domingo, 18 de octubre de 2015

DEJA DE PENSAR QUE TE MERECES ALGO MEJOR


Merecer algo se dice hoy en día con tanta facilidad que ha perdido su significado. ¿Hasta qué punto puedes decir que te mereces tener más de lo que tienes? ¿Por qué te mereces algo mejor? Gracias a los reclamos publicitarios y a influencias de todo tipo resulta que todos nos merecemos algo mejor, simplemente “porque tú lo vales”.

Es fácil quedarse atrapado en el ciclo del “merecer”, casi tan fácil como alcanzar un estado de frustración provocado por no tener eso que uno se cree que se merece, pero que no sabe por qué. Si todos lo tienen, ¿por qué yo no? Si ellos lo consiguen, ¿por qué yo no? Si yo valgo más porque soy “esto” o porque tengo “aquello”.

Esto se ve alentado muy a menudo por los demás que, con la intención de dar ánimos, sacan a relucir los merecimientos. Y es peor aún cuando se establece una comparación cuando es otro el que se lleva lo que tú querías.

¿Por qué te lo mereces?

Cuando reclamas algo como un merecimiento propio debes saber primero por qué. ¿Te lo has ganado? ¿Has sido realmente el mejor? ¿Realmente tienes derecho a ello?

¿Por qué crees que tienes que ser más que los demás? ¿Quién te da derecho a pensar que otros valen menos que tú?

Podríamos darle mil vueltas a estas reflexiones, plantear decenas de preguntas. Y todas llegarían a un mismo destino: merecerse o no merecerse algo no es un derecho con lo que nacemos.

Comparar con los demás no sirve de nada

Te puede parecer que hay quien tiene más que tú, que ha conseguido más aún mereciéndolo menos. Puede ser verdad o no; eso es algo subjetivo, como ya hemos visto. ¿De qué te sirve castigarte a ti mismo con esa idea? El hecho es que tú no lo tienes, no lo has conseguido.

¿Quejarte te acerca más tu logro? Definitivamente, no.

La comparación con aquellos que tienen lo que tú buscas es una excelente forma de perder el tiempo, la motivación y la energía. Puede que no sea justo, que sea un asco, pero es lo que hay.

Haz méritos, luego ya veremos

Los méritos son los que te pueden dar derecho a reclamar eso que te mereces. Pero, no son una moneda de cambio. En realidad, se parece más a una subasta cuya moneda no vale siempre lo mismo y es algo que valora el comprador. Y ni siquiera la comparación es completa.

Castigarte constantemente pensando que te mereces algo mejor solo te arrastrará por el camino del pesimismo y no te permitirá tomar acción en tu vida para conseguir lo que buscas.

¿Qué buscas?

Muchas personas se encuentran con que no tienen lo que piensan que se merecen porque, simplemente, no supieron plantearse bien lo que buscaban. Unos son demasiado orgullosos para reconocer que se equivocaron, otros simplemente siguen sin saber siquiera que deben responder a esa pregunta.

¿Crees que te mereces algo mejor? Plantéate primero por qué no lo tienes y luego qué es lo que vas a hacer para merecer eso que quieres. Aunque antes tendrás que saber qué buscas  o qué tipo de vida quieres.

Por tu propio bien, actúa más y quéjate menos. Sal de esa irrealidad en la que te encierras para justificarte y decide lo que vas a hacer a partir de ahora.

Sé honesto contigo mismo y pon los pies en el suelo. Acepta el hecho de la realidad poco tiene que ver con la fantasía, de que el mundo real es así, imperfecto. Gracias a eso todos tenemos una oportunidad. Y no culpes a los demás de tus problemas, de tus frustraciones, ni de tu “mala suerte”. Hay cosas que no puedes cambiar. Lo único que puedes hacer es cambiarte a ti mismo.




sábado, 17 de octubre de 2015

ES MEJOR ESTAR SOLO QUE MAL ENAMORADO

“En realidad, nadie sabe si está bien o mal enamorado. El amor se siente con toda su expansión y su ciega certeza, hasta que el sufrimiento se vuelve de pronto en ese compañero cotidiano al que jamás deberíamos acostumbrarnos…”

Se pueden escribir muchas cosas sobre el amor. Todos conocemos esos famosos manuales, hemos leído más de un libro de autoayuda firmado por eminentes especialistas, por grandes gurús que parecen tener el mejor de los consejos ante cualquier problema emocional.

Ahora bien ¿Entonces, por qué razón seguimos equivocándonos en muchas de nuestras relaciones? La verdad es que nadie es inmune al sufrimiento. Ni siquiera el cerebro, con todos sus conocimientos, lecturas y experiencias tiene sujetas por completo las riendas del corazón.

“Nos repiten a menudo aquello de “si te das por entero a esa persona, luego solo podrás volver a amar en pedazos”. No obstante… ¿cómo hemos de ofrecernos a quien amamos si no es con todo nuestro ser, con toda nuestra plenitud, inmensidad y particularidad?”

El amor que se siente como verdadero no se ofrece en pedazos, con el esto es mío esto es tuyo. Se ofrece de forma íntegra, plena, porque amamos de modo completo, con sinceridad… y quizá sea ahí, donde aparezca el auténtico riesgo.

En esta vida nada es seguro, andamos sobre un mundo que nunca deja de fluir y de cambiar. Ahí donde las personas, como los sentimientos, también son falibles. Nadie puede acertar de pleno en esto del amor, no obstante, hay algo que siempre deberemos tener claro…

No hay que tenerle miedo a la soledad, no hay que verla como una mala opción. En ocasiones es la mejor forma de estar en unión con nosotros mismos, es la catarsis a esos malos amores de los que hemos de saber liberarnos, porque a veces, es mejor estar solo que mal enamorado.

Esos malos amores, esos amores ilógicos que nos hacen prisioneros

Hay amores sabios, amores plenos que nos enriquecen y que hacen nuestra vida más completa y edificante. Son esas relaciones donde ambos miembros respetan sus espacios, donde es posible el crecimiento individual y a su vez, el de la propia pareja.

Puede que más de uno se pregunte… ¿pero existen de verdad este tipo de relaciones? Desde luego. Puede que esa búsqueda te lleve media vida, o puede que tengas a la persona indicada cerca de ti pero aún no la hayas visto. No obstante, todos tenemos nuestro momento, ese que hay que saber ver con el corazón abierto y la mente despierta.

Luego, por qué no decirlo, también están esas personas que a lo largo de su vida han vivido un fracaso tras otro. Es como si en lugar de ir apartando piedras del camino las hubieran almacenado en su mochila, ahí donde también es imposible avanzar, crecer…

¿Qué hace que en ocasiones hayamos de vivir esos amores tan dañinos e ilógicos? La verdad es que hay muchas, muchísimas explicaciones al respecto y aunque todas nos pueden ser conocidas, ello no evita que en más de una ocasión caigamos en ellas.

Porque así es, el amor en ocasiones nos ciega y nos arrastra. No importa lo que nos digan las personas de nuestro alrededor. Nuestra realidad es nuestra y nos dejamos llevar, hasta que llega un momento en que, efectivamente, abrimos los ojos…

Veamos ahora a qué se deben estos hechos, el que caigamos en relaciones tan dañinas.

Necesidad de ser reconocidos

De pronto, aparece alguien que reconoce nuestras palabras, que es amable y que se interesa por lo que hacemos, por lo que decimos. Somos de la noche a la mañana ese centro en la vida de otra persona que no somos nosotros, y ello, nos hace sentir bien.

Son generalmente las personas con una baja autoestima las que más suelen dejarse llevar por este tipo de relaciones, a veces, tan destructivas.

Todos tenemos alguna carencia, y el simple hecho de tener a alguien que en un primer momento nos llena esos vacíos y lima nuestras esquinas aliviando nuestros miedos, es algo que reconforta. No obstante, la mayoría de las veces no es más que una falsa ilusión.

A largo plazo, estos amores dañinos crean más espacios, más vacíos y más astillas.

Miedo a la soledad

Puede que te sorprenda, pero el enunciado de este artículo no sería aplicable para una gran cantidad de personas. Hay quien no “concibe” eso de estar solo. La soledad es un fracaso vital y a su vez, una vergüenza de cara a la propia sociedad.

Y para ello aguantarán y tragarán lo que sea. La relaciones, aunque sean destructivas y vulneren sus derechos como persona, se alzan a su vez como una “zona de confort” mucho más manejable que lo que hay detrás de esa linea de “seguridad” (o destrucción).

Esos viejos estereotipos

Este aspecto también puede sorprender a más de uno, pero a día de hoy aún hay quien asume esas discutibles ideas de que: “en el amor, si no se sufre no se ama de verdad”, “el amor es ceder para hacer feliz a la otra persona”, “en esta vida es más fuerte el que más aguanta, el que más sufre…”

Deberíamos desterrar muchas de esas ideas etiquetadas por el amor romántico, ahí donde están implícitos esos roles tradicionales de sumisión y dominación, donde quien más ama es quién más celos presenta… Debemos tener cuidado con estos conceptos que siguen aún muy presentes en nuestra sociedad.

Suele decirse que siempre aparece un amor tan fuerte en la vida, que nos destrozará y hará que luego amemos en pedazos. No hay que ser tan dramáticos, une tus trozos de nuevo, uno a uno y sin perder ninguno para amar de nuevo con optimismo empezando siempre por ti mismo.


Fuente: http://rincondeltibet.com/blog/p-es-mejor-estar-solo-que-mal-enamorado-1348


viernes, 16 de octubre de 2015

DEJAR TODO PARA MÁS TARDE ES DEMASIADO TARDE

En muchas ocasiones de nuestra vida dejamos aquello que tenemos pendiente para más adelante. Puede ser una pequeña tarea, pequeños pasos hacia un objetivo o nuestra toma de decisiones. Podemos estar viviendo acumulando tareas, obligaciones o deseos.

Así, pasa el tiempo, y lo que un día dijimos que haríamos queda pendiente y sin fecha por determinar, convirtiéndose en un “tengo que…” sin fin. En ocasiones puede que no genere demasiadas dificultades, sin embargo en otras puede que más tarde sea demasiado tarde.

Lo haré más tarde

Cierto es que nuestro día a día puede estar cargado de cosas que hacer, que nos impiden llevar todo hacia adelante, no somos ningún superhéroe ni superheroína.  Es normal que a veces no podemos con todo, por lo que es mejor hacer menos cosas y bien, que muchas y mal.

Pero cuando dejamos muchas cosas para más tarde y se nos acumulan, podemos experimentar altos niveles de ansiedad y de malestar con respecto al concepto que tenemos sobre nosotros mismos. Tenemos ansiedad cuando dejamos muchas puertas sin cerrar y cabos sin atar.

También podemos estar cayendo en el error de sobreestimar el tiempo y esfuerzo que pensamos que nos llevará hacer algo. Podemos pensar que tardaremos más tiempo del que realmente invertiríamos. A veces tardamos más en pensarlo que en hacerlo, tenlo en cuenta.

Demasiado tarde es un concepto que sólo se aplica a las cosas que ya son definitivas.

Casi nunca es tarde, pero no lo dejes para más tarde

Todas, o casi todas las decisiones pasan por un proceso lógico de toma de decisiones. Con la influencia de nuestras emociones, claro está. Lo cierto es que a veces, pensarlo demasiado significa imaginarnos los posibles finales y, casi siempre, todos malos.

Y así dejamos pasar los días. Pensando y pensando que llegará el día en que algo cambiará sin movernos del sofá. Y claro, ese día nunca llega. Sabiendo que todo lo que está en nuestra mano es posible cambiarlo si somos nosotros mismos los que empezamos.

Tampoco el tiempo es un valor importante. Es cierto que hay cosas irrecuperables y que ya pasaron, de eso tan sólo nos queda aprender con la convicción de que todos cometemos errores. Pero nunca es tarde para cambiar cosas que aún podemos solucionar, tan solo hay que intentarlo.

Hablar con alguien con el que llevamos mucho tiempo sin hablar, solucionar conflictos del pasado, retomar esa pasión que nos hacía felices o cumplir los sueños realizables que tenemos apuntados tan sólo son posibles si nos ponemos en movimiento. 

A veces nos paramos tanto tiempo a contemplar una puerta que se cierra que vemos demasiado tarde otra que se abre.

Una conducta repetida se convierte en un hábito.

Un hábito es  una costumbre o práctica adquirida por la frecuencia de repetición de un acto. Podemos adquirir hábitos saludables y beneficiosos o sin embargo hábitos que no nos favorecen nada. La clave está en en el inicio y, sobre todo, en la persistencia.

Los hábitos surgen porque el cerebro siempre busca el modo de ahorrar energía, por lo que su tendencia natural es convertir casi cualquier situación ya vivida en una rutina. El problema es que el cerebro no diferencia entre los buenos y los malos hábitos.

Estos son algunos consejos para empezar un hábito:

- Piensa en desarrollar un hábito que sea saludable y escribe una lista con los motivos para llevarlo a cabo.
Marca el día en un calendario que sea visible en un lugar de tu casa.
- Prepara con antelación todo lo necesario que necesitas para empezar.
- Tener en cuenta que implementar un hábito en tu vida requiere de tiempo y persistencia.
- Introduce pequeños cambios y no intentes cambiarlo todo a la vez.
- Saber que “recaer” en dejar de hacer un hábito no es un fracaso, es sólo una “recaída”

“Una vez que la respuesta se convierte en un hábito, ya no se aprende”

- John Seymour -

Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/dejar-mas-tarde-demasiado-tarde/


jueves, 15 de octubre de 2015

LOS CUATRO PRELIMINARES ORDINARIOS

“Los cuatro modos de modificar la actitud mental”. Se trata de llegar a una comprensión plena de lo que significan estas reflexiones y sirven como base para una actitud de renuncia y una práctica constante y diligente. Estos temas de reflexión son:

1. La preciosa existencia humana. Nuestra existencia es difícil de conseguir y fácil de perder. Deberíamos utilizarla de la mejor manera posible, desarrollando al máximo nuestro potencial para despertar nuestra naturaleza de Buda.

2. La impermanencia y la muerte. Todo cambia, nada permanece, nuestra vida es frágil como una burbuja y el momento de la muerte es incierto, no debemos perder el tiempo apegándonos a lo que sin duda perderemos, ya que nuestro tiempo de vida es incierto.

3. El Karma y sus consecuencias. Una acción virtuosa es causa de felicidad, una acción no virtuosa es causa de sufrimiento, debemos actuar de la forma mas beneficiosa posible para nosotros y los demás, y abandonar totalmente las acciones negativas por pequeñas que nos parezcan.

4. El sufrimiento de la existencia. La esencia de nuestra existencia es el sufrimiento, sufrimos al nacer, al envejecer, al enfermar y al morir. Los que carecen de algo sufren por conseguirlo, los que tienen un poco sufren porque quieren más, los que tienen suficiente sufren para conservarlo, y al final todos perdemos lo que tenemos. Es por eso que debemos intentar trascender esta existencia.




miércoles, 14 de octubre de 2015

ASÍ FUNCIONA LA SANACIÓN CUÁNTICA

Curación Cuántica: “…El cuerpo es, en realidad, un río de inteligencia, un río de energía inteligente que se renueva constantemente. Uno podría decir que si se renueva constantemente, ¿cómo es que sigo teniendo los mismos vasos sanguíneos que parecen envejecer cada vez más?; y ¿cómo es que aún tengo artritis en mis huesos?; y si cambio mi hígado cada seis semanas ¿cómo es que aún está ahí la cirrosis?, etc. Y la razón de eso, es que en la mayoría de los casos, fabricamos el mismo patrón energético subyacente y creamos esa misma experiencia física. En la mayoría de los casos, fabricamos el mismo flujo de inteligencia para darnos esa misma experiencia.

Los psicólogos les pueden decir que tenemos unos 60 000 pensamientos por día. Esto no debe sorprendernos, pues hay veces que creo que tenemos muchos más que esos. Pero lo que sí desconcierta un poco, es que casi un 95% de los pensamientos que uno tuvo hoy, son los mismos que uno tuvo ayer. Se siguen fabricando literalmente por hábito. Si no me creen, tomen una hoja y verifiquen cuántas cosas han cambiado este año, comparado con el año pasado. Si pueden encontrar diez o cinco cosas, es realmente un logro notable. La mayoría de la gente, dirá que perdió 10 kilos y volvió a subir 15 o que empezó a hacer ciclismo y luego lo dejó.

O sea, que seguimos creando los mismos patrones de inteligencia a través de nuestra experiencia sensorial e interpretaciones que dan como resultado, la misma apariencia física de la materia. Pero la verdad es que no es así. Cuando observo, por ejemplo, un cáncer de pulmón en una radiografía y lo comparo con el mismo cáncer de pulmón de hace seis meses, ¿estoy observando el mismo cáncer, físicamente hablando? No, porque los carbones, nitrógenos, hidrógenos, etc. que conforman ese cáncer son nuevos con respecto a seis meses atrás.

Si pongo un enfoque totalmente materialista, soy supersticioso, y mi lógica está encajonada en la superstición del materialismo, entonces por supuesto, encararé una guerra nuclear contra ese cáncer para tratar de eliminarlo, porque creo que es material. Lo que realmente tengo que hacer, es exorcizar el crecimiento del cáncer, lo cual significa que tengo que reestructurar el patrón energético, los patrones de inteligencia, las memorias celulares, que producen el cáncer. Eso es lo que, en última instancia, produce una verdadera curación, lo que hoy llamamos una remisión espontánea. No hay nada intrigante al respecto. En verdad, hacemos eso todos los días de nuestras vidas.

El cuerpo humano renueva unos 500 billones de células por día. Alrededor de un 1% de éstas, son mutaciones y por lo tanto, son células cancerígenas. Todos tenemos células cancerígenas en el cuerpo por un tiempo, pero no enfermamos de cáncer, porque el cuerpo sabe como deshacerse de ellas, mediante brillantes impulsos de inteligencia que se transforman en interluking, interferón, factores de necrosis humanos, o en todas esas fabulosas drogas que se producen dentro de nuestra propia farmacia.

Nuestro cuerpo tiene los receptores para estas drogas, no porque tenga algún contrato con Haufmann LaRoche, sino porque tenemos la capacidad de fabricar las drogas más exclusivas de las que se pueda pensar. Y estas drogas se encuentran en dosis muy precisas en el momento adecuado, en el órgano adecuado. El paquete contiene todas las instrucciones y lo único que tenemos que hacer es acceder a esa farmacia. Lo hacemos todos los días, inconscientemente. Si lo pudiéramos hacer un poco más conscientemente, entonces lo amplificaríamos; y luego tendríamos la llamada curación milagrosa. No hay nada de milagroso. Se trata solamente del milagro de ayer, pero la ciencia de hoy.

Por lo tanto, el cuerpo está compuesto de átomos. Estos átomos son partículas que son fluctuaciones de energía, apareciendo, desapareciendo, chocando, en una danza eterna de creación. Y en verdad, nuestro cuerpo es, proporcionalmente, tan vacío como el espacio intergaláctico. Ese vacío, no es un vacío de nada, sino que es una plenitud de inteligencia no material que interactúa consigo misma y crea la apariencia física de la materia.

Yo diría que, somos pensamientos que hemos aprendido a crear la máquina física. Esto lo comenté con Maharishi y me dijo que no era una buena forma de decirlo. Debería decir que, somos impulsos de inteligencia que hemos aprendido a crear la máquina física, porque el pensamiento es sólo uno de los impulsos de la inteligencia, tenemos sentimientos, deseos, conceptos, ideas,… todos estos son impulsos de inteligencia que fabrica la máquina…




martes, 13 de octubre de 2015

CÓMO RECONSTRUYE EL CEREBRO LOS ACONTECIMIENTOS PASADOS

Al recordar algo de nuestro pasado, a menudo se re-experimenta todo el episodio en el que se produjo. Una nueva investigación ha revelado cómo podría ocurrir  esto  en el cerebro.

El estudio,  publicado en la revista Nature Communications, muestra que cuando alguien intenta recordar un aspecto de un evento, por ejemplo, que  conoció a alguien ayer, la representación de todo el evento se puede reactivar en el cerebro, incluyendo la información adicional, como dónde estaban y qué hacían.

Recordar un evento pasado nos permite sumergirnos en la experiencia

“Cuando recordamos un evento de vida anterior tenemos la capacidad de volver a sumergirnos en la experiencia”, explica del doctor Aidan Horner, autor principal, del Instituto de Neurociencia Cognitiva.

“Recordamos la habitación en la que estábamos, la música que estaba sonando, la persona con la que estábamos hablando y lo que estábamos diciendo” afirmó Horner.

Los recuerdos se almacenan en distintas partes del cerebro

Horner explica que desde que experimentamos el evento, todos estos aspectos distintos están representados en las diferentes regiones del cerebro. Sin embargo, somos capaces de recordar todos ellos más adelante.

El hipocampo es fundamental en el proceso de recuperación de los recuerdos, ya que es donde se produce la asociación de todos estos aspectos diferentes, de manera que todo el evento puede ser recuperado.

Los investigadores demostraron que las asociaciones formadas entre los diferentes aspectos de un evento permiten recuperar todos los demás aspectos. 

Por ejemplo, al recordar algo que vimos, a menudo esto nos recuerda otros detalles, como lo que estaban llevando a cabo y dónde estábamos. Esto significa que todo el evento puede ser re-experimentado en su totalidad.

Usando imágenes por resonancia magnética funcional, los investigadores demostraron que los diferentes aspectos de un acontecimiento imaginado se reflejan en la actividad de diferentes regiones del cerebro.

Cuando a los participantes se le preguntó acerca de un aspecto de un evento, la actividad en el hipocampo se correlacionó con la reactivación de estas regiones, incluidas las inherentes a la tarea. Esta reactivación se correspondía con el evento completo que le venía a la mente.

El papel del hipocampo en la formación de recuerdos

Neil Burgess, otro de los autores del estudio, explica que este trabajo apoya un modelo computacional sobre cómo podría funcionar la memoria, en la que el hipocampo permite que diferentes tipos de información puedan ser unidos para que puedan ser imaginados como un evento coherente cuando queremos recordar lo que pasó.

Además, proporciona una visión fundamental de nuestra capacidad de recordar lo que ha sucedido y puede ayudar a entender cómo este proceso puede funcionar mal en condiciones tales como la enfermedad de Alzheimer o un trastorno de estrés postraumático.

Realización del experimento

El experimento se realizó con 26 voluntarios, a quienes se les pidió imaginar y memorizar una serie de “eventos” que involucraran diferentes lugares, gente famosa y objetos.

Se les pidió después que recordaran los detalles del evento en base a una sola señal. Por ejemplo, en un ensayo se les pidió crear un evento en su imaginación en el que estuviera involucrado el presidente estadounidense Barack Obama en una cocina con un martillo.

Después, se les pidió a los voluntarios que recordaran los detalles basados ​​en una sola señal,  como por ejemplo dónde estaba Obama, qué había en la cocina  o qué objeto tenía Obama.

Cuando se les pidió que recordaran diferentes aspectos de los acontecimientos, los voluntarios fueron sometidos a escáneres de resonancia magnética funcional para medir su actividad cerebral.

Los resultados revelaron que las diferentes partes del cerebro mostraron una mayor actividad cuando se codificaban diferentes aspectos de cada evento y que el hipocampo proporciona los enlaces críticos entre ellos para formar una memoria completa.

Utilizando el ejemplo anterior, la actividad aumentó en una parte del cerebro cuando los voluntarios pensaron en Obama,  cuando pensaban en la cocina y   cuando pensaban en el martillo.

El estudio mostró que cuando se le preguntó dónde estaba Obama se produjo un aumento de la actividad en las regiones correspondientes a Obama y cocina.

Críticamente, la actividad también aumentó en la región correspondiente al martillo, a pesar de que no se estableció ningún requisito para recuperar este material.

Esta reactivación correlacionada con la actividad del hipocampo sugiere que el hipocampo está implicado en la recuperación de todo el evento.

Esta investigación es la primera en aportar pruebas de este proceso de formación de recuerdo en el hipocampo humano y la primera en relacionar esto con la experiencia cotidiana de recordar los acontecimientos de vida del pasado.




lunes, 12 de octubre de 2015

CÓMO LOS ASUNTOS PENDIENTES Y EMOCIONES NO RESUELTAS GENERAN ESTRÉS Y AGOTAMIENTO.

Cada día decimos cosas que no cumplimos, empezamos proyectos que no terminamos, dejamos cosas pendientes para hacer luego, dejamos sentimientos sin resolver, y esto genera un profundo desgaste en la mente, que nos tensiona y nos agota.

Sobre como los asuntos pendientes y emociones no resueltas se mueven en nuestra mente, como está rompiendo nuestras fuerzas, y como solucionarlo, es de lo que hablaremos hoy.

Como los asuntos no resueltos agotan nuestras fuerzas.

Sabemos que todo el día estamos pensando, esos pensamientos que se mueven en nuestra mente están relacionados con asuntos y emociones no resueltas. Cuando hablamos de asuntos se refiere a que por ejemplo estamos pendientes de pagar los servicios públicos, terminar el informe en su trabajo, comprar esa camisa nueva que vio en el centro comercial, verte con tu amiga a las 8 PM, entre otros temas. Lo que pasa es que estos asuntos vienen a ser cientos, y muchos de ellos los pasamos por alto. Por ejemplo, dejamos de comprar esa camisa, el informe lo entregamos tarde, y llamas a tu amiga y le dices que hoy no puedes ya que no te acordabas que hoy era el último día para pagar los servicios públicos, y que dejan la salida para después.

Nosotros en nuestra consciencia pensamos que no pasa nada, ya que nuestro pensamiento se entretiene con tantas cosas; pero eso no quita que el cerebro tenga que hacer algo con eso que quedo pendiente. En el fondo, la mente sabe que entregar el informe tarde genera una mala imagen en su jefe, el no poder comprar la camisa genera una sensación de insatisfacción, y el no cumplir con tu amiga, sabes que le hiciste perder un tiempo que ella tenía reservado y que en el fondo está molesta contigo. Esto no sería problema si fueran unos cuantos asuntos; pero como todos los días hacemos tantas cosas y con tanta gente, nos llenamos de asuntos no resueltos que la mente carga con ello a diario.

Esos asuntos generan emociones, como la emoción de la rabia por no poder comprar la camisa, la vergüenza por incumplir a tu jefe y luego a tu amiga. A eso sumemos todas las emociones que sientes en un día. Por ejemplo, alguien te hizo quedar mal y lastima tu orgullo, eso no se pasa por alto, y la mente no puede dejar de pensar en ello, o por ejemplo que estabas viendo la telenovela, y el villano de turno se burló de todos, y entonces sientes rabia por ello y piensas que cuando le van a dar su merecido. Todo esto flota en la mente, ya que pensarás en tantas cosas, pero también flota en el centro de las emociones, porque esas emociones están ahí, y sientes una mezcla de rabia, frustración, vergüenza, que al no tener claro qué y por qué, simplemente lo llamas estrés.

5 cosas que generan esos asuntos o emociones no resueltas.

Para entender cómo funciona esto y poder resolverlo, clasifiquemos estos asuntos pendientes.

1. Las cosas que decimos a otros o a nosotros mismos y no cumplimos.

Cada cosa que tú le dices a otra persona sobre todo en el trabajo, y no lo cumplimos se vuelve una carga. Por ejemplo: “Nos vemos en media hora”, “mañana te pago”, “Yo te llevo la camisa”, “hoy me voy a encargar de la cena”, “en la mañana te envío los archivos”. El problema está que la mente sabe que no hay que esforzarse por cumplir, y la persona habla y habla, promete y promete y se llena de asuntos pendientes, que sobrecargan la mente y sus esfuerzos.

Lo mismo nos decimos a nosotros y no cumplimos. Por ejemplo, quieres empezar a estudiar para tener mejor oportunidad de empleo. Luego cuando vas en la mitad del curso sientes que el tiempo no alcanza y abandonas. Después decides comer menos porque estas engordando, pero al tiempo lo dejas porque no te aguantas las ganas de comer. Así sucesivamente con tantas cosas, que quedan ahí pendientes para retomarlas algún día.

2. La multitarea y el no cumplir con todo.

Tantos asuntos pendientes hacen que pienses que tienes muchas cosas por hacer, “tienes muchas cosas en la cabeza te dices”; quieres lograr tantas cosas y no logras nada, así que te vuelves ansioso. Entonces tratas de hacer muchas cosas al mismo tiempo porque necesitas obtener algo ya. Empiezas un nuevo curso, empiezas una nueva mejor dieta, lees otro libro superación personal. En el trabajo para mostrar que no eres un mal empleado, a todo el mundo le dices que sí, le trabajas al uno y al otro y no le cumples a ninguno.

Si hicieras una retrospectiva de todas las cosas que estás haciendo, te aterrarías, ya que si de verdad en serio trataras de hacerlo no serías capaz. Tanta cosa genera una sensación inconsciente de cansancio, de que la vida es muy pesada, y que las cosas que quieres es muy difícil obtener.

3. Deseos, ilusiones y fantasías ocultas. 

Vemos la tele o en algún momento de descanso y pensamos: “Que bueno sería obtener el último iphone, como sería de bueno llegar a la oficina y que me lo vieran sacar”, “Que bueno sería salir con Tatiana, y que ella me viniera a buscar”, “A mí que me gusta el fútbol hubiera sido bueno ser profesional y ganar tanto dinero y popularidad como Ronaldo o James Rodríguez”.

Nos llenamos de ilusiones y la mente va anotando todo lo que le gustaría, y al ver que no puede le genera una sensación de frustración inconsciente.

4. Las huellas emocionales.

Somos seres emocionales, la vida la manejamos en base a las emociones. “Tu padre te obligó a estudiar algo que no querías”, “Estudiaste algo para satisfacer a tu familia”, “No pudiste salir con quien te gustaba tanto”, “Te dijeron que no eras eficiente”. Todo esto nos impacta subconscientemente y generan distintas emociones.

Cada ofensa, cada derrota, cada deseo, cada miedo, es una emoción que ocupa un espacio y que además la mente no resuelve emociones por si solas. Por ejemplo, el odio o rabia hacia alguien no se quita por si sola a menos que generes algún estado de compresión hacia el otro. Así con todas las demás emociones.

5. El apego y las cosas que te rodean.

Cada cosa que llega a tu vida ocupa un espacio y requiere un esfuerzo. Genera una relación y una atadura. Por ejemplo, si comprar un electrodoméstico, debes asegurarte de limpiarlo, de gastar energía en ello. Ese no es el problema, sino que el problema es que compras muchas cosas que realmente no necesitas solo porque el anuncio de televisión te emocionó o porque otros te van a admirar. Una vez comprado pasa a la lista de cosas que se convierten en una carga en vez de una solución. Luego como no quieres perder lo que invertiste, no te deshaces de ello, sino que lo conservas, volviéndose un estorbo o algo que le debes dedicar tu valioso tiempo.

5 Claves para resolver emociones o asunto no resueltos.

Como hemos visto, tenemos una gran carga en nuestra mente y nuestras emociones. La pregunta sería quien puede concentrarse y tener fuerzas para algo con tanta cosa encima. La idea sería empezar a aliviarnos, para así tener más posibilidades de éxito, y estas serían las claves.

1. Acepte lo que definitivamente no será.

Tienes una cantidad de sueños, de promesas por cumplir, que, si en serio te dedicaras a hacerlo, no te alcanzaría la vida. Es por eso que es mejor que te sinceres contigo mismo, y te digas a quien debes de decirle que algo definitivamente no va a ser, y también piensa qué sueños no vas a cumplir. Promete solo una cosa importante a una sola persona importante, y prométete un solo sueño grande y que te llene.

Cuando dejas de estar tan pendiente de tanta promesa, inmediatamente sientes un alivio, eres realista y por tanto sabes que eso no es algo más que no vas a lograr, si no que será alta la posibilidad de obtenerlo. Debes aprender a decir que no, así no te meterás en tanto asunto que no vas a cumplir.

2. Resuelve todo asunto pendiente y paga tus deudas.

Como ya lo he dicho, las cosas pendientes no desaparecen por si solas, y en vez de mejorar empeoran. Por ejemplo, si hoy debes 20 dólares al banco, dentro de 1 años deberás 30 dólares. Si hoy quieres ir de vacaciones, y lo dejas para dentro de 6 meses, el costo de la vida aumenta, y tendrás que destinar más recursos para ello. Lo que quiero decir es que las cosas en vez de hacerse más fáciles por si solas, se hacen más difíciles. Así que, si tienes algo importante y pendiente por hacer, es mejor que lo hagas ahora, ya que a más tiempo, más complicación.

3. Soluciona las cosas en tu mente con inteligencia emocional.

Hay muchos pensamientos no resueltos que se mueven a nivel mental. Por ejemplo, la rabia contra alguien que habló mal de ti. Eso lo vas guardando y guardando, y cada vez esa persona te caerá más mal, en el fondo quieres hacer algo contra esa persona. Es mejor resolver ese sentimiento antes de que se haga más pesado. 

Así sucesivamente con cada sentimiento de amor, de odio o de impotencia. Por ejemplo, fracasaste en algo, no lo pases por alto, y motívate y enfócate en un proyecto que sí puedes lograr. O si alguien te rechazó en el amor, entonces piensa que harás para ser una persona más magnética y convertirte en un conquistador. No dejes que fuertes golpes a tu autoestima se resuelvan solos, debes resolverlos tú conscientemente.

4. Se una persona de palabra y responsable.

Habla menos y cumple más. Deja de decir que lo harás si realmente no piensas hacerlo. Deja de llenar a otros de expectativas de lo que puede ser y mejor sorpréndelos por lo que sí se hizo. Haz que tu palabra sirva para algo y no suene como si la hubiera dicho un borracho que no sabe lo que dice. 

5. Desapego.

Debes de estar pendiente de cada cosa que entra a tu vida, porque eso requiere algo de ti. Así que mira que cosas nuevas te dio por comprar y si realmente lo necesitas. Cuando algo deje de cumplir la labor para lo cual lo compraste entonces regala o vende. Así no te llenarás de una gran cantidad de cosas que no tienen ningún provecho y que te consume tu tiempo y dinero.

En vez de luchar cada día por tener más cosas que te aten, deberías luchar por ser más libre, y aunque la frase suene cliché y exagerado, lo cierto es que la mente a mayor cosa, más pierde la capacidad de acción.

El resolver asuntos pendientes para liberarnos del estrés.

Cuando tú te liberas de tantas cosas pendientes, de ataduras, de compromisos. Cuando resuelves lo que debe ser resuelto, entonces te sientes libre, liviano, con fuerzas. Tu mente estará despejada y no pensarás en tantas cosas. Además de ello al estar tan libre, al haber soltado las ataduras que no te dejaban mover, entonces podrás hacer lo que quieras, y fuera de ello, tendrás fuerza para lograrlo. Querías ser libre, esta es la verdadera libertad, la que vienes de liberarte de tus ataduras, y no esa que hace lo que quiere y que después queda atado a unas consecuencias de las que no puede liberarse fácilmente.

Fuente: http://www.descubresubconsciente.com/2015/09/como-los-asuntos-pendientes-y-emociones-no-resueltas-generan-estres.html