LA CAUSA DE TODAS LAS ENFERMEDADES.
Les comparto un vídeo muy interesante. ¿Será verdad? Por lo que observo en mi entorno puedo afirmar que tiene mucho de verdad.
https://youtu.be/MZW-oM185cU
Bienvenido Welcome Herzlich willkommen
viernes, 25 de diciembre de 2015
jueves, 24 de diciembre de 2015
NO MENDIGUES LA ATENCIÓN DE NADIE Y MUCHO
MENOS AMOR
No mendigues
amor a quien no tiene tiempo para ti, a quien solo piensa en sí mismo. No lo
hagas nunca. No te merece quien te hace sentir invisible e insignificante con
su indiferencia. Te merece quien con su atención te hace sentir importante y
presente.
El amor se
debe demostrar, pero nunca jamás se debe mendigar. El hecho de tener que
hacerlo es el más fiel de reflejo de la injusticia emocional, del desequilibrio
que vive el sentimiento que cimienta una relación.
Te merece
aquel que dice menos pero hace más. No te merece quien solo te busca cuando te
necesita, sino quien está a tu lado cuando le necesitas y no solo cuando su
interés se lo permite. Te merece quien sin esperar nada te lleva dentro, te
siente y te hace sentir importante en su vida.
Al final es simple, la
persona que te merece es aquella que teniendo la libertad de elegir, se acerca
a ti, te aprecia y te dedica tiempo y pensamientos.
No existe la falta de tiempo, existe la
falta de interés
Dicen que no
existe la falta de tiempo, que existe la falta de interés, porque cuando la
gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, martes se vuelve sábado y
un momento se vuelve oportunidad.
También
dicen que quien mucho se espera, se decepciona y sufre. Así que tenemos que
revisar nuestras expectativas y meternos en la cabeza aquello de “no esperes
nada de nadie, espéralo todo de ti”.
Porque las esperanzas y
las expectativas son muchas veces (si no todas), la base de los fiascos
emocionales y, por lo tanto, de percibir que como falta de interés las
actitudes de los demás.
Cuando
percibimos lo que los demás hacen o dicen como un fraude, realmente llegamos a
sentir dolor. Un dolor emocional que a nivel cerebral se comporta de la misma
forma que el dolor físico.
En este sentido cabe
hacer un apunte importante y es que debemos darle al malestar psicológico la
importancia que tiene. No se nos ocurriría ignorar fuertes punzadas en el
estómago o un tremendo dolor de cabeza constante.
Así que,
¿por qué deberíamos ignorar el dolor emocional? No podemos dejar que el tiempo
lo cure sin más, tenemos que trabajar sobre él y extraer las enseñanzas que nos
brinda del mismo modo que dejaríamos de tomar chocolate si descubrimos que es
el causante de nuestro malestar estomacal.
Esto es muy
importante porque socialmente se tiene la falsa creencia de que el malestar
psicológico es signo de debilidad y de que, al mismo tiempo, el tiempo curará
las heridas sin necesidad de “desinfectarlas” ni de poner vendas o parches para
evitar que sangre.
Valórate, quiérete bien
Dedícale
tiempo a la gente que se lo merece y que te hace sentir bien. No mendigues la
atención, la amistad ni el amor de nadie. Quien te quiere, te lo demuestra
tarde o temprano.
Por eso, si
vives en una situación de injusticia emocional tan alarmante, recuerda:
A quien no
te llame y no conteste tus llamadas, no le llames. No busques a quien no te
extrañe. No extrañes a quien no te busca. No escribas, no te sometas al castigo
de la indiferencia que demuestran mensajes ignorados o silencios infundados.
No esperes a
quien no te espera, valórate y deja de mendigar y de rogar amor. Porque, como
hemos dicho, el amor se debe demostrar y sentir, pero jamás implorar. Tu cariño
debe ser para quienes te quieren y te comprenden sin juzgarte.
Y sobre todo
no te olvides del valor de tu sonrisa ante el espejo, quiérete y valórate por
todo lo que eres y no por lo que alguien que no te merece te hace entender.
Ámate bien y date cuenta de que el hecho de que alguien te descuide no quiere
decir que tú no debas hacer lo imposible por rodearte de personas que te
quieran en su vida.
miércoles, 23 de diciembre de 2015
EL CAMBIO ESTÁ EN TUS MANOS
Muchas veces
se nos presentan situaciones donde podemos generar oportunidades de cambio y
las desaprovechamos por pensar que nuestro intento o participación será
insuficiente, en vano o no valdrá la pena, sin darnos cuenta de que un espíritu
de cambio individual o colectivo siempre está allí esperando a que nos
empoderemos de la situación.
Si las cosas
no van bien, si nos encontramos pasando por problemas, adversidades,
limitaciones, que no necesariamente sean individuales, sino se hagan comunes
para un colectivo, debemos abrirnos a las posibilidades de cambio, con todas
las ilusiones y pensamientos positivos que esto puede traer.
Algunas
veces, por las experiencias vividas, pensar las cosas de forma positiva se nos
hace imposible, porque ante la repetición de resultados negativos a nuestros
esfuerzos anteriores nos volvemos fatalistas. Pero sembrar la semilla de la
esperanza, del cambio, de generar un punto de inflexión donde las cosas
comienzan a desarrollarse de una forma adecuada, es vital para darle la vuelta
a una situación que nos genera limitaciones, desgaste o que sencillamente
afecta de forma directa e indirecta nuestra calidad de vida.
Cómo podemos generar un cambio individual o
colectivo:
A través de
nuestra participación: Expresando por medio de los recursos que tengamos
disponibles nuestro sentir, nuestro pensar. Nuestra opinión es valiosa, si no
la exteriorizamos, si no participamos, se pierde en el vacío.
A través de
la esperanza: Pensar desde nuestros miedos o pensar desde la fe es lo que marca
la diferencia entre la angustia y la esperanza, pensar que se puede tener una
vida mejor, que se puede recuperar lo perdido, que se puede revertir un proceso
destructivo desde el amor, la solidaridad, el sentido de pertenencia, nos hace
transitar por el camino de la esperanza y automáticamente nos coloca en línea
con la prosperidad del universo. El miedo nos paraliza, nos hace pensar que los
resultados no serán diferentes e inclusive que no vale la pena nuestro esfuerzo.
A través del
empoderamiento: Saber que nuestro esfuerzo vale, que la suma de granitos de
arena forman un desierto gigante, que es nuestra responsabilidad apostarle a un
mejor futuro, no solo por nosotros, sino por todas las personas que se verían
beneficiadas por un cambio.
A través de
la apertura de consciencia: Es importante irradiar en nuestro entorno que todos
somos capaces de generar un cambio, que todos se sientan conscientes de lo
importantes que son dentro de sus diferentes procesos, que cada esfuerzo vale,
que cada esperanza cuenta.
A través de
la defensa de la opinión: Muchas veces las intenciones de cambo se ven
vulneradas por quienes tienen mayor control de la situación apagando voces,
callando opiniones, presionando, intimidando, etc. Cuando sentimos una
necesidad de cambio, nadie debe transgredir nuestros derechos a expresarnos ni
a defender nuestros puntos de vista.
A través del
esfuerzo: Una vez iniciado un proceso de cambio es necesario trabajar para
llegar a donde queremos estar, todo cambio genera cierta resistencia y nos saca
de nuestra inercia y de nuestra zona de confort, que a veces no tiene nada de
confortable, pero es lo que conocemos, por ello es necesario el esfuerzo para
avanzar, para crecer y para estar mejor.
No dejemos
pasar las oportunidades que tenemos de apostar por nuestro bienestar, no seamos
simples espectadores de nuestra vida, seamos partícipes, responsables y conscientes
de que cada uno de nosotros tiene en sus manos la posibilidad de trabajar por
lo que quiere y de llegar a donde quiera llegar. Apostar por un cambio positivo
nos abre horizontes, nos reconforta, nos da esperanza, nos sitúa en posición
aventajada porque nos hace conscientes de que queremos transitar un camino más
amable. Decidimos a diario cómo queremos crecer si a través del amor y la unión
o a través del sufrimiento. Decide las cosas trascendentales de tu vida con
consciencia.
Hay una fuerza motriz
más poderosa que el vapor,
la electricidad y la
energía atómica: la voluntad
―Albert Einstein
martes, 22 de diciembre de 2015
BUSCA SER FELIZ SIN CUENTOS, NO UN CUENTO
CON FINAL FELIZ
Los cuentos
de princesas han hecho estragos en el inconsciente colectivo cuando hablamos de
amor. No necesitamos comer perdices para ser felices ni que el cuento se acabe
con un colorín, colorado. Tenemos que buscar ser felices sin cuentos, no un
cuento con final feliz.
No. Lo que
nosotros necesitamos es vivir felices a nuestra manera, forjar relaciones
independientes, hacer nuestro el destino. No elegir príncipes azules ni
princesas de mundos rosas, sino pincharnos con ellas. Con las rosas, quiero
decir. Y que salga ampolla, pero que aprendamos que huelen bien pero que
también pueden hacer daño.
Y es que ya
son demasiadas las ilusiones que yacen (si se me permite la licencia) en “algún
lugar de la Mancha”. Nos hemos caído del burro, el amor no es como Disney lo
pintaba ni como los cuentos de hadas nos quisieron hacer creer.
Se te ha caído la corona, princesa
Se te ha
caído la corona de tanto llorar, princesa. Los sapos no se convierten en
príncipes. Nunca lo hicieron. Los príncipes ya no te llevan en volandas, ya no
van a rescatarte del dragón ni te dan besos que te devuelven a la vida.
Las
princesas tampoco son lo que eran o lo que “deberían ser”. Ellas ahora quieren
ser ingenieras, no muñecas. Y si quieren ser muñecas, muchas quieren ser
muñecas ejemplares. Fuertes, independientes, empoderadas.
Sálvate tú.
Rásgate el vestido. Vuela con los pájaros y olvídate de madrastras y de carrozas
encantadas. No te resignes y no aceptes tu destino, elige. Cuestiona tus
perdices, no vivas de un cuento, busca ser feliz.
Cambia príncipe azul por lobo feroz
No tiene
mucho sentido ser una mujer de porcelana, frágil y delicada. Volando con una
escoba se ve todo mejor. Adiós a la candidez y a la inocencia, hola a la
astucia, a la sagacidad y a la independencia emocional.
“Olvídate del príncipe
azul, búscate un lobo feroz que te vea mejor, te escuche mejor y te coma mejor”
Raquel Sánchez Silva en
“Cambio príncipe azul por lobo feroz”
Cambia los
“me haces falta para respirar” por “me gusta respirar junto a ti”. No mueras
hasta que venga el príncipe. Sé bruja, juega con los dragones, alimenta a los
sapos y cocina en tus calderos las mejores pócimas de amor propio. Priorízate.
Deshazte de las tinieblas.
Y tú,
príncipe, deshazte de tu capa y de tu espada. No te hace falta pelear con el
dragón ni rescatar a la princesa. No estás encantado, solo estás enamorado. Y
también lloras, ríes y cantas. No eres de acero, eres de carne y hueso.
No, no tienes
que salvar el mundo de los demás antes que el tuyo propio. También tienes
derecho a detalles, a cuidados y a las emociones. Conviértete en lobo feroz y
no reniegues de tus sentimientos. Las armaduras pesan, tú lo sabes bien.
No tienes
que ir protegiéndote por la vida, permítete sentir y explorar. Rescátate tú y
no te sientas obligado a ir de castillo en castillo, ni a cruzar los siete
mares en busca de un casamiento y del beneplácito de reyes sobreprotectores.
No busquemos
castillos encantados con mazmorras para los malos. No busquemos murallas ni
llanuras coloreadas. Busquemos ojos que nos hagan sentir vértigo, que den la
vuelta al corazón y que nos enamoren las sonrisas. Pero las sonrisas que nos
crean.
Que los
cuentos de hadas siempre tienen un final y no es eso lo que queremos, no
queremos amores eternos enfundados en destinos mágicos ni en banquetes ni en
perdices. Que lo que realmente nos hace felices es vivir a nuestro aire, llenos
de libertad y con locura.
Por eso, no
tenemos que buscar un cuento con final feliz, sino ser felices sin cuentos. Sin
expectativas. Sin magos. Sin coronas. Sin sapos. Y que el único hechizo que
conozcamos sea el del amor propio, porque solo así podremos exigirnos un camino
de estrellas.
lunes, 21 de diciembre de 2015
QUIEN BIEN TE QUIERE TE HARÁ FELIZ
“Quien bien
te quiere te hará llorar”. Es muy posible que a lo largo de tu vida hayas
escuchado esta frase en reiteradas ocasiones. Y si bien es cierto que el
refranero popular suele acertar la mayoría de las veces, en esta ocasión cabe
la necesidad de reformular la expresión.
“Quien bien
te quiere te hará feliz”. ¿Por qué razón deberíamos ofrecer sufrimiento y
lágrimas a la persona que amamos? Esta idea, construida en realidad por el amor
romántico, nos trae una vez más el concepto casi inevitable, de que amar es
sinónimo de padecer.
Suele
decirse que el amor es el sentimiento más irracional que existe: es pasión,
locura y obsesión…Y como tal, el sufrimiento es parte inevitable de esta
emoción tan humana y cegadora.
Teniendo en
cuenta estas visiones tan clásicas sobre el concepto del amor y las relaciones
afectivas, nos encontramos ante la prioridad de enfocar esta idea por nuestro
bien, por nuestro equilibrio personal y emocional.
El amor
nunca debe ser ciego, jamás deberemos lanzarnos a una relación con el corazón
abierto, una venda en los ojos y con la autoestima en el bolsillo de la otra
persona.
Es necesario
construir un amor consciente, maduro y responsable. E importante no olvidar
nunca que quien te ama no te hace daño. Quien te quiere con integridad y
respeto, buscará hacerte feliz en cada momento.
El amor que sabe construirse día a día nos
hace feliz
Piensa en el
amor como una pequeña llama que encuentras… que te encuentra. Es un fuego que
nos ilumina y reconforta, pero al cual,
hay que avivar cada día para que se mantenga, para que nos envuelva con
más intensidad y perfección con su luz, con su calor, para que nos haga aún más
feliz.
El amor debe
darse con la madurez de dos personas que se sienten completas, que no ven
sacrificios en sus renuncias sino actos sinceros que fortalecen el vínculo, que
desplazan al ego para priorizar al conjunto: a la pareja.
Ten en
cuenta que si aceptamos la idea de que amar implica tener que sufrir, seremos
mucho más permisivos desde el principio a ciertas cosas, a ciertas renuncias,
límites, manipulaciones y egoísmos.
Podemos
preocuparnos por la otra persona, y sufrir por su bienestar si se da la
circunstancia. No obstante, este tipo de sufrimiento no tiene nada que ver con
el que por ejemplo, nos puede infringir nuestra pareja de modo voluntario.
Quien dice
amarte hoy y mañana te deja para volver al cabo de los días, no te ama: te
lastima.
El amor no
son excusas, no son reproches ni ironías que buscan hacer daño con las
palabras.
Nada de esto
nos hace feliz, y nada de esto vendría de un corazón que sabe del respeto, que
sabe lo que es el amor auténtico, maduro y responsable.
Amar es
alegrarnos porque la otra persona exista. Querer a alguien es sentir alegría en
el interior y buscar cada día la manera de hacer feliz al otro.
Me opongo a sufrir más en el amor
Sabemos que
son muchos los que han decidido cerrar las puertas al amor porque están
cansados de sufrir. Porque tienen el corazón lleno de heridas de la decepción,
de huellas del desengaño y vacíos del desencanto.
Para amar de
forma consciente y segura primero hemos de saber amarnos a nosotros mismos. Y
aunque siempre valdrá la pena una soledad digna que una compañía de carencias,
un nuevo “te quiero” con otra voz más
sincera valdrá la pena para curar los desengaños del ayer.
Todos
tenemos nuestras espinas, nuestros pesares del pasado. No obstante, el amor es
una aventura que siempre merecerá la pena en cualquier momento de nuestra vida.
Para ello, es necesario que tengamos en cuenta estos aspectos:
- Debemos
tener claro que en ocasiones el amor no es eterno. Por ello, cuida de no darlo
todo a cambio de nada, atiende tu crecimiento personal, no relegues trabajos,
sueños y amigos… No dejes atrás lo que te define, o en un momento dado, puedes
perderlo todo.
- Ama sin
depender: depende de ti mismo pero nunca dejes de construir el amor en cada
detalle, de alentarlo en cada gesto, en cada palabra. Crea pero alienta tu
autoestima, tu identidad…
- Ofrécete
en libertad y con integridad, sin miedos, sin rencores del ayer, sin
inseguridades que otros deban resolver por ti. Sé valiente y muestra coraje por
aquello que quieres, y lo que quieres es ser feliz, no ser lastimado/a.
- No busques
un amor perfecto o una relación ideal. No existe: la relación se edifica cada
día, encajando tus esquinas con mis vacíos, tus asperezas con mis suavidades,
mis sombras con tus luces…
- Amar de
verdad implica crecer juntos en las dificultades, es querer y comprender, es
sobrevivir con la amistad, disfrutar de la pasión y construir una complicidad
sencilla, sin artificios ni falsedades.
Quien te ama no te
lastima, ni se complace con tus lágrimas: porque quien bien te quiere te hará
feliz.
sábado, 19 de diciembre de 2015
¿CUÁNDO DEBEMOS DEJAR MARCHAR A LAS
PERSONAS QUE YA NO NOS APORTAN NADA?
Hay
relaciones humanas que sus características están condenadas al fracaso. Da
igual que hayan perdurado durante un largo tiempo, si de verdad creemos que esa
persona no nos va a aportar nada en nuestra vida, lo mejor para ambas partes es
dejarla ir. Esto no hay que tomarlo como un fracaso, sino como una forma de
pasar página y mirar hacia delante con optimismo. Nadie nos va a quitar lo que
ya hemos compartido y mantener la relación sí nos puede alejar de muchas cosas
positivas en el futuro.
¿Les
gustaría saber qué personas son ya ‘inútiles’ en sus vidas? A través del
siguiente artículo les daremos una serie de consejos para identificarlas:
Ya nada es lo mismo
En muchas
ocasiones, cuando conocemos a alguien resulta ser que tenemos todo tipo de
conexiones y gustos parecidos. Sin embargo, con el paso del tiempo, puede
ocurrir que ambas partes busquen cosas completamente diferentes. Esto no es que
sea algo negativo; es una parte de más de nuestras vidas y de nada sirve
agarrarse a algo que ya no tienen sentido mantener. Especialmente si la otra
parte ya ha decidido marcharse.
No existe confianza ni lealtad
Cuando de
verdad creemos en nuestro interior que ya no podemos confiar en la otra
persona. ¿De qué nos sirve mantener la relación? Una de los pilares básicos de
la amistad o el amor es la confianza y la sinceridad. Sin estos dos
‘ingredientes’ cualquier relación está destinada al fracaso y cuanto antes nos
demos cuenta de ello pues mejor será tanto para nuestra autoestima como nuestra
salud mental.
¿Qué busca cada una de las partes?
De nada
sirve mantener una relación si cada una de las partes busca y quiere cosas
distintas. Esto se puede extrapolar muy bien al ámbito de las relaciones. Si
por ejemplo tú buscas una relación seria ya que estás enamorado/a pero la otra
quiere una relación abierta sin ataduras, pues ya les digo que la relación está
destinada al fracaso. De lo contrario, solo encontrarás dolor y decepción.
Nunca existe ningún tipo de acuerdo
Hay muchas
relaciones (sobre todo de pareja) donde se las gastan casi todo el tiempo
discutiendo. Si esto se convierte en algo completamente cotidiano, sería
interesante hacerse la siguiente pregunta. ¿De verdad nos merece la pena estar
en una continua confrontación? Esto solo nos servirá para malgastar nuestra
energía en una persona que nos aporta más cosas negativas y positivas.
Eres el único que lucha para que funcione
Está muy
bien eso de luchar por lo que uno realmente quiere, pero solo sirve si en verdad
las dos partes están implicadas. Si vemos que somos nosotros los únicos que
estamos luchando para que la relación funcione, habremos malgastado nuestro
tiempo y ganas en alguien que ya no se merece estar con nosotros. Por esta
razón, lo mejor es pasar página que seguro que vendrán personas mejores a
nuestra vida.
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