VUELVE A EMPEZAR
Bienvenido Welcome Herzlich willkommen
viernes, 11 de diciembre de 2015
jueves, 10 de diciembre de 2015
DIME CON QUIEN ANDAS
Y TE DIRÉ QUIEN ERES
Dime con quién andas y te diré quién eres, con este refrán
se ha juzgado y aun se sigue juzgando a muchas personas, es un refrán común y
alrededor de América latina es muy usado, ¿pero realmente somos las personas
con las que andamos?, una cuestión muy difícil de comprobar y de las cuales
tenemos nuestras reservas.
Las relaciones humanas son un tema de estudio muy amplio,
roles, sociedad, pareja, amistades, algo tan peculiar e individual que no puede
ser metido dentro de una sola teoría y muchísimo menos dentro de un refrán. Lo
que si es cierto es que escogemos relacionarnos con personas que lejos de ser
iguales a nosotros, tienen la tendencia a complementarnos en aspectos donde
evaluamos tenemos debilidades. La relación se forma a través del intercambio,
generalmente saludable, de atributos sociales, en donde se genera un espacio
compartido de intimidad.
Porque andamos con
quien andamos
La elección que hacemos de las personas con las que nos
relacionamos aportará de alguna manera elementos nuevos a nuestras manera de
actuar, realmente no quiere decir esto que cambiemos, pero si se dan ciertas
transformaciones, hay que tener muy en
claro que una vez formado nuestro carácter, y establecido nuestro código de
ética y moral personal, difícilmente cambiaremos por influencia de otras
personas, ¿por qué andamos con una persona u otra?, está determinado más por lo
que obtenemos en ese “sentido” que hemos creado en conjunto.
Cómo nos sentimos en esa relación, las cosas que admiramos
en aquellos que nos rodean, van creando vínculos importantes para nuestra vida,
y van estableciendo jerarquías de relaciones, lazos de afinidad y algo que no
es sencillo de explicar, el amor y la comprensión.
El hecho de andar con cualquier persona y ser juzgado por
ello, es producto de las etiquetas y juicios creados desde la discriminación,
la discriminación no es más que el deseo de los hombres y mujeres por ser
mejores que otras personas, en una ilusoria competencia por obtener un estatus
social, que se convierte en un grillo innecesario, y que nos hace sufrir sin
necesidad, las personas no son buenas o malas, sencillamente somos todos
diferentes y si podemos saltar estos prejuicios, les aseguramos que van a
obtener un montón de beneficios. No
serás exitoso por tener amigos exitosos si tu personalmente no te lo propones,
al igual que no serás pobre por tener amigos pobres a menos que tu decidas
dejarte caer en la pobreza.
Las funciones de las
amistades
Las amistades, los amigos y las relaciones, son una fuente
de recursos muy positiva de apertura de nuestra mente a cosas diferentes, por
el contrario en vez de ser como los otros, adquirimos la capacidad de
adaptarnos y de expandir nuestra mirada más allá del mundo que conocemos,
conocer diferentes costumbres, hábitos y creencias, sin duda tendremos una
mente más abierta y una cultura más enriquecida.
Sin temor a equivocarnos, podemos decir que las costumbres y
los hábitos no son contagiosos, al permitirnos conocer todo tipo personas
adquirimos más de lo que estamos perdiendo, jamás dejaremos de ser nosotros en
ninguna situación, por el contrario, podremos hacer añadiduras a nuestro
repertorio conductual, siempre administrado por nosotros mismos.
Dime quién eres y te
diré con quién andas
Como podrás haber visto nuestro conocido refrán no es
cierto, pero lo que sí es muy cierto es el hecho de que, si sabes quién eres
puedes con facilidad andar con quién quieras, y hacer de cada experiencia una
aventura enriquecedora, desmontar el tabú de que debes cuidar tus amistades,
pasa por entender que lo bueno o malo lo escoges tú, que tu moral y juicio es
tu responsabilidad y que las opiniones de los otros no pueden sesgarte para
vivir tu vida. Adelante, permítete andar con quién quieras sin ser más que tú.
“Si hay algo que he aprendido, es que la piedad es más
inteligente que el odio, que la misericordia es preferible aún a la justicia
misma, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, uno hace buenos amigos”
Philips Gibbs
miércoles, 9 de diciembre de 2015
APRENDIENDO A
CALLARSE – CUENTO TIBETANO
Cuatro estudiantes se prometieron el uno al otro observar
siete días de absoluto silencio.
Durante el primer día, todos permanecieron callados. Su
meditación había empezado con buen pie. Pero al caer la noche, como fuera que
la luz de las lámparas de aceite habían empezado a palidecer, uno de los
estudiantes no pudo evitar decir a un sirviente:
– Recarga esas lámparas.
Un segundo estudiante se quedó estupefacto al oír hablar al
primero:
– Se suponía que no íbamos a decir una palabra –observó.
– Sois los dos unos estúpidos. ¿Por qué habéis hablado?
–preguntó el tercero.
– Yo soy el único que no digo nada –concluyó el cuarto
estudiante.
martes, 8 de diciembre de 2015
EN TUS MANOS NO ESTÁ
CAMBIAR A LOS DEMÁS, SOLO A TI MISMO
¿Cuántas veces has intentado cambiar a alguien? Puedes haber
sido tú o pueden haber querido cambiarte a ti. Sea como fuere, esto es algo
que, por mucho que nos esforcemos, no podremos lograr.
Pensemos en la idea de cambiar a los demás, como el hecho de
decirle a alguien que deje de fumar. Si esa persona no quiere dejar el tabaco,
por mucho que le digas que lo deje y acepte, no lo va a hacer. Solo debes
mirarte a ti mismo y preguntarte: ¿haría algo que realmente no quiero hacer?
“Nadie puede cambiar a una persona, pero una persona puede ser la razón
por la que alguien cambie”
No vivimos en un mundo virtual en el que puedes cambiar a
los que están a tu alrededor, pues en este mundo real las opciones son solo
dos: aceptar o alejarse; pero en ningún momento estará presente la opción de
cambiar a los demás.
No trates de cambiar
a los demás
Para entender un poco el hecho de que no se puede cambiar a
los demás, por mucho que nos empecinemos en ello, compartimos con vosotros esta
enseñanza que nos viene en forma de cuento:
“Un rey caminaba por
un pueblo rocoso, se enfadó y dijo: ‘quiero que maten todas las vacas y que
alfombren todo el pueblo’. Se juntaron los sabios del lugar y le dijeron: ‘muy
bien, rey, tenemos que matar diez mil vacas, curtir todo el cuero y en diez
años tendremos alfombrado todo el reino para que nuestro rey no se lastime’. Y
vino un bufón que le pidió permiso para decir algo y el rey accedió: ‘¿por qué
no matan una vaca, le sacan el cuero y le hacen unos zapatos?’. Y el rey
aprendió que era mejor cambiar uno mismo que tratar de cambiar a todo el
pueblo.”
Pensemos bien en lo que nos ha querido decir este breve
relato. El rey pensaba que cambiar a todo el pueblo iba a ser fácil, por eso
nunca pensó en la otra posibilidad. Eso mismo nos pasa a nosotros. Creemos que
cambiar a los demás siempre va a ser más sencillo que, por ejemplo, cambiarnos
a nosotros mismos.
Esto es algo que aprendemos y que debemos empezar a ver con
otros ojos para no cometer los muchos errores que cometemos en muchas
ocasiones. Cambiar a los demás nos parece la opción más fácil, mucho más que
cambiar nosotros mismos. Porque ahí sí podemos cambiar. El cambio propio es
posible, el ajeno ¡no existe!
“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí
mismo”
-León Tolstói-
Acepta, pero no
cambies
¿Por qué para aceptar es necesario cambiar? En ocasiones
queremos tanto a la persona que está a nuestro lado que por no perderla
queremos que cambie. Pero, ¿sabes lo que implica eso? Cambiar a alguien provoca
que esa persona ya no sea ella misma. Le robarás su esencia. Si realmente no te
sientes cómoda con ella, si no aceptas cómo es, cómo actúa, ¡aléjate!
Es fácil decirlo, pero difícil hacerlo. Eso sí, perderás
fuerzas y energías buscando un cambio que nunca se sucederá, pero en el que te
esforzarás. Aceptar a las personas tal y como son nos cuesta, muchas más veces
de las que pensamos. Inconscientemente intentamos cambiarlas.
¿Cuántas veces te has enfadado con alguien porque no actúa
como tú quisieras? Pensemos en las parejas que es donde más se sucede este
estado de querer cambiar al otro. ¿Que no actúa cómo tú quieres? Cada uno es
libre. Si no te gusta su forma de reaccionar ni de actuar ¿por qué sigues a su
lado?
“Para que las cosas cambien tú tienes que cambiar… Para que las cosas
mejoren tú tienes que mejorar”
-Jim Rohn-
Tú puedes cambiar, pero solo si tú quieres. Imagínate que
otra persona te dice que cambies, te insta que así no te soporta y tú intentas
cambiar. Eso va a ser imposible. Tú solo podrás cambiar si te lo propones tú
mismo.
Acepta a las personas como son y jamás pienses que cambiar a
alguien es la solución. Realmente es una solución fácil e infructuosa que quizás
traiga muchas más consecuencias de las que piensas. No te arriesgues. Cambia
tú, acepta a los demás.
lunes, 7 de diciembre de 2015
CIENTÍFICOS DEMUESTRAN QUE EL ALMA EXISTE Y DICEN: “EL ALMA
NO MUERE, SINO QUE VUELVE AL UNIVERSO”
Dos científicos de renombre internacional dicen que pueden
probar la existencia del alma.
El médico estadounidense, el Dr. Stuart Hamerroff y el
físico británico Sir Roger Penrose desarrolló una teoría cuántica de la
conciencia, que establece que nuestras almas están contenidas dentro de
estructuras llamadas microtúbulos, que viven dentro de nuestras células
cerebrales.
La idea nace de que el cerebro es una computadora biológica,
con 100 billones de neuronas cuyas y conexiones sinápticas actúan como redes de
información .
El Dr. Hameroff, quien es profesor emérito en el
Departamento de Anestesiología y Psicología y Director del Centro de los
estudios de conciencia de la Universidad de Arizona, y Sir Roger, que han
estado trabajando en la teoría desde 1996.
Argumentan que nuestras experiencias de conciencia son el
resultado de los efectos de la gravedad cuántica en los microtúbulos, un
proceso que llaman reducción objetiva orquestada (Orch-OR).
En una experiencia cercana a la muerte, los microtúbulos
pierden su estado cuántico, pero la información dentro de ellos no se destruye.
O en términos comprensibles, el alma no muere, sino que vuelve al universo.
El Dr. Hameroff explicó la teoría ampliamente en un
documental narrado por Morgan Freeman, llamado “Through the wormhole” (A través
del agujero de gusano), que fue emitido recientemente por el canal Science en
los Estados Unidos. “Digamos que el corazón deja de latir, la sangre deja de
fluir, los microtúbulos pierden su estado cuántico. La información cuántica en
los microtúbulos no se destruye; no puede ser destruida; simplemente se
distribuye y se disipa por el universo“, dijo el Dr. Hameroff.
“Si el paciente es resucitado, esta información cuántica
puede volver a los microtúbulos y el paciente dice “Tuve una experiencia cercana
a la muerte”, continuó el Dr. . Hameroff
Si el paciente muere, “sería posible que esta información
cuántica exista fuera del cuerpo indefinidamente, como un alma”
El Dr. Hamerof cree que las nuevas ideas sobre el papel de
la física cuántica en los procesos biológicos como la navegación en pájaros,
ayudan a confirmar la teoría.
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