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lunes, 20 de noviembre de 2017
domingo, 19 de noviembre de 2017
LAS EMOCIONES SON
ENERGÍA, NOS CREAN Y NOS TRANSFORMAN.
Las emociones son la
partitura que orquesta nuestro día a día.
En ocasiones, la música es alegre, vivaz e intensa, pero al
cabo de un rato nos envuelve con su melodía, triste y llena de desencanto. Son
sus notas quienes nos nutren, quienes nos ofrecen la energía necesaria para
transformar nuestra realidad…
Hay un viejo proverbio árabe que nos dice: “quien no
comprende una mirada tampoco comprenderá una explicación”. Una frase llena de
una gran sabiduría, porque de ella se desprende la naturaleza de las emociones
como lenguaje universal.
Tus emociones pueden ser tu gran fortaleza o el cristal que
empañe de tinieblas tu existencia. Si aprendes a conocerlas y a gestionarlas,
serás un gran artífice de tu realidad: de tu felicidad.
Quizás el tema de la inteligencia emocional te interese y ya
hayas leído mucho sobre él. No obstante, hoy queremos invitarte a que veas las
emociones de otro modo: como un arma de poder, como una energía que puedes
conocer y controlar para redefinir muchos aspectos de ti mismo y de la propia
realidad.
Las emociones crean
nuestra realidad
Según un trabajo publicado por la psicóloga social Barbara
Fredrickson en “Review of General Psychology” (2008), las emociones positivas,
además de darnos una satisfacción puntual, actúan como mecanismos de
aprendizaje. Es decir, hablaríamos de la siguiente relación: a mayor
emocionalidad satisfactoria acumulada, mejores recursos personales para
afrontar las épocas de crisis.
Como seres humanos que somos, todos deseamos ser felices.
Para ello, es necesario recordar que en ocasiones, basta con tener paz interna,
con estar libre de rencores del pasado, odios o frustraciones. Una mente libre
es un corazón que puede permitirse sonreír…
Si las emociones son capaces de transformar nuestra realidad
no es por simple arte de magia. Algo que debemos tener en cuenta es que la
emoción no es solo un estado interno, es una combinación de varios elementos
poderosos:
◦Las cogniciones, es decir, el modo en que procesamos todo
lo que nos envuelve, lo que que vemos, sentimos y experimentamos. Todo adquiere
un significado interno para nosotros.
◦Nuestros sentimientos y el modo en que reaccionamos. Para
comprenderlo, te pondremos un sencillo ejemplo: estás enamorado de alguien y no
te atreves a decírselo. Al final es tarde y esa persona desaparece de tu vida,
perdiendo la oportunidad, al menos, de haberlo intentado.
La emoción que sentirás es tristeza porque no supiste
reaccionar a tiempo cuando ese sentimiento era positivo e intenso. No se dio la
acción adecuada y tu realidad ahora queda difuminada por un condicional que ya
no podrás resolver: “y si hubiera…”.
Nuestro cerebro es una red compleja que procesa grandes
cantidades de información a cada segundo. Procesamos estímulos sensoriales,
almacenamos experiencias, sueños, escenarios vistos… La mayoría de estos
elementos, lo creas o no, se almacenan en nuestro cerebro asociados a una
emoción determinada.
En muchas ocasiones se ve también a nuestro cerebro como un
pequeño caos bioquímico donde quedamos determinados por la influencia de los
neurotransmisores. Ellos, en realidad, son los auténticos facilitadores de
nuestras emociones.
Principales neurotransmisores relacionados con las emociones
Los principales neurotransmisores que actúan como
facilitadores de nuestras emociones son:
◦La dopamina se relaciona con experiencias de placer y
recompensa en nuestro proceso de aprendizaje. Es decir, cuando hacemos algo
bueno, somos gratificados con segregación de dopamina y obtenemos una sensación
placentera.
◦La serotonina, por
su parte, es un neurotransmisor asociado con la memoria y el aprendizaje. Ahora
bien, es importante saber que un desequilibrio en los niveles de serotonina
puede elevar la ira, la ansiedad, la depresión y la sensación de pánico.
◦La norepinefrina, en
un nivel adecuado, mantiene bajo control el estrés y la ansiedad.
Energía emocional para transformar tu vida
La doctora
Fredrickson, citada con anterioridad y experta en el campo de la psicología
emocional, nos explica que existe una curiosa paradoja al respecto de las
emociones positivas: su intensidad es mucho más breve que las emociones
negativas. Por decirlo de algún modo más sencillo: la sensación de felicidad
intensa son más breves que los estados de tristeza.
Lo más recomendable sabiendo
esto, será “acumular” muchas experiencias positivas que puedan contrarrestar de
forma más eficaz esos estados de negatividad. Te lo explicamos con mayor
detalle.
La teoría de la
ampliación y construcción de las emociones positivas
Tal y como dijimos en
la introducción, si el ser humano es capaz de acumular numerosas emociones
positivas, adquirirá unas herramientas básicas más competentes para afrontar
los momentos difíciles.
◦Los expertos lo
llaman la “teoría de ampliación y construcción”
y se basa en la necesidad de ampliar nuestras experiencias positivas
para adquirir nuevas habilidades.
◦Mientras las
emociones negativas tienen como respuesta habitual la evitación, la negación o
la inmovilidad, las emociones positivas “nos edifican” y favorecen la relación
entre el “pensamiento y la acción”.
Así pues, y siguiendo
el principio de esta teoría deberíamos orientar nuestros días en busca de
emociones positivas. Aspectos tan sencillos como permitirnos aprender cosas
nuevas, relacionarnos, pasear, tocar, sentir, bailar, caminar o leer… Son
pequeños “ladrillos de positividad” que van edificando un cambio continuo.
Atrévete a probarlo.
Fuente: https://rincondeltibet.com/blog/p-las-emociones-son-energia-nos-crean-y-nos-transforman-29665
sábado, 18 de noviembre de 2017
viernes, 17 de noviembre de 2017
10 FORMAS PARA QUITAR
DEFINITIVAMENTE LO NEGATIVO DE NUESTRA VIDA
¿Cuál es la solución para el pensamiento negativo? ¿Cómo
olvidar a ciertas personas que con su actitud, comportamiento o acción nos
defraudaron afectando nuestra sensibilidad? ¿Por qué viene una y otra vez ese
recuerdo tan desagradable?
Quizá no exista una receta infalible para estas
interrogantes. Sin embargo, estas 10 poderosas ideas, nos ayudarán a quitar a
las personas y situaciones desagradables de la cabeza, eliminando finalmente el
pensamiento negativo cíclico. Elijamos algunas de estas formas de pensar o
actuar, y decretemos quitar lo negativo que, en ocasiones, no nos permite
avanzar:
1. Dejar de hablar del asunto
Es muy sanador decir menos cosas sobre esa persona o
situación, así como también es sabio dejar que pase el tiempo. El hecho de no
pensar ni nombrar el asunto, y esperar que el tiempo pase y actúe solo como
borrador, permitirá que se nos vaya antes de la cabeza la situación negativa.
2. Esperar y ver qué sucede después
Muy relacionado al punto anterior, es mantener la calma ante
una situación negativa. Pues a menudo sentimos la necesidad de responder y
reaccionar a las personas o situaciones difíciles, de inmediato, lo que en la
mayoría de los casos será contraproducente. En lugar de eso, simplemente
démonos permiso para esperar y ver qué sucede después.
3. Alejarse de la culpa
Pensar en los eventos pasados y tratar de adjudicarnos la
culpa, es totalmente improductivo. Las cosas malas y los malentendidos “pasan”
más a menudo, a través de una serie de eventos, como un efecto dominó. Ninguna
persona tiene, por lo general, toda la culpa de algo.
4. No entrar en la mente de otras personas
Es realmente imposible tener la certeza sobre lo que piensa
otra persona, o entender el porqué de su actitud negativa. En el caso de un evento
o persona negativa, es infructuoso tratar de indagar en su posición o “forma de
ser”, ante esto, lo mejor es retirarse de a poco.
5. Enfrentar nuestro mayor problema
No importa lo que ha
pasado, el mayor problema que enfrentamos es nuestra propia ira. La ira crea
una nube de emoción que nos impide responder de una manera convincente y
productiva a los hechos o personas negativas. Es crucial aprender a lidiar con
uno mismo: meditar, hacer ejercicio, hacer un largo paseo, lo que sea
necesario, antes de hacer frente a cualquier situación negativa.
6. Intentar calmarse y no enojarse
No podemos pensar tranquilamente sobre la mejor manera de
manejar cualquier situación cuando estamos enojados. Así como tampoco podemos
dar paso a la claridad o a la reflexión. La ira arruga la mente y nos vuelve
igual de negativos que el hecho al que queremos hacer frente. Aprendamos a
calmarnos.
7. No creamos todos nuestros pensamientos
Cuando estamos
secuestrados emocionalmente por la preocupación, el pesar, el miedo, la
ansiedad o la ira, el estado emocional y físico que experimentamos nos
distorsiona la realidad, vemos todo como real, pero puede que no sea cierto. En
este caso, nos puede hacer una mala jugada. Detengámonos ante el fluir
desmedido de pensamientos, ya que crean una realidad errada en los momentos
negativos.
8. No somos magos del tiempo
Cuando pensamos sobre hechos pasados que nos han dolido, a
menudo buscamos lo que podríamos haber hecho de manera diferente para evitar un
altercado o resultado lamentable. Lo que pasó ayer es igual de pasado como lo
que ocurrió hace más de mil años. No podemos cambiar lo que ocurrió en el
pasado. Pero lo que sí podemos cambiar es lo que estamos viviendo en este
momento.
9. Liberémonos del sufrimiento: perdonemos
En los momentos negativos, nos acostumbramos a ciertos
estados de ánimo, que nos hacen ser muy leales a nuestro sufrimiento. Para
liberarnos de él, es aconsejable el perdón. El perdón no es algo que hacemos
solo por la otra persona, sino también por nosotros mismos. Perdonémonos para
luego perdonar.
10. Ocupar un espacio mental diferente
Una respiración pausada y la meditación acompañada de
potentes imágenes, nos ayudará a dejar de pensar de manera negativa ante las
personas o situaciones que nos aquejan. Por ejemplo, imaginemos el océano azul
profundo, solo la calma viene a nuestra mente, dejando sin espacio a los
pensamientos oscuros.
jueves, 16 de noviembre de 2017
miércoles, 15 de noviembre de 2017
martes, 14 de noviembre de 2017
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