Isla de Lobos
Bienvenido Welcome Herzlich willkommen
jueves, 3 de julio de 2014
miércoles, 2 de julio de 2014
“EL ÉXITO EN LA VIDA
NO SE MIDE POR LO QUE HAS LOGRADO, SINO POR LOS OBSTÁCULOS SUPERADOS QUE HAS
TENIDO QUE ENFRENTAR EN EL CAMINO”. GANDHI
Vivimos en un mundo en que descubrimos que hay ciertos
alimentos que no nos sientan bien, o determinadas cosas que nos van mal y por
tanto las evitamos. Sin embargo ¿Somos conscientes que los pensamientos
negativos es lo más perjudicial que existe pues son responsables de la mayoría
de nuestras emociones y comportamientos?… No somos conscientes,… preferimos
creer que como nos sentimos, tiene que ver con lo que nos ocurre o como somos,
cuando la realidad es bien distinta: sentimos como pensamos.
A veces nuestro peor enemigo está en nuestro interior.
Concretamente nuestra mente se debate constantemente entre sabotearnos o
iluminarnos con su sabiduría. Mientras no tomemos conciencia de la implicación
de nuestra actitud y pensamientos negativos en nuestros estados emocionales y
en nuestra vida, iremos dando bandazos y causando malestar tanto a nosotros
como a los demás, echando la culpa a las situaciones externas. Ahora ya puedes
tomar el control de tu vida potenciando tus habilidades positivas y aprendiendo
a gestionar tus emociones.
El efecto Golem
Se le denomina Efecto Golem a los efectos negativos que
sufren en su desarrollo emocional aquellas personas sobre las que se tienen
expectativas bajas o nulas (especialmente en niños). Si tenemos la idea de que
un niño es torpe o es malo, muy probablemente el niño acabe desarrollando un
comportamiento torpe o negativo, el cual se mantendrá cuando llegue a ser
adulto.
Podría parecer que la idea de que no se deben poner
etiquetas a los niños está superada. Sin embargo, todavía es frecuente escuchar
cómo algunos padres, madres e incluso entre el profesorado, utiliza
“definiciones” para referirse a los niños, expresando abiertamente estas
opiniones aun estando el niño o la niña delante.
El hecho de tener una opinión positiva o negativa hacia una
persona influirá en que pueda desarrollarse como un ser emocionalmente maduro,
pleno de habilidades positivas o alguien inseguro, con baja autoestima e
incapaz de actuar y afrontar por si misma los retos de la vida.
Actuar sobre nuestras
ideas
Alguien dijo una vez que el mayor tesoro de este mundo está
en los cementerios… Se trata de todo ese potencial que quedó enterrado sin que se
manifestara, ideas brillantes de personas que no tuvieron el valor de hacerlas
realidad, que nunca creyeron en sí mismas, y todo ello quedó bajo tierra, sin
la posibilidad de manifestarse en esta vida.
Pregúntate a ti mismo… ¿cuantas buenas ideas has creado en
tu vida hasta el día de hoy y no has hecho nada con ellas?… Cada vez que tengas
una buena idea, ponla en práctica, actúa sobre ella,… Recuerda que la
combinación de crear y actuar marca la gran diferencia en la vida entre una
persona de éxito y otra del montón.
Trata de ocuparte en
vez de preocuparte
Si te encuentras preocupado por algo que sucederá en el
futuro, puedes decirte “me preocuparé mañana, no hay ningún motivo de
preocuparse hoy, tardará en suceder”. Cuando vuelva el problema a tu cabeza,
intenta está técnica: retrasa preocuparte un día más. Está demostrado que la
mayoría de preocupaciones nunca suceden, retrasarlo es una forma de evitar
nuestra mente negativa. La naturaleza de nuestra mente es crear problemas y
cosas para preocuparse, está es una manera de olvidarse.
Y además es una forma de aprender a no anticipar, aquí es
importante no verlo como una irresponsabilidad, no se trata de evadirse de los
problemas, los problemas hay que afrontarlos, pero es cierto que a veces los
anticipamos en exceso y generamos pensamientos negativos de situaciones que no
han sucedido todavía. Recuerda: “Crucemos los puentes cuando lleguemos a ellos,
no antes”.
Pensamientos
obsesivos: Gestionando emociones, encontrando soluciones
Un pensamiento obsesivo no es otra cosa que un pensamiento
repetitivo. El primer motivo de que un pensamiento se convierta en obsesivo es
cuando viene asociado a una emoción negativa, cuanto más negativa e intensa
(rabia, angustia…) más aumenta la frecuencia del pensamiento y se hace más
automático.
El segundo motivo que produce el mantenimiento del
pensamiento obsesivo es intentar rechazarlo. Cuanto más lo evitamos más lo
aumentamos. Lo mismo sucede con las emociones. Lo que resiste, persiste.
Es fundamental aceptar ese pensamiento como lo que es, solo
un pensamiento,… si lo que nos produce es miedo, se trata de aceptar nuestro
miedo, relativizarlo y atestiguarlo como si fuéramos un espectador ajeno hasta
que desaparezca. La aceptación produce que ese grado de obsesión disminuya y
por tanto al aceptar los pensamientos, y no rechazarlos ni evitarlos, estos
pierden fuerza. Lo que aceptas, te transforma.
Una actitud alternativa que nos puede ayudar, siempre
después de esa aceptación, es tomar consciencia de que ese pensamiento no nos
ayuda, y pasar a ocuparnos con otra actividad. Es posible que al principio nos
vuelva a aparecer, como si se tratara de un piloto automático. Ante esto, es
fundamental evitar enfadarse o tratar de rechazarlo, porque será como avivar el
fuego nuevamente…
Cómo desarrollar tu
potencial
Para todos aquellos interesados en desarrollar su potencial
interno, descubrir nuevas cualidades y aprender útiles herramientas para
producir cambios positivos en su vida, BioPerson Instituto Superior de
Desarrollo Personal y Meditación, ha organizado para el mes de agosto un curso
de 4 días dentro del espacio seguro, ameno y consciente en la 33ª Edición de
las Vacaciones Humanas denominado: “Potenciando tus Habilidades Positivas” –
Gestionando Emociones, Encontrando Soluciones.
Su finalidad es llegar a tomar consciencia a través de
sencillas, prácticas y amenas técnicas grupales de todas esas cualidades que
inconscientemente yacen ocultas en nuestro interior y que son imprescindibles
para ayudarnos a conseguir todos esos cambios que deseamos lograr para
nosotros. De esta forma, nuestra vida al ser más sentida, comenzará a tener más
sentido.
Jairo Kalpa © 2014
Formador y Consultor PersonalCoach Ejecutivo y Terapeuta
www.jairokalpa.com
www.vacacioneshumanas.com
martes, 1 de julio de 2014
domingo, 29 de junio de 2014
sábado, 28 de junio de 2014
La importancia del Psoas
En lo más profundo
de nuestro cuerpo se encuentra el psoas, un pequeño músculo que conecta la
parte superior e inferior del cuerpo. Aprender a relajarlo, por lo tanto, ayuda
a ganar una mayor estabilidad.
El cuerpo presenta
una serie de capas o niveles: primero la piel, luego los músculos, después los
órganos y, finalmente, el esqueleto. Sin embargo, hay algunas excepciones. Por
ejemplo, las costillas y el cráneo: unos huesos que cubren y protegen órganos,
en vez de ser su soporte central. El psoas es una excepción similar: es un
músculo que se encuentra en lo más profundo del centro mismo del cuerpo humano,
entre los intestinos y la columna vertebral.
Este músculo actúa
como una especie de puente colgante entre el tronco y las piernas,
transfiriendo el peso de arriba abajo y transmitiendo flujos energéticos en
ambas direcciones. Al mismo tiempo, un psoas sano realiza una función de
estabilización de la columna vertebral.
Por otro lado, el
psoas también actúa como soporte interno del abdomen, una especie de “repisa”
en diagonal sobre la que se asientan los órganos vitales de esta zona. Este
músculo interno, además, actúa en armonía con el diafragma, vinculando los
ritmos del movimiento del cuerpo con los ritmos respiratorios, y entre ambos
realizan un continuo masaje sobre la columna vertebral, los órganos, los vasos
sanguíneos y los nervios del tronco, estimulando el movimiento de los fluidos
por todo el cuerpo, a modo de bomba hidráulica.
Sentirse centrado
El psoas es, pues,
el eje físico de un cuerpo equilibrado y estable. Es un músculo vital en todo
movimiento que implique equilibrio, rotación del tronco y de las piernas y en
definitiva, cualquier movimiento general del cuerpo. Por eso, los movimientos
inadecuados y las malas posturas tienden a forzar el funcionamiento del psoas,
por ejemplo en una actividad motora aparentemente tan sencilla como caminar.
Muchos de nosotros pensamos erróneamente que el movimiento de las piernas empiezan
en la cintura, es decir, que el tronco acaba donde empieza la cadera. Sin
embargo, estructuralmente las piernas empiezan en las articulaciones del fémur
con la cadera, y para que el cuerpo mantenga un equilibrio armónico es
necesario que la pelvis funcione como parte del tronco y no como parte de las
piernas. Si al caminar movemos la pelvis como si fuera parte de las piernas, en
un contoneo excesivo o empujándola hacia delante o hacia atrás, el psoas se
verá obligado a realizar una tensión antinatural para proteger y estabilizar la
columna vertebral.
El psoas puede
tensarse en muchas situaciones diferentes, ya que es capaz de contraerse o
relajarse de forma independiente, en cada unión vertebral.
Pero si este
músculo se usa constantemente para corregir la estabilidad interna, al cabo del
tiempo puede empezar a perder flexibilidad y a acortarse de forma crónica. Y
una contracción o endurecimiento crónico del psoas conlleva una serie de
problemas, porque hace que otros músculos del abdomen y de la espalda se vean
obligados a compensar el equilibrio y empiecen a endurecerse también. Por
ejemplo: los huesos pélvicos tienden a adelantarse, disminuyendo la distancia
entre las crestas ilíacas y las piernas, comprimiendo la cabeza del fémur en su
articulación.
Esta compresión
hace que los muslos se desarrollen excesivamente y el fémur pierde capacidad de
rotación, un movimiento que es asumido por las rodillas y la espina lumbar.
Estos trastornos
pueden provocar, a la larga, lesiones crónicas en la espalda, la cabeza del
fémur o las rodillas.
El corazón de las emociones
Con un abdomen
habitualmente en tensión y comprimido, una vitalidad disminuida y una
respiración alterada, es comprensible que la atrofia del psoas conlleve
alteraciones emocionales.
Puede que mucha de
esa ansiedad que nos atenaza, o parte de esa apatía crónica que nos oprime esté
relacionada con un psoas inhibido. Igualmente, la sensación permanente de
inseguridad que algunas personas experimentan puede estar directamente conectada
con el sobreesfuerzo continuo por mantener el equilibrio del esqueleto.
Además, el
complejo de músculos iliopsoas está íntimamente conectado con la atávica
reacción de “lucha-huida” que permite a los animales defenderse en una
situación de peligro, cuando deben enfrentarse a un agente externo. Tanto si
nos encogemos en una posición fetal protectora, como si saltamos desde el suelo
para correr, el psoas es el corazón de los músculos implicados, el primero en
reaccionar. Por ello, un psoas crónicamente contraído está enviando al resto
del cuerpo, lo que afecta al sistema nervioso, agota a las glándulas
suprarrenales y debilita el sistema inmunitario. Si nos sentimos agresivos a
menudo, y sin razón aparente, es posible que una atrofia del psoas tenga mucho
que ver.
Al relajar el
psoas, debemos desarrollar la confianza en el equilibrio de nuestro esqueleto,
en vez de buscar el equilibrio mediante tensiones musculares. Un cuerpo
relajado sostiene su peso de manera natural sobre su propia estructura ósea:
los músculos están para mover los huesos, no para apuntalar el peso del cuerpo.
Cuando aprendemos a repartir el peso sobre el esqueleto y a sostenerlo sin
esfuerzo, la sensación se traduce en una actitud emocional de seguridad y
equilibrio. Las articulaciones devienen sutiles nodos de fluir energético,
dando a todo movimiento una sensación de continuidad y armonía.
Inestabilidad pasajera
Sin embargo,
liberar el psoas, al principio puede ser problemático. Al intentar “dejar ir”
los huesos y relajar la musculatura, puede invadirnos una sensación de vértigo.
Acostumbrados a sostenernos mediante contrafuerzas musculares, hemos perdido la
confianza en nuestra estructura ósea, y podemos creer que nos vamos a
desmoronar. Los primeros ejercicios de relajación pueden dar una primera
impresión de inestabilidad, que es pasajera. Asimismo, una vez que hayamos
aprendido a sentir nuestros músculos iliopsoas, y empecemos a relajarlos,
podremos atravesar una etapa de emociones confusas. Es normal, ya que la atrofia
del psoas suele estar relacionada con problemas emocionales, y para liberar
este músculo, como en cualquier tratamiento o cura, primero hay que abandonar
los viejos esquemas y depurar los elementos dañinos, permitiendo que afloren.
Con el tiempo, la consciencia y el cuidado de los iliopsoas nos conducirá a
mejorar tanto la salud física, como la emocional.
Fuente: http://www.saludablemente.es/laimportanciadelpsoas.phpjueves, 26 de junio de 2014
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