Cambia tú...
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sábado, 11 de julio de 2015
jueves, 9 de julio de 2015
POSTURAS QUE SANAN
La postura o asana del camello (Ustrasana) intenta realizar
una torsión de la espina dorsal pero en sentido inverso, o sea hacia atrás, en
lugar de hacerlo de forma natural hacia delante.
Esta postura es de nivel medio-avanzado y ejerce una enorme
influencia sobre la espalda y sobre la zona lumbar, la cual será la que soporte
toda la tensión del esfuerzo mientras vamos logrando dicha postura.
Hay que señalar que
en la postura del camello inicialmente el peso del cuerpo recae sobre las
rodillas, por lo que debemos tener debajo esa superficie acolchada para evitar
apoyarnos directamente sobre el piso.
Nos ponemos de
rodillas y separamos los pies y las rodillas más o menos al ancho de la
cintura, la separación correcta se logrará con la práctica y dependerá del
grado de flexibilidad que poseamos y desarrollemos.
Luego muy lentamente nos vamos inclinando hacia atrás, pero
no intentando sentarse, sino intentando hacer un arco con la espalda.
Echamos lo más que podamos la barriga hacia delante,
mientras que inclinamos la cabeza y los hombros hacia atrás intentando mientras
tanto con una mano agarrar el talón del pie correspondiente. O sea si iniciamos
primero con la mano izquierda, tomaremos primero el talón izquierdo.
Para ayudarnos, torcemos un poco el tronco hacia la parte
izquierda en este caso.
Vamos lentamente arqueando la espina dorsal, a la vez que
relajamos los músculos de la espalda, del cuello, los hombros y la cintura.
Luego de haber atrapado el primer talón (es un buen
ejercicio encontrar el primer talón sin verlo), con el otro brazo intentamos
atrapar el otro. Una vez que logramos tener ambos talones sostenidos,
comenzamos a utilizarlos como apoyo para ampliar el arco invertido de la
espalda.
Esto favorece enormemente el fortalecimiento de los músculos
de los muslos y de la pantorrillas.
Vamos inclinando cada vez mas la cabeza hacia atrás con el
consiguiente esfuerzo en la zona del cuello y cervical. Lo cual estimula y
favorece dicha región.
Permanecemos en dicha postura entre 10 y 20 segundos.
Entre los beneficios que aporta esta asana está la evidente
influencia sobre nuestra columna vertebral, sobre los músculos de la espalda,
los muslos, las pantorrillas, el cuello, la zona cervical y las rodillas.
Nos desarrolla enormemente el equilibrio ya que debemos
hacer esfuerzos sin poder mirar hacia atrás o hacia donde están los diversos
puntos de apoyos, como el caso de los talones y de las rodillas.
Nos obliga a armonizar muchas partes del cuerpo para poder
lograr dicha postura, ya que solo la debida sincronización entre las partes
hará posible lograrla
Esta ya es una postura de nivel medio – avanzada y se
requiere previamente que nuestro cuerpo se vaya flexibilizando y armonizando
con otras mas simples, pero pueden intentarla pues aunque no logren desarrollar
todo el arco, al menos en el intento recibirán muchos beneficios que a su vez
les permitirán realizar las otras posturas.
Siéntese con las piernas extendidas hacia el frente. Doble
las rodillas, con los pies planos en el suelo, y luego deslice el pie izquierdo
debajo de la rodilla derecha hacia la cadera derecha. Cruce la rodilla derecha
sobre la izquierda, llevando el pie derecho hacia la cadera izquierda. Mientras
exhala, levante el brazo derecho hacia la derecha, paralelo al suelo. La palma
de la mano va hacia arriba, y mientras exhala, lleve el brazo derecho detrás
del torso de tal forma que los antebrazos descansen en la espalda baja. Mueva
los antebrazos hacia arriba, permitiendo colocarse paralelo a la espina.
Mientras inhala, levante el brazo izquierdo hacia la izquierda con la palma de
la mano hacia arriba. Doble el codo y tómese de la mano derecha si es posible.
También puede utilizar un accesorio para ayudarse. Mantenga la posición y
repita con el otro lado.
Beneficios:
Esta posición estira los hombros, axilas, pecho, triceps,
caderas, muslos, tobillos y espalda.
También abre el pecho.
Es grandioso para reducir el stress!
Beneficios
*Estira suavemente las caderas, los muslos y los tobillos.
*Relaja el cerebro y ayuda a disminuir el estrés y
cansancio.
*Disminuye el dolor de espalda y cuello cuando se hace con
la cabeza y el torso apoyados.
Por lo general, no respiramos de manera consciente y
completa hasta la parte posterior del torso. Balasana brinda una excelente
oportunidad para hacerlo. Imagina que cada inhalación está “encorvando como
bóveda” la parte de atrás de tu tronco hacia el techo, alargando y ensanchando
la columna vertebral. Después, con cada exhalación relaja el torso un poco más
en la inclinación.
Contraindicaciones y Precauciones
*Diarrea.
*Embarazo.
*Lesión de rodilla.
http://saikualternativo.blogspot.com.ar/2015/06/posturas-que-sanan.html
miércoles, 8 de julio de 2015
ERRORES QUE AUMENTAN NUESTRO ATRACTIVO
Tal vez no hayas oído hablar del “Efecto Pratfall”, aunque
probablemente hayas vivido los resultados del mismo. Se trata de un fenómeno
psicológico por el cual una persona se vuelve más atractiva a los ojos de los
demás cuando comete errores. Para que esto ocurra, se requiere que esa persona
normalmente sea competente, pero que de vez en cuando meta la pata. Eso la hace
simpática y atrayente.
Las personas que solo muy rara vez cometen errores,
despiertan el efecto contrario. Se vuelven antipáticas para los demás, quienes
las catalogan de “perfecticas” y les parece que son muy pesadas. Igual ocurre
con quienes cometen errores demasiado frecuentemente: despiertan rechazo.
El descubrimiento del Efecto Pratfall
El Efecto Pratfall se descubrió en 1966, en la Universidad
de Minnesota, cuando un grupo de investigadores les pidieron a varios
estudiantes que participaran en un concurso de conocimientos. A cada uno de los
voluntarios se le dejó ver una grabación de un supuesto competidor que también
haría la prueba.
En realidad había cuatro vídeos, aunque a cada candidato se
le decía que era uno solo. En una de las cintas estaba grabada la imagen de un
competidor que era absolutamente competente y que tenía un promedio de aciertos
del 92%. En otra, el candidato era más bien discreto y mostraba un porcentaje
de eficiencia del 30%. La tercera cinta mostraba al mismo competidor brillante,
pero esta vez había una escena en la que se le caía el café y le manchaba el
traje. El último vídeo representaba la misma escena, pero esta vez con el
candidato menos eficaz.
Al final, a todos se les preguntó si querían competir con el
supuesto rival que se les había presentado.
Las cifras probaron que el competidor eficiente que había
tenido un accidente era quien más simpatías despertaba y animaba a más
estudiantes a participar en el concurso. Por el contrario, el que menos motivó a
los demás fue el candidato discreto que cometía errores.
Sobre la base de este experimento, se concluyó que las
personas sentimos mayor simpatía por aquellos que son más eficientes, pero de
vez en cuando cometen errores.
El Efecto Pratfall en la vida cotidiana
El descubrimiento del Efecto Pratfall ha tenido una notable
influencia en la construcción de personajes del cine y la televisión. De hecho,
hasta los super héroes de la ficción se han visto tocados por este fenómeno.
Desde hace algunos años, se prefieren los guiones que muestran grandes héroes
con conflictos, o rasgos de falibilidad.
Lo cierto es que esto también debería llamarnos a la reflexión
sobre lo que ocurre en la vida cotidiana. La mayoría de las personas temen
profundamente al error. Suponen que siempre deben actuar correctamente y a
veces toman sus fallas como toda una tragedia.
El Efecto Pratfall se produce porque tendemos a ver a las
personas que cometen errores como más confiables y próximas. Los “perfectos”
nos intimidan y despiertan una sensación de amenaza latente. Ser infalibles los
pone en un plano que nos impide reconocerlos como personas cercanas. Los
ineficientes frecuentes nos despiertan una sensación de inseguridad; dan la
impresión de que pueden inducirnos al error fácilmente.
Por eso, cada vez que cometas un error, acuérdate del Efecto
Pratfall. Y piensa que tal vez esa equivocación simplemente es un punto más en
tu atractivo.
http://lamenteesmaravillosa.com/errores-que-aumentan-atractivo/
EL RETO DE VOLVER A EMPEZAR
A lo largo de nuestra vida nos encontramos en situaciones o
momentos que nos obligan a cuestionar el camino que seguimos. A veces solo nos
queda una opción: volver a empezar.
Puede ser que una relación de mucho tiempo haya terminado,
que tus hijos hayan crecido y no estén todo el tiempo contigo o que simplemente
tienes que reencontrar tu camino en la vida.
Es entonces cuando llegan las dudas: ¿qué debo hacer? ¿cómo empiezo de
nuevo? ¿cuáles son los pasos a seguir?
Aunque la respuesta a estos interrogantes va a depender de
tu situación en particular, adoptar un enfoque positivo siempre va a hacer que
el viento se ponga a tu favor.
Aunque suene muy fácil decirlo, es probablemente uno de los
pasos más complicados ya que no es raro que te topes con momentos y personas
que te recuerden que has fracasado e intenten de esta manera sembrar la
desilusión en ti.
La negatividad te lastima y evita que vivas realmente. Da
igual que fuese el azar, otra persona o tú mismo quien te hizo caer la vez
anterior, es el momento de avanzar y no quedarnos parados.
Lo contrario destruirá aspectos positivos de tu vida que han
sobrevivido al fallo anterior. Las pérdidas por un error siempre pueden ser más
grandes de lo que son en la actualidad. Así, otro de tus primeros pasos debe
ser intentar que este daño sea del menor grado posible.
Otro de tus primeros pasos tiene que ser esforzarte por
reunir apoyos. Aunque muchas personas te estén esperando para pasarte factura
por haberte caído una, dos, tres… a veces seguro que hay otras que estarán
encantadas de brindarte su apoyo de nuevo, que no van a abandonar al igual que
no lo has hecho tú.
No dejes que la desconfianza que siembran las personas que te han
retirado su apoyo te impida ayudarte de las personas que siguen dispuestas a
ofrecértelo. Recuerda que solo se llega a pocos sitios y si se llega suele ser
más tarde y con peor camino.
Encuentra un
propósito y deja ir lo que no te sirva
Aunque no lo creas en el momento, todos tenemos un propósito
en la vida. Encontrar el tuyo es uno de los pasos más importantes para volver a
empezar.
Deja de pensar en lo que ya no tienes y busca algo nuevo que te
apasione, con lo que te sientas satisfecho y que disfrutes. Levanta el ancla y
no intentes avanzar tirando de ella.
Puede que en los primeros días pienses que no hay nada más
para ti en la vida y está bien, es parte del proceso. Lo que no debes
permitirte es permanecer en esa posición por mucho tiempo, al justa para el
duelo.
Para tener un vida pacífica y feliz a veces tendrás que
enfrentar ciertas características propias de tu personalidad. Por ejemplo, si
eres una persona que guarda rencor deberías aprender a disminuir esa
característica o tú mismo llegarás a ser una traba infranqueable. Recuerda que
vuelves a empezar y algunos cambios necesarios los vas a tener que realizar en
ti.
Utiliza un espejo que te diga la verdad. No uno que sea complaciente y
te diga lo que quieres oír.
Busca nuevas
emociones y sorpresas
Una de las mejores formas de coger impulso para empezar es
hacer pequeñas cosas nuevas y tener la sensación de que estas salen bien y te
acercan, al mismo tiempo, al objetivo que pretendes.
Si quieres obtener resultados distintos no hagas las cosas de la misma
manera
Sé que es el camino fácil, quizá en el que te sientes seguro
pero no olvides que también es el que te ha hundido. A veces no es suficiente
con unos pequeños reajustes y el cambio tiene que ser radical.
No pongas tiritas
allí donde tienes que operar
Si no lo haces ahora, lo tendrás que hacer más tarde y la
operación será aún más radical y con una recuperación peor. No permitas que la
pereza te venza ni que el miedo a arriesgar, potenciado por el fallo anterior,
haga que te tiemble la mano a la hora de afrontar cambios que interiormente
entiendes como necesarios.
No te sientes solo a esperar a ver qué pasa o qué sorpresas
te depara la vida, busca esas nuevas oportunidades e imponte nuevas metas.
Procura cumplir cada día un objetivo, utiliza un pequeño cuadernito en el que
al principio del día apuntes donde quieres haber llegado al final.
Un objetivo grande, que necesite mucho esfuerzo y dedicación, no es lo
mejor para estos momentos.
Necesitas motivación, volver a recuperar la sensación de
control, sentir que la corriente se ha puesto de nuevo a tu favor antes de lanzarte
al mar abierto. Así, establece pequeños objetivos por los que puedas obtener la
recompensa de de haberlos realizado en un corto espacio de tiempo.
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