Eco-museo La Alcogida.
Bienvenido Welcome Herzlich willkommen
viernes, 25 de julio de 2014
jueves, 24 de julio de 2014
LESIONES POR ESFUERZOS REPETITIVOS
Según los biólogos somos animales de costumbres, nuestros
hábitos hacen nuestras preferencias, gustos, personalidad y por supuesto los
gestos corporales. Existen actitudes que nos llevan a provocar impactos o
desgastes en nuestro cuerpo, que más tarde se convertirán en lesiones
importantes.
En la Osteopatía se conoce este fenómeno como lesiones por
esfuerzos repetitivos o microtraumatismos repetitivos (su nombre más técnico).
Este fenómeno es debido a la adopción de malas posturas
realizadas diariamente (tanto en el ámbito profesional como en el cotidiano)
que realizadas de una manera automática, sin reparar en su mala ejecución, van
sobrecargando nuestros músculos, ligamentos y articulaciones, sobretodo
vertebrales. Hasta convertirse en molestias permanentes. Todo este tipo de
patologías o lesiones es posible abordarlas de manera efectiva con la
Osteopatía, desde un punto de vista global.
Para aquellos que nos sepan muy bien que es la Osteopatía,
estamos ante una terapia manual, que actúa sobre el sistema músculo-esquelético
(articulaciones, músculos, ligamentos y envoltorios tendo-musculares llamados
fascias), y otros sistemas como el nervioso, endocrino, digestivo etc., así
como en los bloqueos somato emociónales.
Su objetivo es aliviar el dolor, incrementar la movilidad de
los diferentes tejidos entre sí y restablecer la armonía global y la salud del
organismo. Considera que el cuerpo humano es un conjunto complejo, anatómico,
fisiológico y psicológico, en el que todos los elementos constitutivos son interdependientes. Por ello
la osteopatía es una terapia que entiende al individuo en su globalidad, a
diferencia de la medicina alopática, que suele “segmentar” el cuerpo en
múltiples órganos sin interrelación mutua.
Me gustaría exponeros brevemente, antes de pasar a enumerar
algunos ejemplos de estas lesiones repetitivas, unas nociones básicas de
anatomía de la columna vertebral.La columna vertebral nos permite mantener la postura erguida. Da al ser humano verticalidad, movilidad y equilibrio.
Tiene forma de S doble y actúa por el principio
amortiguador. La polaridad de vértebras duras y discos blandos le da
flexibilidad y solidez.
Es importante saber que la columna vertebral está formada
por 24 vértebras (sin contar las
vértebras del sacro y del coxis) que apiladas o encajadas unas encima de otras
van a formar un canal central por el que pasa la médula espinal, el centro de
regulación neurológica más importante de nuestro organismo, ya que conecta los
nervios de la periferia del cuerpo con el
cerebro. La columna vertebral consta de: 7 vértebras cervicales, 12
dorsales y 5 lumbares que se distribuye en la zona alta, media y baja de la
espalda respectivamente.
Además de mantener nuestra postura erguida, como expresé
anteriormente, otra función vital es facilitar que la corriente nerviosa
procedente del cerebro nutra nuestros músculos, huesos, piel, órganos y
vísceras, para su correcto funcionamiento.
Seguidamente pasaré a exponeros cuatro casos donde este tipo
de lesiones tiene lugar:
CASO 1 - El síndrome del trabajo administrativo
Por trabajo administrativo, hago referencia a todos aquellos
que se ganan la vida o realizan actividades diarias que suponen muchas horas sentados frente a un ordenador,
independientemente de su cualificación profesional. El desconocimiento de la
posición más adecuada que le conviene de acuerdo a su morfología, a fin de que
el mobiliario de la oficina se ajuste a su postura (teclado, altura de la silla
y mesa, etc.), va a crear tensiones diarias repetitivas. La diferencia de
altura en el mobiliario, es decir entre la mesa y la silla, creará un ángulo de
visión horizontal inadecuado, que provocará una postura de encorvamiento en la
espalda, produciendo una tensión crónica a nivel cervical, ya que la cabeza se
inclina hacia delante excesivamente sobre el monitor del ordenador. También
inclinar la cabeza sobre el hombro sujetando el teléfono con la oreja, a largo
plazo puede dar lugar a torticolis repetitivas, cervicalgias matutinas, o al
final del día, que no remiten ya ni con antiinflamatorios. También se puede
producir hernias discales sobre todo a nivel de las cervicales bajas: C4, C5,
C6. Ya que se produce una pérdida de la curvatura fisiológica del cuello que se
conoce como rectificación cervical. La tensión repetitiva de los gestos
inadecuados también producirá una falta de vascularización arterial o venosa,
que dará lugar a la artrosis, algo muy corriente en consulta.
A veces todas estas molestias van acompañadas de
entumecimiento de los brazos, hormigueos o pérdida de sensibilidad en dedos: es
lo que se conoce por neuralgia cervicobraquial. También suele coexistir un
punto o varios puntos dolorosos entre las escápulas u omoplatos a nivel dorsal
medio.
Hay problemas dorsales cuyo origen son cervicales, en este
tipo de síndromes. Tuve un paciente que refería un dolor constante entre las
escápulas, al final resultó ser una hernia discal a nivel cervical bajo, el
tratamiento combinado de Osteopatía y Reeducación Postural produjo una mejoría
considerable y por tanto evitar la cirugía, que era su último recurso.
CASO 2 - Las lesiones
repetitivas a nivel lumbar
Actualmente el uso del vehículo se ha convertido en algo muy
común, no sólo a nivel privado sino también profesional. Esto hace que haya un
gran número de personas al volante, con gestos corporales repetitivos que crean
una tensión crónica a nivel muscular y fijaciones articulares que darán lugar a
molestias permanentes, sobre todo a nivel lumbar. Gestos o esfuerzos como pisar
el acelerador, con un ligero giro del pie hacia la derecha, constantemente
todos los días puede generar una ciática y una lumbalgia repetitiva. He
observado que la mayoría de las ciáticas en consulta son del lado derecho, en
especial de conductores profesionales: taxistas, comerciales, camioneros,
policías, etc.
Esto es debido a una pérdida de flexibilidad de las cadenas
musculares que van desde el pie hasta el occipital, de aquí que estas molestias
cursen a veces con dolores de cabeza. Estas lesiones repetitivas en conductores
van a generar una deshidratación y un aplastamiento de los discos
intervertebrales, origen de las archiconocidas protrusiones o hernias discales
entre la primera vértebra sacra y la última lumbar (L5/S1).
Las amas de casa, así como las mujeres de la limpieza,
debido a gestos o esfuerzos repetitivos, como estar siempre dobladas hacia
delante, fregando, planchando, etc. Aquí el gesto produce un sobreestiramiento
de las musculaturas de la zona lumbar.
En las mujeres, si añadimos el estrés familiar ya que
tienden a responsabilizarse de todo y más, tendremos un añadido emocional que
dará lugar a una falta de atención en sus gestos corporales, plantando la
semilla de molestias recurrentes.
Actualmente muchas mujeres tienen dos trabajos: el de fuera
y el de casa, como me expresó una paciente.
CASO 3 - Lesiones por esfuerzos repetidos en deportistas
El deporte cuando se practica a niveles exagerados, lejos de
ser una panacea, provoca lesiones crónicas, debido a gestos o esfuerzos repetitivos, que exigen al
cuerpo ir más allá de sus posibilidades. La columna vertebral suele ser una de
las zonas más castigadas, al punto que jóvenes deportistas tienen desgastes
articulares de personas mayores.
Esto lo he visto
numerosas veces en consulta, la cuestión es que el deporte excesivo,
echa mano de los recursos del cuerpo humano (vitaminas, sales minerales, etc.)
y esto provoca carencias, que afectan a la calidad muscular y ósea de nuestro
sistema musculo esquelético. He sido deportista toda mi vida y sé perfectamente
de lo que hablo.
Los deportistas ocasionales o de fin de semana y vacaciones,
también suelen estar expuestos a estas lesiones por esfuerzos repetitivos. Ya
que aparte de poca o ninguna cultura deportiva, suelen hacer esfuerzos sin
llevar a cabo calentamientos previos, haciendo que sus movimientos sean torpes
y forzados, lo que les crea microtraumatismos a nivel de la columna vertebral y
en las articulaciones de los miembros: codo, rodillas, hombros, etc.
Las agujetas, tortícolis y lumbalgias, en las mañanas de los
lunes o a los dos días de vacaciones suele ser lo más corriente.
Ejemplo: una vez tuve una paciente que cuando tenía muchos
días libres en su trabajo, su ansiedad por disfrutar y ponerse en forma le provocaba
lumbalgias.
CASO 4 - Lesiones por esfuerzos repetitivos en trabajadores
manuales
Existe un sector de la población que utiliza como medio para
ganarse la vida sus manos: peluqueros, músicos, dentistas, masajistas,
carpinteros, electricistas, etc.
Todos ellos tienen en común posturas que les hacen mantener
falsos equilibrios, torsiones corporales a veces excesivas, inclinaciones
forzadas, es decir actividades que fuerzan y desgastan los discos
intervertebrales, perdiendo su papel amortiguador.
Ejemplo: tuve en consulta un masajista bastante fuerte y
corpulento, que confiaba en sus potentes músculos para realizar su trabajo,
adoptando posturas que le suponían un esfuerzo extra. El resultado:
protrusiones discales lumbares y cervicales.
Un gesto tan banal como tener los brazos en suspensión
realizando tareas en una peluquería puede dar lugar a una sobrecarga de los
trapecios que a la larga , por este esfuerzo mantenido repetitivo, provocará
primero problemas de hombro con hormigueos en dedos y más tarde una hernia discal cervical. Esto es muy
corriente en la consulta diaria.
Espero que este artículo te haya servido para darte un poco
de luz acerca de cómo nuestros gestos o actitudes corporales diarias realizadas
de forma forzada y no consciente puede dar lugar a lesiones repetitivas.
La Osteopatía practicada con una visión global puede
ayudarte a prevenir, curar y hacerte consciente de tu relación con tu
cuerpo-mente.
Eutiquiano
EndjeOsteópata, Terapeuta Craneosacral, Reeducación Postural
www.cuerpozen.com
info@cuerpozen.com
Telf. 91 6396932 – 609 889557
martes, 22 de julio de 2014
EL LABERINTO DE LOS
PROBLEMAS
¿Por qué una misma situación puede ser normal para unos y un conflicto para
otros?
Cualquier dilema requiere abandonar prejuicios y ser
creativos para encontrar soluciones
Raimón Samsó 16 MAR 2014
Una persona se encuentra a un amigo y le confiesa: “Soy muy
desgraciado, tengo muchos problemas”, a lo que su amigo responde: “¡Hombre,
pues no los tengas!”. Cuando una persona atraviesa por un momento así, seguro
que esta contestación no le hace ninguna gracia, pero si se parase a
reflexionar, descubriría que las complicaciones acaban convirtiéndose en una
“posesión”, que, según decía el psicólogo Sigmund Freud, algunos de sus
pacientes se resistían a soltar o mejorar debido a las “ventajas ocultas” que todo
problema conlleva. Veamos cómo se crean, se resuelven y se deja de tener tantos
conflictos cotidianos…
Los humanos parecemos destinados a afrontar toda clase de
contratiempos en una sucesión inacabable de dificultades. Cuando una parece
resolverse, aparece otra y otra más. Incluso, a veces, parece que todas se
presentan de golpe en nuestra vida. Surgen en tantos aspectos de la vida, y en
formas tan variadas, que hacen sentir impotencia a quien los padece.
Cada una de esas dificultades suele tener una apariencia
distinta, en un ámbito de la vida diferente. Muchas parecen estar causadas por
factores externos al margen de lo que uno pueda hacer o dejar de hacer; una
sucesión de golpes de mala suerte. Vistas las cosas así, no es extraño que la
ansiedad sea la patología crónica de nuestros tiempos.
La gente siempre ha tratado de cambiar a los demás para
resolver sus problemas, pero eso nunca ha funcionado” Byron Katie
Todos deseamos una vida libre de obstáculos, llena de paz
interior y serenidad… y, sin embargo, parece que hacemos todo lo posible para
lograr exactamente lo opuesto. Cuántas veces nos descubrimos encaminados, de
manera inconsciente, por supuesto, hacia lo contrario a lo que sabemos
deberíamos elegir para ser más felices.
Pero ¿y si usáramos la palabra “problema” con excesiva
alegría? ¿Y si confundiéramos acontecimientos, realidades, sucesos naturales…
con conflictos? Por ejemplo, ¿el hecho de que llueva es un inconveniente?, ¿lo
es hacerse mayor?, ¿la vida es un dilema a resolver? El uso y abuso del
concepto problema puede confundirnos entre lo que realmente es y valoraciones
subjetivas. Es bien cierto aquel aforismo de que aquello que se cree un problema,
acabará siéndolo; y aquello que no se considera como tal, no lo será.
La creatividad e inventiva humana para elaborar
complicaciones es infinita. La conclusión a la que se puede llegar es que hace
falta antes que nada reconocer cuál es el verdadero dilema antes de que pueda
ser resuelto. Esto es, ¿y si un supuesto “problema” se pudiera resolver con
apenas identificar su grado de realidad? O mejor: ¿de verdad lo es?
“El mundo es un espejo: lo que sientes por dentro te
contempla desde fuera. Y por eso no puedes mejorar tu trabajando sobre los
aspectos exteriores. Si la gente de la calle te parece hostil, el cambiar de
calle no resuelve nada. Si no se te respeta debidamente en tu trabajo, el
cambiar de empleo tampoco es la solución. Muchos lo hemos aprendido al revés:
‘Si no te gusta tu empleo, búscate otro’, nos han dicho. ‘Si no te gusta tu
esposo, cambia de esposo’. A veces, cambiar de empleo o de pareja es oportuno,
pero si no cambias tú también, cuando vuelvas a empezar probablemente será lo
mismo”.
Existen diferentes tamaños de dilemas según su grado de
dificultad. En muchos casos, estas aparentes diferencias provienen de la
persona que los padece en función de su grado de apego al mismo o del vínculo
emocional que establece con él. Pero el tamaño no es una propiedad inherente,
sino una valoración personal de quien lo sufre. Es algo que comprobamos cuando
una misma situación es calificada de complicada o sencilla por personas
diferentes.
Pensar que el problema son los demás es en sí mismo un
conflicto. Aunque otras personas pueden crear una situación o participar en
ella, en realidad quien la percibe como un inconveniente es quien tiene la
llave para resolverla.
Se ha dicho que los conflictos consisten en las “historias”
que nos contamos acerca de cómo suceden las cosas. Y que cuando las personas
cuestionan sus relatos o referencias –lo que se cuentan y sus creencias– pueden
llegar a una percepción de los hechos diferente. ¿Y si la naturaleza de los
dilemas dependiese de lo que nos repetimos una y otra vez?, ¿y si el efecto
repetitivo convierte en “verdad” lo que solo es una interpretación?
Tal vez sea más conveniente abandonar la discusión con la
realidad –acerca de cómo son las cosas o cómo deberían de ser– antes que tratar
de solucionarla.
En las antiguas tradiciones de sabiduría de Oriente se dice
que los sucesos mundanos no tienen más sentido que el que las personas les dan,
porque los acontecimientos son carentes de un significado concreto. Ellos lo
llaman “vacuidad”. Lo cual no significa que todo carezca de significado. Según
ellos, la interpretación establece el significado. O lo que es lo mismo: la
valoración de una situación como problemática es lo que la convierte en tal.
Se podría decir que un problema es como la pantalla en
blanco de un cine. Es neutra, y solo la proyección del significado que se le
asigne lo define como tal. Así, un mismo suceso, por ejemplo, cómo hablar en
público, puede ser un inconveniente para unos, pero no para otros. Hablar en
público puede ser un gozo o una tortura en función de quién vive la situación.
¿Qué es más verdad: tenemos muchos problemas o tenemos las
soluciones, pero que no nos gustan?
Ningún dilema se puede resolver desde dentro del conflicto,
como dijo Einstein. Ya que en esta situación es muy difícil encontrar
respuestas porque la densidad de las emociones impide la claridad de ideas.
Como hacen los científicos, lo innovador es buscar la solución en otro nivel de
pensamiento, donde el problema se resuelve. A veces, incluso, en ese nuevo
nivel el problema ni siquiera existe. O dicho de otro modo: se resuelve para
siempre.
La primera regla para solucionar un problema es cuestionar
todo lo que sabemos acerca del mismo porque toda creencia previa puede ser
“parte del problema”. Se trata de “ser nuevo” ante la situación que denominamos
con este nombre. Como si fuera la primera vez y nadie nos hubiese dicho que es
un inconveniente que nos generará inquietud. Este planteamiento busca la solución
no tanto en lo que ocurre, sino en lo que pensamos que ocurre. Al no asumir que
ya sabemos lo que está pasando, si es bueno o malo, nos abrimos a otras formas
de contemplar la situación. Solo los juicios acerca de un problema hacen que
este sea difícil de resolver.
Preguntarse cuál es su verdadero sentido y no dar nada por
hecho o sabido conduce a un nivel de pensamiento nuevo que puede proporcionar
una solución muy creativa. Dicho de otra forma: si me digo que ya sé lo que
está pasando, me veo obligado aplicar las viejas recetas de siempre. Pero si lo
que busco es una solución definitiva, tal vez debería preguntarme cuál es el
verdadero problema o qué cambio necesito para que esto no lo sea nunca más.
“Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de
conciencia en el que se creó” Albert Einstein
No es posible escapar de los conflictos a menos que se
examinen y se cuestione el sistema de pensamiento que los mantiene activos, ya
que no hacerlo así solo es un modo de protegerlos y mantenerlos sin solución.
Otro camino hacia la salida del laberinto de los problemas
es dejar a un lado lo que Sigmund Freud llamó “resistencia”. Hay una parte
inconsciente en nosotros que se identifica con sus vivencias, aunque estas sean
dolorosas. Es lo que se conoce como ego. Estas historias personales proveen de
identidad al ego, que es un constructo mental de lo que creemos ser: nuestras
experiencias pasadas. Y el gran psicólogo se dio cuenta de que a pesar de su
trabajo, sus pacientes no mejoraban. Llamó al deseo oculto de no mejorar de sus
pacientes: “resistencia”. Y entendió que el ego reacciona con resistencia por
miedo a perder esa identidad forjada, aunque esté marcada por el sufrimiento.
Lo que es seguro es que el mero entendimiento intelectual
del problema y de sus causas no es suficiente para resolverlo. Es además
necesario descubrir dónde está la resistencia a solucionarlo, o, como se suele
decir, a soltar y dejar a un lado lo que nos inquieta.
Para acabar, y saliendo del laberinto de los conflictos,
vale la pena recordar aquel viejo adagio que dice: “No hay problemas, solo hay
soluciones que no gustan”, porque en ocasiones es una gran verdad.
domingo, 20 de julio de 2014
Fuerteventura, una isla de "revista".
http://www.cadenaser.com/canarias/articulo/national-geographic-elige-playas-fuerteventura-25-mejores-mundo/csrcsrpor/20140521csrcsrcan_6/Tes
National Geographic elige las playas de Fuerteventura entre las 25 mejores del mundo.
La revista destaca el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, la Reserva Natural de la Isla de Lobos y Costa Calma
http://www.cadenaser.com/canarias/articulo/national-geographic-elige-playas-fuerteventura-25-mejores-mundo/csrcsrpor/20140521csrcsrcan_6/Tes
Suscribirse a:
Entradas (Atom)