miércoles, 20 de agosto de 2014

 
"Si no tienes la oportunidad de hacer grandes cosas, puedes hacer pequeñas cosas de forma grandiosa"
 
 


lunes, 18 de agosto de 2014


¿QUÉ ES LA ENERGÍA VITAL?


Nuestro organismo es un reservorio de esta escurridiza energía denominada Chi, Prana u Orgón por diferentes tradiciones, y repudiada por la mentalidad occidental por su sutileza y dificultad de medición. No obstante, es la resonancia que nuestro cuerpo mantiene con ella, es decir, la capacidad de nuestras estructuras físicas para mantener esa energía bañando nuestras células, y su capacidad para que circule sin obstáculos por los diferentes niveles orgánicos,  lo que nos permite estar vivos… Y sanos.

La prueba más fehaciente, así como la explicación más intuitiva y gráfica de su existencia e importancia, la obtenemos, al estudiar el cuerpo de una persona cinco minutos antes y cinco minutos después de fallecer de muerte natural. Si examinamos la composición de  ese organismo conforme a la ciencia tradicional bioquímica antes de producida la muerte, y después de la misma, obtenemos ni más ni menos que… ¡Exactamente el mismo resultado! Comprenderemos entonces fácilmente, que la Vida no es una cuestión de bioquímica, ni de biología molecular, aunque ambas por supuesto, desempeñen su papel. No puede ser descrita por el estudio de los átomos, moléculas, etc.…  porque en ese aspecto, como hemos visto, “vida” y “muerte” pueden ser idénticas.

La Energía de la Vida es la matriz de todo lo manifiesto. Es el fondo del que surge todo lo creado, ya sea considerado “vivo” o “muerto” por la mente humana. Podríamos decir que no existe nada que esté “muerto” como tal,  solo existen diferentes niveles de “vida”. Todo es relativo a con qué se compare. ¿Acaso se puede considerar algo en el universo como “muerto” cuando ya sabemos que está en permanente movimiento, en permanente transformación, aunque a escala de miles de millones de años? ¿Se puede considerar “muerte” al orden exquisito con el que se forman y mantienen las galaxias, los sistemas solares y demás estructuras cósmicas? La “muerte” no es más que el caldo de cultivo en la que se gestan nuevas formas de “vida”. No hay Vida sin Muerte ni Muerte sin Vida. Todo forma un continuo en permanente mutación. La materia no es más que energía condensada, la energía no es más que materia sublimada.

La Energía Vital es además una energía compuesta: una pero a la vez múltiple. Puede describirse como una sinfonía musical a este nivel: está constituida por sonidos individuales, pero hermanados, para formar un todo, en donde las subpartes encuentran su máxima expresión y entidad como parte de ese algo mayor e inconmensurable que es la melodía conjunta que conforman.  La Energía Vital de un organismo complejo, como el del ser humano, se organiza exactamente así. Aunque cada órgano (instrumento) posee su propia energía vital individual, la energía vital conjunta del organismo actúa como director de orquesta armonizando los distintos sonidos (funciones) para formar una bella sintonía, el cuerpo sano.

Esta energía es además pulsante como todo en el Universo. Aunque es una se manifiesta de manera dual, bipolar. “Vida-muerte”, “noche-día”, “femenina-masculina”, “luz-oscuridad”, el flujo y reflujo de las mareas. Es en este sentido fácilmente moldeable, muy flexible, se deja llevar… Pero muy reactiva. Siempre va a manifestar su doble cara. Cuanto más se intente reprimir una de ellas, con más fuerza y violencia manifestará la otra, llegado su momento. El pensamiento analógico tan bien manejado en Oriente y vetado en Occidente como algo pueril y primitivo, nos puede asistir en este caso. Se asemeja al bambú, se deja doblar fácilmente, pero es muy difícil de quebrar y en cuanto se suelta, reacciona con violencia para compensar esa curvatura antes de volver a su posición. A diferencia del bambú, no obstante, es difícil controlar tanto el momento de su vuelta a su posición… Como la fuerza con que lo hace.

Esa energía puede, por último, condensarse, acumularse y formar estructuras, aparentemente individuales y separadas. Contenedores “materiales” que manifestaran de una manera más o menos fidedigna las cualidades de la Energía-madre-una. Esto dependerá del grado de evolución consciente o, en otras palabras, la “afinidad” que ese “contenedor” haya desarrollado por la Energía Madre.

La Energía Vital en el ser humano:

Si bien todo está bañado por la Energía de la Vida, la misma no se manifiesta con la misma intensidad en un trozo de roca, que en una bacteria, en una planta o en el ser humano, su máxima expresión conocida. Esas diversas estructuras materiales sintonizan con subpartes de esa Energía-Una, para organizar sus átomos y moléculas de determinadas maneras que las hacen diferentes de las otras. Es evidente que el tipo de energía que organiza los seres vivos contiene un tipo de información que no posee la que estructura una roca cristalina. Esa energía-información sutil, introduce la organización en los sistemas vivientes y restaura y renueva constantemente su propio vehículo celular de expresión. Cuando esa fuerza abandona el organismo, y este muere, el mecanismo físico se degrada poco a poco, hasta que no queda sino una serie de compuestos químicos caóticos e inconexos. Poco a poco, estos empiezan a funcionar con arreglo a otro tipo de fuerzas, al no estar ya presente la Energía Vital que los hacía funcionar coordinadamente para el mantenimiento de esa vida individual.

La Energía Vital que forma y mantiene cada tipo de ser vivo, tiene características diferentes del resto de especies. De la misma manera, la Energía Vital humana varía de un individuo a otro, aunque siempre en menor medida que con respecto de otras especies, evidentemente.

Los maestros taoístas enseñaban que existían dos componentes en la Energía Vital de un individuo:

·Una parte, la más preciada, legada por nuestros ancestros a través de nuestros padres. Se nos otorga en el momento de la concepción y va a condicionar, en buena medida, los años que viviremos y con qué calidad lo haremos. Marca y moldea nuestra estructura física durante la embriogénesis como pertenecientes a una especie y a una raza. Es, a su vez, la que determina nuestras características de sexo y de individualidad física y psíquica. En definitiva, permite que nuestro cuerpo físico resuene con las energías sutiles/campos de información que estructuran y organizan la forma de vida humana. Es el hálito de Vida. Se nos otorga una cantidad y una calidad de esa “Energía Tesoro” que viene determinada por el tipo de vida que nuestros antepasados hayan llevado y resulta inamovible. No hay manera humana de ampliarla, la única prerrogativa del “mortal” es gestionar su desgaste.

 Los Taoístas achacan el envejecimiento y muerte al desgaste de esa “Energía Tesoro”. Su agotamiento paulatino va provocando la falta de sintonía entre la estructura físico-química de naturaleza intrínsecamente inerte, y la energía vitalizante de los planos sutiles. De esa desarmonía deriva el  inevitable caos que se va apoderando de nuestras estructuras materiales con el tiempo. El progresivo envejecimiento culminaría irremisiblemente con el desorden total que representa la muerte, que no sería sino el agotamiento total de esa “Energía Tesoro”.

· No obstante, la sutil “Energía Tesoro” necesita para su manifestación de una energía complementaria algo más densa.  Nunca podremos aumentar la “Energía Tesoro”, pero el tipo de vida que llevemos nos permitirá producir una fuerza energética complementaria: la “Energía Nutricia”. Si una nos era legada por la “providencia” y no dependía de nosotros directamente, esta última depende exclusivamente del ejercicio del libre albedrío del individuo, es decir, de sus decisiones.

Este suplemento energético protege a la Energía Tesoro del desgaste, retrasándolo y haciéndolo más suave y armonioso.

Esta energía depende de una adecuada respiración (ejercicio físico) y nutrición, pero también de la calidad del sueño, de la armonía pensamiento-sentimiento (satisfacción/frustración de  las relaciones afectivas, satisfacción/frustración derivada del trabajo etc.. ) y de la calidad de las energías electromagnéticas que nos rodean (donde residimos, trabajamos, dormimos, se desarrolla nuestro ocio).

Los errores que cometemos en nuestra forma de vida (aire, bebida, comida, descanso, toxicología química, toxicología energética (radiaciones electromagnéticas: aparatos electrónicos de todo tipo, móviles, wifi, radar, estaciones eléctricas) producen un estrés que aceleran el desgaste de la Energía Tesoro,  y con ello la llegada de la vejez y el aumento de la posibilidad de padecer “enfermedades”. Esto fue desarrollado con más detalle en mi escrito de Junio.

Las terapias holísticas actúan al nivel de la Energía Vital, en sus diferentes octavas y armónicos. Buscan potenciar y armonizar el organismo, mejorando la comunicación entre la fuente de la Vida y la Salud, las octavas superiores de la Energía Matriz, y las octavas inferiores, que organizan la vida física de nuestras células, órganos y sistemas.

Esa es la base de la práctica que desarrollo desde la iniciativa GETENAT, las claves para cuidar de la Energía de la Vida, esa que nos legaron nuestros padres en nombre de todos nuestros antepasados, como lo que es: un auténtico Tesoro, que nos permita desarrollar una vida más saludable y por lo tanto plena y feliz.

Víctor M. del Hoyo Arriaza
Naturólogo (Pronadher N001253)
Gabinete de Técnicas Naturales de Salud. GETENAT
www.getenat.es


domingo, 17 de agosto de 2014


LA SENSACIÓN DE QUE TE FALTA ALGO PARA SER FELIZ

Tu vida transcurre tranquila, dentro de lo que cabe. Aunque no sea exactamente como tú soñaste, se podría decir que es una buena vida: Tu salud es aceptable; hay personas que te quieren alrededor y haces un montón de cosas.

Sin embargo, tienes la sensación de que falta algo.

El simple hecho de albergar este pensamiento te remuerde un poco la conciencia. Te dices a ti mismo que hay personas que atraviesan circunstancias peores. Quizás intentas quitártelo de la cabeza, porque te suena egoísta o desagradecido.

No lo hagas. No ignores esa sensación.

En primer lugar, porque no eres el único que la ha experimentado. En algún momento, muchos de nosotros conocemos de qué se trata.

En segundo, porque explorando qué es lo que crees que falta no estás traicionando a nadie ni siendo ingrato.

Tercero, porque esa sensación seguirá ahí, “picándote”, si no te tomas tiempo para escucharte a ti mismo.

La gratitud es una cosa y la conformidad, otra.

Siente gratitud por lo bueno que te rodea. Y siéntela también por esa inquietud que te impulsa a mejorar, a no quedarte estancado.

Porque mañana no vivirás mejor si hoy estás totalmente satisfecho con lo que tienes.

Pero, ¿cómo sigues adelante si no sabes exactamente qué falta?

Vaya. Esa exploración sólo la puedes hacer tú, con calma, observando las áreas importantes de tu vida (relaciones, trabajo, estudios…) y tratando de identificar esos puntos con los que estás más descontento.

Por poner ejemplos, quizás se te haya quedado una espinita clavada por no terminar una asignatura en la carrera. O puede que el malestar se concentre más en tu vida amorosa, a la que le falta animación.

Explorando con calma y honestidad

Tómate el tiempo que sea necesario para reflexionar, porque no siempre es fácil dar con lo que no funciona. Quizás, al verse involucradas emociones incómodas, tú te quedes con las respuestas fáciles cuando el problema real es otro.

El asunto de la pareja, por ejemplo. Ya te has cansado de besar sapos y ranas, y quieres encontrar a esa persona con la que de veras te sientas a gusto.

Sé honesto contigo mismo y cuéntate la historia tal y como la sientes: ¿Estás realmente dispuesto a buscarla o buscarlo? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Te sentirías mucho más feliz con tu pareja “ideal” al lado?

Quizás, hasta ahora te habías dicho a ti mismo que has tenido mala suerte en el amor, cuando la verdad es otra: Te asusta el compromiso y por eso los veías a todos como una panda de batracios.

Y, ¿qué sigue cuando has explorado tu vida y has sido radicalmente honesto contigo mismo?

Empezar el cambio

Ya identificados las áreas o los puntos que merecen… ¡acción!, queda empezar. Por poquito, pero empezar.

No te presiones para darle una vuelta de campana a tu vida de aquí a mañana. En el supuesto de que hayas decidido que vas hacer un cambio de rumbo radical, divide tu objetivo en pequeños pasos y ve dándolos despacio.

Paso que des, paso que estarás mejorando y quitándote ese picor molesto de que algo te falta.

Vamos. ¿Qué paso darás hoy?
Fuente: http://sermejorpersona.com/p-la-sensacion-de-que-te-falta-algo-para-ser-feliz-1559#

sábado, 16 de agosto de 2014


SI NO QUIERES ENFERMAR

Emociones y sentimientos que son escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna.

Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, nuestros errores!… El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia.

Si no quiere enfermar… Tome decisiones:

La persona indecisa permanece en duda, en ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones.

La historia humana está hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros.

Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y dolencias en la piel.

Si no quiere enfermar… Busque soluciones:

Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo.

Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad.

Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe.

Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.

Si no quiere enfermar… No viva de apariencias:

Quien esconde la realidad, finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón…, está acumulando toneladas de peso… Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con “mucho barniz y poca raíz”. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.

Si no quiere enfermar… Acéptese:

El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable.

Quienes no se aceptan a sí mismos son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos.

Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.

Si no quiere enfermar… Confíe:

Quien no confía no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas.

Sin confianza no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de fé en sí, en los otros y en Dios.

Si no quiere enfermar… No viva siempre triste:

El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida.

La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive.

“El buen humor nos salva de las manos del doctor”.

La alegría es salud y terapia.

 
Fuente:
Dr. Dráuzio Varella
http://saikuhayotravidaposible.blogspot.com.ar/2014/08/si-no-quieres-enfermar.HTML



 

 

viernes, 15 de agosto de 2014

En la rotonda de Las Playitas  con el Hotel Playitas, mi cartel anunciador. Pasito a pasito...

 
 

jueves, 14 de agosto de 2014


LA MEDITACIÓN PROVOCA CAMBIOS EN LAS ESTRUCTURAS DEL CEREBRO

Las áreas de materia gris relacionadas con la memoria, la empatía y el estrés se transforman de forma considerable.

No lo dice un grupo «new age», ni unos amantes de la pseudociencia o de la falsa espiritualidad, sino un equipo de psiquiatras liderado por el Hospital General de Massachusetts, que ha realizado el primer estudio que documenta cómo ejercitar la meditación puede afectar al cerebro. Según sus conclusiones, publicadas en Psychiatry Research, la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.

«Aunque la práctica de la meditación está asociada a una sensación de tranquilidad y relajación física, los médicos han afirmado durante mucho tiempo que la meditación también proporciona beneficios cognitivos y psicológicos que persisten durante todo el día», explica la psiquiatra Sara Lazar, autora principal del estudio. «La nueva investigación demuestra que los cambios en la estructura del cerebro pueden estar detrás de esos beneficios demostrados, y que la gente no se siente mejor solo porque se han relajado», apunta.

Lazar ya había realizado estudios previos en los que había encontrado diferencias estructurales entre los cerebros de los profesionales de la meditación, con experiencia en este tipo de prácticas, y los individuos sin antecedentes, como, por ejemplo, un mayor grosor de la corteza cerebral en áreas asociadas con la atención y la integración emocional. Pero entonces la investigadora no pudo confirmar si este proceso había sido fruto de, simplemente, haber pasado unos ratos de reflexión.pensativo

Conciencia sin prejuicios

Para el estudio actual, los científicos tomaron imágenes por resonancia magnética de la estructura cerebral de 16 voluntarios dos semanas antes y después de realizar un curso de meditación de ocho semanas, un programa para reducir el estrés coordinado por la Universidad de Massachusetts. Además de las reuniones semanales, que incluían la práctica de la meditación consciente, que se centra en la conciencia sin prejuicios de sensaciones y sentimientos, los voluntarios recibieron unas grabaciones de audio para seguir con sus cavilaciones en casa.

Los participantes en el grupo de meditación pasaron 27 minutos cada día practicando estos ejercicios. Sus respuestas a un cuestionario médico señalaban mejoras significativas en comparación con las respuestas antes del curso. El análisis de las imágenes por resonancia magnética encontró un incremento de la densidad de materia gris en el hipocampo, una zona del cerebro importante para el aprendizaje y la memoria, y en estructuras asociadas a la autoconciencia, la compasión y la introspección. Además, se descubrió una disminución de la materia gris en la amígdala cerebral, un conjunto de núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales, lo que está relacionado con una disminución el estrés. Ninguno de estos cambios fueron observados en el grupo de control formado por otros voluntarios, lo que demuestra que no fueron resultado solo del paso del tiempo.

«Es fascinante ver la plasticidad del cerebro y cómo, mediante la práctica de la meditación, podemos jugar un papel activo en el cambio del cerebro y puede aumentar nuestro bienestar y calidad de vida», dice Britta Hölzel, autora principal del estudio. El hallazgo abre las puertas anuevas terapias para pacientes que sufren problemas graves de estrés, como los que soportan un agudo estrés post-traumático tras una mala experiencia.

 Vía: Sanación Natural
Fuente: http://autoconocimientointegral.com/2014/05/21/la-meditacion-provoca-cambios-en-las-estructuras-del-cerebro/