lunes, 14 de diciembre de 2015

NUNCA LO OLVIDES: NO TE MERECE QUIEN TE LASTIMA

Aunque no lo percibamos tan fácilmente, el maltrato psicológico es tan destructivo como el físico, por lo que debemos estar alerta y poner los medios necesarios para evitarlo.

No te merece quien te lastima, nadie que dice quererte y te causa dolor o lágrimas debe formar parte de tu vida. Esto es algo que todos nosotros sabemos, sin embargo, en ocasiones la vida nos pone en duras situaciones en las que no es tan fácil ver estos aspectos.

Hay momentos a lo largo de nuestro ciclo vital en que caemos en relaciones afectivas donde, a pesar de existir el amor, este se vuelve dañino y doloroso, sin necesidad de que exista maltrato físico.

Porque quien te lastima también puede hacerlo mediante esas técnicas indirectas que tanto vulneran nuestro equilibrio emocional y nuestra autoestima.

Hoy en nuestro espacio te invitamos a reflexionar sobre ello, sobre la necesidad de poner límites y recordar siempre que amar es dar felicidad. Que el amor es alegría y no sufrimiento.

Quien te lastima tiene una idea equivocada de lo que es el amor

Hay muchas formas de amor y no todas ofrecen auténtica felicidad. Hay quien ama porque teme quedarse solo, otros se aman únicamente a sí mismos y hay quien confunde el amor con dominación y posesión.

Los amores tóxicos abundan demasiado en el día a día y debemos tener cuidado porque, aunque no nos demos cuenta, también nosotros podemos hacer daño a nuestra pareja sin querer:

1. Hay personas que cuando se sienten molestas por un aspecto que hace, dice o da a entender la pareja, en lugar de hablarlo con asertividad, ejecuta ese mismo acto a modo de “empatía dañina”.

2. Un ejemplo sería provocar que nuestra pareja sienta celos porque nosotros nos sentimos molestos por su cercanía con otra persona.

3. Cuando nuestro compañero o compañera hace algo que no vemos bien es necesario poner un límite y hablarlo en voz alta con seguridad, calma y apertura. Si copiamos sus actos, lejos de solucionar el problema, lo agravamos.

Con ello queremos decir que también nosotros somos capaces de lastimar directa o indirectamente. No obstante, lo más complejo de estos casos es siempre saber detectar que hay algo que no está bien.

La dificultad de no saber verlo o no saber reaccionar ante diversos tipos de maltrato se debe a que, en ocasiones, nos educan en la clásica idea de que para mantener una relación de pareja “hay que aguantar, hay que ceder y hay que tragar”. Esto no es cierto, y nunca debería ser así.

La comunicación y la reciprocidad son dos pilares esenciales en los que debe basarse toda relación saludable. Por ello, te invitamos a tener en cuenta todas esas situaciones en que se lleva a cabo el maltrato.

El uso de la ironía como forma de desprecio

La ironía es un arma de doble filo muy dolorosa. En ocasiones, muchas personas ejecutan un modo de comunicación donde su sentido del humor cae en la agresión, el desprecio y la humillación.

Muchos ejemplos de este comportamiento serían los siguientes: “Está claro que sin mí eres un desastre de persona”, “Mírate… Eres tan adorable como torpe, es que no tienes remedio”, “No te preocupes por arreglarte tanto, lo tuyo ya no tiene solución, pero aun así me gustas”.

Personas que cortan nuestros vínculos con los demás para controlarnos

Quien te lastima de esta forma, sin lugar a dudas, no merece estar en tu vida. Hay personas que ejecutan un hábil control en nuestro día a día, como la araña que cerca a su presa para que no se escape:

- Son personas con una baja autoestima que temen ser abandonadas. Por ello ejecutan el control y la dominación.

- Harán que vayamos perdiendo el contacto con amigos y familiares, que dejemos el trabajo, que olvidemos nuestras aficiones para no salir de esa zona de confort que es la pareja

Decir adiós a quien te lastima: una necesidad vital

Hay relaciones que debemos dejar atrás por necesidad emocional y física. No obstante, no siempre es fácil dejar atrás esa unión, porque el nivel de dependencia suele ser muy elevado.

- Lo más importante es darnos cuenta de que estás con alguien que te lastima. Y quien te ama de verdad jamás sería capaz de confundir el respeto y el cariño sincero con la agresión, el desprecio o la humillación.

- Debes tener claro que tu felicidad está lejos de esa persona que te hace daño. Es necesario volver a la persona que eras antes, a tu tranquilidad emocional de antaño.

- No dudes en pedir ayuda a familiares y amigos, e incluso a las instituciones sin percibieras algún tipo de riesgo.

- Protege tu autoestima. Eres una persona fuerte que merece ser feliz, y para recuperar tu felicidad necesitas un acto final de valentía y coraje para romper ese vínculo tan dañino.

En ocasiones, es preferible una soledad tranquila que una compañía que vulnera nuestros valores como persona, nuestra integridad y nuestra autoestima.

Quien te lastima no merece tus esfuerzos, tu tiempo ni un atisbo de tu cariño. Es algo que todos deberíamos recordar y defender para que otros no caigan tampoco en este tipo de relaciones.




domingo, 13 de diciembre de 2015

QUITA PODER A TODO LO QUE PERTURBE TU MENTE

Lo primero que debemos hacer si queremos liberarnos de los pensamientos negativos es aprender a reconocerlos y transformarlos para que, en lugar de anclarnos, nos ayuden a avanzar.

Tu paz interior no es negociable. Por ello, es necesario que empecemos a “economizar” y a dejar que en nuestra vida habite lo que es importante. Es preciso debilitar y restar poder a todo aquello que hace daño y perturba nuestra mente.

Tal y como suele decirse, en ocasiones, no hay peor enemigo que uno mismo, y no existen peores torturadores que nuestros propios pensamientos.

Esos que nos recuerdan una y otra vez los errores del ayer, los que traen la sombra de los miedos y vetan nuestro crecimiento personal.

En la vida hay que andar ligeros. Cuantas menos cargas tengas en tu mente y corazón, mejor avanzarás por tu ciclo vital. Porque todo lo que te enfada o preocupa te hace prisionero.

Por ello, hoy queremos enseñarte 3 modos en que puedes quitar poder a todo lo que perturba tu mente.

Aprender a ser consciente de los pensamientos perturbadores

La mente humana puede llegar a ser un espacio tan complejo como desconocido. En ella, habitan nuestras experiencias y la atribución que hayamos hecho de ellas.

En ocasiones, esas atribuciones no son demasiado acertadas (si una pareja me deja me atribuyo a mí la culpa, porque no soy lo bastante atractivo o interesante).

Hemos de valorar con minuciosidad qué hay detrás de esos pensamientos que cada día limitan nuestra paz interior y nuestro equilibrio. Para ello, debemos tener en cuenta estos consejos:

1. Ofrécete cada día un par de horas para ti mismo, para descansar y pensar.

2. Coge una hoja en blanco y a través de varias palabras, intenta describir cómo te sientes: enfadado, molesto, siento rabia, soledad, me siento amenazado, siento miedo…

3. Una vez sacadas al exterior estas emociones, es momento de ver qué hay detrás de ellas:
    . ¿Por qué siento rabia? Porque esta persona me ha traicionado.
    . ¿Por qué siento miedo? Porque temo que me dejen de lado.

4. Ahora es momento de dar respuesta a esos pensamientos y decidir qué puedes hacer para resolverlos.

La mente necesita estar libre de emociones negativas

Una mente tranquila es reflejo de salud. Esto es algo que debemos tener claro desde el principio, porque si caemos en el lado de la preocupación continua, la rabia o la tristeza, enfermaremos.

Aprende a perdonar y a dejar ir

La necesidad de perdonar es vital en nuestro día a día por una sola razón: nos permite liberarnos. Sabemos que cuesta, sabemos que duele, pero una vez perdonas y dejas ir, tu interior se calma.

Transforma los pensamientos negativos en positivos

En ocasiones nuestros pensamientos recurrentes tienen un claro componente negativo: no puedo, no me lo merezco, a mí no me va a pasar, ya es demasiado tarde.

Vale la pena hacer el esfuerzo de transformar cada pensamiento negativo en positivo: yo sí puedo, yo me lo merezco.

Desactiva los pensamientos obsesivos por nuevas ilusiones

- Hay veces en que un miedo interno se convierte en algo obsesivo. Pensemos, por ejemplo, en las personas que tienden a obsesionarse con que sus parejas no les quieren lo suficiente.

- Este tipo de obsesiones nos llevan a desarrollar nuevos miedos y a hacernos infelices a nosotros mismos y a los demás.

- Vale la pena desviar esas obsesiones hacia otros focos de interés: centrarnos en ser felices, en cuidarnos a nosotros mismos. Si tú eres feliz, harás felices a los demás.

En ocasiones, los pesos de la mente se resuelven introduciendo cambios

Piensa en tu mente como en una habitación. Hay épocas de nuestra vida en que, por las razones que sean, cerramos todas las ventanas de esa sala quedándonos a oscuras, sin que entre el aire.

Día a día la atmósfera se irá intoxicando y, con ella, nosotros. No vemos nuevas perspectivas, no entra la brisa fresca, esa que nos ofrece oxígeno y fragancias purificadoras.

Es necesario “abrir la mente” y, para ello, para librarnos de esa oscuridad que cubre nuestra mente, es necesario hacer cambios. Hacer que esa habitación se convierta en un palacio de paz lleno de múltiples puertas y ventanas.

Si te encuentras limitado, ya sea por otras personas o por una situación determinada, atrévete a cambiar, a salir de esa realidad.

- Uno de los peores enemigos de la mente es la rutina. El hacer todos los días lo mismo. Intenta que cada día haya algo diferente y nuevo.

- Conoce gente diferente, deja que el mundo se abra a ti a través de nuevos enfoques, pensamientos, sensaciones…

- Evita estar en casa durante mucho tiempo. Sal a andar, apúntate a cursillos, queda con amistades…

- Ilusiónate cada día por cosas nuevas.

- Sé crítico, obtén tu propia opinión sobre las cosas y nunca te canses de aprender, de leer, de experimentar.

La mente necesita ser libre y abrir sus ventanas para que todo lo tóxico se vaya, y con ello, las preocupaciones. Tu salud física y emocional lo notará si pones en práctica estos consejos.




sábado, 12 de diciembre de 2015

LUNA NUEVA EN SAGITARIO: LAS ACCIONES HABLAN MÁS ALTO QUE LAS PALABRAS

La Luna ya se encuentra haciendo un tour por Sagitario, guiada por el amable centauro que la entretiene y le va contando chistes y anécdotas para romper el hielo ya que sabe que lo que viene de aquí en adelante es serio… muy serio.

La Luna es la encargada de entregarnos el mensaje de que se acabaron los plazos para sintonizar con la nueva energía. Los que aceptaron la invitación a formar parte de la Nueva Humanidad se encuentran viviendo en estado de gozo y quienes dudaron, rechazaron y hasta desprestigiaron este convite universal están ahora preguntándose ¿Por qué a los locos que siguieron adelante se les ve tan felices? Y no vale la pena contarles porque sencillamente no comprenderán… Los que se quedan atrás difícilmente podrán entender a los que se adelantaron porque ascender en vibración –vivir en alegría, aceptación, gratitud, creatividad, serenidad, confianza, simplicidad, desapego, claridad, conexión, unidad, consciencia– es un viaje de no retorno. Quienes vibran en tonos más bajos no comprenden “esta locura” de los que ya habitan cielos de luz… Como dijo Nietzsche: “Los sordos creen que los que bailan están locos”.Y es que solo quienes vibran más alto son capaces de percibir esta música que nos envuelve, nos abraza y arrastra para celebrar segundo a segundo, la vida.

Son tiempos especiales, maravillosos, imperdibles… La energía está cada día más nítida y no queda espacio para lo confuso y nada claro.

En todas partes se derrumban imperios basados en la manipulación y el engaño. La nueva energía no tolera nada que desequilibre las fuerzas luminosas y es así como desde todas partes vemos caer a algunas personas, conocidas y reconocidas por hacer de la necesidad de orientación y búsqueda espiritual de los demás un negocio, y  ya no logran vender sus cursillos online ni uno de esos audios que antes salían como pan caliente… en medio de la desesperación cambian de imagen porque siempre resultó con la vieja energía… pero ahora no hay quien caiga… y es que la humanidad está tan despierta que es capaz de discernir entre lo ilusorio y lo real… 
Muchos falsos gurúes están viendo desmoronarse “su negocio” solo porque la gente ahora es capaz de ver que sus palabras no sintonizaban con sus acciones… 

Solo la verdad puede hacernos libres y cualquier tipo de mentira, engaño o manipulación queda al descubierto cuando la luz es tan potente que llega hasta a los más recónditos lugares del planeta. Todo queda al descubierto. Caen máscaras, se intuyen las intenciones, se percibe lo confuso, se muestra la verdad…

La Luna se pasea por Sagitario impregnándose de esa energía de veracidad y expansión. Se cierra para siempre el telón de la obra llamada: “No todo lo que brilla es oro y no todo lo que es oro reluce” producida, dirigida y patrocinada por la energía de Piscis… Ahora nos preparamos para vivir sin representar y si hubiera que salir al escenario a actuar la obra sería “Lo que somos, somos”… porque los disfraces y maquillajes ya no sirven… es la hora de la verdad, algo que le encanta a Sagitario, la verdad pura, descarnada, real… sin adornos ni suavizantes…

Entonces amigos lectores… es hora de darnos permiso de ser lo que somos en realidad… Sintonicemos mente, corazón, palabra y acción para que de nosotros pueda salir la verdad y no digamos cosas que no sentimos ni pensamos porque los corazones de los demás se han vuelto expertos radares para detectar lo falso de lo real.

Tiempos Sagitarianos… Tiempos de mucho crecimiento y de realidad real…

¡Feliz Luna Nueva!

En Amor y Conciencia.

Me®



jueves, 10 de diciembre de 2015

DIME CON QUIEN ANDAS Y TE DIRÉ QUIEN ERES

Dime con quién andas y te diré quién eres, con este refrán se ha juzgado y aun se sigue juzgando a muchas personas, es un refrán común y alrededor de América latina es muy usado, ¿pero realmente somos las personas con las que andamos?, una cuestión muy difícil de comprobar y de las cuales tenemos nuestras reservas.

Las relaciones humanas son un tema de estudio muy amplio, roles, sociedad, pareja, amistades, algo tan peculiar e individual que no puede ser metido dentro de una sola teoría y muchísimo menos dentro de un refrán. Lo que si es cierto es que escogemos relacionarnos con personas que lejos de ser iguales a nosotros, tienen la tendencia a complementarnos en aspectos donde evaluamos tenemos debilidades. La relación se forma a través del intercambio, generalmente saludable, de atributos sociales, en donde se genera un espacio compartido de intimidad.

Porque andamos con quien andamos

La elección que hacemos de las personas con las que nos relacionamos aportará de alguna manera elementos nuevos a nuestras manera de actuar, realmente no quiere decir esto que cambiemos, pero si se dan ciertas transformaciones,  hay que tener muy en claro que una vez formado nuestro carácter, y establecido nuestro código de ética y moral personal, difícilmente cambiaremos por influencia de otras personas, ¿por qué andamos con una persona u otra?, está determinado más por lo que obtenemos en ese “sentido” que hemos creado en conjunto.

Cómo nos sentimos en esa relación, las cosas que admiramos en aquellos que nos rodean, van creando vínculos importantes para nuestra vida, y van estableciendo jerarquías de relaciones, lazos de afinidad y algo que no es sencillo de explicar, el amor y la comprensión.

El hecho de andar con cualquier persona y ser juzgado por ello, es producto de las etiquetas y juicios creados desde la discriminación, la discriminación no es más que el deseo de los hombres y mujeres por ser mejores que otras personas, en una ilusoria competencia por obtener un estatus social, que se convierte en un grillo innecesario, y que nos hace sufrir sin necesidad, las personas no son buenas o malas, sencillamente somos todos diferentes y si podemos saltar estos prejuicios, les aseguramos que van a obtener un montón de beneficios.  No serás exitoso por tener amigos exitosos si tu personalmente no te lo propones, al igual que no serás pobre por tener amigos pobres a menos que tu decidas dejarte caer en la pobreza.

Las funciones de las amistades

Las amistades, los amigos y las relaciones, son una fuente de recursos muy positiva de apertura de nuestra mente a cosas diferentes, por el contrario en vez de ser como los otros, adquirimos la capacidad de adaptarnos y de expandir nuestra mirada más allá del mundo que conocemos, conocer diferentes costumbres, hábitos y creencias, sin duda tendremos una mente más abierta y una cultura más enriquecida.

Sin temor a equivocarnos, podemos decir que las costumbres y los hábitos no son contagiosos, al permitirnos conocer todo tipo personas adquirimos más de lo que estamos perdiendo, jamás dejaremos de ser nosotros en ninguna situación, por el contrario, podremos hacer añadiduras a nuestro repertorio conductual, siempre administrado por nosotros mismos.

Dime quién eres y te diré con quién andas

Como podrás haber visto nuestro conocido refrán no es cierto, pero lo que sí es muy cierto es el hecho de que, si sabes quién eres puedes con facilidad andar con quién quieras, y hacer de cada experiencia una aventura enriquecedora, desmontar el tabú de que debes cuidar tus amistades, pasa por entender que lo bueno o malo lo escoges tú, que tu moral y juicio es tu responsabilidad y que las opiniones de los otros no pueden sesgarte para vivir tu vida. Adelante, permítete andar con quién quieras sin ser más que tú.

“Si hay algo que he aprendido, es que la piedad es más inteligente que el odio, que la misericordia es preferible aún a la justicia misma, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, uno hace buenos amigos” Philips Gibbs




miércoles, 9 de diciembre de 2015

APRENDIENDO A CALLARSE – CUENTO TIBETANO

Cuatro estudiantes se prometieron el uno al otro observar siete días de absoluto silencio.

Durante el primer día, todos permanecieron callados. Su meditación había empezado con buen pie. Pero al caer la noche, como fuera que la luz de las lámparas de aceite habían empezado a palidecer, uno de los estudiantes no pudo evitar decir a un sirviente:

– Recarga esas lámparas.
Un segundo estudiante se quedó estupefacto al oír hablar al primero:
– Se suponía que no íbamos a decir una palabra –observó.
– Sois los dos unos estúpidos. ¿Por qué habéis hablado? –preguntó el tercero.
– Yo soy el único que no digo nada –concluyó el cuarto estudiante.




martes, 8 de diciembre de 2015

EN TUS MANOS NO ESTÁ CAMBIAR A LOS DEMÁS, SOLO A TI MISMO

¿Cuántas veces has intentado cambiar a alguien? Puedes haber sido tú o pueden haber querido cambiarte a ti. Sea como fuere, esto es algo que, por mucho que nos esforcemos, no podremos lograr.

Pensemos en la idea de cambiar a los demás, como el hecho de decirle a alguien que deje de fumar. Si esa persona no quiere dejar el tabaco, por mucho que le digas que lo deje y acepte, no lo va a hacer. Solo debes mirarte a ti mismo y preguntarte: ¿haría algo que realmente no quiero hacer?

“Nadie puede cambiar a una persona, pero una persona puede ser la razón por la que alguien cambie”

No vivimos en un mundo virtual en el que puedes cambiar a los que están a tu alrededor, pues en este mundo real las opciones son solo dos: aceptar o alejarse; pero en ningún momento estará presente la opción de cambiar a los demás.

No trates de cambiar a los demás

Para entender un poco el hecho de que no se puede cambiar a los demás, por mucho que nos empecinemos en ello, compartimos con vosotros esta enseñanza que nos viene en forma de cuento:

“Un rey caminaba por un pueblo rocoso, se enfadó y dijo: ‘quiero que maten todas las vacas y que alfombren todo el pueblo’. Se juntaron los sabios del lugar y le dijeron: ‘muy bien, rey, tenemos que matar diez mil vacas, curtir todo el cuero y en diez años tendremos alfombrado todo el reino para que nuestro rey no se lastime’. Y vino un bufón que le pidió permiso para decir algo y el rey accedió: ‘¿por qué no matan una vaca, le sacan el cuero y le hacen unos zapatos?’. Y el rey aprendió que era mejor cambiar uno mismo que tratar de cambiar a todo el pueblo.”

Pensemos bien en lo que nos ha querido decir este breve relato. El rey pensaba que cambiar a todo el pueblo iba a ser fácil, por eso nunca pensó en la otra posibilidad. Eso mismo nos pasa a nosotros. Creemos que cambiar a los demás siempre va a ser más sencillo que, por ejemplo, cambiarnos a nosotros mismos.

Esto es algo que aprendemos y que debemos empezar a ver con otros ojos para no cometer los muchos errores que cometemos en muchas ocasiones. Cambiar a los demás nos parece la opción más fácil, mucho más que cambiar nosotros mismos. Porque ahí sí podemos cambiar. El cambio propio es posible, el ajeno ¡no existe!

“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”
-León Tolstói-

Acepta, pero no cambies

¿Por qué para aceptar es necesario cambiar? En ocasiones queremos tanto a la persona que está a nuestro lado que por no perderla queremos que cambie. Pero, ¿sabes lo que implica eso? Cambiar a alguien provoca que esa persona ya no sea ella misma. Le robarás su esencia. Si realmente no te sientes cómoda con ella, si no aceptas cómo es, cómo actúa, ¡aléjate!

Es fácil decirlo, pero difícil hacerlo. Eso sí, perderás fuerzas y energías buscando un cambio que nunca se sucederá, pero en el que te esforzarás. Aceptar a las personas tal y como son nos cuesta, muchas más veces de las que pensamos. Inconscientemente intentamos cambiarlas.

¿Cuántas veces te has enfadado con alguien porque no actúa como tú quisieras? Pensemos en las parejas que es donde más se sucede este estado de querer cambiar al otro. ¿Que no actúa cómo tú quieres? Cada uno es libre. Si no te gusta su forma de reaccionar ni de actuar ¿por qué sigues a su lado?

“Para que las cosas cambien tú tienes que cambiar… Para que las cosas mejoren tú tienes que mejorar”
-Jim Rohn-

Tú puedes cambiar, pero solo si tú quieres. Imagínate que otra persona te dice que cambies, te insta que así no te soporta y tú intentas cambiar. Eso va a ser imposible. Tú solo podrás cambiar si te lo propones tú mismo.

Acepta a las personas como son y jamás pienses que cambiar a alguien es la solución. Realmente es una solución fácil e infructuosa que quizás traiga muchas más consecuencias de las que piensas. No te arriesgues. Cambia tú, acepta a los demás.