sábado, 21 de noviembre de 2015

NO ESPERES ENTENDER MI VIAJE SI NO HAS RECORRIDO MI CAMINO

No esperes que nadie entienda tu viaje si no ha tenido que recorrer tu camino y en el trayecto se ha visto obligado a usar tus zapatos y a contemplar la vida desde tu altura. Y que nadie espere comprenderlo al cien por cien, porque eso es imposible.

O sea, que lo que otras personas piensen sobre ti es su realidad, no la tuya. Los demás no conocen tu historia, no pueden vivir en tu piel ni sentir tus recuerdos. Esto es muy importante a la hora de cuidar nuestra salud emocional,  por eso debemos evitar dar crédito a las críticas y a los juicios sin fundamento de los demás…

Es decir, que tanto para evitar darle validez a los juicios ajenos como a la hora de hacernos entender tenemos que ser conscientes de que solo nosotros comprendemos completamente nuestro trayecto. Y, a veces, ni eso es posible…

A quien juzgue mi camino le presto mis zapatos

La consecuencia más directa de dar crédito a lo que los demás piensan y dicen de nosotros es que acabamos convirtiéndonos en alguien que no somos. Esto sucede porque al final acabamos queriendo inconscientemente complacer a otros a costa de sacrificar aquello que nos define.

Teniendo esto en cuenta tenemos que percatarnos de que preocupándonos por aquello que consideran los demás de nosotros perdemos tiempo y energía.

No obstante, en general los demás piensan sobre nosotros mucho menos de lo que creemos. Aunque pensemos que somos el centro de las miradas, lo más probable es que lo que hacemos no sea relevante para los que nos rodean.

Por eso debemos intentar vivir con naturalidad, dándole importancia a lo que sentimos e intentando sintonizar con nosotros mismos, pues al fin y al cabo son nuestros pies los únicos que recorren nuestro sendero.

Vive tu vida de la forma que quieras,
 no de la que los demás quieren que vivas.

Pero, ¿cómo son las personas que critican?

Detrás de una persona que enjuicia a los demás y que critica de manera destructiva hay ciertos problemas o características personales que sentencian su “descontento” con otras personas. Veamos algunas características:

Baja autoestima: es habitual que las personas con baja autoestima usen la crítica para mantener el control sobre su posición social o, incluso, para situarse en un buen lugar.

Daños emocionales: es posible que no reconozca que fue herido, que en un momento dado fue humillado o abandonado. Sin embargo, probablemente crea reconocer sus mismas heridas en los demás, etiquetando así las vivencias ajenas conforme a su realidad.

Ausencia de empatía: hay ocasiones en las que la empatía puede llegar a volatilizarse y las personas se envuelven en una coraza que justifica un tipo de crueldad que pretende ser “inocente”. Así, la persona completa sus propios vacíos criticando sin contemplaciones y haciendo uso del enjuiciamiento.

De todas formas se podría decir que prejuzgar es una característica innata del ser humano en la sociedad actual. Esto se debe a que en ocasiones nos resulta adaptativo hacerlo, pues nos protege de ciertos peligros relacionales que pueden atentar contra nuestro bienestar mental.

Sin embargo, generando ideas o imágenes rápidas de los demás o de nosotros mismos podemos cometer errores nefastos, los cuales en ocasiones se pagan muy caros a nivel emocional.  Por eso debemos procurar contenernos a la hora manejar nuestras impresiones y reflexionar antes de cometer una injusticia.

Cuando tampoco nos comprendemos a nosotros mismos

A veces ni siquiera nosotros mismos nos entendemos pero, sin embargo, no podemos evitar exigir que los demás tengan en cuenta nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y nuestros deseos.

Así, como no tenemos la certeza necesaria para saber lo que otros sienten, no deberíamos juzgar ni dar validez a los juicios de los demás. Del mismo modo esto nos debería ayudar a tener en cuenta que no es posible que los demás se metan en nuestra piel porque las vivencias son solo nuestras.

Por eso, cuando no nos comprendemos ni a nosotros mismos es bueno y enriquecedor pararnos a pensar, repasar nuestro recorrido y ralentizar el paso hasta que reencontremos nuestro camino.

Lo bueno de esto es que ningún perdido se pierde. O sea, que cuanto más desconcertados nos sintamos, mayor probabilidad tendremos de ir recomponiendo el rompecabezas de nuestra vida. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que nosotros somos los únicos que podemos poner en valor la comodidad de nuestros zapatos en nuestros pies.




viernes, 20 de noviembre de 2015

ESTO ES LO QUE EL AZÚCAR HACE AL SISTEMA INMUNOLÓGICO A NIVEL CELULAR

El cuerpo posee un sistema muy eficiente para protegerse de “invasores” externos, tales como los virus, las bacterias, los hongos, etc. La parte más importante del sistema inmunológico es la habilidad de identificar y destruir cualquier invasor que llegue adentro del organismo.

Y existe un hecho que usted probablemente no conozca sobre su sistema inmunológico, y esto es que comer cualquier tipo de azúcar tiene el potencial de reducir las defensas de su cuerpo en un 75% o más por un lapso de 4 a 6 horas.

Esta no es información nueva. En los años 70, el doctor Linus Pauling (uno de los más ilustres investigadores en el campo de la microbiología) descubrió que la vitamina C ayuda al cuerpo a combatir el resfrío común. Como parte de la misma investigación, el Dr. Pauling descubrió que el azúcar retarda el mismo proceso (de combatir el resfrío).

Esto es muy importante de saber, ya que utilizando esta información se puede prevenir enfermedades y ayudar drásticamente a curarse.

Ya que la idea de que el azúcar sea “mala” para el organismo es tan controversial, daremos un recorrido rápido y simplificado a través de su propio sistema inmunológico, para que vea lo que el doctor Pauling descubrió.

1. Cómo su cuerpo se deshace de los invasores

Las bacterias, los virus, etc. son literalmente tragados por una célula llamada “fagocitos”. Esta es una célula, tal como los glóbulos blancos, que cubre y absorbe los materiales de deshecho, microorganismos dañinos u otros cuerpos extraños en el torrente sanguíneo y en los tejidos.

2. La vitamina C

El doctor Pauling descubrió que los glóbulos blancos necesitan de la vitamina C para envolver y absorber los virus y las bacterias. De hecho, un glóbulo blanco contiene 50 veces la concentración de vitamina C que normalmente se encuentra en las demás células que lo rodean. Es así como el doctor Pauling reafirmó su teoría de que la ingestión de vitamina C ayuda contra el resfrío. Para seguir destruyendo bacterias y virus, los glóbulos blancos deben acumular vitamina C todo el tiempo para mantener esa concentración vitamínica tan alta. Así que la vitamina C se mueve todo el tiempo a través de las membranas celulares hacia dentro de los glóbulos blancos por todo el cuerpo. Es por eso que es importante mantener una cantidad lo suficientemente alta de vitamina C disponible en el cuerpo.

3. Azúcar

La glucosa (azúcar en su forma más simple, como se encuentra en los canales sanguíneos) y la vitamina C tienen una estructura química similar. Tan similar que cuando un glóbulo blanco trata de absorber más vitamina C de la sangre que la rodea, la glucosa puede ser absorbida por error. Si la concentración de glucosa en la sangre sobrepasa un cierto nivel, la concentración de “50 veces más de vitamina C” desciende por causa de la inmensa cantidad de glucosa que se está absorbiendo como sustituto de la vitamina C.

De hecho, con un nivel de azúcar de 120, la habilidad de los glóbulos blancos de destruir y absorber bacterias y virus disminuye en un 75%. Este nivel de azúcar en la sangre es alcanzado fácilmente por cualquier persona que consuma algo dulce (galletas, queque, golosinas, soda o hasta tomando jugo de frutas). Además, puede tomar de 4 a 6 horas para que se alcance la concentración de vitamina C óptima de “50 veces” en los glóbulos blancos.

Conclusión

Como puede ver, no es una gran idea comer cualquier tipo de azúcar si usted está enfermo, incluyendo el muy recomendable jugo de naranja (que en sí contiene mucha vitamina C, pero que no servirá si los glóbulos blancos no son capaces de absorberla).

Además, si estuviera participando en algún programa de Mejoramiento de la Salud de cualquier tipo, el azúcar sería su enemigo Nº 1. No importa si se está recuperando de una herida o si se trata de una enfermedad.

Investigación del Dr. Linus Pauling




jueves, 19 de noviembre de 2015

CÓMO SANÉ MIS HERIDAS Y FUI LIBRE EMOCIONALMENTE

A la hora de hablar de heridas emocionales no nos estamos refiriendo en exclusividad a los daños que pueden habernos hecho segundas personas.

También nosotros somos responsables de muchos de esos vacíos, de esas limitaciones personales.

Hay pensamientos que hacen daño, no hay que alimentar el ego ni aferrarnos al pasado para vivir sólo de las nostalgias, por ejemplo.

Nuestra actitud en ocasiones ante la vida, también erosiona nuestro alma y la forma en que nos relacionamos ante el mundo.

Sanar, corregir este tipo de construcciones internas es una forma de ser libre emocionalmente. Ahora bien, debemos en primer lugar hacer un sano ejercicio de reflexión y de clara voluntad de querer cambiar las cosas, pero desde nuestro propio interior.

Ahí donde reside la auténtica fuerza emocional.

Todos nosotros creemos tener una gran sensación de libertad, pero es falsa. Estamos controlados por nuestras creencias, a veces limitantes, por nuestras heridas emocionales, que nos encadenan… ¿Cómo podemos renacer emocionalmente para ser libres de verdad?

 Compartir Claves para conseguir la libertad emocional

En primer lugar hemos de tener claro que no todas las personas somos iguales, ni contamos con la misma “mochila” de experiencias vividas.

No obstante, a la hora de hablar de pensamientos y emociones que limitan nuestro crecimiento personal, y nuestra libertad, existen unos ejes básicos que merece la pena tener en cuenta para al menos, reflexionar en ellos.

Te invitamos a hacerlo con nosotros.

1. No temas al dolor emocional

El dolor, como el sufrimiento, no se puede esconder en un rincón secreto de nuestro cuerpo. Toda herida sangra, todo dolor emocional se llora, se grita o se siente en todo su abismo de soledad.

Tus emociones no son tus enemigas ni tampoco te definen. Es decir, puedes por ejemplo sentir el sufrimiento de la decepción en un momento muy puntual de tu vida, sin embargo, no toda tu existencia va a estar (ni debe estar) teñida por esa sensación.

El dolor se vive en “el aquí y ahora“, debe entenderse, comprenderse y gestionarse de la forma más saludable posible. De no hacerlo, de optar por esconder esas emociones estaremos encadenados de por vida, y nuestra libertad personal y emocional sólo será una ilusión.

2. Debes aprender a ser comprensivo contigo mismo/a

¿Has cometido un error? ¿Has invertido parte de tu tiempo y tu vida en una persona que, quizá, no lo merecía? No te castigues ni te etiquetes como “ingenuo/a”, ni aún menos como “fracasado/a”:

Ninguna vida que merezca la pena es indemne a los errores. Es más, todo aspecto que consideres como “error” es en realidad un  aprendizaje que asumir y una experiencia de la cual, puedes salir aún más fortalecido/a.

Sé comprensivo contigo mismo/a y entiende que lo último que debes hacer es gestar o alimentar un sentimiento de culpa ante lo sucedido.

La culpa arrastra, ahoga y envenena, es un claro enemigo para poder ser libre emocionalmente. Mantén una mente abierta capaz de aceptar toda vivencia, ya sea buena y mala, porque de eso se trata al fin y al cabo esto llamado vida.

Intenta despertar cada mañana con la ilusión renovada, ábrete a ti mismo/a y a los demás sabiendo que mereces ser feliz de nuevo, bloqueando ese torrente de pensamientos negativos que a veces, levantan nuestra propia cárcel mental.

Con cada esfuerzo que hagas, con cada paso que des por volver a ser feliz, será una forma de liberarte de los errores y la culpa. Alimenta ilusiones, evita nutrir decepciones.

3. No puedes cambiar a quien te hizo o te hace daño

Si tienes que convivir con una familia, unos padres, o unos hermanos que te hacen daño de algún modo, debes tener muy claro que no puedes cambiarlos. No puedes cambiar su forma de entender las cosas o su personalidad.

Ahora bien, para ser emocionalmente libre debes sanar su influencia en ti mismo/a. Tú eres lo que importa en este caso y tú quién está sufriendo.

Muchas de esas cosas que te han hecho en el pasado las has interiorizado, han hecho “costra” e incluso creado una herida invisible, y es ahí, donde están las cadenas.

Libérate, asume que ya no tienen por qué hacerte daño, intenta perdonar pero avanza a la vez poniendo límites.

Sana las palabras dichas o no dichas, sana el dolor de la decepción  o los desprecios, deja ir las cargas y a su vez, levanta la voz para dejar claro que ya no vas a ser víctima. Estás curado/a, has renacido y eres libre emocionalmente.

4. Sana tus raíces

¿A qué nos referimos con sanar nuestras raíces? Es sin duda un aspecto complejo que vertebra muchas áreas personales, muchas vivencias y conductos psicológicos, no obstante, basta con que tengas en cuenta estas dimensiones.

Reflexiona en ellas:

–Desactiva el ego en tu día a día, te permitirá tener una visión más amplia y libre de las cosas.

–No te sometas a las circunstancias ni tampoco te pelees con ellas fomentando el odio o el rencor. Evita los extremos porque las dos dimensiones te anclan y te arrastran. Mantén el equilibrio, la paz interior y prioriza tu libertad emocional por encima de todo.

–No te protejas bajo un positivismo poco objetivo. No se trata de dibujar sonrisas cuando lo que sentimos es una profunda tristeza, porque de ese modo lo que haces es embellecer las hojas de tu árbol sin tener en cuenta que tus raíces están enfermas.

–Siente tus emociones y gestiónalas de modo adecuado, porque de lo contrario te convertirás en una máscara muy alejada de como tú eres en realidad. El crecimiento personal requiere ser valiente e íntegro con uno mismo.

Huir del temor es temer. Luchar contra el dolor es doloroso. Tratar de ser valiente es estar asustado.
ALAN WATTS (filósofo británico 1915-1973)




miércoles, 18 de noviembre de 2015

10 IDEAS PARA REINVENTARSE Y LOGRAR LO QUE DESEAMOS

Nosotros somos capaces de diseñar nuestro propio mundo, con los colores, materiales y sentimientos que nos parezcan adecuados. Si a veces nos parece que la vida se nos ha escapado de las manos, siempre es posible volver a crearla: reinventándonos. En ocasiones es difícil tomar una nueva actitud, pero siempre se puede. Para esto les dejamos aquí 10 consejos que nos permitirán una mejor reinvención, con mayor fuerza y seguridad:

1. Empezar de nuevo y aprender de nuestros errores

Si la vida nos ha dado una mala experiencia, luego de aceptarlo y vivir las penas, tenemos que empezar de nuevo. La vida es cíclica, en ocasiones estaremos arriba y en otras abajo. Pero siempre hay que volver a subir, pues hay mucho esperándonos en la nueva etapa.

Todos no equivocamos, errar es humano. Y cuando la suerte ya está echada y no podemos revertir lo ocurrido, solo nos queda aprender . No vale la pena desgastarnos por la culpa, ya que esta solo nos paraliza, en cambio si aprendemos de nuestros errores, avanzamos.

2. Mira por ti. Tú eres el primero

Es crucial pensar en los otros y querer siempre ser empáticos, pero no tenemos que dejarnos de lado. No es posible complacer a todo el mundo, y en ocasiones hay que saber decir que no. Lo importante es llegar a un término justo entre lo que entregamos y lo que nos llega desde afuera. Nuestra felicidad transita entre lo que damos y lo que recibimos, pero debe nacer primero de nuestro interior.

3. Piensa en lo bueno que tienes

Muchas veces nos centramos en la frase “Que mala suerte tengo”, u “otra vez me ha pasado lo mismo”. En lugar de mantener ese pensamiento, sería bueno pensar en lo bueno que tenemos ¿Nunca te has levantado y te has preguntado por ejemplo puedo ver, oler, sentir? Miremos a nuestro alrededor y nos sorprenderemos.

4. Decide tú cambiar las cosas

Si las cosas no cambian ¿Por qué no empezamos a cambiarlas nosotros mismos? Comencemos de a poquito a hacer todo aquello que siempre hemos deseado hacer y que aún no hemos podido concretar. Tomemos el impulso y concretemos, con esta actitud ya tenemos la mitad de la tarea lograda.

5. Recarga las pilas, anula el estrés

No permitas que el estrés se instale en ti. Suele ir cargado de pensamientos negativos y preocupaciones sobre el futuro o el pasado. Distrae tu atención haciendo alguna actividad, practicando meditación o simplemente, observando cómo te sientes para profundizar más en ti.

6. Una sonrisa

¿Sabías que tan solo con cambiar el gesto de nuestra cara cambiamos la actitud? Si es tan fácil ¿Por qué no probar? Podemos comenzar a cambiar nuestros gestos, y dar mayor cabida a aquellos que nos suben el ánimo. Familiarizarnos con una sonrisa, hacerla propia, y de ahí proyectarla al mundo.

7. Duerme bien

El sueño es un gran aliado del buen humor, de las energías y de la actitud positiva. Intentemos siempre dormir bien y lo suficiente. Cuando vayamos a dormir desconectémonos de las preocupaciones, descansemos, nos merecemos este espacio. Y ya verán como al día siguiente todo nos parece mejor.

8. Usa tus conversaciones interiores

Tener un diálogo interno positivo en nuestro interior reafirma la proyección que hacemos hacia el exterior. La forma en la que nos hablamos dice mucho sobre cómo nos tratamos y valoramos, por esta razón hay que reforzar el diálogo interior, este monólogo debe proyectar sobre el espejo la mejor de las imágenes.

9. Si lo puedes imaginar, lo puedes crear

Se dice que tanto el lenguaje como el pensamiento crean realidad, entonces si es así, también podemos crear realidad con lo que imaginamos. Basta con creernos lo que estamos imaginando, y ya teniéndolo claro, le damos forma y buscamos las posibilidades para llevarlo a cabo. Así se han cumplido muchos de los grandes sueños de la humanidad.

10. No hay felicidad sin el otro

Sé bueno con los demás. Ser altruista nos hace sentir mucho mejor sin duda, practiquémoslo. Tal como señalábamos al principio tenemos que comenzar por nosotros mismos para luego dar a los otros. No hay felicidad si no es compartida.


Fuente: http://elvasomediolleno.guru/consejos/10-ideas-para-reinventarse-y-lograr-lo-que-deseamos/


martes, 17 de noviembre de 2015

NO TE QUIERO PARA MÍ, TE QUIERO CONMIGO

“Nos hicieron creer que “el gran amor” solo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado.

Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja y la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.

Nos hicieron pensar que una fórmula llamada “dos en uno”: dos personas pensando igual, actuando igual, era lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene un nombre “anulación” y que solo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable.

Nos hicieron creer que el matrimonio es obligatorio y que los deseos fuera de término deben ser reprimidos.

Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados. Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad.

No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, que frustran a las personas, son alienantes y que podemos intentar otras alternativas.

Nadie nos va a decir esto, cada uno lo va a tener que descubrir solo. Y ahí, cuando estés muy enamorado de ti, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien.

Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor….aunque la violencia se practica a plena luz del día.”

John Lennon

No quiero que me pertenezcas, ni que la única realidad que exista sea la nuestra. Quiero que los dos seamos dos naranjas enteras queriendo rodar juntas. Al fin y al cabo, las medias naranjas dan solo un poco de zumo y no pueden caminar solas.

Quiero preferirte, pero no necesitarte… Porque si te necesitara estaría sometiéndote a mis carencias y responsabilizándote de mi felicidad… Y eso no es justo para nadie, porque solo a mí me pertenecen mis conflictos.

La mejor relación que podemos tener es la de no pertenecernos, la de ser y existir como seres independientes que se aman. Me encantaría encontrarnos en un punto emocional que vaya más allá de la necesidad de que alguien o algo nos complete.

Convertirnos en seres completos

Cuando me convierto en un ser completo, que no necesita de otro para sobrevivir, seguramente voy a encontrar a alguien completo con quien compartir lo que tengo y lo que él tiene. Ese es, de hecho, el sentido de la pareja. No la salvación, sino el encuentro. O, mejor dicho, los encuentros. Yo contigo. Tú conmigo. Yo conmigo. Tú contigo. Nosotros, con el mundo.
Jorge Bucay

Querer ser dos cuando nacimos de uno en uno nos esclaviza. Yo puedo vivir sin ti y tú puedes vivir sin mí, pero no queremos hacerlo.

Me gustaría que nuestra relación fuese así de sana, que nos envolviese la ternura y nos descubriese la confianza. No quiero que ninguno de los dos nos arranquemos de nosotros mismos, no quiero que renunciemos a ser quienes somos.

Quiero que nos sepamos querer, que no anhelemos que nuestra relación supla nuestras carencias y que nos demos cuenta de que el verdadero amor es aquel que se respeta y no se idealiza.

Eso nos salvará a ti y a mí, y a nuestro AMOR. Así, con mayúsculas y con toda su trascendencia. Resolverá nuestros problemas y aprenderemos a convivir con nuestras diferencias. Porque si dejo de ser yo no podré amarte, ni crecer ni sonreír ni respirar por ti. Y poder amar de manera saludable es la mayor dicha del mundo.

Por eso, cariño, no seamos el uno para el otro. Quiéreme como soy, sin máscaras ni arreglos, mejoremos juntos cada día, crezcamos contemplándonos con placer y procuremos satisfacer nuestras ansias de felicidad. Eso es lo que hará que nuestro amor sea para toda la vida.


Fuente: http://rincondeltibet.com/blog/p-no-te-quiero-para-mi-te-quiero-conmigo-1639


lunes, 16 de noviembre de 2015

EL PRINCIPIO 90/10 Y UNA CLAVE PARA UNA VIDA MÁS FELIZ

"Tal vez nos quedemos con las manos vacías, pero nuestro corazón estará lleno de amor. Y quienes aman la vida, tienen el sello de ese sentimiento en un lugar de su corazón."
- Stephen Covey -

El escritor estadounidense Stephen Covey, ilustra, a través de una simple historia, de qué se trata el principio 90/10. La misma retrata una escena cotidiana y plantea que un 10% de tu vida está relacionado con lo que a uno le pasa, mientras que el restante 90% está determinado por lo forma en que se reacciona a aquello que sucede.

Sobre ese 10%  uno no tiene control, no se puede evitar que el auto se rompa o que el transporte se retrase. Que nos sorprenda la lluvia o que el tráfico se agudice. El otro 90% es diferente y depende 100% de ti, ya que tiene que ver con cómo actúas y con cómo te tomas todos esos obstáculos o eventualidades.

Covey cuenta el siguiente ejemplo:

"Estás desayunando con tu familia.
Tu hija tira una taza de café y salpica tu camisa de trabajo.
Tú no tienes control sobre lo que acaba de pasar.
Lo siguiente que suceda será determinado por tu reacción.
Tú maldices.
Regañas severamente a tu hija por que te tiró la taza encima.
Ella rompe a llorar.
Después de regañarla, te volteas a tu esposa y la criticas por colocar la taza demasiado cerca de la orilla de la mesa.
Y sigue una batalla verbal.
Tú, vociferando, vas a cambiarte la camisa.
Cuando regresas, encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando, terminándose el desayuno y alistándose para irse a la escuela.
Ella pierde el autobús.
Tu esposa debe irse inmediatamente para el trabajo.
Tú te apresuras al carro y llevas a tu hija a la escuela.
Debido a que tú ya estas atrasado, manejas 40 millas por hora en una avenida cuya velocidad máxima es de 30 millas por hora.
Después de 15 minutos de retraso y obtener una multa de tráfico por $60.00, llegas a la escuela.
Tu hija corre a la escuela sin decirte adiós.
Después de llegar a la oficina 20 minutos tarde, te das cuenta que se te olvidó el portafolios.
Tu día empezó terrible. Y parece que se pondrá cada vez peor.
Ansías regresar a casa.
Cuando llegas a tu casa encuentras un pequeño distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija.

¿Por qué?
Todo fue debido a la manera en que reaccionaste esa mañana.

¿Por qué tuviste un mal día?

A) ¿El café lo causó?
B) ¿Tu hija lo causó?
C) ¿El policía lo causó?
D) ¿Tú lo causaste?

La respuesta es la "D".

Ciertamente, tú no tenías control sobre lo que pasó con el café. Fue la forma en cómo reaccionaste los 5 segundos siguientes, lo que terminó el cauce de tu mal día.

Te presento lo que debió haber sucedido.

El café te salpica.
Tú hija está a punto de llorar.
Entonces tú gentilmente le dices:
"No te preocupes, cariño, sólo necesitas tener más cuidado la próxima vez".
Después de ponerte una camisa limpia y tomar tu portafolios, regresas al comedor, miras a través de la ventana y ves a tu hija tomando el Autobús escolar.
Ella voltea agradecida y te dice adiós con la mano.
¿Notas la diferencia?

Dos escenarios diferentes.
Ambos empezaron igual.
Ambos terminaron diferente.

¿Por qué?

Tú realmente no tienes control sobre el 10% de lo que sucede en la vida.
El otro 90% fue determinado por tu reacción.

Estas son algunas formas de aplicar el Principio 90/10.

Si alguien te dice algo negativo acerca de ti, no te lo tomes a pecho.
Deja que el ataque caiga como el agua sobre el aceite.
No dejes que los comentarios negativos te afecten.
Reacciona apropiadamente y no arruinarás tu día.
Una reacción equivocada podría resultar en la pérdida de un amigo, ser despedido, te puedes estresar, etc.

¿Cómo reaccionas si alguien te interrumpe en el tráfico?
¿Pierdes tu carácter?
¿Golpeas sobre el volante? (a un amigo mío se le desprendió el volante).
¿Maldices?
¿Te sube la presión?
¿A quién le preocupa que llegues 10 segundos tarde al trabajo?
¿Por qué dejar que los automóviles te arruinen el viaje?

Recuerda el Principio 90/10 y no te preocupes de eso.

Tú has dicho que perdiste el empleo.
¿Por qué perder el sueño y ponerte enojado?
No funcionará.
Usa el tiempo y la energía que inviertes en tu preocupación para encontrar otro trabajo.

El avión está atrasado. Va a arruinar la programación de tu día.
¿Por qué manifestar frustración con el empleado de la aerolínea?
Él no tiene control sobre lo que está pasando.
Usa tu tiempo para estudiar, conocer a otros pasajeros, ¿por qué estresarte?
Eso hará que las cosas se pongan peor.

Ahora ya conoces el Principio 90/10.
Aplícalo y quedarás maravillado con los resultados.
No perderás nada si lo intentas.

Millones de personas están sufriendo de un estrés que no vale la pena, sufrimientos, problemas y dolores de cabeza.
Todos podemos entender y debemos aplicar el Principio 90/10.
¡Puede cambiar tu vida!
Disfrútala.

Lo único que hace falta es voluntad para darnos el permiso de vivir la experiencia.

Todo, absolutamente todo lo que damos, hacemos, decimos, o aún, todo lo que pensamos, es un Boomerang. Regresa a nosotros. Si queremos recibir, aprendamos primero a dar.

Tal vez nos quedemos con las manos vacías, pero nuestro corazón estará lleno de amor.

Y quienes aman la vida, tienen el sello de ese sentimiento en un lugar de su corazón.