“DEBERÍA HABER
NUTRICIONISTAS ESPECIALIZADOS EN CÁNCER EN LOS SERVICIOS DE ONCOLOGÍA”
Así lo cree la
doctora Odile Fernández, que tras haber superado un gravísimo tumor maligno
mediante quimioterapia, cambió de dieta (ideada por ella misma) y prácticas
como el yoga, ha escrito tres libros de recetas de cocina anticáncer.
Dicen que los milagros, en Lourdes. Dejando a un lado la
concepción religiosa de esta frase popular, la doctora Odile Fernández (ha
superado en un tiempo récord un cáncer muy grave) preferiría decir que los
milagros también hay que trabajarlos desde el interior de las propias personas:
“soy un milagro, sí, pero un milagro muy currado. Detrás de esa sanación hay
mucho trabajo personal a través de la alimentación y gestión de las emociones”.
A sus 36 años de edad, esta mujer ya puede exclamar alto y claro que es una
superviviente. Porque sufrir un cáncer de ovarios con metástasis en vagina,
pulmón y huesos, tener sólo un 5% de posibilidades de vivir más de cinco años,
superar el tumor en dos meses y quedarse embarazada es ser una superviviente en
toda la extensión de la palabra. Fernández, que reside en Granada, no es de las
personas que se queden de brazos cruzados ante la adversidad. Cuando estaba
recibiendo quimioterapia creyó firmemente que ella también podía buscar nuevos
aliados contra la enfermedad, de manera que en la batalla la acompañaron nuevas
tropas de asalto, uniformadas como dieta específica y gestión emocional: “no
seguí ningún tratamiento de suplementación, solo alimentación (diseñado el plan
de alimentación por mí), y gestión de las emociones a través de prácticas como
la meditación, visualización o el yoga”.
“El aunar la medicina convencional con los tratamientos
naturales que han demostrado con base científica que pueden ser de utilidad al
enfermo oncológico es lo ideal”, argumenta esta médico de familia, que
actualmente no ejerce como tal si bien mantiene su plaza en el CS de Pozo Alcón
(Jaén). Fruto de su experiencia, ha escrito tres libros con recetas de cocina
anticáncer, si bien deja claro que “yo nunca he dicho a nadie que deje la
quimio y vaya a ver a un nutricionista”. “Sabemos que la alimentación ayuda al
enfermo con cáncer, que es vital que esté bien nutrido y pueda tolerar el
tratamiento. Debería haber nutricionistas o médicos especializados en
alimentación y cáncer en los servicios de oncología. Lo que no le diría a un
enfermo con cáncer es ‘come lo que quieras’”, añade. Por otra parte, Odile ha
tenido un gran detalle con www.farmacosalud.com, como es el hecho de habernos
adelantado un nuevo hallazgo culinario destinado a hacer más apetecible la
comida en caso de recibir quimioterapia, dado que con la ‘quimio’ “el sabor de
los alimentos cambia”, lo que en algunos casos puede llevar a la “desnutrición”
del enfermo. La receta, desvelada en la entrevista que sigue.
-Ya van tres libros con recetas anticáncer… ¿habrá más,
teniendo en cuenta las casi infinitas posibilidades que tiene la cocina?
Ahora mismo estoy preparando una guía práctica orientada a
enfermos oncológicos en la que se dará una visión integral del tratamiento del
cáncer y se hará especial hincapié en la alimentación durante el tratamiento de
cáncer para paliar efectos secundarios, y aumentar la tolerancia y la eficacia
del tratamiento.
-En 2010 usted sufrió un cáncer de ovarios con metástasis en
vagina, pulmón y huesos. Sólo había un 5% de posibilidades de vivir más de
cinco años, pero superó el tumor en dos meses y se quedó embarazada de su
segundo hijo. Un guionista de Hollywood debería esforzarse mucho para convencer
de que esto es posible…
Puede sonar a guión de peli, pero es así de real. Me
diagnosticaron un cáncer muy avanzado y me propusieron quimioterapia para
intentar frenar la cuenta atrás, pero decidí no quedarme con esa sentencia.
Empecé la quimio y complementé con alimentación, estilos de vida y gestión de
las emociones. Funcionó, el cáncer desapareció y tras completar la quimio me propusieron
ampliar la cirugía y hacer cirugía radical. En ese momento, tras el intenso
tratamiento de quimioterapia, decidí posponer la cirugía. Había tenido
metástasis en muchos órganos y me proponían extirpar aquellos en los que no la
había tenido. Como sentía que no era una decisión vital en ese momento decidí
esperar, y esperando llegó al mundo Iker. Sé que a muchos colegas mi historia
clínica les sorprende porque no es la evolución habitual, lo habitual en mi
caso es que yo no estuviese ya aquí o que hubiese tenido varias recidivas*.
Para los escépticos que creen que no es posible un diagnóstico y evolución
similar les invito a conocer mi historia clínica y ver todas las pruebas.
-Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM),
aunque la causa del cáncer de ovario continúa sin conocerse, existen algunos
estudios en los que se indica que una dieta rica en grasa y la exposición al
talco son factores de riesgo. ¿Este fue su caso?
El cáncer es multifactorial y el de ovario no solo se
relaciona con el talco y la dieta rica en grasa, también con el tabaco o la
obesidad. Exposición al talco hubo seguro cuando era pequeña a través de los
polvos de talco usados en la zona genital. Abuso de la grasa poco, pues nunca
me ha gustado la carne, aunque sí los lácteos. Sobrepeso sí, antes del cáncer
pesaba 15 kg más que ahora. Tabaco, no fumaba, pero mi padre fumaba 4 paquetes
de ducados al día y yo era fumadora pasiva.
-En paralelo a sus cambios dietéticos (usted explica que
empezó a ingerir alimentos que frenan las células tumorales), siguió con el
tratamiento de la quimioterapia. ¿Para usted, qué porcentaje de su curación
debería atribuirse a la quimioterapia? ¿Qué le han comentado los oncólogos?
Nunca sabremos qué papel jugó uno u otro factor. Para
demostrar el papel que tuvieron ambos factores deberíamos de ser capaces de
reproducir de nuevo la situación y ver qué ocurre solo con quimio y con
quimio+alimentación+factor mental. Es muy difícil hacer estudios en los que se
demuestre el papel exacto que juega la alimentación en el tratamiento del
cáncer. En mi caso, decidí usar todo lo que suma y tomar las riendas de mi
salud. Tengo que decir que no seguí ningún tratamiento de suplementación, solo
alimentación (diseñado el plan de alimentación por mí), y gestión de las
emociones a través de prácticas como la meditación, visualización o el yoga. El
aunar la medicina convencional con los tratamientos naturales que han
demostrado con base científica que pueden ser de utilidad al enfermo oncológico
es lo ideal a mi entender. Este es el futuro en el abordaje del cáncer y es
precisamente este abordaje integrativo el que están ofreciendo los hospitales
pioneros en tratamiento del cáncer como el MD Anderson Cancer Center o el
Memorial Sloan Kettering Cancer Center.
Respecto a la opinión de mis oncólogos, uno de ellos cada
vez que voy a revisión me dice que soy un milagro y yo le digo que soy un
milagro, sí, pero un milagro muy currado. Detrás de esa sanación hay mucho
trabajo personal a través de la alimentación y gestión de las emociones.
-Usted es médico de familia, es decir, tiene una formación
científica que combina ahora con una práctica, digamos, naturista-nutricionista
para luchar contra el cáncer. ¿Cómo se convive con ese perfil híbrido?
En la actualidad no ejerzo ni como médico de familia en el
sistema público de salud ni como médico naturista, no paso consulta médica.
Ahora disfruto de mi familia y a través del blog y de los libros intento ayudar
a todo aquel que quiere saber más sobre la enfermedad y como abordarla desde un
punto de vista integrativo, donde lo importante son los enfermos y no las
enfermedades. En un futuro me encantaría poder gestionar una consulta de
oncología integrativa dentro del sistema nacional de salud y poner a
disposición de todos los enfermos estas terapias que tanto pueden aumentar su
calidad de vida.
-¿En su condición de médico de familia, qué le diría ahora
mismo a alguien que sufre un tumor maligno, con independencia del estadio de
ese tumor?
Que hay que mantener la esperanza; mientras hay esperanza
hay vida. El cáncer es una oportunidad para valorar lo que queremos y aprender
a disfrutar del día a día. Disfrutar, vivir el presente y aprovechar el
momento: esa debe ser la máxima del enfermo. El futuro es incierto.
-¿Casos como el suyo pueden suponer que haya gente que
confíe más en un nutricionista que en un oncólogo?
¿Por? Yo nunca he dicho a nadie que deje la quimio y vaya a
ver a un nutricionista. Creo que hay que aprovechar los recursos de la medicina
alopática al máximo y complementar con todo aquello que nos pueda ayudar y se
haya demostrado que sirve. Sabemos que la alimentación ayuda al enfermo con
cáncer, que es vital que esté bien nutrido y pueda tolerar el tratamiento. Por
eso, debería haber nutricionistas o médicos especializados en alimentación y
cáncer en los servicios de oncología. Lo que no le diría a un enfermo con
cáncer es ‘come lo que quieras’. Con la evidencia que hay a día de hoy, decirle
a un enfermo que puede comer lo que le apetezca es poner obstáculos a su
sanación.
-Supongamos que una persona que sigue al pie de la letra sus
recetas anticáncer le explica que le acaban de diagnosticar uno. ¿Cómo podría
afrontarse esa situación?
‘Mis recetas anticáncer’ no son fórmulas mágicas ni pasos
estrictos a seguir. No es una dieta, son estilos de vida saludables:
alimentación sana, no alcohol ni tabaco, práctica de ejercicio físico,
eliminación de tóxicos ambientales (en la medida de lo que esté a nuestro alcance)
y bienestar emocional… ahí está el secreto para una vida feliz. Lo que el
lector va a encontrar son pautas para una vida sana y con ello intentar
prevenir no solo el cáncer, sino muchas otras enfermedades. Os recuerdo que el
cáncer es multifactorial y muchos factores no dependen directamente de
nosotros; por eso hablamos de que 1 de cada 3 cánceres se pueden prevenir a
través de la alimentación, y no decimos que si comes sano te vas a librar de
padecer cáncer. El estilo de vida que yo propongo no te protege de la
enfermedad si lo sigues 15 días, es un estilo de vida a seguir durante toda
nuestra vida. Lo ideal sería que desde pequeños siguiésemos estas pautas y con
esto probablemente disminuiríamos nuestras posibilidades de padecer cáncer,
obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc.
-¿Somos lo que comemos, o comemos por lo que somos?
Según como comamos nuestro riesgo de enfermar varía. Si
abusamos de azúcares y refinados tendremos más riesgo de desarrollar diabetes y
obesidad. Si nuestra dieta es pobre en fibra y rica en carnes tendremos más
riesgo de cáncer de colon. Pero, ¿por qué comemos de una manera u otra? Por la
publicidad de la industria alimentaria que nos hace comprar y comer aquello que
a ellos le interesa. Aunque sea a costa de nuestra salud. Si hubiese más
información sobre alimentación saludable en colegios, universidad, escuelas de
padres, etc, tenderíamos a elegir alimentos más sanos y dejar de lado aquellos
que nos perjudican.
-¿Cuál sería un buen menú anticáncer de un día cualquiera
(desayuno, comida, cena)?
El menú anticáncer sería variado y colorido para incluir el
máximo de fitoquímicos posible. En el desayuno empezaríamos con un licuado de
frutas y vegetales, unos copos de avena con semillas y frutos secos y una
infusión. A medio día una ensalada multicolor con una vinagreta de aceite de
oliva virgen extra, cúrcuma, pimienta y limón. Como plato principal, ahora que
hace frío, un plato de legumbres con abundantes vegetales: cebolla, ajo,
zanahorias, calabaza, puerro, acelgas… por la noche podemos cenar pescado y
verduras al vapor con una salsa de aguacate o cítricos.
-¿Le gustaría adelantarnos algún hallazgo que haya hecho con
respecto a alguna receta anticáncer y que todavía no haya hecho pública? Si por
parte nuestra es mucho pedir, al menos, denos una pista…
Algo que puede ser de utilidad durante la quimio… Cuando
estamos recibiendo quimioterapia el sabor de los alimentos cambia y lo que es
dulce nos puede parecer salado o viceversa. Estos cambios de sabor hacen que el
enfermo no quiera comer y pueden llevarle hacía la desnutrición. Pues bien,
simplemente jugando con la sal marina, el zumo de limón o el sirope de agave o
arce podemos modificar estos sabores y hacer más apetecibles los platos.
*Recidiva: reaparición de una enfermedad algún tiempo
después de padecida (Según el RAE)
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