martes, 30 de septiembre de 2014

EL FRACASO DE LOS PADRES SE LLAMA TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN

(Un detalle muy importante: el propio "descubridor" de esta presunta "enfermedad", Leon Eisenberg, dijo antes de morir: “El TDAH es un ejemplo de enfermedad inventada. La predisposición genética para el TDAH está completamente sobrevalorada”). Juzgen ustedes mismos.
 

Freud, especialista en niños, sugirió a los padres de niños medicados por TDAH acercarse a terapeutas que entiendan que los fármacos son peligrosos.

 

Debido a su alta propagación parecería que el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un virus, lamenta Joseph Knobel Freud, psicoanalista infantil y fundador y docente de la Escuela de Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de Barcelona, España.

“En 1950 uno de cada 10 mil niños lo padecía, ahora lo tiene el 13 por ciento de la población. En 2011, tan sólo en Estados Unidos, el 10 por ciento de la población infantil padecía esta enfermedad, pero en 2012 se duplicó. En España hay primarias donde la mitad de su alumnado está consumiendo Ritalín, fármaco recetado por psiquiatras y neurólogos para inhibir la hiperactividad de niños diagnosticados con TDAH. En México, aunque no hay datos precisos, los diagnósticos con niños que padecen el trastorno y por ende, el consumo de la medicina, va al alza” lamenta este especialista.

El doctor Joseph Knobel Freud impartió un Seminario para profesionales de la salud mental del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI), cuyo nombre fue ‘Desmedicalización Infantil: TDA, Negativismo Desafiante y otras Etiquetas’. La sede, el Hospital General Dr. Manuel Gea González.

“La verdadera pandemia es la medicación de la vida cotidiana y esto se aplica a niños que con toda certeza no padecen TDAH. El trastorno es el resultado del fracaso de los padres de familia y de los maestros, porque son incapaces de observar que los niños están deprimidos por diversas razones y la hiperactividad que manifiestan es el efecto del problema. Lo más fácil es medicarlos, sin embargo, en unos años veremos que habrá sociedades de adultos dependientes y con altas probabilidades de ser adictos a las drogas”, explicó Knobel Freud.

El estudioso explicó que existen ejemplos de peso que sustentan sus teorías. “El 90 por ciento de los niños que fueron diagnosticados con TDAH a nivel mundial tiene a sus padres separados o divorciados. La  hiperquinesia de los niños es sólo una manera de expresar lo mal que se sienten por una realidad que no comprenden y les lastima. Los niños no han desarrollado el lenguaje adulto y no tienen palabras para expresar lo que sienten. No están enfermos sólo es que los adultos son incapaces de analizar que ellos mismos son el origen del problema. Lo que necesitan los niños, pero mucho más sus padres, es una terapia psicológica”, dijo.

Knobel Freud fue más allá. “El TDAH no existe como enfermedad, repito, el fracaso de los padres se llama TDAH. Pueden estar deprimidos y expresar una situación que implica abuso sexual o maltrato infantil. Es indispensable averiguar el origen del problema y verán que el padecimiento es inexistente”.

El terapeuta dijo que la supuesta existencia del TDAH ha permitido algo muy peligroso: que los profesores, mediante el Test de Colman, evalúen a un niño y digan si éste padece TDAH, situación anormal, porque su función es educativa, no de diagnóstico.

Freud pide a los padres de los niños diagnosticados con TDAH y medicados por esa razón que olviden los fármacos. “He visto chicos en consulta que no se mueven, que dan ganas de zarandearlos para que reaccionen porque están bajo el influjo de los medicamentos”.

Freud recuerda el caso de un chico a quien diagnosticaron con TDAH por su excesivo descontrol; el niño acudía a la consulta de las cuatro de la tarde casi dormido a causa de los medicamentos.

Durante la terapia Freud descubrió que el chico era inquieto debido a las fuertes y constantes peleas entre sus padres. Además, aprendió a controlar sus impulsos, “que es muy diferente a que no se mueva”.

Freud acepta la existencia de niños impulsivos pero no tolera que, lejos de averiguar qué motiva esa inquietud, se quiera tapar un problema medicando al pequeño. “Los psicoanalistas y los psicoterapeutas debemos averiguar el por qué de ese comportamiento; el chico de la terapia tenía miedo por la manera en que sus padres se trataban; tras una terapia familiar la situación mejoró y el niño se fue tranquilizando” cuenta.

Este método es paulatino. “No soy partidario de la rapidez, y debo decir que el cambio no se logró en un mes, casi tardamos un año, pero ese tiempo no tomó drogas, lo único que le metí fueron palabras. Los psicoterapeutas tenemos que defender la capacidad de las personas de hablar de sus problemas, no de taparlos con drogas”.

Freud, especialista en niños, sugirió a los padres de niños medicados por trastornos como el TDAH acercarse a terapeutas que entiendan que los fármacos son peligrosos. “Además de los efectos secundarios, los medicamentos son malos en algunos casos porque siguen la lógica de ‘voy a buscar un elemento químico, externo a mi propia química, que provoque un cambio que yo no consigo’; las medicinas están bien para un dolor de cabeza”.

Joseph resalta que los medicamentos para los niños con TDAH son conocidos como “la pastillita de portarte bien” pues los niños están más tranquilos aunque el padre le pegue a la  madre, pero, en el fondo, la intranquilidad persiste y como el chico no sabe cómo procesarla siempre está inquieto y los padres y los terapeutas tapan el síntoma con un medicamento.

“Cuando un padre le da al hijo un medicamento para acallar los síntomas le enseña la dialéctica de que algo de fuera te puede producir un estado mental diferente, así que cuando el joven fume marihuana el padre no podrá decirle que no pues desde que era un niño le administró metilfenidato para lograr el comportamiento deseado, le enseñó que es más fácil tomar un diazepam que aprender a relajarse” explica este especialista.

Freud insta a la gente interesada a buscar los manifiestos que apoyan el movimiento por la despatologización de la vida. “Las firmas de apoyo ayudan a la lucha contra las grandes empresas que quieren negociar con la salud de nuestros hijos, porque esto es un negocio, y eso es lo que más rabia da; si el Ritalín saliera de los árboles y fuera gratis le apuesto lo que quiera que no existiría el TDAH ni su respectivo  medicamento, hay un negocio detrás”.

lunes, 29 de septiembre de 2014


DESCONECTANDO

¿Necesitas realmente Desconectar? ¿De qué? ¿De la rutina? ¿De la vida que llevamos? ¿Del repetitivo martilleo de la mente? ¿De los conflictos? Porque todo ello te produce; dolor. A ti, y a los que te rodean. ¿Necesitas “ver” una salida? ¿Te niegas a seguir llevando una vida miserable?

Es frecuente, y más cuando se acerca el verano, época, que para la mayoría marca un fin y un comienzo de temporada, y que habitualmente relacionamos con el descanso, buen tiempo, recargar las pilas, decir: Necesito desconectar.

Desconectar realmente ¿De qué? ¿De la rutina? ¿De la vida que llevamos? O simplemente descansar. Esto último es razonable, pero probablemente haya algo más, cuando digo; quiero desconectar, estoy poniendo de manifiesto una resistencia, un “no estar satisfechos” de una vida quizás marcada por el temor a perder personas, cosas y situaciones, a unos deseos por los que suspiramos y tememos que no se hagan realidad.

Esta situación, que sin darnos cuenta se puede haber convertido en permanente, y que ha tomado forma física con un sufrido y repetitivo martilleo de la mente, con pensamientos que se repiten, una y otra vez, trazando un camino cada vez más profundo, como si pisáramos una y otra vez, por un camino de tierras blandas, y el mismo camino se hiciera cada vez más hondo y profundo del que lógicamente cada vez nos costará más salir.

 Y que provoca que a veces, situaciones relativamente sin importancia, nos hagan saltar, a veces incluso con relativa violencia, provocando siempre dolor emocional.

¿Quieres tal vez desconectar, de esas mañanas en las que desde el principio, sin ser consciente, entras en conflicto con todo? Cuando todo nos molesta, y ¡Cuidadito del que se cruce! Porque sin duda, haga lo que haga, estará equivocado, y no tendrá ninguna razón.

¿Cuál es la causa de que me sienta así? ¿Simplemente que me he levantado “de mala leche”? Obviamente, hay mucho más.

Detrás de esa necesidad de conflicto, y esto no nos gusta para nada aceptarlo, está nuestro ego. Ese ego, que te dice que no, que esto no es así, que el que escribe esto está equivocado, que no sigas leyendo. Confirmación inequívoca, de que realmente es el ego el que está detrás. Ese ego que busca el conflicto, para reafirmarse y seguir gobernando en nosotros. Ese ego, que sólo produce: Dolor.

Un dolor, que se acumula, y que termina arrastrándonos a situaciones, por lo general, muy difíciles de reponer, en particular cuando afecta a las relaciones personales, y más aún, cuando lo proyectamos en nuestra pareja.

Un dolor, que nos conduce a un callejón, dentro del cual, es como si necesitáramos ya de ese dolor, ese dolor que se adueña de nuestro propios pensamientos, que por supuesto son negativos, todo lo vemos negro, no lo reconocemos, pero nos encanta lo negativo, vivimos en ello, es nuestro hábitat natural, no podemos estar sin él. Por supuesto, nada de esto lo reconocemos jamás. No hace falta decir, a dónde nos conduce e incluso sus repercusiones a medio plazo sobre la salud.

Y como no podía ser de otra forma, esta actitud se proyecta en las personas cercanas, en las que también provocan emociones negativas, y rechazo, en particular en la pareja, hasta instaurar una relación de dolor permanente.

Tal vez, esta sea una de las principales razones, por las que aunque, sigamos sin reconocerlo, decimos: Necesito desconectar. Situación que dicho sea, es más frecuente de lo que parece, no nos pasa sólo a nosotros, pero eso no debe ser consuelo, necesitamos “ver” una salida, porque la alternativa es aceptar que lo que nos resta, es seguir llevando una vida miserable.

Pero, ¿Cómo salir? Esa es la gran pregunta. Es cierto, que unas vacaciones, en las que tienes menos presión, cambias la rutina, recibes nuevos estímulos, descansas físicamente, etc., ayudan, y en eso fijamos nuestras esperanzas de desconectar cuando las tomamos en verano. Por supuesto que si además, puedes disfrutar de unos días, en los que compartir experiencias con las que te sientes bien, porque te “identificas”, o bien porque responden a la idea de tu forma de vida anhelada, con personas de gustos y formas de vida que responden a ese modelo, disfrutar del contacto con la naturaleza, de la comida sana, hacer ejercicio…, todo te ayudará.

También nos ayuda la intervención de personas expertas y honestas con conocimientos, y un alto grado de consciencia, que nos pueden acompañar a conectar contigo mismo, con tu maravillo ser, que tal vez aún no hayas tenido la oportunidad de conocer, que eres.

Pero, si de verdad quieres iniciar el camino, de desconectar, de separación, de liberación, de ese dolor, las vacaciones te vendrán muy bien, en particular si se orientan en el sentido indicado, pero debemos saber la verdad. Y es que de nada servirán, si no empezamos a reconocer los aspectos, anteriormente indicados y a los que nos negamos reconocer, principalmente, que detrás de todo está nuestro ego, el que busca el conflicto, el que lo necesita, el que manda en mí.

Reconocer, darse cuenta, observar, esto va a ser probablemente, la mayor ruptura, la mayor desconexión de nuestras vidas. Se trata de ir rompiendo con el dolor, que se ha ido acumulando mucho tiempo, y para eso, seamos honestos, no necesito ni el verano, ni unas vacaciones, ni se consigue en una semana, porque eso se tiene que dar, dentro de mí, y el comienzo está en, percibirlo, “verlo” dentro de mí.

Y aunque, evidentemente un ambiente, un entorno y las personas adecuadas pueden ayudarte, a darte cuenta de esto, tú y sólo tú, cuando dejes de alimentar ese dolor, y se trata de un proceso gradual, tal vez con la ayuda de un buen terapeuta, empezarás a ver la salida, porque: ¡Hay salida!.

 Juan Moreno
 Coach-coordinador de Vacaciones Desconecta.
http://www.vacacionesdesconecta.com


domingo, 28 de septiembre de 2014


FIBROMIALGIA: RELACIÓN EMOCIONAL

Es una enfermedad polémica, ya que muchas de las personas que la sufren se les  diagnosticaron de hipocondríacos  y no les hicieron caso durante mucho tiempo hasta que se comenzó a reconocer a la fibromialgia como “enfermedad” con síntomas propios.

Aquí presentamos su aspecto emocional, esperamos daros algunas pistas que os ayuden a reconocer estos síntomas y solucionarlos.

Todos los enfermos fibromiálgicos sienten que la gente no les cree porque el dolor no se ve.

“Es un sufrimiento interior, es la enfermedad de las fibras familiares.

 Fibras = vínculos familiares, Los agarres familiares… mio = músculo

 La impotencia, ―tengo que someterme a la situación”.

Algia = dolor, Dolor psíquico que va a materializarse en dolor físico

Conflicto:

 La doble obligación, es un concepto que fue descubierto en Palo Alto.

 Son personas que están siempre bloqueadas en las historias familiares.

Resentir:

“Me encuentro en un doble compromiso familiar”.

“Fidelidad a la familia y ésta me molesta”.

“Voy hacia la persona que quiero pero al mismo tiempo es mi verdugo”.

“Me voy hacia mi mismo y no me doy derecho”.

Ejemplo:

 Sra, que de niña era tan guapa, que la madre la machacaba, en tipo Freudiano, porque tenía miedo de que su padre se enamorara de ella, y donde sólo encontraba refugio y ternura era en los brazos de su abuelo. Cada vez que estaba con su abuelo se sentía amada, reconocida… Al principio se divertía como un juego con el abuelo… pero veía como le cambiaba la cara al quedarse sola con él… se convertía en un loco…

―Voy hacia la persona que quiero, pero al mismo tiempo es mi verdugo.

 Estoy obligada a ir hacia ella, pero cada vez que voy… ¡Zaasss! me doy de bruces.

Esta es la ―Doble obligación… Son las ataduras familiares, es muy duro salir de ahí…de cortar con la persona que te da el cariño.

 ¡Los tensores tiran de los dos lados!

El estrés de estar cogido entre dos informaciones contradictorias, se convierte en un estado de impotencia en las ataduras familiares, y esto hace mucho daño psíquico.

En la proporción del dolor físico, se acercará a la proporción del dolor psíquico.

LA CLAVE de la sanación está, en que estas personas lo hagan todo en plena consciencia, pero no al mismo tiempo.

Al tiempo, hay que darse actos de placer a uno mismo… y empezar por disminuir ataduras familiares, las fibras familiares, las obligaciones familiares de responsabilidad.

Los 4 conflictos:

1.-El conflicto central es el de Dirección.

El Órgano al que afecta: las Suprarrenales.

2.-Desvalorización… Estadio de sobre responsabilidad

 Me desvalorizo con respecto a la familia (sobretodo). Y con lo que hago o dejo de hacer.

3.-Contacto impuesto… Tener que asumir, hacer o estar con una persona o situación determinada.

4.- Miedo a la muerte…no a la muerte física, sino a mi IDENTIDAD

También, sentirse con falta de pertenecer a la familia, o que la familia no haga lo que tú quieres…

Son personas excesivamente serviciales y responsables

Resentir:

 1. “La dirección que estoy tomando en mi vida no me satisface, entonces… cuando alguien se pierde lo mejor es quedarse quieto”

…”Las ataduras familiares son la clave”.

2. “La dirección que estoy tomando no me satisface”.

3. “Tengo la obligación de estar con… o hacer… y yo no quiero”.

4. “Es mi responsabilidad, debo ocuparme yo, si no lo hago yo nadie lo hará…” esta persona necesita el dinamismo de la familia… La familia real es una, pero la familia imaginaria también cuenta…

En el tercer estadio, en cada tejido la frase conflictual es diferente.

 Es importante no solamente cambiar la emoción, sino encontrar nuevos valores.

Ángeles Castell
 
 

viernes, 26 de septiembre de 2014


INTELIGENCIA ESPIRITUAL

La inteligencia espiritual, podría definirse brevemente como la capacidad que utilizamos para dotar al mundo y nuestras experiencias de sentido y significado.

La inteligencia espiritual no necesariamente guarda relación con la religión ni con la creencia en un ser superior o dios, pues incluso una persona no religiosa o atea puede tener una elevada inteligencia espiritual.

Todavía no existe una definición generalizada de lo que es la espiritualidad, de manera que el concepto de inteligencia espiritual tampoco está aún nada claro y no existe un consenso sobre si realmente existe o no.

No obstante, los psicólogos y filósofos están investigando cómo la espiritualidad puede estar influyendo en algunas personas a la hora de relacionarse con los demás, tomar decisiones e interpretar el mundo que les rodea o las experiencias que les toca vivir. Es decir, están estudiando lo que podría llamarse inteligencia espiritual.

¿Qué es la inteligencia espiritual?

Robert Emmons, psicólogo de la Universidad de California, revisó las publicaciones existentes sobre este tema y llegó a la conclusión de que la inteligencia espiritual podía ser considerada un tipo más de inteligencia, que estaría compuesta por cuatro componentes:

La capacidad para trascender lo físico y lo material.

La capacidad para experimentar estados de conciencia elevados.

La capacidad para dotar de un sentido de sacralidad a las actividades, acontecimientos y relaciones cotidianas.

La capacidad para utilizar recursos espirituales para solucionar problemas.

La psicóloga Cynthia Davis-Lockwood enseña a las personas como vivir sus vidas de una manera espiritualmente inteligente. Define la inteligencia espiritual como “el modo definitivo de conocimiento. La utilizamos para imaginar posibilidades no realizadas y para trascender el metódico y pesado caminar de la vida. La utilizamos también para entender el dolor, para responder las cuestiones filosóficas básicas sobre la vida y para encontrar sentido tanto temporal como existencial.” Según Davis-Lockwood, las características de la inteligencia espiritual serían las siguientes:

Una elevada auto conciencia

 La capacidad para afrontar y utilizar el sufrimiento

 La capacidad para trascender el dolor

 La cualidad de ser inspirado por visiones y valores

 La renuncia a causar un daño innecesario

 La tendencia a ver conexiones entre diversas cosas

 Una marcada tendencia a preguntar “¿Por qué?” y ¿Qué pasaría si…?” y buscar respuestas fundamentales.

 La capacidad para trabajar en contra de lo convencional.

Richard Wolman, psicólogo de la Harvard University Medical School, define la inteligencia espiritual como: “La capacidad humana para hacer preguntas sobre el significado de la vida y para experimentar simultáneamente la perfecta conexión entre cada uno de nosotros y el mundo en que vivimos.”

Entre los autores dedicados al estudio de la inteligencia espiritual se encuentra también la psicóloga Frances Vaughan, presidenta de la Transpersonal Psychology and the Association for aHumanistic Psychology. Para ella, la inteligencia espiritual, “además de la auto-conciencia, implica ser conscientes de nuestra relación con lo trascendente, con cada uno, con la tierra y todos los seres. Trabajando como psicoterapeuta, mi impresión es que la inteligencia espiritual abre el corazón, ilumina la mente, e inspira el alma.”

Para Vaughan, la inteligencia espiritual está relacionada con la inteligencia emocional porque la espiritualidad implica desarrollar una sensibilidad intrapersonal e interpersonal. “Prestar atención a los pensamientos y sentimientos subjetivos y cultivar la empatía es parte del aumento de la conciencia de la vida espiritual interior.” Explica también que utilizamos nuestra inteligencia espiritual cuando exploramos el significado de preguntas como “¿Quién soy yo?”, “¿Por qué estoy aquí?” o “¿Qué es lo que realmente importa?”

Como vemos en estas definiciones, la inteligencia espiritual es la que nos permite entender el mundo, a los demás y a nosotros mismos desde una perspectiva más profunda y más llena de sentido; nos ayuda a trascender el sufrimiento y a ver más allá del mundo material, entrando en esa amplia e interconectada dimensión espiritual tan alejada del mundo material en el que habitualmente nos desenvolvemos. Por este motivo, muchos autores la consideran el tipo de inteligencia más elevado de todos.
Ángeles Castell
 

miércoles, 24 de septiembre de 2014