¿Te atreves a soñar?
https://youtu.be/i07qz_6Mk7g
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jueves, 21 de enero de 2016
miércoles, 20 de enero de 2016
MONTSE BRADFORD: "LO QUE PENSAMOS
GENERA EMOCIONES, PERO TAMBIÉN LO QUE COMEMOS"
Fundadora de
varias escuelas de cocina, esta barcelonesa de nacimiento, afincada en Londres
desde 1978 hasta 2006 (ahora reside en la Ciudad Condal), ha dado clases en la
Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia Blanquerna e impartido
cursos por toda Europa y también por Sudamérica. Galardonada con el Premio
Verde 2008 (Fundación José Navarro) por su trabajo a favor de la alimentación
responsable y el desarrollo sostenible, ha escrito más de diez libros. El
último, La alimentación y las emociones.
Usted
defiende que ciertas emociones nos vienen dadas por lo que consumimos.
Tenemos que
ver de dónde vienen las emociones. ¿Las compramos en el supermercado? Las
emociones tienen dos orígenes. El pensamiento, lo que pensamos genera
emociones, pero también lo que comemos. Si tomo un vaso de agua o de whisky mis
emociones serán muy distintas. ¿Y por qué generarán distintas emociones? Porque
atacarán a diferentes órganos. Si yo ingiero alimentos que me bloquean el
hígado, o la vesícula biliar, tendré emociones de ira, cólera, agresividad,
impaciencia… porque cada órgano, dependiendo de si funciona bien o mal, genera
unas u otras emociones. Esto está totalmente constatado en la medicina china de
hace tres o cuatro mil años.
¿Cree usted
que el ciudadano de a pié tiene esta percepción?
Falta
conciencia, porque la alimentación no se ve desde esta perspectiva. Se mira
desde un ángulo muy primitivo. Sería el primer nivel alimenticio: ¿tengo
hambre?, pues como lo que sea, voy a un McDonald’s o donde me apetezca en ese
momento. Habría dos niveles más: el sensorial y el emocional. Las personas
están vibrando en estos tres niveles, nada más. Y tenemos que ir un poco más
allá, al nivel de la energía que provocan los alimentos. Porque con la alimentación
podemos generar salud o enfermedad. Es muy importante.
Usted
explica que el ser humano cuenta con tres cuerpos: físico, emocional y mental…
Efectivamente,
y cada uno de ellos necesita cosas diferentes. Las personas sólo identifican el
físico, el que vemos cada día en el espejo. En cambio, hay mucho miedo en
prestar atención al emocional. Nos pasamos años sin reciclar nuestras
emociones, bloqueando totalmente este cuerpo. También está el mental. Los
alimentos que necesita cada uno son distintos. No podemos darle chocolate al
emocional porque no funciona. Si el novio nos deja, comiendo chocolate no
haremos que vuelva. El único cuerpo que tiene sistema digestivo, dientes y
estómago es el físico. Al cuerpo emocional, por ejemplo, hay que alimentarlo,
sí, pero con emociones. Cada uno tendrá su método, a unos les gustará ir a
bailar, a otros ir a caminar por la playa… Acabamos alimentándolo, sin embargo,
con cosas físicas que no funcionan.
¿El
bienestar radicaría en conseguir un equilibrio entre todos ellos?
Sí. Yo
siempre hago la metáfora de los tres amigos que van por el camino de la vida
cogidos de la mano. Si los tres están más o menos equilibrados, y digo más o
menos porque la armonía absoluta no existe, sumarán un equipo y buscarán juntos
la misma meta. Sin embargo, si el cuerpo físico está debilitado, el emocional
bloqueado, sobre todo porque lo desconocemos, y el mental centrado en controlar
nuestra vida, es muy difícil conseguir ningún logro. Es lo que pasa hoy en día,
falta de claridad, la gente está desorientada y desconcertada. Empezar a
conocer los tres cuerpos, aunque sea poco a poco, sería muy importante.
¿Se puede
establecer una relación de causa-efecto entre lo que comemos y nuestro estado
de ánimo posterior?
Por
descontado, porque si yo como cosas que me están debilitando, que me están
desmineralizando, notaré efectos emocionales de desmotivación, de mucho frío,
no tendré ganas de hacer nada. Las personas estarán física, emocional y
mentalmente con estas energías de deficiencia. ¿Y cómo me desmineralizo? Pues
consumiendo alimentos que tienen un pH ácido. La tónica general de la sociedad
es que tenemos un hígado muy bloqueado y un riñón con muchas deficiencias, y el
riñón necesita minerales. Si no, aparecen las emociones negativas. La principal
emoción negativa del riñón es el miedo. Hoy en día tenemos miedo de todo. No
somos emprendedores, nos falta espíritu de aventura… La gente está muy ácida,
muy desmineralizada.
Precisamente,
usted explica en su libro que hay alimentos que generan una sangre ácida (con
la que construimos estrés, enfermedad y desequilibrio) y otros que, por el
contrario, la alcalinizan (con lo que obtenemos energía, vitalidad y salud)…
Exactamente.
Es fascinante. Podemos generar nuestro propio estado de ánimo. Somos los
creadores de nuestra vida, en todos los niveles de nuestro ser. Cómo escogemos
pensar es muy importante. Decíamos antes que una de las vías por la que se
crean las emociones es a través de los pensamientos. Pero claro, si ingerimos
whisky, difícilmente podremos ser conscientes de nuestros pensamientos. La
alimentación, sin duda, es la número uno para darnos un poco más de
estabilidad, de armonía, de paz… y luego debemos mirar con tranquilidad la
calidad de nuestros pensamientos, que también forman emociones, por descontado.
También
defiende que hay alimentos con energía yin (chocolate, alcohol, estimulantes,
azúcares, levaduras artificiales…) que conducen a la hipersensibilidad,
mientras que hay otros, con energía yang (carne, jamón, embutidos, huevos…) que
nos ponen tensos y coléricos…
Así es. El
alcohol, los vinagres, los estimulantes… todo ello estimula al sistema nervioso
generando una energía falsa. Cuando una persona, a media tarde, se siente
fatigada, busca ingerir café, chocolate, beber una cola… en definitiva, generar
una energía que no tiene. Pero claro, si hacemos esto durante muchos meses
acabaremos creando una fibromialgia o una fatiga crónica, y es que estamos
destruyendo la energía de los riñones. Todos estos alimentos crean una energía
de expansión. Nos inflaman y nos desmineralizan. Nos dicen que tenemos que
tomar mucha leche para los huesos. Pero hay gente con osteoporosis que a pesar
de haber tomado mucha leche, y haber ingerido carne y queso, tienen este
problema. Esta claro que no deja de ser un tópico que se ha demostrado que no
funciona.
Y la yang…
Son
alimentos que tensan, que acumulan. Son de grasas saturadas. Nos bloquean
órganos como el hígado, la vesícula biliar, el bazo, el páncreas y nos crean
estas emociones de mucha tensión, agresividad, cólera… en definitiva, emociones
que se llaman de exceso. Tenemos emociones de exceso, por una parte, y de
deficiencia por otra, como el miedo, la falta de autoconfianza, que nos dan,
por ejemplo, los azúcares refinados.
Según sus
explicaciones, abusar de productos yang nos conducirá irremediablemente hacia
la ingesta compulsiva de alimentos yin.
Efectivamente.
Cuando yo tomo una parte de alimentos con energía yang, alimentos que nos
tensan, quiero consciente o inconscientemente siete partes del extremo
contrario. Es lo que llamamos la rueda energética o el yoyó. No falla, cuando
tomo una parte de yang, quiero siete de yin. La gente dice “¿qué me pasa que no
puedo parar de comer chocolate?”. Y yo les digo, deja de comer huevos, jamón, y
verás cómo podrás dejar de comer chocolate.
¿La idea es
evitar productos con energía yin o yang para intentar alcanzar el bienestar? ¿O
comidos con moderación no tienen por qué ser dañinos para nuestro cuerpo?
Siempre nos
llevarán a un desequilibrio. Estos alimentos de grasas saturadas bloquean el
hígado y además no son el ejemplo de una alimentación sostenible. Tenemos en el
planeta 7.000 millones de habitantes y debemos empezar a comer mucho más del
reino vegetal. El reino animal no es una alimentación sostenible. Hay 1.400
millones de personas que no pueden comer ni beber nada. Y nosotros, en cambio,
estamos comiendo jamón y queso, por ejemplo. Tenemos que ser conscientes de
ello. Hay que tener en cuenta que para ‘cultivar’ un kilo de carne se necesitan
1.500 litros de agua, y todo ello para que, después, una familia lo ingiera en
una comida. Y esto sucede a la vez que hay personas que no pueden beber ni una
gota de agua. ¡Es alucinante! Nos estamos cargando el planeta. No podemos
pensar sólo en nosotros, sino también en las generaciones futuras. Necesitamos
una alimentación sostenible, sana, natural y energética, conociendo la energía
de cada alimento.
En una
comida principal, dice usted, no puede faltar: cereales integrales en grano,
legumbres, un alga, una verdura verde y una pequeña porción de semillas o
frutos secos. Alguien podría decir, ¡qué aburrimiento!
En absoluto.
Lo que hacemos es volver a la vida natural. Empezar a comer lo que comían
nuestros abuelos. ¿Cuánto hace que apareció el donut? Tampoco hace tanto.
Tenemos que volver a la dieta de antes, a comer legumbres, verduras, piñones,
nueces, semillas, frutos secos, fruta de la temporada. Tampoco hace tanto que
comíamos esto. Lo que hay que hacer es comer los alimentos naturales de toda la
vida, los que necesitamos, pero de la forma que deseemos. Podemos hacer fideuás,
pizzas, hamburguesas, pero sin que sean de carne. Comemos lo que necesitamos en
la forma que deseamos y de esta manera el cuerpo emocional también esta
contento.
Pero
disfrutar de una buena mesa también puede generar emociones positivas…
Según lo que
entendamos por emociones positivas. Después de la comida de Navidad, las
vibraciones empiezan a subir y todos los comensales, durante la sobremesa,
creen tener la razón. Para mí esto no es positivo. Lo ideal es la armonía, la
tranquilidad, el silencio… para mí esto es armonía. Es verdad que el placer
sensorial existe y tiene relación con las emociones. Pero es por eso que te
puedes comer un fricandó, pero no de carne, sino, por ejemplo, de seitán. O una
lasaña. Yo hago una lasaña fenomenal. También hago donuts, pero no con azúcar,
sino con manzana, por ejemplo.
Hablaba
usted de vibraciones. Defiende que tanto los alimentos como los diferentes
cuerpos del ser humano (físico, mental y emocional) vibran de distinta manera…
Así es. El
físico vibra tan lentamente que lo podemos ver y tocar. El mental, por su
parte, es la torre de control. Vibra más rápido que la velocidad de la luz.
Pensamos mentalmente que vamos al Taj Mahal y hemos ido y venido. Es
instantáneo. El emocional no lo podemos ver, pero sí sentir. Cuando estamos mal
emocionalmente lo sentimos claramente. Éste no necesita ni chocolate ni alcohol
ni nada por el estilo, lo que pasa es que la gente los utiliza para evadirse.
¿Y es cuando
se resiente?
Evidentemente.
Se queja porque no tiene vibraciones de armonía. Está bloqueado porque nunca le
prestamos atención. Al cuerpo físico lo mimamos a diario, lo duchamos, lo
alimentamos… al emocional nunca lo hemos limpiado. Nunca hemos tenido en cuenta
las emociones bloqueadas. No vamos a un terapeuta para gestionarlas, no lo
hacemos. Ni tan siquiera las expresamos, escribiendo, por ejemplo. Hablo de
coger un papel y escribir cómo nos sentimos, o pintar, o ir a bailar… el caso
es que afloren de alguna forma. No lo hacemos, no lo depuramos, no lo limpiamos
cada día. Y el mental lo mismo. Vibra tan rápidamente que nos descontrola. Es
importante para gestionarlo el silencio, la paz, para poder observar esos
pensamientos que tenemos descontrolados. Todo el mundo tiene dos minutos al día
para detenerse, pero no lo hacemos. El alimento ideal para el cuerpo mental es
el agradecimiento, estar agradecidos con la vida.
A la hora de
cocinar, "no sabemos extraer el sabor dulce a los alimentos", asegura
usted. Por eso, añade, buscamos la compensación en el postre…
Exactamente.
En la cocina mediterránea no hay dulzor.
Está usted
cuestionando un referente…
Pero es
verdad. No hay dulzura, en el plato, en la cocina mediterránea. Hay mucho
salado, mucho aceite, mucho picante y mucho ácido… pero dulzura no, en
absoluto. Y claro, acabamos de comer platos de esta cocina con tanto ajo, con
tanto vinagre, que buscamos el dulce en las natillas o en el flan. Y estos
postres tienen mucho azúcar, y de ahí los niños tan hiperactivos que tenemos.
El sabor dulce está en el plato. ¿Y de dónde lo sacamos? Pues de las verduras
dulces: calabaza, moniato, zanahoria… todas son muy dulces. Y si las cocinamos
durante mucho tiempo dan una dulzura increíble. Cada gusto tonifica diferentes
órganos del cuerpo.
Explíquemelo…
El sabor
dulce nos equilibra estómago, bazo y páncreas. Son órganos emocionales todos
ellos, que necesitan mucha dulzura y relax. Esta dulzura natural es muy
importante, no me canso de repetirlo. La gente esta muy estresada y le falta un
poco de dulzura. Cuando incorporemos esto a nuestro cuerpo, seguramente
podremos relajarnos más y contar con un poco más de armonía en nuestra vida. Si
vamos por la vía del azúcar, pues vemos el nivel de hiperactividad que tiene la
gente. El azúcar nos desmineraliza, nos afecta al sistema nervioso, además de
dejarnos mal el riñón, los huesos, etc. Ya vemos cómo están los niños de
hiperactivos. Yo defiendo que no existen por naturaleza niños hiperactivos. El
niño actúa en función de la energía que le damos. Si le damos una cola, pues
actuará según la energía que le produce este producto. Si no le damos este tipo
de alimentación, estará como un angelito. Tenemos que entender esto, es muy
importante.
Hacía usted
referencia a cocinar con tiempo, algo de lo que carecen hoy en día muchas
personas…
Yo también
tengo un ritmo de vida muy ajetreado y como muy bien. Tenemos tiempo, lo que
pasa es que no lo dedicamos a la cocina. Lo empleamos, por ejemplo, para
chatear. No valoramos que a través de la comida podemos modificar la calidad de
nuestra sangre. Es cuestión de adquirir el hábito. Poner una olla de cereales
supone un minuto y medio, y tienes para tres días. Hacer un pescado a la
plancha o cocinar una verdura verde lleva tres minutos, es muy fácil. Poner una
calabaza al horno sí lleva más tiempo, pero tampoco tenemos que estar todo el
rato vigilándola. Realmente es muy fácil cuando se aprende. Lo que pasa es que
la gente quiere cambiar leyendo un libro, y para ello hace falta un instructor.
Si quiero aprender a conducir no puede hacerlo únicamente leyendo un manual,
necesito un instructor que me enseñe, porque si no después habrá carencias. La
gente vendrá y dirá “esto no funciona”, y sí que funciona, pero hay que
aprenderlo.
Leyendo su
libro, uno se da cuenta de que usted no es muy partidaria de las ensaladas o de
la fruta cruda. Incluso no le hace demasiada gracia la miel, cuando es un
alimento, según muchos expertos, tan nutritivo…
La fruta y
la ensaladas crudas sí las recomiendo, pero según para quien. A una persona que
tenga frío no se las aconsejaré. A Don Quijote, por ejemplo, no le recomendaré
comer mucha ensalada, porque está muy delgado. Pero a Sancho Panza sí, cada día
le daría una ensalada. Depende de la persona. Las ensaladas y todo lo crudo lo
que hace es enfriar mucho. A una persona con exceso de peso, que ha comido
mucha carne y que tiene un hígado muy bloqueado, que le reporta emociones de
exceso, de ira, de cólera, le irán de maravilla. En cambio, una persona que
esté decaída, con anemia, con osteoporosis, pues no se las recomiendo. La
cocina energética me aporta conocimiento y me da libertad para escoger. Yo no
soy partidaria de dietas, de prohibir. Yo explico los efectos que producen los
alimentos, luego que cada uno escoja.
Y con
respecto a la miel…
Cuando tomo
una cucharada de miel de abeja, a los treinta segundos tengo mucho calor. Esto
me está diciendo que este es un alimento que no transcurre por el sistema
digestivo, sino que va directamente al riego sanguíneo y me da una
hiperactividad al instante. ¿El día idóneo para tomar miel? El día que queramos
correr un maratón, no hay problema. Tomamos algo de miel y ganamos la carrera
(risas). Pero para el día a día no, porque nos dará mucha hiperactividad. Si
tomamos mucha, nos desmineraliza, porque todo aquello que da energía al momento
acidifica la sangre. Y cuando la tengo ácida, el pH cambia y el cuerpo busca
minerales de donde sea. Por eso yo no recomiendo tomar miel cada día, en
absoluto.
¿Qué le
diría a aquella persona que no acabe de estar convencida del método alimentario
que usted propone?
Que lo
pruebe, que lo siga durante seis meses. La gente que lo prueba gana en calidad
de vida. Gana en concentración, claridad mental, en ganas de hacer cosas, en
perder peso o ganarlo, si es necesario… No podemos opinar de algo si no se
prueba, si no se vive. Yo en mis clases doy libertad. Explico qué energía
aporta cada alimento, y luego la gente decide.
martes, 19 de enero de 2016
REFLEXIONES DE JOHN LENNON
“Nos
hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja,
y que la
vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad.
No nos
contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las
espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Nos hicieron
creer en una fórmula llamada “dos en uno”: dos personas pensando igual,
actuando igual, y que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene
nombre: anulación. Y que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron
creer que el matrimonio es obligatorio y que los deseos fuera de ese término
deben ser reprimidos.
Nos hicieron
creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que
escapan de ella están condenados a la marginalidad.
No nos
contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son
alienantes, y que podemos intentar otras alternativas.
Tampoco nos
dijeron que nadie nos iba a decir todo esto… cada uno lo va a tener que
descubrir solo.
Y entonces,
cuando estés muy enamorado de ti mismo, podrás ser muy feliz y amar de verdad a
alguien.
Vivimos en
un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia se
practica a plena luz del día.”
lunes, 18 de enero de 2016
ME GUSTA MI FORMA DE SER: NO NECESITO
GUSTAR A TODO EL MUNDO
Mi forma de
ser es auténtica y no necesito aparentar lo que no soy para gustar a todo el
mundo. Hace tiempo que practico el valor de la dignidad personal, no soy
esclavo de nadie, y no necesito aprobaciones ajenas para ser feliz.
Es vital que
lleguemos a esta conclusión lo antes posible en nuestro ciclo vital. Es un
aspecto que todo adolescente debería asumir, y que toda persona debería
practicar para alcanzar un adecuado equilibrio interior y un bienestar
emocional.
Yo no soy como tú
esperas que sea, acéptame por lo que me define, por mi forma de ser, por mi
forma de hacerte feliz: construyamos un mundo donde ni tú ni yo nos obliguemos
a dejar de ser “tú y yo”.
Sabemos que
no siempre es fácil actuar de este modo. En nuestro interior, tenemos la
sensación de que si no gustamos a todo el mundo no seremos aceptados. No
obstante, la vida no se construye con la necesitad de tener que gustar: basta
con que sepamos respetarnos.
Uno siente
la necesidad de gustar a la familia de nuestras parejas, de llevarnos bien con
sus amigos, de encajar con todos nuestros compañeros de trabajo y las personas
que forman parte de nuestros círculos sociales. Ahora bien, lo primero que toda
persona debería tener en cuenta, es que es imposible gustar a todo el mundo.
Cada persona es única, todos disponemos de nuestra forma de ser, de ver el
mundo, de vivir la vida.
Si no te
gusto, al menos acéptame, respétame. Lo más probable es que exista algún
aspecto de mí que nos una, lo más probable es que a pesar de nuestras
diferencias, podamos enriquecernos de algún modo. Y si esto no ocurre, tampoco
pasará nada. Lo esencial, es que nos aceptemos nosotros mismos: el amor propio
es una relación que debe durar toda la vida.
Yo soy yo, y me acepto en mi forma de ser:
soy un regalo
Tú eres un
regalo para ti mismo, y nadie puede decirte lo contrario. Sólo tú sabes lo que
has vivido, lo que has superado, tu forma de ser es la ventana que te permite
ver el mundo con toda su intensidad, en libertad e integridad.
Soy como soy, no
pretendo ser una versión de nadie ni una marioneta guiada por hilos ajenos:
tengo voz, corazón y sé lo que merezco en esta vida para ser feliz.
Nuestra
forma de ser no se define sólo con decir que somos extrovertidos, tímidos o
introvertidos. Es una amalgama de matices donde se inscriben experiencias,
pensamientos y aprendizajes vitales. Son fracasos y son heridas, pero también
son triunfos y senderos transitados con felicidad.
Lo malo
enseña y lo bueno orienta, toda vivencia edifica nuestra forma de ser, ahí
donde también se integran estilos educativos, valores que asumimos o a los que
renunciamos, y la esencia de cada persona que pasa por nuestra vida.
- Tu forma
de ser es la energía que te empuja y que debe poner barreras a lo que no
quieres en tu vida, a lo que no te define.
- Las
personas que intentan encajar con todo el mundo necesitan ante todo aprobación.
Es entonces cuando se sienten integradas, pero si nos limitamos a buscar
aprobación en el día a día dejaremos de ser nosotros mismos.
- El
psicólogo y escritor Wayne Dyer solía decir que el 50% de personas con las que
nos cruzamos cada día estarán, posiblemente, en contra de nuestras opiniones.
Si en alguna ocasión te encuentras con alguien a quien no le gusta lo que dices
o lo que haces, no te preocupes: hay otro 50% que sí te apoyará.
- Cuando
somos pequeños nos educan en la necesidad de gustar a todo el mundo: sonríe, da
la mano, siéntate bien, no hagas esto, no hagas lo otro… Pasamos una buena
parte de nuestra vida “buscando aprobación”, hasta que un día, de pronto, nos
damos cuenta de que gustar a todos es imposible.
Intentar gustar a todo el mundo te hará
infeliz
El budismo
ya nos lo decía desde la antigüedad: si te empeñas en gustar a todo el mundo lo
único que encontrarás es sufrimiento e infelicidad. No vale la pena, no es
necesario gustar a quien tiene el corazón egoísta, a quien no te reconoce, a
quien carece de nobleza y a quien simplemente, no encaja con tu forma de
entender el mundo.
Soy una parte de todo
lo que he encontrado en mi camino, mi forma de ser es mi esencia y mi
identidad. Me ha costado mucho llegar hasta donde estoy y no puedo permitirme
aparentar algo que no soy solo para hacerte feliz.
Si lo
pensamos bien, nada podría traernos mayor estrés y sufrimiento emocional que
intentar gustar a todo el mundo. No obstante, también sabemos que “no gustar”
puede ocasionarnos más de una crítica y un reproche.
- Entiende
que las críticas que te propinen están más relacionadas con quien las dirige
que con quien las recibe. No te definen, en ocasiones no es más que el reflejo
de la frustración de quien te critica.
- No es
higiénico vivir la vida pendiente de las opiniones ajenas, ni bajo el yugo de
encontrar aprobación de los demás: te convertirás en un esclavo del mundo en
lugar de ser el dueño de tu corazón.
La vida es diversidad,
y las personas tenemos tantos matices que vale la pena ser únicos, ser
auténticos y mantener siempre una adecuada dignidad. Ámate por lo que eres,
quiérete por quien eres.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/ama-tu-forma-de-ser-no-hay-que-caerle-bien-a-todo-el-mundo/
domingo, 17 de enero de 2016
EL SAGRADO INSTANTE EN QUE DEJAS DE PENSAR
Hay un espacio sagrado
entre la lluvia de pensamientos que ocupan tu mente. Por esos diminutos
espacios es por donde se cuela la luz del universo y te hace ser brillante.
Esos
instantes de silencio entre pensamientos son donde las grandes decisiones
aparecen. Esos pequeños instantes en que pasas de un pensamiento repetitivo al
siguiente pensamiento repetitivo, son los momentos sutiles donde tu mente se
abre a recibir toda la información limpia del universo.
Cuando
piensas, no sabes que casi nunca piensas. No eres consciente de tu
inconsciencia.
Cuando crees
que piensas, no estás pensando, estás reproduciendo el recuerdo de un
pensamiento viejo que tuviste hace mucho tiempo. Un pensamiento que lo más
seguro es que no sea ni tuyo.
Lo que crees
que son tus pensamientos son las asociaciones y respuestas condicionadas que
tienes ante las cosas que observas. Pensamientos que ya existen antes de ser
pensados. Pensamientos que responden a los patrones que has asimilado desde el
día en que naciste. Estos patrones están construidos con creencias, formas
parciales de observar, juicios ante cada hecho o situación; han sido
implantados en ti por tu familia, tu entorno, tus amistades y, actualmente, por
los medios masivos de desinformación que tienen por fin mantenerte en estado de
hipnosis.
Tu pensar es
una tragedia para ti. Tu pensamiento es un ruido constante que te atormenta
aunque busques la paz en un desierto de silencio. Y lo peor es que tú crees que
eres tus pensamientos.
La buena
noticia para ti es que hay un espacio entre cada pensamiento, tan estrecho que
parece invisible ante la lluvia de pensamientos recurrentes que van dejando
estelas de basura llenando los huecos de luz. Puedes hacer limpieza. Ha llegado
la hora de limpiar la basura.
Situarte
como observador de tus pensamientos, como el ser verdadero que puede
distanciarse del muñeco pensador y contemplarlo. Apenas descubras que puedes
observar a la máquina de pensar, que puedes pensar al pensador, te darás cuenta
de que tú no eras ese que creías ser. Podrás dejar caer tu personaje. Podrás
vaciar tu pensamiento de contenidos inútiles, ociosos y destructivos. Podrás
ponerte a contar cuantas veces has tenido ese mismo pensamiento en el día de
hoy, y cuantas ayer. Te sorprenderá la cuenta. Y te darás cuenta de que no has
solucionado nada con tanto pensamiento estéril. Ya es hora de dejar de pensar,
de irte al campo a contemplar una hoja de un árbol sin ninguna otra ocupación.
En ese momento, es posible que por fin aparezca como de la nada la solución a
eso que tanto te angustia.
Cuando dejes
de pensar a lo loco, podrás empezar a pensar de verdad. No se trata de dejar de
pensar, se trata, en realidad, de empezar a pensar. Se trata de disfrutar de tu
mente. Tu mente es maravillosa y la tienes inutilizada de tanto uso.
Cuando
empieces a dejar más espacio entre los pensamientos, estarás abriendo el
espacio para que entre la luz del universo que posee toda la información. Y
allí, con todo ese espacio libre, podrás usar tu mente para elaborar
pensamientos reales, pensamientos inteligentes, pensamientos lúcidos,
pensamientos deslumbrantes.
Siéntate a
meditar. Prepara la comida en meditación. Camina meditando. Corre, salta y haz
el amor en una meditación continua y permanente. Allí, por fin, tu verdadero
ser empezará a sentirse libre. Por fin tu cuerpo, tu mente, tu energía tendrán
una verdadera razón de ser. Por fin sentirás que tu vida sirve para algo, que
tu visita a la Tierra no es inútil, y que estás haciendo lo que en verdad has
venido a hacer y simplemente no recordabas.
sábado, 16 de enero de 2016
PERDONAR ES LIMPIAR LOS DESECHOS QUE OTRA
PERSONA DEJÓ EN NOSOTROS
Perdonar, se
dice tan sencillo y a veces cuesta tanto trabajo, puede resultar una ardua
labor, con todo y que sepamos qué es lo mejor para nosotros, que somos los
mayores beneficiados, que nos liberaremos de sentimientos negativos que podemos
sustituir por positivos… Pero cuánto trabajo nos puede costar perdonar
realmente, de corazón…
Cuando
sentimos que alguien nos ha lastimado, cuando han lastimado a alguien que
queremos, cuando presenciamos o vivimos injusticias, cuando somos traicionados,
cuando nuestro corazón se entristece y se arruga como una pasa por que alguien
lo desvaloró, maltrató o realizó cualquier acto donde nos sentimos vulnerados,
se genera en nosotros de forma casi inevitable un sentimiento de rencor, de
dolor al recordar, de impotencia o de culpa.
Debemos
hacer un esfuerzo del tamaño necesario para no cargar con ese peso a nuestras
espaldas, el perdonar de corazón nos libera, nos permite soltar algo que nos
hace daño, algo que nos pone en sintonía con el dolor. Perdonar no significa hacer las paces con quien sentimos que nos ha
agredido, tampoco es restarle importancia a eso que nos lastimó. Es reacomodar
nuestros sentimientos en pro de nuestro bienestar, es darnos mayor importancia
a nosotros que a nuestro agresor.
Perdonar es
amarnos más a nosotros de lo que despierta en nuestro ser el recuerdo de lo que
nos lastima. Perdonar es aceptar lo que ocurrió, no podemos cambiar el pasado,
solo podemos cambiar cómo lo revivimos en nuestra memoria, poder sanarnos nos
permitirá ser más fuertes, ser más conocedores de nosotros mismos y sobre todo
protectores.
Esperar una
disculpa o un cambio de actitud por parte de quien nos ha lastimado o ha hecho
algo que ante nuestros ojos amerite ser perdonado, es darle el poder a otro
sobre nuestro estado emocional, probablemente esa disculpa no llegue,
probablemente esa persona ni siquiera tenga conocimiento de lo que ha generado
en nosotros o bien pueda que jamás cambie. Pero es nuestra responsabilidad y
nuestro derecho liberar nuestra mente del dolor, aunque nada alrededor cambie.
Ver las
cosas tal y cómo son, aceptar y dejar ir son las tres claves para romper esas
cadenas. Nada puede cambiar aquello que vivimos, aunque devolvamos una acción,
aunque utilicemos la venganza, inclusive si la otra persona se disculpa o en el
peor escenario, dejar de existir en este plano, eso no cambiará lo que vivimos…
Lo mejor es aceptar y dejar ir todo pensamiento de dolor… Ya pasó, no podemos
hacer más.
Dejemos que
el universo aplique sus respectivas leyes, pero sin estar a la expectativa,
todo ocurre por una razón, todo lo que vivimos son lecciones, TODOS nosotros,
inclusive nuestro agresor, estamos en medio de un proceso de aprendizaje. Hay
una ley de causa y efecto y sin nosotros ocupar nuestros pensamientos y
sentimientos en algo o alguien, muy probablemente veamos un claro escenario a
futuro. Lo importante es que no nos dejemos amarrar nuestro corazón, porque
allí estamos permitiendo que nos lastimen permanentemente y eso podría
catalogarse como la peor de las agresiones y solo sería nuestra
responsabilidad.
“Perdona a todos y
perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada
como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el
cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana
tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta”.
–Facundo Cabral
viernes, 15 de enero de 2016
EXPERIENCIA DE DOCTOR: LA DIETA ALCALINA ME
PERMITIÓ UNA VIDA SIN ENFERMEDADES
Mucha gente famosa
asegura el funcionamiento de la dieta alcalina y proclaman que es responsable
de su buena salud y apariencia juvenil.
La idea es
que las comidas altas en ácidos causan enfermedades e inflamaciones y que eso
debe ser cambiado por comida base o alcalina.
“Para estar
sano, ser bello, enérgico y perder peso, uno debería saber que las causas de
las enfermedades y la obesidad son el ácido y las inflamaciones”, dice el
nutricionista y quiropráctico Dr. Daryl Gioffre, quien ha dado recomendaciones
a numerosas estrellas de Hollywood.
Él sostiene
que ha logrado perder más de 10 kilos y liberarse de la dependencia al azúcar
gracias a una dieta alcalina. Ahora él se alimenta de esta manera el 80 % del
tiempo y dice que tiene más energía que cuando estaba en sus 20 años, aunque
ahora esté en sus 40.
“Corro una triatlón y
ultramaratón. No puedo recordar la última vez que estuve enfermo”, dice.
El principio
detrás del proceso es simple, pero estricto: Se necesita dejar los productos
lácteos completamente fuera de la dieta, tal vez sólo por un tiempo. Lo mismo
es válido para el alcohol, la carne, el café, el azúcar y el gluten. En vez de
esto, él sugiere alimentarse según una dieta rica en verduras de hojas oscuras
y otros “alimentos básicos”.
Debería ser
evitado también comer demasiada fruta, ya que de acuerdo a los principios de la
dieta alcalina, el azúcar es azúcar, venga de donde venga.
Uno de los
conceptos errados es que la dieta alcalina cambia el pH de la sangre. Como sea,
esto no es posible, ya que el cuerpo regula estrictamente el valor del pH y la
nutrición no lo puede afectar. Por otro lado, si uno ingiere demasiadas comidas
ácidas, dice el Dr. Gioffre, el cuerpo mantendrá el mismo nivel de pH a costa
de la salud de nuestros huesos y del corazón, ya que extraerá minerales
alcalinos de nuestros propios recursos.
Se
recomienda que después de una observación que dure una semana de ingerir
solamente productos alcalinos, se mantenga un régimen similar y que un total de
un 60 a un 70 % de la comida sean comidas básicas.
“La gente
piensa que un estilo de vida sano incluye la eliminación de toda las comidas
que uno ama. Esto no es verdad. Se debería disfrutar del proceso para apreciar
la salud”, dice el Doctor.
¿Qué comer?
Coma lo
siguiente si desea alcalinizar su dieta:
• Aguacate o
Palta
• Brócoli
• Coles de
bruselas
• Repollo,
Chucrut
• Trigo
sarraceno
• Zanahorias
• Coliflor
• Zapallitos
italianos
• Apio
•
Champiñones orientales shitake o maitake
•
Champiñones como champiñón ostra o champiñones comunes
• Algas como
nori, kombu o wakame
• Cebollino
o ceboulette
• Aceite de
lino o linaza
• Pepinos
• Ajo
• Pomelo
• Banana
• Soja y
productos de soja
• Brotes de
alfalfa
• Uvas
• Porotos
verdes
• Miel
• Kiwi
• Puerro
• Limones y
limas
• Lechuga
• Mango
• Mijo
• Aceitunas
y aceite de olivas
• Cebollas
• Naranjas
• Papayas
• Perejil
• Peras
• Arvejas
• Piñas
• Quinoa
• Rabanitos
• Espinaca
• Fresas
• Tomates
• Sandía
• Arroz
salvaje
• Calabaza
• Semillas
de sésamo, tahini, pasta de sésamo
COMIDAS CON
LAS CUALES UNO DEBERÍA SER CAUTELOSO:
• La
reacción ácida en el cuerpo es más probable que sea causada por proteínas,
muchas veces de origen animal, y se considera que con cada exceso de 10 gr. de
proteína que consumimos, perdemos 100 mg. de calcio al orinar. Es por eso que
no se debe sobrepasar la ingestión de proteínas.
• Bebidas
con gas, ya que son muy ricas en fósforo, un mineral que causa la pérdida del
calcio cuando es ingerido en grandes cantidades.
• No más de
3 tazas de café al día, ya que el café causa acidez en el cuerpo. Muchas
estadísticas demuestran que beber café en exceso (más de tres tazas al día),
puede incrementar la ocurrencia de osteoporosis tanto como en un 82%
• Comidas
refinadas como el pan blanco, pasteles y la masa de mil hojas causan acidez y
obligan que el calcio se extraiga de los huesos para cancelar la reacción acida
en el cuerpo.
• Sea
cuidadoso con té negro también.
• Minimice
la ingestión de comidas grasosas.
• Fumar y
tomar café son dos hábitos “amistosos” que en conjunto causan acidez en el
cuerpo.
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