lunes, 16 de marzo de 2015



LA PLAYA

Ir a la playa es una forma de sanarte y equilibrarte.

¿Por qué?

La arena de la playa está compuesta por pequeñas piedrecitas provenientes de la erosión de grandes rocas producida por el roce del viento y/o del agua.

Ello crea un gran manto de multitud de tipos de gemas, tumbándote sobre ella conseguirás un efecto muy parecido pero en menor capacidad a un tratamiento de Gemoterapia.

Una vez tumbados sobre nuestra toalla, de forma calmada y plácida, nuestro cuerpo físico se relaja y libera tensiones. En este estado de relajación podemos entrar en lo que consideramos estado de meditación, sea de forma consciente o inconscientemente.

Una forma de hacerlo conscientemente es centrándonos en nuestra respiración, realizándola desde el estómago, como hacen los bebés o niños de temprana edad.

El chacra 3 o plexo solar, situado unos dedos por encima del nuestro ombligo. Es el encargado de regular nuestra personalidad temporal/ ego. El tipo de vibración de este chacra lo asemejamos al color amarillo por su longitud de onda vibracional, como el sol. Por lo que parte de su nutrición se emparenta con este astro.

Tomar el sol es saludable en su justa medida y con las precauciones adecuadas.

Las personas que realizan esta práctica voluntariamente, les agrada y ello les produce placer por realizar una actividad de su agrado. El chacra 2 es el responsable de los placeres de la vida. En consecuencia este chacra también se beneficia de esta actividad. Desencadenando multitud de consecuencias beneficiosas para nuestro ser, sea el físico, espiritual e incluso el mental.

Nuestro cuerpo está formado prácticamente por minerales y agua, creando la parte material de muestro yo, el cuerpo físico, ello lo regula el chacra 1, el chacra raíz. En esta circunstancia él se conecta de forma más activa con el lugar de donde proviene nuestra materia, con la madre tierra.
El agua del mar contiene multitud de sales y minerales beneficiosos para nuestra salud física. Sin olvidad el sutil masaje que nos proporciona. Nuestro cuerpo está compuesto por el 70% de agua, igual que el planeta que habitamos. ¿Casualidad? ¡Causalidad!

Sin olvidar el momento de diversión, relax, y demás que vivimos en este lugar. Tan sumamente beneficioso para la parte mental de nuestro ser.

A groso modo e intentando explicarlo de forma lo más breve posible lo beneficioso de un tipo de interacción con la naturaleza, pues hay muchos más beneficios.

Recuerda que toda interacción con la naturaleza es beneficiosa.


¡Sé feliz! ¡SÉ!. 

http://www.revistauh.es/la-playa/


domingo, 15 de marzo de 2015



"Lo que más me sorprende..."





LA VIDA ES ESO QUE PASA MIENTRAS HACEMOS OTROS PLANES


Cuando me amé de verdad comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta, y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia, y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es… Autenticidad

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a aceptar todo lo que acontece y que contribuye a mi crecimiento.
Hoy eso se llama… Madurez

Cuando me amé de verdad, comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento, o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es… Respeto

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas, situaciones y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo.
Hoy se llama… Amor Propio

Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero, y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es… Simplicidad y Sencillez

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón, y así erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es… Humildad

Cuando me amé de verdad, desistí de quedarme reviviendo el pasado, y preocupándome por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece.
Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… Plenitud

Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón, ella tiene un gran y valioso aliado.
Todo eso es… Saber Vivir

Charles Chaplin



Tus fuerzas son mayores que tus dudas y tu labor consiste en experimentar para estar al corriente de lo difícil que es sostenerse sin comprender la importancia de estos valores. No te engañes porque ya no te hace falta tener lo mejor y lo más último del mercado, hacer el viaje más caro, tener un éxito rotundo o conseguir el cuerpo ideal a golpe de bisturí.

John Lennon dijo una vez que “la vida es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes”, como si no hubiese límite de tiempo, cuando en realidad el tiempo es lo más finito que hay y siempre llegará a su fin.

Nos levantamos cada día como si tuviésemos la eternidad para comprender en qué consiste realizarnos y dar un paso más allá de nuestras metas. Se nos olvida que la fugacidad de la arena al pasar al otro lado del reloj es nuestra opción de pasarnos al otro bando y seguir escalando la montaña. También se nos olvida que de momento es la única vida que tenemos la certeza de poder compartir.

Puedes pararte a pensar en que quizás algo se te está escapando y puedes reflexionar sobre cuáles son los valores que todavía no has comprendido, si te importa tanto hacer lo que la sociedad entiende por lo más grande o lo que para ti tiene importancia. No es que sea incompatible, es que lo primordial es lo que tú sientas.

Vivimos en un mundo que no nos permite percatarnos de que, día tras día, el sol se acuesta muy temprano. Estamos tan ocupados soñando y programando el futuro, que dedicamos el tiempo presente a empaquetar esos sueños que pensamos cumplir algún día y los mandamos a un destino en el que quizás nunca estaremos.

Postergamos nuestra vida a un tiempo mejor en el que tengamos más horas en el día o hayamos conseguido cumplir nuestros objetivos. Y, con esto, nos olvidamos de que nuestro reloj no conoce el mundo más allá de las 24 horas que sabe marcar y que la opción de pelearnos con nuestros sueños es la que nos otorga el día de hoy.

Se nos ha olvidado que vivir es comprender que el tiempo pasa sin rodeos y que nos da la opción de apreciar las pequeñas cosas que nos ofrece amarnos de verdad. Precisamente vivir consiste en esto, en saber reconocer y apreciar los caminos que nos dan pistas para comprender que nuestra media naranja está dentro de nosotros y que no tiene mucho sentido buscar fuera lo más importante que nos brinda la vida.

Así es que, mientras te dispones a desorganizar tu mundo para que todo esto ocurra, no te olvides de tener muy presente que “la felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días“. Benjamin Franklin




sábado, 14 de marzo de 2015



EL MIEDO A NUESTRA PROPIA GRANDEZA O 'COMPLEJO DE JONÁS' UN TRASTORNO MUY HABITUAL

El complejo de Jonás es más habitual de lo que parece, así que no dejemos que nos trague la ballena. Abraham Maslow padre de la psicología humanista, acuñó el término “Complejo de Jonás” inspirándose en el personaje bíblico, para identificar una neurosis que habita en el ser humano: el miedo a la propia grandeza o huida del propio destino.

El Complejo de Jonás es, en suma, la negación de la capacidad de uno mismo para desarrollar su potencial, es el miedo y la ansiedad frenando nuestra visión de grandeza… sabes que vales para algo, lo visualizas, prevés el éxito y te asustas frenándote con la respuesta contraria, asegurándote que eres incapaz, haciéndote descender hacia el lado mediocre.

Jonás tenía un mensaje de Dios y una labor de intermediario en el pueblo de Nínive. Pero temió de su propia figura, se asustó y se escondió. Se sintió incapacitado de ese ejercicio, descreyó de sí mismo (“¿Quién?, ¿Yo?…”). Y Dios le envió una ballena que se lo tragaría por 3 días y 3 noches. Después de ese lapso, la ballena lo vomitó y Jonás aceptó el destino para el que había sido escogido y llevó su mensaje a Nínive.

La explicación de Maslow es que al igual que tememos lo peor de nosotros tememos, también, lo mejor, tememos a nuestras máximas posibilidades. Por lo general nos asusta llegar a ser aquello que vislumbramos en nuestros mejores momentos, en las condiciones más perfectas y de mayor coraje. Gozamos e incluso nos estremecemos ante las divinas posibilidades que descubrimos en nosotros en tales momentos cumbre, pero al mismo tiempo temblamos de debilidad, pavor y miedo ante esas mismas posibilidades.

Podríamos pensar, entre tantas cosas, que para desplegar “nuestra misión”, debemos romper nuestros moldes aprendidos. Como Jonás, que para desplegar su misión debía enfrentar el desafío de salir del refugio (pseudo-protección) de la ballena: la personalidad limitante.

Para ello debemos analizar y profundizar en que quizás nuestra personalidad actual fue elegida en pos de encajar en el mundo “adulto y moderno”: una Identidad no auténtica (con sus propios hábitos, valores, mecanismos de defensa, etc.). Una ballena que nos ha comido sin siquiera darnos cuenta.

Maslow dice al respecto, que frente a los grandes hombres o mujeres que se hallan en su máxima realización humana, surgen sentimientos de admiración; pero también emergen (y a veces no tan escondidos) sentimientos de hostilidad y envidia. Le proyectamos a esa persona “contra-valoraciones”. Y así, ¿quién tiene el coraje de mostrarse diferente, de mostrarse mejor que otros en algo novedoso y único?

Todos podríamos ser mejores de lo que somos si, en lugar de malgastar nuestra energía en envidiar las cualidades ajenas, aprendemos a amarlas, admirarlas para así también reconciliarnos con las propias ya que es un acto de generosidad entregar al mundo lo mejor de nosotros mismos.

  
Por Maxx Puente
Librepensador, Autodidacta y Soñador.



viernes, 13 de marzo de 2015




CUATRO GRANDES REFLEXIONES


1. No te preocupes por las personas de tu pasado, hay una razón por la que no están en tu presente y por la que no llegarán a tu futuro.

2. Una persona real no es perfecta, una persona perfecta no es real.

3. Una persona cambia por dos razones: aprendió demasiado o sufrió lo suficiente.


4. No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad. No te preocupes por las personas de tu pasado, hay una razón por la que no están en tu presente y por la que no llegarán a tu futuro.





ENFADARSE NO SIEMPRE ES MALO


La ira es en sí misma ni buena ni mala. Es lo que hacemos cuando nos enfadamos lo que importa.  La ira es una herramienta que nos ayuda a leer y responder a las situaciones sociales perturbadoras. Pero ¿cómo se puede evitar que se vaya de las manos?

Es habitual pensar que enfadarse es algo negativo. Y muchas veces intentamos reprimirnos. Pero en contra de esta creencia popular, las investigaciones indican que la ira o enfado aumenta el optimismo, la creatividad y la eficacia del rendimiento. Además, esta investigación sugiere que la manifestación de la ira puede conducir a negociaciones más exitosas, tanto en la vida personal como  en el trabajo.

De hecho,   reprimir la ira puede ser realmente malo para la salud. En este sentido, el doctor Ernest Harburg y su equipo de la Universidad de la Escuela de Salud Pública de Michigan hicieron durante varias décadas el seguimiento de un grupo de adultos en un estudio sobre la ira.

Estos investigadores encontraron que los hombres y mujeres que reprimían la ira que sentían como respuesta a un ataque injusto tenían más probabilidades de contraer bronquitis y sufrir ataques cardíacos, y que eran más propensos a morir antes que sus compañeros que dejaban que su ira aflorara cuando se sentían molestos.

Cuando surge la ira, nos sentimos llamados a prevenir o poner fin a las amenazas inmediatas para nuestro bienestar, o para el bienestar de nuestros seres queridos. Pero es un error suponer que este acto de bondad, compasión, amor o justicia es beneficioso. Una sociedad sana no es una sociedad libre de la ira.

Sin embargo, sí que es bueno tener precaución en lo que a la forma de manifestar la ira se refiere. La expresión de la ira puede ser  apropiada con ciertas personas en ciertas situaciones. La cuestión es cómo haces eso sin que se nos vaya de la mano.

¿Cómo controlar la ira?

Cuando se quiere expresar la ira, o cualquier emoción negativa, una forma de hacerlo es comenzar con lo que se denomina “advertencia malestar”, es decir, dejar que otras personas sepan de manera explícita que se están experimentando emociones intensas debido a algo concreto que ha sucedido. Es fácil si se dice con claridad.

Ante la posibilidad de que no quede claro, conviene pedir disculpas por adelantado, no por las emociones o las acciones, sino por la posible falta de claridad en la forma de transmitir lo que se va a decir. El objetivo de la advertencia de malestar es desarmar a la otra persona, para evitar que se ponga a la defensiva. Cuando alguien se entera de que el otro no se siente cómodo y que la conversación es difícil  aumenta la probabilidad de que surja empatía.

Después de esto, hay que profundizar en lo que molesta, lo que se piensa y se siente a causa de lo que pasó. ¿Por qué surge ira en vez de otra emoción? Es difícil manejar la ira, pero es necesario saber por qué aparece y evitar ignorarla.   En su lugar, hay que reconocer la diferencia entre lo que se puede cambiar y los que están más allá de la propia capacidad de control. Si lo que ha ocurrido está fuera de control no hay beneficio alguno en la manifestación de la ira, pero si todavía se puede hacer algo, comunicarlo de forma eficaz puede dar buenos resultados.

La clave para comunicar la ira es encontrar el tono adecuado para comunicar lo que nos desagrada.

En un segundo momento, es importante frenar la situación. La tendencia general es actuar de inmediato, sobre todo si la situación es muy tensa. Para evitar gritos o golpes innecesarios, u otras reacciones violentas, conviene darse un momento para pensar, aunque estemos en plena conversación o discusión con alguien.

Incluso es bueno hacerle saber al otro que se necesita un momento, retrasando así el avance de la situación. Las buenas decisiones deben primar respecto a las decisiones rápidas. Respira profundamente y despacio. Hay una amplia gama de opciones para elegir en una situación cargada de emociones.