viernes, 20 de enero de 2017

OSHO: “SI ACEPTAS LOS PROBLEMAS, DESAPARECEN”

“Si sientes miedo, sientes miedo. ¿Para qué convertir el asunto en un problema? Reconoce que tienes miedo, al igual que posees dos manos. ¿Para qué crear un problema? Es como si te preguntaras por qué tienes una nariz, en lugar de dos.

El miedo está allí y lo único que debes hacer es tomar nota y aceptarlo. Acéptalo y no te preocupes. Verás que súbitamente desaparece.

Ésa es la alquimia interior: los problemas desaparecen tan pronto como se aceptan, pero se agrandan y complican cuando se entra en conflicto con ellos. Claro que hay sufrimiento y con él viene el miedo. Pero acéptalo porque no hay nada que puedas hacer al respecto. No pienses que estoy hablando de pesimismo al decir que no puedes hacer nada al respecto. Cuando digo que no hay nada que puedas hacer, te estoy dando la clave para solucionar el problema.

El sufrimiento es parte de la vida y del crecimiento, y no hay nada de malo en él. El sufrimiento se convierte en algo malo solamente cuando es destructivo, y no se utiliza para crear; el sufrimiento se convierte en algo malo solamente cuando la persona sufre y no aprende nada de su sufrimiento. Yo quiero decirles que cuando el sufrimiento deja lecciones es una fuerza creadora.

La oscuridad es bella cuando insinúa la pronta aparición del alba; la oscuridad es peligrosa cuando es interminable y no insinúa un amanecer. Es peligrosa cuando sencillamente se perpetúa y la persona continúa moviéndose como autómata en la rutina de su círculo vicioso. Esto te puede suceder si no estás alerta: por querer salir de un sufrimiento, terminas creando otro, y para escapar de ese creas otro, y luego otro, y así sucesivamente. Y todos esos sufrimientos que no has vivido continúan aguardándote. Han escapado, sí, pero simplemente para caer en otro sufrimiento, porque la misma mente que creó el primer sufrimiento, crea también los siguientes. El sufrimiento siempre estará ahí porque es una creación de la mente.

Acepta el sufrimiento y atraviésalo; no escapes. Es una dimensión completamente diferente en la cual debes trabajar.

El sufrimiento está ahí; sal a su encuentro, atraviésalo. El sufrimiento estará ahí, de modo que acéptalo. ¿Qué temblarás? ¡Entonces tiembla! ¿Para qué fingir que no tiemblas, que no sientes miedo? Si eres cobarde, pues acéptalo.

Todas las personas son cobardes. Aquellas a quienes llamamos valientes solamente están fingiendo porque muy en el fondo son tan cobardes como el resto del mundo. En efecto, son quizá más cobardes porque para crear su cobardía se han fabricado una máscara de bravura y tratan de actuar de tal manera que nadie piense que son cobardes. Su bravura es apenas una fachada.

¿Cómo podemos ser valientes? La muerte está ahí. ¿Cómo podemos ser valientes si somos apenas hojas sacudidas por el viento? ¿Cómo podría no temblar una hoja? Cuando el viento sopla, la hoja se estremece. Pero nunca acusamos a la hoja de cobarde. Sólo sabemos que está viva. Así, cuando tiemblas y el miedo se apodera de ti, eres como una hoja al viento -¡hermoso! ¿Para qué formar un problema de ello?

Pero la sociedad todo lo ha convertido en problema.

Cuando un niño siente miedo de la oscuridad le decimos: “No tengas miedo, sé valiente”. ¿Por qué? El niño es inocente; es natural que sienta miedo en la oscuridad. Pero lo obligamos a ser valiente y a esforzarse por serlo. Entonces, se llena de tensión y se limita a soportar la oscuridad; todo su ser está tenso y listo para temblar, pero el niño se reprime. Ese temblor reprimido lo perseguirá durante toda la vida. Habría estado bien temblar en la oscuridad; no habría nada de malo en ello. Habría estado bien llorar y correr y refugiarse en los brazos de sus padres, no había nada de malo en ello.

Ese niño habría salido de la oscuridad con mayor experiencia y mayor conocimiento. Después de temblar y sollozar en la oscuridad se habría dado cuenta de que en realidad no había nada que temer. Al reprimirlo, nunca logras experimentar el fenómeno en su totalidad y no extrae de él lección alguna.

La sabiduría viene con el sufrimiento, a través de la aceptación. Cualquiera que sea la situación, siéntete a gusto en ella…

¡Eres hermoso! Acéptalo y, no importa lo que suceda, permite que pase y vive la situación.

El sufrimiento no tarda en convertirse en aprendizaje, en cuyo caso se convierte en una fuerza creadora.

El miedo te dejará intrepidez y la ira te dejará compasión. Al comprender el odio, nacerá en ti el amor.

Pero eso no sucede creando un conflicto, sino viviendo con la consciencia alerta.

Acepta y atraviesa la situación”

Osho

Fuente: http://rincondeltibet.com/blog/p-osho-si-aceptas-los-problemas-desaparecen-13781


martes, 17 de enero de 2017

ERES UNA PERSONA TAN COMPLETA QUE NO MERECES QUE TE QUIERAN A MEDIAS

No somos seres incompletos. No necesitamos medias naranjas para ser felices. Somos naranjas, limones, melocotones y un sinfín de frutas rodando por el mundo a nuestro aire.

A veces tenemos la buena ventura de encontrar otra fruta que rueda a nuestro mismo ritmo. Entonces, comenzamos a dar paseos juntos, paseos que pueden durar toda la vida o acabarse en un instante. Un melocotón puede combinar perfectamente con una naranja si ambos están dispuestos a hacer una vida en común y son capaces de respetar sus diferencias y sus coincidencias.

“Sí me quieres, quiéreme entera,
No por zonas de luz o sombra.
Si me quieres, quiéreme negra.
Y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
Y morena.
Quiéreme día.
Quiéreme noche.
¡Y madrugada en la ventana abierta!

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… o no me quieras!”

-Dulce María Loynaz-

El querer y el respetar van de la mano

El gran engaño de las medias naranjas y de los amores Disney nos somete hasta tal punto que acabamos viendo normales esos amores a medias. Conformarnos con este tipo de amor es condenarnos a la soledad…

Cuando las medias tintas, el “ahora sí, ahora no” o el “quizás mañana me interesa” se instauran en nuestras relaciones, mal panorama. Es decir, si se ama, se ama en plenitud y dando todo lo que es saludable que demos de nosotros mismos, no a medias…

Esto no solo es una cuestión de principios, sino también de respeto y de consideración con nosotros mismos. No es justo ni sano dar amor sin recibir, al menos, algo que nos haga sentir bien.

Estamos de acuerdo en que el amor debe ser desinteresado, pero eso no quiere decir que deba ser necio. Es decir, si sufres porque te dan una de cal y otra de arena, es el momento de pensar en abandonar la partida y construir un buen castillo.

“Amurallar tu propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior.”
-Frida Kahlo-

El amor que todos merecemos es un amor en plenitud

No es que los demás tengan que adorar cada parte de ti o cada manía, sino que quien te ama de verdad no intentará cambiarte ni manipularte. Cada pequeño gesto hace de nuestro ser y de nuestro mundo algo excepcional que merece su consideración.

“Mereces un amor que te quiera despeinada, con todo y las razones que te levantan de prisa, con todo y los demonios que no te dejan dormir.

Mereces un amor que te haga sentir segura, que pueda comerse al mundo si camina de tu mano, que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.

Mereces un amor que quiera bailar contigo, que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos, y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.

Mereces un amor que te escuche cuando cantas, que te apoye en tus ridículos, que respete que eres libre, que te acompañe en tu vuelo, que no le asuste caer.

Mereces un amor que se lleve las mentiras, que te traiga la ilusión, el café y la poesía.”

-Frida Khalo-

Debemos dejar que nuestro acompañante nos ame como quiera y no como nosotros deseemos, pero siempre volando con las alas de la libertad. Esto quiere decir que nadie tiene derecho a vulnerarnos ni a jugar con nosotros.

En este sentido, no nos podemos dejar llevar por nuestras necesidades o por nuestra concepción del amor ideal, sino que tenemos que establecer las bases del respeto, de la aceptación y de la reciprocidad.

No merecemos que nos amen a medias. Merecemos que nos demuestren que lo hacen y, para eso, es fundamental desactivar los egoísmos. Porque, simplemente, un amor verdadero no se aprovecha de nadie, ni siquiera de una situación.

“Ser profundamente amado te da fuerzas, mientras que amar profundamente a alguien te da coraje”
-Lao Tse-


https://lamenteesmaravillosa.com/eres-una-persona-tan-completa-que-no-mereces-que-te-quieran-a-medias/


jueves, 12 de enero de 2017

"CUANDO MUERES SÓLO CAMBIAS DE CONCIENCIA"

Pim van Lommel, cardiólogo; investiga experiencias después de la muerte (EDM)

Madurar es liberar la conciencia de la edad: he tratado a jóvenes con experiencias después de la muerte más maduros que yo. Mi padre era neurólogo y yo quise ser físico: ahora estudio física cuántica para entender qué sucede tras la muerte. La fe es otro camino a la verdad.

Cuando enseñaba Cardiología en el hospital de Arnheim -800 camas- ya investigaba cómo algunos pacientes, tras infarto y muerte clínica, volvían a vivir.

Hasta que en 1986 leí el testimonio de un estudiante de Medicina, George Ritchie, que resucitó tras nueve minutos de muerte clínica. Me impresionó tanto que empecé a estudiar en profundidad esos casos.

¿Tantos había?

En 1988 ya tenía doce episodios incuestionables y creé una red de investigación con otros diez hospitales holandeses. Iniciamos un estudio clínico prospectivo de 344 pacientes, que publicó The Lancet (2001).

Causó un impacto mundial.

Tanto que ya le avancé entonces, cuando usted me entrevistó, que, tras 31 años de cardiología, me iba a dedicar en exclusiva a las experiencias cercanas a la muerte (EDM).

¿Qué hemos aprendido desde el 2001?

Tenemos más preguntas, además de la clásica: ¿si la conciencia es un mero producto del cerebro, cómo puede sobrevivir y explicar la experiencia de la muerte?

¿Qué dice la ortodoxia médica?

Que se trata de meras alucinaciones causadas por la anoxia (carencia de oxígeno).

¿Y qué le dice su investigación?

Si la causa fuera la anoxia, todos los que vuelven a la vida tras la muerte tendrían EDM, porque todos la sufren, pero, en cambio, sólo el 18% tiene esas experiencias.

¿Qué explican sobre ellas?

Coinciden en hablar de recuerdos, cognición y emociones y mantienen la identidad, un punto crucial, porque el ego es el enlace entre la conciencia y el cuerpo.

¿Luces, voces, su vida en un instante...?

Las han experimentado miles de personas, pero no todos las explican por temor a ser tachados de lunáticos o porque creen que las causan la medicación o la enfermedad.

¿Todos experimentan lo mismo?

No todos experimentan todo, pero todos citan algunas experiencias recurrentes que coinciden en un cruce espacio-temporal.

¿A qué se refiere?

Es la revisión de la vida pasada, pero también la futura y presente: algunos, al volver, anticipan sucesos y reinterpretan los ya pasados, así que suelen cambiar de pareja, de trabajo, de existencia, porque han contemplado su vida en conjunto durante su EDM.

¿Cómo son esas visiones?

Inefables, a menudo el lenguaje carece de términos para explicarlas. Una EDM de tres minutos puede requerir semanas de testimonio en el que no se repite un solo episodio. El tiempo, como le decía, transcurre de un modo único en síntesis con el espacio y una constelación de familiares y afectos.

Por ejemplo.

Un paciente refiere cómo en su EDM había visto a un señor desconocido sonriéndole. Diez años después, su madre agonizante le reveló que él era hijo de una relación extramarital y le mostró una fotografía de su padre biológico, asesinado en un campo de concentración: era aquel señor sonriente.

¿Cómo sabe que esos pacientes clínicamente muertos siguen conscientes?

Lo prueban cientos de casos. En Conciencia más allá de la vida explico el de un hombre de 43 años que nos llegó cianótico, frío, sin tensión y con las pupilas dilatadas. La enfermera le extrajo la dentadura postiza y la depositó en un cajón. Resucitó inexplicablemente tras un largo coma y preguntó por sus dientes.

Si estas vivo, resultan muy útiles.

Reconoció, al verla, a la enfermera y le pidió que se los devolviera. Ella nos llamó alarmada y entonces el paciente nos relató en detalle lo que habíamos dicho y hecho cuando llegó muerto a urgencias del hospital.

¿Y usted qué cree?

Nuestra conciencia no es más que un retransmisor para esta dimensión de nuestro ser en varias. Es como una radio que, mientras vivimos aquí, sintoniza con este universo. Nuestra muerte sólo es un cambio de conciencia, una transición. Sólo morimos en una dimensión para pasar a otras.

¿Es una convicción religiosa?

Es física cuántica. Yo no soy creyente. Muchas religiones se han acercado a esa realidad con técnicas de paso entre esas dimensiones, como la meditación o el misticismo.

¿Cómo lo sabe?

Porque estudio casos -me consultan decenas cada día- y las experiencias son recurrentes y concurrentes: confluyen tiempo -pasado, presente y futuro: tienen visiones- y espacio en sensación de unidad.

Y esos testimonios de cada día coinciden con los relatos de la mística y las visiones de profetas, gurús y santos desde hace siglos.

¿Todo está conectado?

Ven la luz (los niños me cuentan que un ángel; los ateos hablan de "una energía" y los creyentes, de Dios). Todos se refieren a lo mismo y que en ello se sienten integrados.

¿Por qué la ciencia lo ignora?

Hasta ahora, la mecánica cuántica demuestra que la luz consta de partículas que al mismo tiempo son ondas -creo que nuestra conciencia las retransmite- dependiendo del estado del observador.

La experiencia de lo objetivo, al fin, depende de tu estado subjetivo.

Así que, desde los gurús milenarios hasta los físicos cuánticos, cuando asumes tu transición sin miedo experimentas un anticipo de esa sensación de plenitud.


Fuente: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120605/54303448302/pim-van-lommel.html