sábado, 4 de julio de 2015

Katrin Burow, ¡lo has vuelto a conseguir! Es campeona del Mundo por 6ª vez, en esta ocasión de la Doble Ultra Triathlon World Championship EXtremeMAN celebrado este fin de semana en Hungría. 7,6km natación, 360km bicicleta y 84,4km carrera. Vive en Gran Tarajal, donde entrena diariamente. Si en algo he contribuido desde hace más de un año a este y otros buenísimos resultados en su carrera deportiva, yo también me siento ganadora. ¡Felicidades, Katrin!


Katrin Burow, you did it again! She is for the 6th time world champion of the Double Ultra Triathlon World Championship EXtremeMAN held this weekend in Hungary. 7,6km swim, 360km bike and 84,4km run. She lives in Gran Tarajal, Fuerteventura, where she trains daily very hard. If anything I have contributed for over a year on this and other great results in her career, I also feel a winner. Congratulations, Katrin!



Playa de Morro Jable.



NO ME CORTES LAS ALAS

Es posible que a lo largo de tu vida, hayas experimentado esta sensación más de una vez. El percibir que no puedes avanzar, que no te permiten conseguir aquello que deseas, bien porque te “cortan las alas” o tal vez, porque te ponen unos grilletes con el fin de que no puedas escapar de una determinada esfera de control.

El crecimiento personal demanda oportunidades y confianza, además de valentía y voluntad propia. A la hora de hablar de este concepto podemos fijar nuestra atención por ejemplo en los padres o incluso en los educadores, esas figuras de poder que muy a menudo, ejercen como “cortadores de alas” habituales.

Modelos educativos en los cuales se “castra” la curiosidad natural de los niños, encauzándolos por unos parámetros establecidos donde no hay espontaneidad, ni creatividad… Al final educamos alumnos iguales y estandarizados y de mentalidad rígida, que no se terminan de adaptar a un mundo tan complejo como el actual.

Ahora bien, no solo son los padres o los educadores los que a menudo limitan el crecimiento personal de los más pequeños. Hay veces, en que esas tijeras están sujetas por nuestras propias parejas, relaciones en las que lejos de “crecer”, de avanzar y madurar como persona, se nos vetan muchas libertades y aspiraciones.

Un tema complejo del que merece la pena hablar.

¿De qué manera podríamos definir el crecimiento personal? En ocasiones, sentimos esa inquietud en nuestro interior que tiene forma de vacío y de ilusión, todo al mismo tiempo. Las personas estamos henchidas de metas y proyectos, de aspiraciones con las cuales, retarnos a nosotros mismos para sentirnos capaces, útiles y valiosos.

En ocasiones no son grandes proyectos, en absoluto, hay veces que solo deseamos sentirnos bien, sentirnos independientes, valientes, y seguros de nosotros mismos. Sin embargo, todo el círculo social que se extiende a nuestro alrededor va a tener mucho peso a la hora de poder alcanzar estas dimensiones, en ocasiones, tan básicas como elementales.

¿Cuáles son las principales barreras del crecimiento personal? ¿De qué modo podemos vencerlas? 

Veámoslo:

1. La desconfianza: La desconfianza de los demás y también, la que nosotros mismos podemos desarrollar sobre las propias capacidades. En ocasiones es una especie de círculo vicioso. Pensemos por ejemplo en esos padres sobreprotectores que ponen una barrera tras otra para que su hijo, siga en la unidad familiar.

Harán lo posible para que siga siendo dependiente, frustrando incluso algunos aspectos laborales e incluso poniendo muros para que encuentre una pareja. Cortarán sus alas una y otra vez, consiguiendo que se autoperciba como una persona “no válida” para determinadas cosas. Es un riesgo muy elevado.

2. La inseguridad: Resulta curioso ver como en ocasiones, personas que llevan una vida vital, intensa e independiente, establecen de pronto relaciones de pareja en las cuales, acaba cambiando su personalidad. El control por parte de uno de los miembros, acaba generando dependencia, y la dependencia se trasforma en miedo y en inseguridad. Son relaciones tóxicas donde queda completamente desvanecida cualquier tipo de crecimiento personal.

3. Pérdida de control: En el momento en que percibimos que nos están cortando las alas, y que a su vez, lo permitimos, perdemos todo el control de la situación. ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué dejamos que otros levanten muros a nuestro alrededor vetando nuestro crecimiento personal?

En ocasiones es por miedo, otras por un cariño o un amor tóxico al que somos dependientes y que no nos atrevemos a romper. Puede que sea también por escasa fuerza de voluntad, porque es demasiado tiempo conviviendo en esa zona de confort donde todo es seguro y previsible… Son sin duda, muchos factores a tener en cuenta.

No permitas que lo hagan, no dejes que nadie decida por ti ni que cerque tus aspiraciones. Lo que sientes en tu interior debe actuar como una mecha y como un interruptor que debe hacerte reaccionar. El crecimiento personal requiere valentía y saber buscar ese viento que hará navegar el timón de tu barco.

Busca tu océano, emprende tu rumbo girando el rostro a aquellos que desean cortarte las alas. Recuerda que todo aquel que intente hacerlo querrá convencerte de que te quiere, de que hace lo que es mejor para ti, pero no es cierto. Quien ama de verdad no impone ni vulnera, sino que permite y abre el camino para que avancemos en confianza.




jueves, 2 de julio de 2015


Canary Islands. A true paradise.

Choose the island and "travel" where you want. Simply spectacular.


Islas Canarias. Un verdadero paraíso.

Elige la isla y "viaja" por cada una de ellas... espectacular. 


http://www.ilovetheworld.es/tour/islas/islas.html




Algunos pensamientos de Paulo Coehlo. 













PSOAS: EL MÚSCULO DEL ALMA

La importancia del psoas para nuestra salud, vitalidad y bienestar emocional.


El psoas es el músculo más profundo y estabilizador del cuerpo humano, que afecta a nuestro equilibrio estructural, amplitud de movimiento, movilidad articular y funcionamiento de los órganos del abdomen.

Es el único músculo que conecta la columna vertebral con las piernas, el responsable de mantenernos de pie y el que nos permite levantar las piernas para caminar. Un psoas sano estabiliza la columna vertebral y proporciona apoyo a través del tronco, formando además un buen estante para los órganos abdominales.

Algunos estudios recientes consideran además al psoas, un órgano de percepción compuesto por tejido bio-inteligente que encarna, literalmente, nuestro deseo más profundo de supervivencia y de florecer. Es decir, es el mensajero primario del sistema nervioso central, por lo que es considerado también como un portavoz de emociones (“de las mariposas en la tripa”). Esto es debido a que el psoas está conectado con el diafragma a través del tejido conectivo o fascia, por lo se ve afectado tanto en la respiración, como en el miedo reflejo.

Un estilo de vida acelerado y el stress generan adrenalina que crónicamente tensan el  psoas, preparándolo para correr, entrar en acción o encogerse para protegernos.  Si constantemente mantenemos el psoas en tensión debido al stress, con el tiempo comienza a acortarse y a endurecerse. Se dificultará así nuestra postura y las funciones de los órganos que habitan en el abdomen, dando lugar a dolores de espalda, ciáticas, problemas de disco, degeneración de la cadera, menstruaciones dolorosas o problemas digestivos.

Por otro lado, un psoas tenso manda señales de tensión al sistema nervioso, interfiere en el movimiento de los fluidos y afecta a la respiración diafragmática. De hecho, el psoas está tan íntimamente involucrado en las reacciones físicas y emocionales básicas, que cuando está tensionado de forma crónica, está enviando al cuerpo continuas señales de peligro, por lo que puede repercutir en el agotamiento de las glándulas suprarrenales y del sistema inmunológico. Esta situación se ve agravada por la forma de sentarnos o  por las posturas de nuestros hábitos diarios, que reducen nuestros movimientos naturales y constriñen aún más el músculo.

Son muchas las posturas de YOGA que trabajan para liberar la tensión innecesaria del psoas; pues un psoas relajado nos permite fluir, jugar con la vida y desplegar nuestra vitalidad y expresión creativa.

Un psoas liberado permite alargar mucho más la parte delantera de los muslos y permite a las piernas y la pelvis moverse con mayor fluidez e independencia. Mejora la posición de la columna y de todo el torso, con la consecuente repercusión en la mejora de las funciones de los órganos abdominales, en la respiración y en el corazón.

Cuando cultivamos la salud de nuestro psoas se reavivan nuestras energías vitales y conectamos de nuevo con nuestro potencial creativo.

En algunas filosofías orientales al psoas se le conoce como el “músculo del alma”, un centro de energía principal del cuerpo. Cuanto más flexible y fuerte esté el psoas, más podrá nuestra energía vital fluir a través de los huesos, músculos y articulaciones.

El psoas sería como un órgano de canalización de la energía, un núcleo que nos conecta a la tierra, nos permite crear un soporte firme y equilibrado desde el centro de nuestra pelvis. Así, la columna vertebral se alarga y a través de ella, puede fluir toda nuestra vitalidad.