléculas de la emoción se
encuentran en las zonas de nuestro cerebro encargadas de la percepción, y
sabemos que nos condicionan según las experiencias previas. Esto se traduce en
que solemos estancarnos, es decir, tendemos a ver lo que ya hemos visto, hacer
lo que ya hemos hecho y pensar lo que ya hemos pensado.
"La influencia
más importante que podemos ejercer sobre nuestro cuerpo son nuestras
expectativas". Además, no nos planteamos que la realidad que vivimos y
experimentamos podría ser diferente y que esto depende de nosotros mucho más de
lo que nos han hecho creer. Podemos usar nuestro libre albedrío para cambiar
nuestra forma de actuar, de percibir y sentir la realidad. Es entonces cuando
la vida se vuelve realmente divertida e interesante.
Puesto que usted ha afirmado que el cuerpo es como el subconsciente,
¿es posible que la postura corporal, las enfermedades y los problemas
fisiológicos sean un reflejo o una manifestación de los problemas emocionales o
psicológicos?
Sin duda. Los traumas
son siempre emocionales y mentales, además de físicos. Se almacenan en forma de
recuerdos en el cerebro y en la médula espinal, y nos cambian tanto física como
psicológicamente. La mayoría de la gente cree que lo psicológico o emocional
permanece en ese ámbito, y no es consciente de que un trauma emocional o
psicológico que haya padecido en su vida puede tener un efecto sobre el cuerpo
en forma de enfermedad, por ejemplo una afección renal. La medicina no comparte
este punto de vista; cree que los problemas fisiológicos son sólo eso, y que no
están relacionados con los aspectos psicológicos o emocionales.
A los médicos no les
gusta plantearse el poder de la psicología y de las emociones. Lo ven como algo
irreal y descabellado y no se lo toman en serio. Es una lástima, porque es un
aspecto muy importante. Tenemos muchos datos sorprendentes que confirman que
cuando un paciente se somete a una operación, lo que éste oiga cuando está bajo
anestesia, lo que se le diga mientras vuelve en sí, afecta a su recuperación y
es un elemento muy poderoso.
Es impresionante,
porque esta visión siempre ha sonado como muy alternativa y usted está
demostrando, de una forma muy seria y científica, que a consecuencia de las
influencias emocionales positivas o negativas que recibamos, esas moléculas nos
afectan físicamente... Se trata de algo muy práctico.
No es un asunto
trivial. La influencia más importante que podemos ejercer sobre nuestro cuerpo
son nuestras expectativas, lo que creemos que va a suceder y lo que nos decimos
a nosotros mismos que va a suceder.
EMOCIÓN E
INMUNIDAD
¿Qué relación existe entre las moléculas de emoción y el sistema
inmunitario?
En los años ochenta
fuimos unos de los pioneros de la denominada psiconeuroinmunología. Demostramos
que las células cerebrales y las inmunes poseen los mismos receptores. En esa
época creíamos que ambos tipos de células se comunicaban entre sí. Ahora, a
partir de nuevos estudios, de los que hablo en mi nuevo libro "Todo lo que
hay que saber para sentirse bien" [Everything you need to know to feel
good], sabemos que en el flujo sanguíneo hay células aparentemente inmunitarias
que se desplazan hasta el cerebro y se convierten en células cerebrales. Esas
células se organizan según nuestro estado emocional. Las emociones son un
principio organizativo de nuestro cuerpo y mente. No son sólo una vibración que
emitimos, son un factor que nos organiza el punto de vista evolutivo.
¿Las moléculas de la emoción se remontan muy atrás en la evolución?
¿Qué animales fueron los primeros en desarrollarlas y cuál es, en último
término, su utilidad?
Se remontan a un
pasado muy remoto, a los organismos más simples. Son una especie de carteles
indicadores de la supervivencia. Emociones como el placer, por ejemplo, son
necesarias para mantener el deseo de vivir. Nos ayudan a evitar instintivamente
lo que nos perjudica y nos atraen hacia lo que nos beneficia. Son un sistema de
activado a través de la evolución. También es importante resaltar que otros
animales, y especialmente los más cercanos a nosotros evolutivamente hablando
como los mamíferos, poseen prácticamente toda la gama de emociones que los
seres humanos sentimos.
Es cierto que las emociones no expresadas son nocivas para la salud, ¿cómo
podemos aprender a liberarlas y a tener una relación más saludable con
ellas?
Buena pregunta. Hay
quien cree que este aprendizaje empieza en la infancia, que debemos enseñar a
nuestros hijos a aceptar y comprender sus diferentes emociones. De este modo se
sienten cómodos con ellas y, cuando se hacen mayores, las utilizan de otro modo,
como indicadores, en lugar de guardárselas. Se preguntan: "¿por qué me
siento así? Esta emoción me debe estar indicando algo". Creo que es
importante aprenderlo desde la infancia, y también que exista una cultura que
lo permita. Por ejemplo, España es un país que siempre he considerado
especialmente emocional. En nuestra cultura, en cambio, existe mucha represión.
En nuestro sistema educativo a los niños no se les permite expresar la alegría
o el entusiasmo. Les enseñamos a callarse desde la más tierna infancia y
aprenden que en la vida cotidiana no hay lugar para las emociones, lo cual no
es nada bueno...
¿Y por qué esas emociones reprimidas son perjudiciales para la
salud?
Porque las emociones
rigen todos los sistemas del organismo. Las válvulas del corazón, los
esfínteres del aparato digestivo que se abren y cierran, la propia digestión,
todo está regido por las moléculas de la emoción, que tienen una acción física.
Si reprimimos la expresión de las emociones, también reprimimos nuestras funciones
orgánicas, lo que a la larga produce enfermedades o malestar, ya que se trata
de una parte intrínseca del funcionamiento de nuestro cuerpo. Por tanto, al no
liberarla de forma natural, esa energía se acumula y repercute sobre el estado
físico... Exacto. Se produce un atasco y las cosas no funcionan. Es un bloqueo
físico provocado por un "bloqueo energético"
NOTAS RELACIONADAS:
http://www.nuevagaia.com.ar/vida_salud/index.php?id=405
sábado, 10 de enero de 2015
LA META ES LLEGAR A SER TÚ MISMO
Hay momentos en la vida en que sabemos que queremos cambiar,
a algún lado, hacer algo importante… Pero no sabemos cómo. Pues traigo buenas
noticias: traemos para ti las treinta cosas que debes dejar de hacerte a ti
mismo para poder lograr esas grandes cosas para las que estás destinado. No es
una lista de cosas por hacer, son cosas que todos debemos dejar de hacer.
Necesitamos dejar espacio a las nuevas y mejores cosas de la vida.
1. Deja de pasar tiempo con las personas equivocadas.
La vida es muy corta
como para gastarla junto a personas que succionan tu energía y felicidad. Si
alguien te quiere en su vida, harán espacio para ti, no deberías pelear por un
lugar. Nunca jamás insistas con alguien que te pasa por alto. Recuerda que los
verdaderos amigos no son necesariamente aquellos que se quedan contigo en los
buenos tiempos, sino los que permanecen en las peores situaciones.
2. Deja de huir de tus problemas.
¡Enfréntalos! No será
fácil, nadie es capaz de salir ileso de todos los problemas. No siempre se
puede salir instantáneamente de un problema cuando se presenta, no estamos
hechos para eso. De hecho, lo normal es que sintamos tristeza, enojo, dolor,
incertidumbre, derrota. Este s el propósito de la vida: enfrentar los
problemas, aprender de ellos, adaptarse y, finalmente, resolverlos con el paso
del tiempo. Es lo que nos convierte y moldea a lo largo de la vida.
3. Deja de mentirte.
Puedes mentirle a
cualquiera en el mundo, pero no puedes mentirte a ti mismo. Nuestra vida
mejorará sólo cuando aprovechemos las oportunidades y la primera y más difícil
es ser realmente honestos con nosotros mismos.
4. No dejes tus propias necesidades para lo último.
La cosa más terrible
es perderse a sí mismo mientras amas a alguien más, olvidándose de lo especial
que es uno mismo. Esto no significa que dejes de ayudar a otros, sino que debes
ayudarte a ti mismo también. Si existe un momento para seguir tu pasión y hacer
algo que te importa, ¡Ese momento es justo ahora!
5. Deja de intentar ser alguien que no eres.
Uno de los grandes
retos de la vida es ser uno mismo en un mundo que quiere que todos sean
iguales. Siempre habrá alguien más listo, más guapo, más joven o más viejo,
pero NUNCA serán TÚ. Jamás cambies para agradar a las personas; sé tú mismo y
las personas correctas te amarán por ello.
6. Deja de aferrarte al pasado.
No puedes comenzar un
nuevo capítulo en la vida si sigues leyendo y releyendo el anterior.
7. Deja de tenerle miedo a los errores.
Hacer algo y
equivocarse es, al menos, diez veces más productivo que no hacer nada. Cada
éxito trae una historia de fracasos detrás y cada error es un paso más cerca de
la victoria. Uno termina arrepintiéndose de las cosas que no hizo más que de
las cosas que hizo.
8. Deja de culparte por errores pasados.
Quizá amamos a la
persona equivocada y lloramos por errores cometidos, pero no importa cuántas
cosas hemos hecho mal, algo es seguro: los errores nos ayudan a encontrar a la
persona y a las cosas correctas para nosotros. Todos cometemos errores, tenemos
problemas e incluso nos arrepentimos de cosas de nuestro pasado. Pero tú no
eres tus errores, no eres tus problemas y estás aquí y AHORA con el poder de
moldear tus días y tu futuro. Cada cosa que te ha pasado en la vida te está preparando
para algo que aún está por venir.
9. Deja de intentar comprar la felicidad.
Muchas de las cosas
que deseamos son caras. Pero la verdad es que las cosas que en verdad nos
satisfacen son totalmente gratis: el amor, las carcajadas y trabajar en
nuestras pasiones. :-)
10. Deja de buscar la felicidad exclusivamente en otros.
Si no eres feliz con
quien eres por dentro, no serás feliz en una relación de largo plazo con
cualquier otra persona. Primero tienes que crear estabilidad en tu propia vida,
antes de que puedas compartir la vida con alguien más.
11. Deja de ser pasivo.
No pienses demasiado
las cosas o crearás un problema que ni siquiera estaba ahí en primer lugar.
Evalúa las situaciones y toma acciones decisivas. No puedes cambiar cuando te
rehúsas a confrontar las cosas, el progreso implica riesgo, ¡Punto! No puedes
llegar a segunda base si tienes un pie en la primera.
12 . Deja de creer que no estás listo.
Nadie se siente 100%
preparado cuando una oportunidad se presenta. Es porque las oportunidades en la
vida nos empujan fuera de nuestras zonas de confort, lo que significa que nunca
nos sentiremos completamente cómodos en un principio.
13. Deja de envolverte en relaciones por las razones
equivocadas.
Las relaciones deben
ser escogidas sabiamente. “Mejor sola que mal acompañada”, decía mi abuelita.
No hay necesidad de apresurarse, si algo debe ser lo será a su debido tiempo,
con la persona adecuada y el momento debido. Enamórate cuando estés listo, no
cuando te sientas solo.
14. Deja de evitar nuevas relaciones sólo porque las pasadas
no funcionaron.
En tu vida te darás
cuenta de que hay un propósito para cada persona que conozcas. Algunas personas
te pondrán a prueba, otras te enseñarán grandes lecciones, pero lo más
importante es que algunas sacarán lo mejor de ti.
15. Deja de competir contra todos.
No te preocupes si a otros
les va mejor que a ti, concéntrate en romper tus propios récords cada día. El
éxito es una batalla entre tú y tú mismo, sólo eso.
16. Deja de lado los celos.
Los celos son el arte
de contar las bendiciones ajenas en vez de las propias. Pregúntate esto: “¿Qué
es lo que tengo yo que todos los demás quieren?”
17. Deja de
quejarte y de sentir pena de ti mismo.
La vida tiene sus altibajos por una razón:
para moldear tu camino en la dirección correcta para ti. Puede que no veas o
entiendas todo en el momento en que sucede, eso puede ser muy duro. Pero
recuerda los momentos difíciles que ya has pasado: Casi siempre nos llevan a
mejores lugares, personas, estados mentales o situaciones, eventualmente. ¡Así
que sonríe! Deja que todos sepan que hoy eres mucho más fuerte que ayer, y así
continuarás.
18. Deja de guardar resentimiento.
No vivas tu vida con
odio en el corazón. Terminarás lastimándote a ti mismo más de lo que las
personas que odias podrían. El perdón no es sólo decir: “Está bien lo que me
hiciste”, es poder decir: “No voy a dejar que lo que me hiciste arruine mi
felicidad para siempre”. El perdón es la respuesta, déjalo ir, encuentra la
paz, ¡Libérate! Y recuerda, el perdón no es sólo para las demás personas,
también es para ti mismo. Si debes, perdónate a ti mismo, supéralo e intenta
hacerlo mejor la siguiente ocasión.
19. Deja de
permitir que otros te bajen a su nivel.
Niégate rotundamente a rebajar tus estándares
para adaptarte a quienes se niegan a elevar los suyos.
20. Deja de
desperdiciar el tiempo explicando tus razones a los demás.
Tus amigos no lo necesitan y tus enemigos ni
siquiera lo creerán. Sólo haz lo que tu corazón te dice que es correcto.
21. Deja de
hacer las mismas cosas una y otra vez sin tomarte un descanso.
El tiempo perfecto para tomarte una pausa es
justo cuando no tienes tiempo para ello. Si continúas haciendo lo mismo,
seguirás obteniendo los mismos resultados. Hay veces que necesitamos un
descanso para ver las cosas más claramente.
22. Deja de
pasar por alto la belleza de los pequeños momentos.
Disfruta de las cosas pequeñas porque un día
mirarás atrás y descubrirás que eran, en realidad, las cosas más grandes. La
mejor parte de tu vida serán las cosas pequeñas, momentos innumerables que
invertiste sonriendo a quien te interesa de verdad.
23. Deja de
intentar que las cosas sean perfectas.
El mundo real no recompensa a los
perfeccionistas, recompensa a las personas que hacen las cosas en tiempo y
forma.
24. Deja de
seguir el camino más fácil.
La vida no es fácil, especialmente cuando
planeas realizarte en algo que vale la pena. No tomes la alternativa más fácil
siempre, haz cosas extraordinarias.
25. Deja de
actuar como si todo estuviera bien cuando no lo está.
Está bien quebrarse de vez en cuando, no
tienes que pretender ser fuerte, no hay necesidad de probarle a nadie que todo
está perfectamente todo el tiempo. No debería preocuparte lo que los demás
piensan. Llora si lo necesitas, es saludable dejar fluir esas lágrimas. Cuanto
más pronto lo hagas, más pronto serás capaz de sonreír de nuevo, sonreír de
verdad.
26. Deja de
culpar a los demás de tus problemas.
La capacidad de alcanzar tus sueños depende de
tu capacidad de hacerte responsable de tu vida. Cuando culpas a los demás de lo
que te pasa, estás rechazando esta responsabilidad: Le das poder a otros sobre
una parte de tu vida.
27. Deja de
hacerlo todo por todos.
Eso es imposible, y solamente terminarás
exhausto. Pero hacer sonreír a una persona, a esa persona especial sí puede
cambiar el mundo. Quizá no el mundo entero, pero sí una parte de él: enfocarse
es el secreto.
28. Deja de
preocuparte demasiado.
Preocuparse no le quita problemas al día de
mañana, le quita felicidad al día de hoy. Una manera de saber si vale la pena
preocuparse es plantearse la siguiente pregunta: “¿Importará esto dentro de un
año? ¿Tres años? ¿Dentro de cinco años?” Si la respuesta es negativa, entonces
no vale la pena darle más vueltas al asunto.
29. Deja de
enfocarte en lo que no quieres que suceda.
Mejor, enfócate en lo que sí quieres que pase.
Pensar positivo es el preámbulo al éxito rotundo. Si despiertas cada mañana con
el pensamiento de que algo maravilloso sucederá ese día y pones suficiente
atención, descubrirás que estabas en lo correcto.
30. Deja de
ser ingrato.
No importa lo bien o lo mal que te ha ido,
levántate de la cama agradecido por tener vida. Hay quienes, en algún lugar,
luchan por ella desesperadamente. En lugar de pensar en lo que te hace falta,
intenta pensar en lo que tienes y que a muchos les hace falta.
31. En lo
personal, me doy cuenta de que soy culpable de muchos de estos errores.
Definitivamente una lista muy útil y que podría cambiar muchas vidas. ¡A
ponerla en marcha!
viernes, 9 de enero de 2015
-"Te amo" - dijo el principito...
-"Yo también te quiero" - dijo la rosa.
-"No es lo mismo" - respondió él... ..."Amar
es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas
nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es
saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Amar es
darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano,
hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el
amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir
el corazón y dejarse amar."
-"Ya entendí" - dijo la rosa.
-" No lo entiendas, vívelo" - agregó el
Principito.
"El principito"
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