Sobran las palabras. Feliz Año 2016.
Bienvenido Welcome Herzlich willkommen
viernes, 1 de enero de 2016
jueves, 31 de diciembre de 2015
TERMINA CON EL PASADO PARA ENCONTRAR NUEVAS
PUERTAS
¡Qué
complicado es cerrar una puerta del pasado y avanzar al futuro! Si abrirnos a
crear nuevas relaciones puede ser complicado, aceptar que ha llegado el momento
de terminar una relación resultará difícil… Mucha gente prefiere seguir con las
relaciones que le hacen daño porque teme al resultado de lo desconocido.
¿Has
analizado cuáles son los riesgos de quedarte con lo que ahora te hace infeliz?
Al dejarte llevar por ideas como “¿y si no encuentro a alguien más?”, “¿y si me
arrepiento?”, “¿y si todo sale mal?”, solo te quedas atascado a la mitad del camino.
Mantener varias puertas al pasado abiertas
te distrae
Desprenderse
de aquello que conoces y que te ha marcado de alguna forma es complicado. Sin
embargo, dejar muchas puertas abiertas al pasado impide que te concentres en lo
que es importante ahora.
Si pasas la
vida con un pie en esa relación de pareja que ya no funciona, no podrás ver a
ese chico que está mostrando interés en ti y que puede ser lo que buscas.
Lo mismo
pasa en cualquier aspecto de tu vida. Cuando te concentras en pensar y llorar
por aquel amigo que te falló, no disfrutarás la compañía de quienes ahora
entran en tu vida. Cerrar puertas y dejar el pasado atrás te da tiempo para ir
a por tus sueños y fijarte nuevas metas.
Libérate de las cadenas del pasado y toma
oportunidades
Mantener una
puerta abierta porque crees que en algún momento podrás volver a tener esa vida
que añoras es un gran error. Es cierto que el pasado pudo ser excelente y darte
grandes emociones. Pero no debes quedarte estancado porque el futuro también te
trae experiencias que vale la pena vivir.
Quedarte
esperando a que quien un día fue tu mejor amiga regrese, no lo hará más real.
Crece, cambia tu look, múdate a otra ciudad y toma cualquier oportunidad que se
te presente. No tengas miedo y no pienses que necesitas estar ahí para quien se
alejó de ti.
No puedes
pasar la vida esperando a que regrese quien se fue sin dar explicaciones o que
te valore quien hoy ni siquiera se vuelve para verte. Igual un día se
arrepienten y te buscan, pero ¿qué sucede si esto no pasa?, ¿vivirás tu vida
solo si otros te valoran o te valorarás sin importar nada?
La obsesión por el pasado que te hace
infeliz
Dicen que
las personas que viven en su pasado son invadidas por la depresión. Si lo
piensas bien, no es difícil de creer. Cuando solo recuerdas las cosas que
tuviste, te olvidas de lo que tienes y lo que podrías tener.
Por eso es
tan importante cerrar puertas. No quieres vivir rodeado de nostalgia y añorando
lo que fuiste. Está bien recordar de dónde vienes para mantener los pies en la
tierra, pero debes prestar más atención a lo que tienes hoy.
Goza lo que
tienes, ríe con quien está a tu lado y planea para el futuro. No tiene mucho
sentido hacer algo distinto. Lo peor que te puede pasar es que en diez años
estés triste porque no viviste con plenitud la vida que tienes hoy.
Sé realista y ve el futuro como una
oportunidad
Quizás eres
de los que piensa que no puede terminar una relación de amistad porque ese
amigo puede ayudarte a llegar al puesto que deseas. Tal vez sea así pero, ¿has
pensado si ese amigo está dispuesto a hacerlo? Tal vez ya ni siquiera te ve
como un amigo real.
Además,
puedes estar comprometiéndote a situaciones que no te interesan en absoluto.
Mantener las puertas abiertas puede parecer una buena idea, pero solo te llena
de obligaciones que con el tiempo se vuelven una carga.
Pierde la mala costumbre de dejar puertas
abiertas
Hemos creado
la mala costumbre de dejar abiertas las puertas al pasado. Creemos que siempre
es mejor dejar una posibilidad abierta “por si acaso”. Por si acaso ese amigo
nos necesita, por si acaso ese ex amor nos valora otra vez, por si acaso esa
oportunidad de empleo, etc.
El caso es
que no puedes ir por la vida esperando que las circunstancias se adapten a lo
que deseas. Necesitas poner el punto final en las situaciones que no tengan más
futuro. Esa es la clave para avanzar.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
¿TE MIENTES A TI MISMO?
¿Cuántas
veces te has mentido a ti mismo? No es algo que hagamos de forma consciente
porque a nadie le gusta ser engañado, ¿cierto? Es muy probable que al descubrir
que alguien te ha mentido, te sientes enojado, triste y decepcionado.
Esto es
bastante común y sin embargo, no es raro que terminemos siendo víctimas de nuestras
propias mentiras. Sigue leyendo y descubre las razones más comunes por las que
te mientes y cómo evitarlo.
Razones por
las que te mientes a ti mismo
La principal
razón por la que te mientes a ti mismo es para evitar algún peligro, real o
imaginario. De ahí pueden surgir otros motivos.
Esto lo
puedes hacer buscando justificar tus actos y poniendo la realidad acorde a tus
ideas. Puedes pensar que no necesitas dar o buscar ninguna justificación porque
al final tomas tus propias decisiones en base a tu escala de valores.
Esto es
cierto. Sin embargo, nuestra escala de valores no es perfecta y en más de
alguna ocasión te habrás visto entre la “espada y la pared”. Esto pasa cuando
te ves inmerso en dos obligaciones morales que se oponen mutuamente y eliges
salir por la tangente. Cuando esto pasa, ¿eres consciente de que te mientes?,
¿cómo lo justificas?, ¿qué dice eso de ti?
Mentirte es
cruel e innecesario
Te mientes a
ti mismo porque buscas cierta comodidad. Pero, ¿has pensado que la comodidad
está algo, o muy, sobrevalorada? Lo más probable es que te estés mintiendo para
evitar lo desconocido o aquello que crees que te podrá dañar.
Muchos de
nosotros vamos con cierto temor por lo que no conocemos, pero el autoengaño
termina devorando tu alma y generando mucho dolor emocional. Lo irónico es que
muchas de las acciones o experiencias que buscamos evitar de forma inconsciente
pueden volverse las más intensas y reconfortantes de nuestra vida.
Aunque puede
parecer que una mentira te hará la vida más fácil, en realidad es una paradoja.
Con el tiempo, la realidad te estallará justo en la cara y todo el dolor que
evitaste te atacará con mayor fuerza.
Cuando digo
que mentirte es cruel e innecesario me refiero a que las mentiras que tratas de
creerte te destruyen cuando no queda nada que las sustente.
Las
situaciones más comunes en las que te mientes a ti mismo
Es probable
que creas que no te mientes a ti mismo y que sea realmente cierto. De ser así,
¡felicidades! Seguro eres una persona auténtica y completamente libre de
complejos y ataduras emocionales y sociales. Esto de verdad que es posible.
También
puede darse el caso de que te hayas convencido de que tú no te mientes a ti
mismo pero sí lo haces. ¿Cuáles son las situaciones más comunes? A continuación
te describo las dos más comunes:
- Estar
enamorado de dos personas. La situación en la que te mientes a ti mismo más
común. Lo cierto es que cuando amas a una persona simplemente no hay cabida
para otra de la misma forma. Sin embargo, terminar una relación de pareja que
ya se ha desgastado no es tan fácil como quisiéramos. Y es en este punto cuando
puede llegar otra persona que se parece más a lo que buscamos como compañero de
vida. Lo mejor siempre será dar por concluida la primer relación para evitar
dañar lo poco o mucho de bueno que aún queda.
- Continuar
con un empleo que no te satisface. Ya sabemos que necesitas pagar facturas cada
mes. Pero te mientes a ti mismo cuando no dejas ese empleo que no te gusta por
la idea de que no eres bueno para nada más. Es probable que lleves tanto tiempo
en esa situación que te da miedo no estar a la altura de otras opciones o no
encontrar una alternativa mejor. En este caso es mejor darte la oportunidad de
actualizar tus conocimientos si es lo que crees necesitar o dar el paso y
atreverte a buscar otra opción. Puedes estar seguro que ningún cambio llega
solo, siempre los debes buscar.
Mentirte a ti mismo no te ayuda
Date un
momento para analizar tu vida y descubrir si realmente es la que deseas. Muchas
veces encontramos señales que nos gritan que no estamos donde deseamos. Si no
puedes ser honesto contigo mismo, ¿cómo esperas que otros lo sean?
martes, 29 de diciembre de 2015
SI ALGO NO TE GUSTA, CAMBIA
¿Qué es lo
que no te gusta de tu vida? Quizás sea algo externo, amistades, trabajo, algo
que tú crees que en tu mano no está poder cambiar. Y es cierto. Pero, sí puedes
cambiarlo indirectamente.
Imaginemos
por un momento que no te gusta cómo está actuando una persona con la que
interactúas o mantienes una amistad. El primer paso es manifestar tu
descontento, pues quizás estés tratando con una persona manipuladora, o
simplemente con alguien cuya personalidad no es compatible con la tuya.
Sea como
fuere, no te gusta, no te encuentras bien en esa situación. No puedes cambiar a
esa persona, en tal caso puedes cambiarte a ti mismo, pero en este punto en que
nos encontramos no procede.
“No es la especie más
fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al
cambio”
-Charles Darwin-
¿Cómo
debemos enfrentarnos a este momento? Cambiando la situación. Si te encuentras a
disgusto con una persona, ¡aléjate! No puedes cambiar a nadie, pero sí puedes
cambiar las cosas.
El cambio
nos da miedo. Nos han enseñado a tenerle miedo, a aceptar el sufrimiento, a ser
conformistas. Pero, ¿cuánto podemos aguantar en una situación como esta?
Preocupándonos “a lo tonto”
No nos han
enseñado a cambiar las cosas, sino a lidiar con ellas, a enfrentarnos a ellas
y, en todo caso, a “comérnoslas” aunque no nos gusten.
Nos hemos
estado preocupando desde nuestra infancia por enfados, por actitudes, por
situaciones… Preocupaciones que nos afectan negativamente y que no son nada
beneficiosas para nosotros.
¿Eres de las
personas que piensan que se preocupan demasiado? ¿alguna vez te has visto en
la tesitura de preocuparte más que los demás? Si es así, es el momento de que
cambies esta situación, porque probablemente no te gusta,
No preocuparse
en exceso no implica que estemos libres de preocupaciones, pero sí que
aprendamos a no darles tanta importancia como les estamos dando.
Muchas de
las preocupaciones que nos abordan son bastante “tontas”. ¿Realmente merecen
toda nuestra atención? Las demás personas no se la dan, tú tampoco deberías,
empieza hoy a cambiar.
Es increíble
cómo puede cambiar tu vida, cuando decides cambiar un pensamiento. Hay muchas
cosas que nos han inculcado desde nuestra infancia, consideraciones que cuando
nos hacemos adultos nos atormentan porque algo no está funcionando bien.
¡Cojamos el camino acertado!
El camino
acertado es aquel en el que nos encontraremos bien con nosotros mismos, en el
que hemos logrado el equilibrio. Pero, para ello, en ocasiones debemos cambiar.
¿Cómo
podemos cambiar las cosas que no nos están gustando, sea lo que sea? Sigue
estos consejos, porque te ayudarán a librarte del miedo al cambio y lograr por
fin estar a gusto con todo y con todos:
- Son los
que cambian los que verdaderamente lo logran: ellos también han tenido miedo,
miedo a fracasar en su elección, miedo a superar el “es mejor peor por conocido
que nuevo por conocer”, se han arriesgado y han salido triunfantes.
- Utiliza la
incertidumbre para motivarte: porque muchas veces es la misma incertidumbre la
que te desmotiva, pero piensa que lo que te espera es algo mejor. ¿De verdad vas
a seguir en ese estado en el que no estás a gusto? Cambia, lo mejor aún está
por llegar.
- Ocurra lo
que ocurra, acéptalo: sea malo o bueno, todo cambio, toda elección tendrá sus
consecuencias, pero sean las que sean ¡acéptalas! Ha sido tu elección y debes
ser consecuente con esta y todas las que hagas el resto de tu vida. Pero debes
estar orgulloso de haberla tomado. Es mejor mostrarse activo que pasivo ante
las circunstancias. Estás vivo.
- El cambio,
que sea poco a poco: obviamente la brusquedad no va a ser algo que te garantice
resultados positivos, por eso los cambios deben ser progresivos, bien pensados
y con calma. No sirve de nada correr demasiado.
- Es normal
que tengas miedo: es tan normal que debes aceptar esto, pero no permitir que
pueda contigo. Debes ser lo bastante fuerte como para superar este miedo, como
para enfrentarte a él y determinar qué es lo que verdaderamente tiene peso
aquí. ¿Podrá más el miedo o lo que verdaderamente quieres?
- Si tú no
cambias, los cambios vendrán a por ti: porque aunque no lo quieras ver, estás
continuamente cambiando. Tu familia cambia, tus amigos cambian, tu situación
cambia, y a veces estos cambios no están de tu mano, ¡no los eliges! Vienen y
tienes que aceptarlos.
“Cambiar de horizontes,
cambiar de método de vida y de atmósfera, es provechoso a la salud y a la
inteligencia”
-Gustavo Adolfo
Bécquer-
El miedo es
normal, pero si algo no te gusta en tu vida, en tu situación, en algo que estés
viviendo, cambia. Esto te hará más feliz. Vivir en una situación que no te
resulta agradable provocará que tu carácter se vaya tornando negativo.
lunes, 28 de diciembre de 2015
EL GUARDIÁN DEL MONASTERIO
Cuenta la
leyenda que en un monasterio budista ubicado en una ladera casi inaccesible de
las frías y escarpadas montañas del Himalaya, un buen día uno de los monjes
guardianes más ancianos falleció. Le hicieron los rituales tibetanos propios
para esas ocasiones, llenas de profundo respeto y misticismo. Sin embargo, era
preciso que algún otro monje asumiera las funciones del puesto vacante del
guardián. Debía encontrarse el monje adecuado para llevarLas a cabo. El Gran
Maestro convocó a todos los discípulos del monasterio para determinar quién
ocuparía el honroso puesto de guardián.
El Maestro,
con mucha tranquilidad y calma, colocó una magnifica mesita en el centro de la
enorme sala en la que estaban reunidos y encima de ésta, colocó un exquisito
jarrón de porcelana, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria belleza y
dijo:
-“He aquí el problema. Asumirá el puesto de
Honorable Guardián de nuestro monasterio el primer monje que lo resuelva.”
Todos
quedaron asombrados mirando aquella escena: un jarrón de gran valor y belleza,
con una maravillosa flor en el centro. Los monjes se quedaron como petrificados
en el más respetuoso silencio, hundidos en sus interrogantes internas… ¿Qué
representaría ese bello jarrón con flores? ¿Qué hacer con él? ¿Cuál podría ser
el enigma encerrado de tan delicada belleza? ¿Simbolizaría acaso las
tentaciones del mundo? ¿Podría ser algo tan simple como que necesitara agua la
flor? Eran tantas preguntas…
En un
momento determinado, uno de los discípulos sacó una espada, miró al Gran
Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y … zas!!
Destruyó todo de un solo golpe.
Tan pronto
el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro dijo:
-“Alguien se ha atrevido no solo a dar
solución al problema, sino a eliminarlo. Honremos al nuevo Guardián del
Monasterio.”
En realidad,
poco importa cuál sea el problema. Hay problemas cuyo aspecto nos confunde,
pues halaga los sentidos. En el fondo sigue siendo un problema.
Si el
problema, es exactamente eso: un problema, y precisa ser eliminado, no importa
que se trate de una mujer sensacional, o de un hombre maravilloso o de un gran
amor que se ha esfumado. Por más hermosa que haya sido la experiencia que has
vivido o lo significativa que haya sido la persona con quien has estado, si no
existiera más sentido para ello en tu vida, tiene que ser eliminado.
Muchas
personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en su
pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus mentes, espacio que
es indispensable para recrear la vida.
Limpia tu
vida, comienza por las gavetas, armarios, hasta llegar a aquellas personas del
pasado que no tienen más sentidos que sigan ocupando un espacio en tu mente.
Exígete a ti mismo lo que te gustaría exigirles a los demás, y a los demás
déjalos tranquilos sin esperar nada de ellos, así te ahorraras disgustos.
En
realidad, poco importa cuál sea el problema. Hay problemas cuyo aspecto nos
confunde, pues halaga los sentidos. En el fondo sigue siendo un problema.
Si el
problema, es exactamente eso: un problema, y precisa ser eliminado, no importa
que se trate de una mujer sensacional, o de un hombre maravilloso o de un gran
amor que se ha esfumado. Por más hermosa que haya sido la experiencia que has
vivido o lo significativa que haya sido la persona con quien has estado, si no
existiera más sentido para ello en tu vida, tiene que ser eliminado.
Muchas
personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en su
pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus mentes, espacio que
es indispensable para recrear la vida.
Limpia tu
vida, comienza por las gavetas, armarios, hasta llegar a aquellas personas del
pasado que no tienen más sentidos que sigan ocupando un espacio en tu mente.
Exígete a ti mismo lo que te gustaría exigirles a los demás, y a los demás
déjalos tranquilos sin esperar nada de ellos, así te ahorraras disgustos.
domingo, 27 de diciembre de 2015
QUIEN MUCHO SE AUSENTA PRONTO DEJA DE HACER
FALTA
En la vida
hay que estar presente. Presente en presencia, mente y corazón, y ello es lo
que esperamos de esas personas que consideramos como significativas en nuestro
día a día.
Sin embargo,
hay momentos a lo largo de nuestra vida que empezamos a percibir ciertos
vacíos, vemos cómo se van rompiendo costumbres y aparecen los silencios. Las
miradas esquivas, y las dudas…
No hay ausencia más
dolorosa que aquella de quien a pesar de estar a nuestro lado, nos abraza con
la indiferencia, con la falta de atención o la ironía. Pocas formas de soledad
pueden ocasionar tanto sufrimiento.
Quien se
ausenta es que no desea estar presente, y en ocasiones, se crean complejas
situaciones que se alargan en el tiempo a través de las mentiras o las medias
verdades. Tener la cabeza en otro sitio es dejar de prestar atención a lo que
tenemos a nuestro alrededor.
Ofrecer
vacíos a las personas que forman parte de nuestro presente es una forma de
hacer daño y también de engañarnos a nosotros mismos. No es lo adecuado para
ninguna de las dos partes. No obstante, también hay quien no lo percibe, quien
no se da cuenta que el suyo, no es un vínculo satisfactorio, sano y
emocionalmente seguro.
Hay personas
que sencillamente, no saben amar. No saben estar presentes porque solo
entienden un vínculo: el de ellos mismos. Te invitamos a reflexionar sobre
ello.
El vacío del ser que se ausenta
En realidad,
y aunque nos sorprenda, hay muchos tipos de ausencias. Hay quien en lugar de
vivir parece que sólo pasee por la vida, sin que nada capte realmente su
interés. Y hay quien tras haber establecido una relación, ya sea afectiva o de
amistad, empieza a mostrar desinterés y apatía de un día para otro.
Quien empieza a estar
ausente sólo es capaz de ofrecer un vínculo frágil, un abrazo helado que la
mayoría de las veces precede la antesala del adiós, de esa despedida que nos
llenará de incomprensión y decepción.
Son muchas
las personas que hemos dejado atrás, simplemente, porque se enfriaron los
lazos. Porque las miradas trasmitían cansancio, o falta de complicidad, o
porque el estar ausente era la única forma de estar en equilibrio.
Son procesos
normales dentro de nuestro ciclo vital. Nuestro yo de ahora acumula muchas
ausencias y etapas cerradas donde dejamos en el ayer, a personas queridas de las
que aprendimos, y que podemos echar de menos o no.
Ahora bien,
es necesario saber discriminar estos tipos de ausencias que caracterizan a un
tipo de determinado de personas. Es posible que estos casos te sean conocidos.
El padre o la madre ausente
Son muchos
los niños que perciben a alguno de sus progenitores como seres emocionalmente
distantes e incluso inaccesibles. Dentro de esta definición, podemos
diferenciar a su vez dos tipologías:
- Progenitores
tiranos: puede ser la madre o el padre. Alguno de los progenitores ejerce un
tipo de educación basada en la tiranía, ahí donde no existe la comprensión, la
escucha o la empatía, y aún menos esa cercanía emocional que todo niño necesita
para crecer.
- Progenitores
carentes de vínculo: puede ocurrir en ocasiones, que al padre o a la madre, no
le interese demasiado saber cómo es, o qué hace o deja de hacer su hijo. No hay
cercanía, no impone, no argumenta, no acompaña ni educa. La comunicación es
escasa y se limita sólo a “abastecer”, a trabajar y mantener la familia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)