viernes, 13 de noviembre de 2015

LA ABUNDANCIA NO SE ADQUIERE, SE SINTONIZA. ABUNDANCIA VS. POBREZA

La abundancia no es algo que nosotros adquirimos; es algo que nosotros sintonizamos.

¿Qué es la abundancia?

La abundancia es un estado del ser. La abundancia es el estado en el cual sientes que tienes todo lo que quieres. Es un sentimiento activo, una emoción. La abundancia está en tu humor vibratorio, la abundancia está en tus emociones diarias. La abundancia es parte de tu integridad y está en tu mente, cuerpo y espíritu. La abundancia no es una cuenta en dólares o cosas materiales como mucha gente piensa.

¿Qué es la pobreza?

La pobreza también es un estado del ser. Pobreza es el estado de carecer de lo que quieres. Pobreza es el estado de resistencia para tener lo que quieres. Es un sentimiento activo, una emoción. La pobreza está en tu humor vibratorio, la pobreza está en tus emociones diarias. La pobreza es parte de tu integridad y está en tu mente, cuerpo y espíritu. La pobreza no es la ausencia de dinero en tu cuenta bancaria o cosas materiales como mucha gente piensa.

La abundancia y la pobreza son estados del ser. Están en nuestras creencias, pensamientos y emociones. Por eso es que hay algunas personas que no tienen muchas cosas materiales y son felices, tienen abundancia en sus vidas porque ellos creen y sienten que tienen todo lo que ellos quieren; por otro lado, podemos ver algunas personas que tienen muchas cosas materiales y se rodean de lujos y están quejándose todo el tiempo porque no tienen suficiente. Este tipo de personas no tiene abundancia en sus vidas aun cuando ellos tienen todas las cosas materiales que quieren.

Siendo que la abundancia y la pobreza son estados del ser, podemos crearlas a través de nuestro humor vibracional, de nuestras emociones o estados de ánimo.

¿Qué estás creando diariamente? Si te estás quejando de la falta de dinero y diciéndote a ti mismo y a los demás que es muy difícil tener dinero, o que el dinero es un problema, estos sentimientos están bloqueando la abundancia y estás creando más pobreza. Pero tú puedes crear lo que quieras.

¿Qué quieres crear, pobreza o abundancia? Somos creadores y creamos cosas de adentro hacia afuera. La abundancia es una emoción, la emoción de tener todo lo que quieres sin importar las circunstancias.

Quizás estás pensando: Es fácil de decirlo, pero es muy difícil cuando tienes deudas y no tienes dinero para pagar las cuentas, y es correcto, es muy difícil, así que estás creando más pobreza cuando piensas de esa forma y empeoras tu situación. Si quieres crear abundancia en tu vida, la forma más fácil es empezar con tus palabras. Las palabras crean pensamientos. La repetición de las palabras se convierte en creencias, y las creencias crean sentimientos; tú puedes activar esos sentimientos para convertirlos en emociones y tus emociones son tu humor vibracional.

Empieza por saber que tú te mereces sólo cosas buenas, lo mejor. La abundancia te está esperando, sólo necesitas estar en el mismo humor vibracional.

He aquí tres cosas que puedes hacer para estar en el humor correcto y permitir que la abundancia llegue a tu vida:

Repite y practica afirmaciones positivas: Yo merezco sólo cosas buenas. Yo soy abundancia. Cada célula de mi cuerpo, mente y espíritu está llena de abundancia. Yo estoy abierto(a) a recibir dinero en mi vida. El dinero llega a mí de diferentes formas.

Sé agradecido por todo lo que tienes (no te quejes por las cosas que no tienes o que has perdido). La gratitud abre las puertas para recibir lo que estás pidiendo y te hace sentir merecedor. Gracias Dios por todo lo que tengo y por las cosas maravillosas que están por llegar a mí. No te acuestes sin agradecer de cinco a diez cosas que te ocurrieron durante el día. También puedes escribir tus afirmaciones de gratitud en tu diario de agradecimientos.

El Universo está lleno de abundancia y está esperando para darte lo que es tuyo. Toma esfuerzo y mucha practica para cambiar tu pobreza en abundancia, pero vale la pena porque es lo que tú mereces. La abundancia es un estado del ser y tú puedes crearla ¿Que estás esperando?




jueves, 12 de noviembre de 2015

CUANDO MUEREN LOS APEGOS, NACE LA LIBERTAD EMOCIONAL

Hoy te dejo en libertad. Hoy me olvido de mis miedos. Hoy comienzo a valorarme. Hoy salgo adelante. Hoy te dejo de esperar.

Solemos hacernos conscientes de la esclavitud emocional a la que estamos sometidos cuando nuestro corazón se resquebraja. Esto sucede cuando una relación nos duele, bien porque nos esclaviza o bien porque algo dentro de nosotros se ha roto al tener que decir adiós.

Ante estas situaciones, sentimos que el mundo se apaga y que una ola de dolor inmenso se cierne sobre nosotros impidiéndonos respirar. Esto es el ahogo emocional y, su ingrediente clave, la dependencia.

Pero, a veces, llega el momento de dejar en libertad lo que atábamos y lo que nos ata y comenzar una nueva vida, porque la esclavitud emocional ahoga. Y es en ese momento en el que no nos vemos capaces de hacer nada sin ir de la mano de esa persona o, simplemente, de alguien que nos guíe.

Disfrutar de la soledad de uno mismo para ser feliz en pareja

“Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida.
Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo.
Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso.
Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie.
Y esta es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo.”
En Once Minutos, de Paulo Coelho

La mejor manera de ser feliz con alguien es aprendiendo a ser feliz estando solo. ¿Por qué? Porque de esa manera la compañía se convierte en elección y no en necesidad.

Entendemos el amor de forma errónea porque la clave no es el “te necesito en mi vida” sino el “te prefiero en mi vida”. No atender a los sentimientos y necesidades de posesión nos ayudará a vivir en paz y libertad con nosotros mismos.

Dejar de esperar, la clave de la liberación emocional

“Sigo mal, y seguiré peor, pero voy aprendiendo a estar sola, y eso ya es una ventaja y un pequeño triunfo”
Frida Khalo

Tu verdadera libertad llega cuando empiezas a comprender quién eres y de lo que eres capaz. Es tu independencia, ese ansiado trofeo, la que obtienes cuando te desatas, te deshaces de tus cuerdas y miras hacia adelante sin necesitar a alguien que te lleve de la mano.

No poseer y que no te posean es la mejor experiencia de libertad que podemos tener. Porque sentir algo como propio siempre significa, de alguna forma, vivir al lado de la esclavitud.

Nuestra dependencia es la que nos hace esclavos, sobre todo si es nuestra autoestima la que depende de algo o de alguien. El necesitar la alabanza, el cariño o la atención de alguien hace que dejemos de ser dueños de nuestro destino.

No son los demás los que nos dañan, sino que somos nosotros los que damos validez a sus opiniones y a sus acciones. Nadie puede hacerte daño sin el consentimiento de tu Yo interno, lugar en el que está el pilar que sostiene tu arquitectura emocional.

Así que la autoconfianza y la autoestima cuidadas son las mejores herramientas para decir adiós a los apegos insanos e innecesarios que merman nuestra vitalidad y nuestras ganas de realizarnos.

Tenemos que ser los primeros en respetarnos, dejando de lado las expectativas sobreaprendidas que nos dicen que solo somos amados si nos necesitan y que el amor solo es amor si vivimos por y para él.




miércoles, 11 de noviembre de 2015

LA LECTURA TAMBIÉN OFRECE SENTIDO A MI EXISTENCIA

Yo soy muchas cosas, soy alguien que aprende a vivir con humildad enriqueciéndome cada día. Soy también quien camina por un sendero complejo llamado existencia intentando aprender de mis errores, de mis triunfos…

Me rodeo de los míos, aprecio el aquí y ahora, me doy licencias, caprichos y abrazo con fuerza mi realidad, a la vez que me deleito de mis noches de lectura para vivir otras vidas, para calzarme otros zapatos. Porque también los libros forman parte de mi existencia.

La lectura es una forma de felicidad que está solo al alcance de las mentes más libres. Aquellos capaces de desvestirse de sus preocupaciones diarias para atravesar la cerradura del conocimiento, de la pasión, del deleite y el más sublime de los misterios.

Quien ama la lectura adora el olor de los libros, y quien adora leer siempre cierra con tristeza la última página de ese ejemplar que acaba de terminar. Ahora bien, esa pena no es permanente, porque por cada novela terminada hay mil mundos esperándonos en esas páginas teñidas por mares de letras.

Eres tus experiencias y todas tus lecturas

¿Lo dudabas? Como ávido lector que sin duda eres, debes saber que tu identidad, tu personalidad y tu razón de ser, no se ha forjado solo por todas tus experiencias. Tus horas de lectura también te han esculpido hasta formar la persona auténtica que eres ahora.

La lectura es una mansión con múltiples ventanas. Quien es curioso y se atreve a asomarse a todas ellas para observar con calma, obtendrá ese aprendizaje de la vida que no deja marcas de dolor, sino huellas de conocimiento.

Si hay algo que también tenemos claro es el modo en que llegamos a los libros. Puede que te aficionaras porque lo veías en casa, porque tus padres fueron tu referente. También es muy posible que quedarás envenenado para siempre de un título en particular, y que de alguna forma, te abriera las puertas hacia ese placer indiscutible que es la lectura.

De hecho, es común que recordemos con especial cariño esas primeras novelas de infancia o adolescencia. Descubrimientos inolvidables que forjan lo que somos. Sabemos que nos gusta leer, que nuestra casa se ha quedado ya pequeña ante todos esos torreones de novelas donde el tiempo y el polvo no les resta brillo alguno, pero… ¿Te has parado a pensar en todo lo que hacen por ti los libros?

La lectura es una forma de libertad cotidiana que nos ofrece refugio ante el estrés o las preocupaciones.
Leer es un modo muy efectivo de acumular reserva cognitiva. El día de mañana dispondremos de un cerebro lleno de múltiples conexiones tan fuertes como el mejor de los músculos, capaz de disminuir el impacto de posibles demencias.
El placer de la lectura es la mejor herencia que podemos ofrecerles a nuestros hijos.
Los libros nos roban lágrimas, sonrisas e incluso nos infunden el placer del terror… No obstante, agradecemos todas estas emociones intensas porque es también una forma de vida. Parte de nuestra existencia.
Muchos piensan que quien se pasa el día leyendo huye de la realidad. No es cierto. Quien no lee huye del propio conocimiento y es esclavo de sus propias limitaciones.

La lectura es una excelente terapia en el día a día

Todos sentimos vacíos, todos atravesamos instantes difíciles y experimentamos esas dudas existenciales que quienes nos rodean, no siempre nos pueden resolver. Los libros son una fuente accesible a muchas de esas cuestiones que pueden servirnos como auténticas herramientas terapéuticas.

Si sientes dudas, si deseas adquirir conocimiento, no te limites a encontrar respuesta en un único libro. Acude a todos los que estén a tu alcance y afina el sentido crítico. En ocasiones, no hay una única verdad, sino la que nosotros necesitamos en un momento dado y obtengamos.

La lectura es una forma de cuestionarnos a nosotros mismos. En ocasiones, ponernos en la piel de otros personajes nos ayuda a plantearnos situaciones, comentarios y actitudes.

La vida nos ofrece experiencia y aprendizajes, pero los libros son baúles de conocimiento cotidianos desde los cuales, contrastar información, datos y sobre todo, emociones.
Toda emoción experimentada en la hoja de un libro es una huella en nuestro cerebro capaz de perdurar para siempre. Nos enseñan, nos sacuden y nos obligan a veces a ver la realidad con otros ojos.
Leer es también una invitación a la vida. Y ahí está una de sus maravillas terapéuticas. Nos puede sacar de nuestras tristezas cotidianas para hacernos sentir curiosidad por cosas que hasta entonces, no nos habíamos planteado.
Los libros ayudan a los niños a madurar y a los adultos a ser niños de nuevo. Son una llave sencilla que poder guardar en el bolso cuando cogemos el autobús, son nuestros amigos de mesilla, y los compañeros idóneos en noches de tormenta.

La lectura abre tus ojos, enciende tu mente y hace vibrar tu corazón, es el legado más noble que la humanidad ha dejado a los suyos y que a su vez, debemos trasmitir a los nuestros. Es una aventura apasionante que nunca termina.




martes, 10 de noviembre de 2015

DE TODO LO QUE LLEVAS PUESTO TU ACTITUD ES LO MÁS IMPORTANTE

Para muchos, la vida como tal, carece de sentido. El día a día adquiere su significado dependiendo del modo en que veamos las cosas, las valoremos y permitamos que impacten en nosotros. Podríamos decir entonces, que somos nosotros con nuestras actitudes, quienes damos forma a todo lo que acontece a nuestro alrededor.

Seguro que en alguna ocasión te has encontrado con ese tipo de personas que van siempre a la defensiva, que buscan siempre los dobles sentidos y la cara más negativa de toda moneda. Son actitudes cerradas, poco receptivas e incluso inmaduras. Su mundo, es poco más que un túnel sin salida.

La realidad adquiere sentido a través de nuestros pensamientos, nuestros afectos y atribuciones. Lo que piensas creas, de ahí que sea esencial tu actitud hacia la propia vida y el modo en que permites que las cosas lleguen a ti.

Actitud y personalidad están siempre relacionadas. No obstante, mientras la primera puede cambiarse y reestructurarse hacia un enfoque más abierto y positivo, nuestra personalidad tiene unas raíces muy largas y nadie puede ni va a cambiar de la noche a la mañana.

Todos vivimos momentos oscuros, y el día a día trae siempre esas nubes grises que no se escampan solo con soplar. En ocasiones, en lugar de luchar para ir en contra de algo no tenemos más remedio que asumir, aceptar y mantener siempre una actitud positiva y constructiva.

“La vida siempre tiene días grises y días negros. Por ello, basta con abrir el paraguas y esperar a que escampe. No hay prisas, cuando menos lo esperes la tormenta se habrá callado y el día será aún más luminoso”.

Tu actitud y el modo en que asumes las cosas que te suceden

Y tú… ¿De qué manera afrontas las cosas que gusta traerte la vida de vez en cuando? En primer lugar cabe señalar que las actitudes se edifican a través de nuestras creencias, pero también por nuestras emociones, de ahí, que en ocasiones, y dependiendo de nuestro estado de ánimo reaccionemos de un modo u otro.

Recuerda siempre que puedes controlar tu actitud hacia las cosas. La diferencia entre un buen día y un mal día dependerá no de la ropa que lleves puesta, o de cómo te traten los demás. Está en tu actitud y en esa fuerza implícita que es capaz de afrontarlo todo.

Desde la psicología social nos indican que las actitudes, en realidad, están íntimamente hiladas en tres dimensiones sobre las que valdría la pena reflexionar unos instantes:

Dimensión cognitiva

¿De qué manera interpretas las cosas que te suceden? ¿Cómo las encajas en tus experiencias anteriores? Si tengo una cita y mi pareja no aparece, puedo atribuírmelo por ejemplo, a mí mismo.

A que tengo mala suerte en materia afectiva, a que “mi madre ya me decía aquello de nunca te casarás”. Es  decir, creamos una serie de atribuciones, creencias y representaciones internas que conforman esa actitud negativa.

Dimensión afectiva

A la hora de hablar de emociones en materia de actitudes, podríamos decir que hay tres esquinas. Están, como ya puedes intuir, las personas que muestran unas atribuciones casi siempre negativas hacia todo lo que les rodea. Y el origen estaría en determinadas experiencias que no han gestionado de forma adecuada.

Están también las personas con una actitud generalmente positiva, y por último, tendríamos aquellas que optan por dejarse llevar. Por no tomar partido, no reaccionar y ser indiferentes.

Dimensión conductual

En este caso es curioso observar cómo las personas tenemos una predisposición bastante “regular” a reaccionar siempre de la misma forma ante las cosas. Hay quien evita tener responsabilidades, otros adquieren las propias y las ajenas. Es decir, cada uno, y según nuestras propias actitudes, mostramos un patrón comportamental determinado.

Cómo mantener siempre una actitud positiva ante la vida

No es fácil ni siquiera “esperable” que podamos mantener una actitud positiva cada día de nuestras vidas. Todos tenemos momentos bajos, y no por ello somos más o menos fuertes. Somos seres humanos y por tanto vulnerables, no obstante no lo dudes nunca: en tu vulnerabilidad también está tu fuerza.

En ocasiones acabo llorando no porque soy débil, sino porque me canso de ser fuerte. Pero son solo unos segundos. Tras desahogarme, me visto de nuevo con mi actitud de persona que puede con todo, y que ha obtenido su aprendizaje de la vida.

La actitud positiva debe trabajarse cada día. Es como una cuerda que hay que tensar para que el viento nos lleve ahí donde deseamos, y por ello debemos mantener el control de las tres dimensiones antes señaladas: los pensamientos, las emociones y nuestro comportamiento. Ten pues en cuenta estas sencillas dimensiones.

Tu connotación emocional es importante: dependiendo de la emoción que atribuyas a una experiencia determinada hará que tu actitud posterior sea positiva o negativa.

Ejemplo: no porque me hayan rechazo voy a cambiar mi actitud hacia las relaciones afectivas. Un “no” no me descarta como persona. Debe empujarme a encontrar a alguien que encaje conmigo.

Comprende que no puedes controlarlo todo: las personas tenemos límites y no alcanzamos a controlar todo lo que nos rodea, y más aún, el mundo no siempre puede ser como nosotros deseamos.

Ejemplo: la situación económica y social no va bien, y por ello estoy pasando alguna dificultad. Pero no por ello voy a dejar de confiar en las instituciones, en mi país y en las personas. Empezaré por confiar en mí mismo, la sociedad la formamos las personas, y yo soy parte de la sociedad. Yo soy parte del cambio.

Aumenta tu amor propio: si no crees en ti mismo, si no te valoras y asumes que tienes derecho a equivocarte, a aprender y a ser feliz, nadie lo va a hacer por ti. Eres el dueño de tu destino, y tu actitud es la brújula que irá permitiéndote subir montañas, siempre y cuando tú mismo te lo permitas, y por supuesto, creas en ello.




lunes, 9 de noviembre de 2015

INTOLERANCIA A LA INCERTIDUMBRE

Enfrentarse a la incertidumbre es una parte inevitable de la vida diaria. Ya que no podemos ver el futuro, nunca sabemos con exactitud lo que pasará en el día a día. Hay investigaciones que demuestran que cada persona reacciona de forma distinta a esta situación por lo que algunas no tienen ningún problema con altos niveles de incertidumbre en sus vidas, mientras que otros apenas la toleran en grados mínimos.

Las personas que viven con ansiedad, especialmente aquellos adultos que se preocupan demasiado, son muy intolerantes a la incertidumbre. Ellos tratan de planear y prepararse para cualquier situación a fin de evitar o eliminar situaciones fuera de su control. El problema es que hay muy pocas cosas que podamos controlar…

“La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.”
- Mario Vargas Llosa –

Características de las personas con intolerancia a la incertidumbre

Existen ciertas actitudes o acciones que nos pueden ayudan a identificar si nuestra tolerancia a la incertidumbre es baja, alta o normal. Y cómo dependiendo de ello, puede repercutirnos más o menos. Así, las personas con intolerancia a la incertidumbre:

Buscan la aprobación excesiva: estas personas preguntarán constantemente a sus amigos o familia su opinión sobre cada decisión que tomen.

Crean de listas: como una alternativa para eliminar la incertidumbre, algunas personas suelen hacer largas listas con los pasos a seguir para evitar algunas situaciones o posibilidades.

Hacen doble revisión: puede darse el caso de que estas personas busquen asegurarse de que sus seres queridos estén bien y les llamen varias veces para confirmarlo. Otro ejemplo son quienes revisan varias veces los correos enviados o el trabajo hecho a fin de identificar errores cometidos.

Se niegan a delegar obligaciones: quienes tienen intolerancia a la incertidumbre suelen tener dificultad para permitir que otros realicen sus tareas porque no confían en que las hagan bien.

Procrastinan: las personas con intolerancia a la incertidumbre suelen evitar lugares, personas o situaciones que les hagan perder el control.

Se mantienen ocupadas: otro aspecto clave de las personas con intolerancia a la incertidumbre es que buscan mantenerse ocupadas con la finalidad de no dejar tiempo libre que les haga pensar en las cosas que no pueden controlar en sus vidas.

Aprende a tolerar la incertidumbre

La gran desventaja con la intolerancia a la incertidumbre es que es imposible mantener un férreo control de todo lo que nos ocurre o de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, por lo que hay cosas que simplemente no podemos controlar.

1. Haz una lista de tus comportamientos. Identifica los momentos en que te sientes ansioso y las actitudes y comportamientos que tienes cuando esto pasa. Enumerarlos te facilitará reconocer tu comportamiento para posteriormente modificarlo.

2. Califica el nivel de estrés. Aunque muchas situaciones te generen estrés, aprende a analizarlas y descubrir cuánto estrés te causa cada una. Así podrás trabajar con las que menos estrés te generen e ir avanzando poco a poco.

3. Escribe. Lleva un diario de las situaciones que te causaron incertidumbre, lo que hiciste y lo que dejaste de hacer. Esto te hará más consciente de tu evolución y te permitirá descargar aquellos sentimientos y pensamientos reprimidos, que en ocasiones te hacen tanto daño.

4. Ponte en situaciones de incertidumbre. Puede resultarte complicado de hacer, pero para vencer la incertidumbre debes aprender a enfrentarla. Inicia con pequeños actos y evoluciona conforme tomes confianza. La cuestión es no estancarse y avanzar hasta poder aceptar que poco a nada podemos llegar a controlar.

“Ella no creía en finalizar ni discusiones, ni charlas ni espectáculos de danza. Decía que los puntos finales facilitan la vida a la gente. Los puntos aparte y los suspensivos incrementan la inteligencia.”
- Albert Espinosa -




domingo, 8 de noviembre de 2015

EFECTOS DEL ESTRÉS SOBRE LA SALUD

En los tiempos modernos, vivir libres de estrés parece una utopía. Pero, mientras que ciertos niveles de estrés son respuestas adaptativas a las circunstancias y se consideran normales, el estrés crónico o muy intenso es un estado de activación del sistema nervioso que está asociado con varias enfermedades a largo plazo.

No podemos estar viviendo en un estado de estrés continuo o nuestro cuerpo al final nos lo recordará, avisándonos. Por ello, cuidarnos de padecer estrés es bueno para nuestra salud.

Qué es el estrés y para qué sirve

El estrés es una respuesta que dispara el cerebro cuando percibe una demanda del exterior, como puede ser una fecha límite para entregar un trabajo o una amenaza de robo ante la que hay que huir corriendo. Las personas, debido a nuestra capacidad de imaginación, también podemos sufrir estrés por pensamientos que no necesariamente son reales.

“La voz del ego altera constantemente el estado natural de bienestar del cuerpo. Casi todo cuerpo humano está sometido a una gran cantidad de presión y estrés, no porque esté amenazado por algún factor externo, sino por la acción interior de la mente”
- Eckhart Tolle –

El estrés puntual, el que se produce ante un estímulo concreto que debemos resolver es positivo puesto que pone a nuestro cuerpo en un estado de activación que permite reaccionar con mayor rapidez y energía, concentrarse más, etc. Se trata de una tensión que se prepara para la actuación.

Sin embargo, los estados de estrés crónico hacen que la activación permanente causada por un constante flujo hormonal acabe gastando en exceso nuestra energía, nos desajuste hormonalmente y, como consecuencia, se generen estados que deterioran nuestra salud global.

Efectos del estrés sobre la salud

A continuación nombramos los principales efectos del estrés sobre nuestra salud. Aunque tenemos que tener claro que el estrés es una confluencia de factores.

Depresión y ansiedad: el estrés crónico de larga duración puede ocasionar estados de depresión y ansiedad debido al desajuste hormonal y al desgaste energético que supone.

Problemas de piel y caída de cabello: erupciones cutáneas como el acné o los eccemas pueden ser originados por estados de estrés; otras afecciones como dermatitis atópicas o psoriasis se agudizan y empeoran debido al estrés. Además de esto, el estrés puede ocasionar la caída excesiva de pelo, que en algunos casos puede desembocar en calvicie total.

Problemas menstruales: el estrés está íntimamente relacionado con las hormonas, cuyo desequilibrio prolongado puede ocasionar problemas menstruales, desde reglas intensamente dolorosas a irregularidades en el ciclo menstrual; en casos graves la menstruación puede llegar a desaparecer.

Problemas digestivos: el estrés altera el funcionamiento del sistema digestivo; hace las digestiones pesadas, el típico “todo me sienta mal”, desregula el tránsito intestinal y, además, está muy relacionado con la aparición de úlceras estomacales, ya que incrementa la producción de los ácidos digestivos que potencian este tipo de problemas.

Problemas de sueño: como todos hemos experimentado alguna vez, las situaciones estresantes impiden conciliar el sueño o nos hacen despertarnos a media noche sin poder volver a dormirnos; los problemas de insomnio no solo son negativos por sí mismos, sino que suponen un desgaste extra, ya que la imposibilidad de dormir bien afecta al desempeño de todas las tareas durante las horas diurnas.

Problemas arteriales y cardíacos: el estrés prolongado está relacionado con enfermedades tan graves como la hipertensión y las enfermedades coronarias; aunque estos efectos son a largo plazo, son realmente graves y deben alertarnos sobre lo necesario que es disminuir el estrés.

Problemas de peso: a menudo los estados de estrés nos incitan a comer compulsivamente, a lo que se le añade que el cerebro deja de percibir correctamente las señales que indican que estamos saciados, es por eso que el estrés se relaciona con problemas de sobrepeso e incluso diabetes.

Qué puedes hacer para disminuir el estrés

Dependiendo de la situación que lo genera y de la tendencia a la ansiedad de cada persona, el estrés puede ser algo muy difícil de erradicar por completo, sin embargo, siempre hay cosas que podemos hacer para reducirlo al máximo.

El deporte es un gran aliado contra el estrés. Practicar cualquier deporte destensiona y libera energías que de otra manera se quedan dentro desgastando nuestros recursos. El simple hecho de caminar dos o tres veces por semana ya marca una gran diferencia, aunque un deporte de más intensidad es más efectivo.

Otro de los aspectos más importantes que tener en cuenta a la hora de lidiar con el estrés es la dieta. Llevar una dieta sana y equilibrada, especialmente rica en ácidos grasos omega 3 (como los que se encuentran en el pescado), ayuda a disminuir el estrés, ya que un cuerpo bien nutrido es un cuerpo mejor regulado.

La práctica de actividades relajantes como el mindfulness, la meditación, el yoga o técnicas psicológicas de relajación son muy beneficiosas para reducir al máximo el estrés. A veces, buscar tiempo para uno mismo, tomar un baño, pasear…, ya marca la diferencia.

Acompañarnos de nuestros seres queridos y de personas que suponen un apoyo psicológico en los momentos duros o que nos generan ansiedad es otro de los aspectos indispensables para gestionar el estrés. Después de una tarde con un buen amigo o un familiar que te hace sentir acogido los niveles de estrés disminuyen considerablemente. Además, está demostrado científicamente que el contacto físico y las muestras de cariño mejoran la salud de las personas que sufren ansiedad o depresión.




sábado, 7 de noviembre de 2015

EL FANTÁSTICO CEREBRO DE LA MUJER MADURA

Llega una edad en la que nuestro reloj biológico nos alerta para que cuidemos de nosotras mismas, nos autocomplazcamos y llevemos a cabo ese crecimiento personal que hemos estado posponiendo

Sylvia es una mujer de 48 años que se levantó una mañana y, muy decidida, se dijo a sí misma: “Se acabó, hasta aquí hemos llegado. Quiero el divorcio”. Estaba convencida de que su marido pensaba demasiado en sí mismo y que la relación no iba a ningún lado.

Se dio cuenta de que había pasado gran parte de su vida cuidando de los demás y rodeándose de personas que solo se preocupaban de sí mismas. O sea, que de repente en la mente de Sylvia se disipó aquella niebla que le impedía ver y pudo comprender aquello que antes no alcanzaba.

De alguna manera algo había cambiado, alguna de las cuerdas de su corazón se tensaron y, paradójicamente, Sylvia se dio cuenta de que tenía que cuidarse a sí misma de una vez.

Quería sacarle partido a la vida, quería deshacerse de aquello que no funcionaba, hacer una limpieza en su día a día…

El cerebro de la mujer después de los 40

El cerebro de la mujer tras los 40 es una bomba de relojería que está emprendiendo su última vuelta hormonal. Cada año de la vida de la mujer riega y abona sus conexiones neuronales; como consecuencia de esto, tiene cada vez nuevos y mayores pensamientos, emociones e intereses.

Como sabemos, dado que en el cerebro de la mujer se suceden cambios de manera constante durante toda su vida. Su realidad no es tan estable como la de un hombre. De hecho, se dice que la realidad neurológica de un hombre es como una montaña, pues los cambios que acontecen en su estructura son casi imperceptibles.

Sin embargo, la realidad femenina es como el clima, cambiante y difícil de predecir. Así que, si esto puede cambiar semanalmente tanto, ¿qué puede suponer una vida repleta de montañas rusas hormonales?

El maravilloso don de ser mujer después de los 40

Tal y como le sucedió a Sylvia, miles de mujeres comienzan a cuestionarse su vida en cierto período de su vida. Se plantean qué les ha llevado hasta el lugar en el que están, qué anhelan y qué pueden cambiar.

Esto sucede porque, de alguna forma, quieren conciliar sus responsabilidades sin seguir sacrificándose a sí mismas, a sus deseos y a sus inquietudes. Por eso comienzan a asumir riesgos que les permitan redescubrir aquella senda de la que un día se apartaron.

Por eso es probable que la mujer en estas edades comience a deshacerse de la suciedad de sus lentes, se sienta mucho más despierta y activa y quiera limpiar su vida de situaciones y exigencias a las que se ha sometido emocionalmente.

En definitiva, lo que ocurre es que a cierta edad nuestra realidad comienza a cambiar y todo parece mucho más nítido y mucho más fácil de llevar a cabo. El poder que una mujer se otorga a sí misma con el paso de los años es algo que refleja muy bien Oprah Winfrey con estas palabras:

“Me maravillo de que a esta edad esté todavía desarrollándome, buscando cosas y saliendo de las fronteras personales para adquirir más ilustración. Cuando tenía veinte años pensaba que habría alguna edad adulta mágica a la que llegaría, acaso los treinta y cinco, y mi “situación de adulta” sería completa.

Es gracioso cómo esta cifra fue cambiando en el curso de los años y cómo incluso a los cuarenta, calificados por la sociedad como edad mediana, sigo sintiendo que no era la adulta que tenía la certeza de llegar a ser.

Ahora mis expectativas vitales han sobrepasado cualquier ensueño o esperanza que imaginara nunca y tengo la seguridad de que hemos de continuar transformándonos para convertirnos en lo que tenemos que ser”.

¿Qué le ocurre al cerebro femenino?

Nuestras hormonas constituyen una parte importante en la construcción de nuestra realidad, pues influyen en la percepción de nuestras experiencias, nuestros valores y nuestros deseos.

A partir de cierta edad el pulso de estas sobre el cerebro femenino es mucho más estable, lo que contribuye a que la mujer pueda destacar sin interferencias sus prioridades.

La variable concentración de estrógenos en nuestro cerebro a lo largo de nuestra vida nos hace centrarnos en el amplio campo de las emociones, la comunicación y la empatía. Por eso solemos tomar decisiones que nos empujan a comprender y a sentir.

O sea, que los estrógenos estimulan tanto nuestro humor como nuestros pensamientos, nuestros impulsos, nuestra sexualidad, nuestros comportamientos y nuestro bienestar.

Así se conforman, según la neuropsiquiatra Louann Brizendine, “muchas aptitudes únicas: sobresaliente agilidad mental, habilidad para involucrarse profundamente en la amistad, capacidad casi mágica para leer las caras y el tono de voz en cuanto a emociones y estados de ánimo y una gran destreza para desactivar conflictos”.

Las hormonas femeninas

Digamos que, a partir de la mitad de la década de los 40, la mujer comienza a entrar en el recorrido final de su montaña rusa emocional. Gracias a estos cambios cerebrales una mujer siente la necesidad de hacerse justicia a sí misma.

Es decir, que el reloj biológico dispara la alarma cerebral necesaria para que la mujer cuide de sí misma y se autocomplazca. Así, hace casi obligado el autoconocimiento y el crecimiento personal que por una mezcla de cuestiones sociales y biológicas la mujer ha estado posponiendo.

En el cerebro de mujeres como Sylvia veríamos que la máquina creadora de impulsos hormonales dejaría de ser tan variable en el envío de estrógenos y progesterona. Como consecuencia, comienza a cesar el ciclo menstrual.

Así, la máquina se vuelve mucho más precisa y estable. A raíz de esto, la amígdala (nuestra centinela emocional) dejará de crear aquella bruma que nos impedía ver la realidad de manera objetiva o que nos hacía interpretar como amenazante aquellos que no lo era.

Del mismo modo, aquellos circuitos que unen las áreas de procesamiento emocional (amígdala y sistema límbico) y las áreas cuya función es analizar y enjuiciar nuestra toma de decisiones (corteza prefrontal) estarán mucho más sincronizadas.

Por lo tanto, actuarán de manera coherente y, si cabe, predecible para sí misma.

Dado que ya no hay una activación desproporcionada de estas zonas la mujer se vuelve mucho más equilibrada, logra pensar con mayor claridad y no se desborda con tanta facilidad.

Por otro lado, la cascada de dopamina y oxitocina se autorregula de la misma forma, por lo que la fémina comienza a priorizar el contacto consigo misma.

En otras palabras, la mujer comienza a maravillarse con su potencial y conectar con su realidad de otra manera. Es en este momento que se entona el cántico de la libertad emocional, de un nuevo equilibrio y de una redefinición vital que hará que se sienta mucho más plena.