viernes, 5 de junio de 2015


MEDICINA INTEGRATIVA: UNA NUEVA VISIÓN PARA CURAR

15.03.2015 | Cada vez más pacientes solicitan el abordaje de su enfermedad con la aplicación de terapias complementarias de forma simultánea con los tratamientos convencionales. Algo que en opinión del médico español Francisco Barnosell marca el futuro de la medicina.

Por Agustina Sucri

El ser humano es cuerpo, mente, emociones y espíritu. De esta premisa parte la medicina integrativa para profundizar en el origen, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad y lograr una atención del paciente "más sensible, humana y cercana". Así lo explicó en una entrevista con La Prensa el doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona, Francisco Barnosell, quien se dedica a la Neurofisiología, Neurología, Rehabilitación y Medicina Integrativa y es creador de la Asociación de Médicos, Terapeutas y Sanadores.

El médico español presidirá el 26, 27 y 28 del corriente mes en Buenos Aires el "III Simposio de Médicos, Terapeutas y Sanadores", bajo el lema "La Medicina del futuro sugiere un cambio de paradigma", un evento que ha sido declarado de interés por la Legislatura de la Ciudad de Bueno Aires.

- ¿Por qué cree que la medicina del futuro sugiere un cambio de paradigma?

- Cada vez hay más profesionales que trabajan en las Ciencias de la Salud y entre ellas la Medicina, que aplican terapias complementarias en su actividad cotidiana. Los pacientes solicitan esta posibilidad y muchos médicos están entrando de lleno en esta demanda, pero también porque han podido demostrar empíricamente que muchas de ellas funcionan.

Aceptando esta premisa, los médicos se han percatado que con ellas, se puede tratar y diagnosticar a los pacientes, de una forma más sensible, humana y cercana, con planteamientos profundos respecto al origen de la enfermedad y en perfecta simbiosis con los protocolos concretos de las patologías médicas por sistemas.

Teniendo en cuenta que el ser humano es un cuerpo, mente, emociones y espíritu, se cubren espacios vacíos en la fórmula de la enfermedad. Podremos ir más lejos, con esta nueva visión. De ahí que nos sugiere un cambio de paradigma, ya que incluimos nuevos factores, hasta ahora no valorados.

- ¿Qué es la medicina integrativa? ¿En qué se diferencia de la "medicina alternativa"?

- Su origen nace en la medicina convencional, marcada por el empirismo de sus protocolos, que la estudia por sistemas. La Medicina Integrativa incluye la posibilidad de incorporar terapias complementarias en la actividad de cada profesional, con la base de su especialidad, sin perder de vista conceptos como medicina ambiental, toxicidades, gestión de emociones, inmunidad, epigenética, alimentación y filosofía de vida. Son ideales para patologías crónicas. La medicina de urgencia o aguda, que precisa una decisión rápida, es terreno de la medicina clásica.

Creo que las terapias, no deben ser llamadas alternativas, sino más bien complementarias, porque no significa que se deban utilizar en vez de otro tratamiento, sino de forma combinada, priorizando la inclusión sin excluir nada a priori.

De mutuo acuerdo con el paciente, existe una responsabilidad compartida, personalizando el tratamiento adecuado, que sea lo menos agresivo posible. Es una postura de examen holístico que entra de lleno en el mundo perceptivo, con un sello de humanidad, con respeto, sentido común y profesionalidad.

Actualmente es posible que las distintas medicinas caminen separadas, pero en un futuro cercano se concluirá que medicina solo hay una, que es la que cura al paciente, con la mejor opción que provoque los menos efectos secundarios posibles.

- ¿De qué tipo de terapias se vale la medicina integrativa?

- Actualmente tengo contabilizadas más de 100 terapias complementarias englobadas en seis grupos específicos, pero validadas empíricamente por hospitales de renombre, como el Oncológico Anderson Center de Estados Unidos, solo 14. Esto no quiere decir que las demás, no se puedan realizar, pero mediante la investigación con trabajos a doble ciego, se podrían ir validando las que empíricamente cumplan los requisitos necesarios.

Los grupos establecidos según su actividad son:

1. Sistemas integrales

2. Terapias Mente-Cuerpo

3. Terapias biológicas (suplementación natural)

4. Terapias con manipulación del cuerpo

5. Terapias energéticas y vibracionales

6. Terapias ambientales, del bienestar y vida sana

Múltiples publicaciones avalan sus resultados, sobre todo en los temas de nutrición, tratamientos ortomoleculares y en el examen físico.

Actualmente existen distintos planos de investigación sobre las terapias energéticas, las de mente/cuerpo y la fitoterapia, que precisan análisis más amplios y determinantes.

- ¿En qué clase de enfermedades se puede aplicar la medicina integrativa? ¿O es más adecuado preguntar en qué clase de pacientes se puede utilizar?

- La realidad es que no tiene límites establecidos, pero está comprobada su eficacia en las patologías crónicas. Sin embargo, si partimos del concepto de inclusión, es perfectamente compatible y combinable, en cualquier caso.

Teniendo en cuenta que mayoritariamente cualquier patología, precisa una correcta gestión emocional, puede multiplicar satisfactoriamente sus resultados, minimizando los efectos secundarios. Simplemente tenemos acceso a un mayor número de herramientas y posibilidades para conseguirlo.

La visión global sobre el paciente nos permite profundizar en el origen de la enfermedad, su diagnóstico y el tratamiento. Cada vez hay más pacientes que solicitan el abordaje de su enfermedad desde la óptica integrativa, con la aplicación de terapias complementarias de forma simultánea con los tratamientos convencionales que ya siguen.

La estadística nos confirma que más del 40% de los pacientes han recibido alguna vez alguna de ellas. Desde el punto de vista de profesionales de la salud, hay un interés creciente sobre las mismas, incorporándose médicos de todas las especialidades.

- ¿Cómo y cuándo decidió como médico comenzar a volcarse a la utilización de este tipo de terapias?

- Comencé cuando pude comprobar que algunos pacientes con dolencias serias, mejoraban notablemente con terapias complementarias, con la salvedad que en los estudios que realicé, en aquel momento, no estaban siendo tratados con tratamientos convencionales.

Investigué a fondo desde el punto de vista médico que ocurría, analizando infinidad de factores, que podían explicar el porqué de aquellas mejorías.

Durante más de 10 años me relacioné con todo tipo de personas que practicaban la sanación, incluyendo medicinas indígenas de distintas culturas. Llegué a la conclusión de que la medicina ortodoxa había olvidado en el camino de sus avances científicos, muchas posibilidades y la forma de actuar frente al paciente y la enfermedad.

No todos los profesionales de la medicina están preparados para entender lo que ocurre con la Medicina Integrativa, porque les falta información seria y poder confrontarla con los que la desarrollan, en los canales establecidos.
Por este motivo, es imprescindible la investigación y la documentación de resultados empíricos, para demostrar su eficacia. Y digo esto porque algunas de las terapias de las que estamos hablando por el momento no cumplen los requisitos empíricos, pero si vemos al final de su recorrido una franca recuperación del paciente, que va contra todo pronóstico ¿Qué ha ocurrido? ¿En base a qué? ¿De qué forma se explican fisiológicamente los cambios que han tenido lugar? Son preguntas con respuestas difíciles, pero no por ello menos ciertas y lapidarias.

Está claro que el futuro de las mismas pasa por la investigación y para ello precisamos profesionales motivados en una nueva filosofía y sobre todo que estén principalmente desarrollando su actividad en hospitales y clínicas del sistema sanitario, que es el garante científico que se precisa para ello.

- ¿Advierte que aún hay cierta reticencia por parte de los pacientes a someterse a este tipo de enfoque terapéutico?

- Cada vez hay más pacientes que lo solicitan y que inclusive acuden específicamente a profesionales que tratan con esta nueva filosofía de forma exclusiva. Creo que se debe marcar la diferencia, según el tipo de paciente que acuda a consulta. Existen tres grupos de pacientes: en el primero, están los pacientes que siguen los cánones clásicos y que desconocen las posibilidades de la Medicina Integrativa. En este caso, el profesional debe seguir los protocolos establecidos, que de hecho, es lo que busca el paciente. Sin más y sin caer en el proselitismo.

En el segundo grupo, transcurren los pacientes que conocen alguna terapia concreta o que algún familiar o conocido, les ha informado de sus beneficios. Si no preguntan nada al respecto, la respuesta médica debe ser la protocolaria. Si desean información al respecto, se les puede dar, explicándoseles las posibilidades existentes.

En el tercer grupo, se sitúan los pacientes que conocen el mundo de las terapias complementarias o que solicitan de entrada un "Plan B": otra opción de cómo abordar su enfermedad. En estos casos, de mutuo acuerdo con él y bajo una responsabilidad compartida, se puede integrar una actuación distinta. Es un grupo creciente y cada día más informado, aunque es verdad que en algunas ocasiones con conocimientos erróneos.

Como estamos ante una fase de crecimiento exponencial, hay que actuar con mucha seriedad, sentido común y profesionalidad, para no perder la estricta filosofía de lo que significa la Medicina Integrativa.

- ¿Qué mirada suelen tener quienes ejercen la medicina tradicional acerca del uso de estas terapias alternativas?

- Varía mucho según el lugar donde se realice. En Estados Unidos, algunos países de Sudamérica y muchos países de Europa, está totalmente integrada con la medicina clásica. En España, está teniendo un avance increíble en muchas ciudades, con la instauración de las mismas en Clínicas y Hospitales. Por el momento, dependiendo de grandes profesionales pioneros en este campo, que las están incluyendo.

Sin embargo, no existe una protección jurídica que la apoye. En general, existe mucha desinformación por gran parte de los profesionales sanitarios, que desconocen lo que significa. Pero también es verdad que cada día que pasa, abundan médicos que solicitan información y que algunos de ellos, desean ampliar sus estudios al respecto.

Todos sabemos que los cambios del "status quo" son difíciles, pero no imposibles. Dependerá de la masa crítica de profesionales de salud que estén interesados en ellas.

Para muestra, un dato: muchos médicos que trabajan en el sistema convencional, solicitan ayuda de los que actúan en la Medicina Integrativa, para tratar casos complicados, que la medicina ortodoxa ya no puede solucionar. ¿Significa una última opción? ¿O una posible puerta para curarlo? Si realmente creyesen que no funcionan, no remitirían al paciente hacia una solución incierta.

- ¿De qué factores depende el éxito de esas terapias complementarias?

- Pienso que el éxito depende de una suma de factores, que hasta ahora no se valoraban y que junto al cambio de filosofía de vida del paciente, es el principio de su curación. Es cierto que algunas terapias concretas tienen mejores resultados que otras, según la patología que estemos tratando, pero en última instancia dependerá del posicionamiento del paciente y de los cambios reales que éste pueda efectuar.

La voluntad del paciente y su positivismo, son la llave para ganar la partida: creer es crear y nuestra mente es una aliada poderosísima.

Hay un punto de todo esto que no está resuelto: dos pacientes con la misma patología, tienen resultados distintos, con el mismo tratamiento. Es evidente que podríamos hablar de la genética. Pero después de observar el curso de muchos pacientes, creo que hay algo más que se nos escapa. Y en ello estamos, analizando los distintos factores que inciden en la enfermedad, incluyendo mayor número de variables, lo que lo hace más difícil de averiguar. Pero estoy absolutamente convencido de que se conseguirá. Solo es cuestión de tiempo y medios.

- ¿Considera necesario que se estudien científicamente los resultados y posibles aplicaciones de las terapias complementarias?

- Absolutamente. No hay otro camino. Precisamos equipos multidisciplinarios para conseguirlo y mucha paciencia. Es imprescindible que existan dotaciones económicas para ello y el apoyo de los estamentos oficiales. Lo increíble es que con muy poco dinero, se podrían hacer avances inauditos. La investigación de las Terapias Complementarias es muy asumible y su I+D aportaría cambios estructurales que marcarían una nueva medicina. Solo hemos visto la punta de iceberg. En su profundidad está su secreto pero también su solución. La magia de hoy es la ciencia del mañana.

- ¿Cuáles aconseja que deben ser los recaudos que debe tomar un paciente que se somete a estas terapias?

- Tema delicado y difícil. Este tipo de terapias precisan un tiempo largo de anamnesis y exploración del paciente y la minuta de la hora del profesional es cara. Por este motivo una de las soluciones pasaría por la colaboración de los médicos con terapeutas calificados en el sistema de salud. Y aquí entramos de lleno en la titulación oficial de los profesionales no médicos y de su responsabilidad civil. Es imprescindible.

Otra solución es que se actúe dentro de la incorporación a una entidad mutual, profesional y paciente, con lo que las tarifas son más discretas y asumibles. El profesional cobraría menos, pero haría mayor número de pacientes. El problema es que la masificación conlleva la pérdida de legitimidad en la actuación (para algunos). Llegados a este punto, se precisará de un estamento que vele por la calidad de los mismos.

La gran ventaja de la Medicina Integrativa, es que es más inocua, y mucho más barata, porque no precisa de una gran tecnología. Con el paso del tiempo, tendrá su lugar y estará integrada en todas las especialidades. Es el futuro y sobre todo... alcanzable.


Fuente: http://www.laprensa.com.ar/CienciaSalud/432173-Medicina-integrativa-una-nueva-vision-para-curar.note.aspx


"Procura ser el tipo de persona que te gustaría conocer"


jueves, 4 de junio de 2015


LA VIDA ES UN JUEGO QUE GANA EL QUE MÁS DISFRUTA

“La vida es un juego fuerte y alucinante, la vida es lanzarse en paracaídas, es arriesgarse, caer y volver a levantarse, es alpinismo, es querer subir a lo alto de uno mismo y sentirse insatisfecho y angustiado cuando no se consigue”
Paulo Coelho, Once Minutos.

 ¿Quién dijo que la vida es un sueño? La vida es un juego, un juego de azar. De todas formas no es necesario participar, la verdad es que puedes sentarte a observar cómo los demás se divierten o puedes hacerlo tú mismo. Tuya es la decisión.

En cualquier momento sonará la campana que finaliza el recreo y nos empezaremos a plantear que nos quedamos con ganas de hacer algo, de entregarnos a besos que nunca prometimos, de estar solos y no decir nada… Nos quedaremos con “ganas de hacer tanto” que al final solo podremos “recordar las ganas”. Y eso es un pecado.

Lo cierto es que tú y yo tenemos nuestras cartas, consiste en querer jugarlas. Vamos a tener cartas buenas y cartas malas pero no importa la cantidad sino lo bien que consigamos jugarlas. A medida que avanza el juego recibiremos más; podrán mejorar o empeorar nuestra jugada pero nunca dejarán de llegarnos más en cada baza. Esta metáfora de las cartas, propuesta por Voltaire, resulta un manjar para la esencia.

En este sentido no hay opción de rendirse, puede ser que te ahogue un poco vivir entre cartas, sobre todo cuando no acabas de pillar la dinámica del juego, pero las opciones están ante ti. En verdad no se trata de ganar o perder, se trata de jugar.

Hay personas con las cartas marcadas, personas tóxicas, personas que defraudan y engañan y que se aprovecharán de la buena voluntad del resto de jugadores de su mesa. También hay que decir que, en cierto modo, en la misma partida, no es lo mismo ser jorobado y tuerto que ser Sharon Stone.

Entiéndase de aquí que los guiños de la vida no nos favorecen a todos por igual en cada jugada; lo que sí es seguro es que tendremos nuestro momento de gloria siempre y cuando mantengamos la atención en nuestra estrategia.

Es imposible que nuestras cartas sean iguales así que no puedo decirte cómo debes jugarlas; no sé qué estrategia debes seguir pero es tarea tuya descubrirlo. Lo que te estoy queriendo decir es que lo único que tengo claro es que tenemos que poner todo nuestro corazón en vivir para poder pasarlo bien y no quedarnos con nuestras cartas en la mano.

De todas maneras hay infinitas formas de jugar y nunca podremos eludir el hecho de que tenemos que mantener el equilibrio de cinco bolas en el aire mientras jugamos la partida. Estas pelotas son el trabajo, la familia, la salud, los amigos y el espíritu.

Es fácil que pronto nos demos cuenta de que el trabajo es una bola de goma, si se cae, rebotará. Pero, sin embargo, los otros cuatro balones (familia, salud, amigos y espíritu) son de vidrio. Si en nuestro malabarismo no cogemos uno a tiempo, si lo dejamos caer, va a quedar dañado o roto para siempre. Nunca, nunca volverán a ser los mismos.

El ex-presidente de Coca Cola, Bryan Dyson, en su enseñanza, nos propuso los pasos para desarrollar la técnica estrella que nos permite jugar nuestras cartas y, a la vez, mantener el equilibrio de nuestras bolas en el aire.  Sus palabras son maravillosas:

-No disminuyan su propio valor comparándose con otros.
Es porque somos todos diferentes que cada uno de nosotros es especial.

-No fijen sus objetivos en razón de lo que otros consideran importante.
Solo ustedes están en condiciones de elegir lo que es mejor para ustedes.

-No den por supuestas las cosas más queridas por su corazón.
Apéguense a ellas como a la vida misma; porque sin ellas la vida carece de sentido.

-No dejen que la vida se les escurra entre los dedos por vivir en el pasado o para el futuro.
Si viven un día a la vez, vivirán TODOS los días de su vida.

-No abandonen cuando todavía son capaces de un esfuerzo más.
Nada termina hasta el momento en que uno deja de intentar.

-No teman admitir que no son perfectos. Ese es el frágil hilo que nos mantiene unidos.

-No teman enfrentar riesgos. Es corriendo riesgos que aprendemos a ser valientes.

-No excluyan de sus vidas al amor diciendo que no se lo puede encontrar.
La mejor forma de recibir amor es darlo; la forma más rápida de quedarse sin amor es aferrarlo demasiado; y la mejor forma de mantener el amor el darle alas.

-No corran tanto por la vida que lleguen a olvidar no solo donde han estado sino también a dónde van.

-No olviden que la mayor necesidad emocional de una persona es la de sentirse apreciado.

-No teman aprender. El conocimiento es liviano, es un tesoro que se lleva fácilmente.

-No usen imprudentemente el tiempo o las palabras. No se pueden recuperar.

-La vida no es una carrera, sino un viaje que debe ser disfrutado a cada paso.

El Ayer es historia, el Mañana es misterio y el Hoy es un regalo: por eso se le llama… el Presente.

El juego de la vida está colmado de poderosas enseñanzas, grandes palabras y principios por los que actuar día a día. Hay millones de cosas por disfrutar y por sentir, millones de sonrisas que destapar y miles de millones de carcajadas que soltar. Agotemos nuestras ganas porque nunca es tarde, no dejemos que suene la campanada que finaliza nuestra partida sin antes haber jugado.



"Nada que no seas tú mismo, puede darte paz"