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miércoles, 18 de junio de 2014
domingo, 15 de junio de 2014
Joe Dispenza, doctor en Quiropráctica, bioquímico y
neurocientífico
"Si quieres otra realidad, debes convertirte en otra
persona"
LA LEY DEL CAMBIO
Nuestra personalidad y nuestra realidad se han construido
según cómo pensamos, actuamos y sentimos. Con mucha disciplina, entrando a
diario en nuestro cerebro, podemos, según Dispenza, crear nuestra realidad. En
su último libro, Deja de ser tú (Urano), explica cómo y propone un aprendizaje
de cuatro semanas. Quiropráctico con una vida de película, tuvo una lesión que
le hizo replantearse las capacidades de nuestro cerebro y se convirtió en
bioquímico y neurocientífico. "Primero investigué las remisiones espontáneas
de enfermedades y analicé qué tenían en común las personas que lo conseguían.
Luego decidí reproducirlo, y todo lo que es reproducible se convierte en una
ley".
Lleva años defendiendo que podemos llegar a controlar
nuestra mente y la realidad.
La mente determina la experiencia exterior, porque todo se
reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento altera
constantemente nuestra realidad. Es posible cambiar circunstancias de la
realidad si sabemos cómo.
Pues debo de ser muy torpe.
Si sostiene los mismos pensamientos, si lleva a cabo las
mismas acciones y vive con los mismos sentimientos y emociones, su cerebro y su
cuerpo seguirán igual; pero cada vez que aprende algo establece nuevas
conexiones que cambian físicamente su cerebro.
Nos pasamos la vida aprendiendo.
No todos. Aun así, aprender no es suficiente. Has de aplicar
lo que aprendes, y cuando empiezas a experimentar las emociones de esa
experiencia, entonces literalmente das nuevas señales a tus neuronas y creas
nuevas sinapsis: a eso se le llama evolución.
Si fuera tan sencillo...
Siempre estamos creando un futuro, lo que pasa es que
solemos crear el mismo, reafirmamos nuestra personalidad. Vivimos dirigidos por
una serie de pensamientos, conductas y reacciones emocionales memorizados
(temor, culpabilidad, falta de autoestima, enfado, prejuicios...) que son muy
adictivos y que funcionan como programas informáticos instalados en el
subconsciente.
¿Dónde está el cambio?
En ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos
las víctimas de nuestra realidad o los creadores.
Suena a autoayuda.
Si analizamos grandes personajes de nuestra historia, vemos
que todos ellos pensaron e imaginaron un futuro el suficiente número de veces
como para que su cerebro cambiara literalmente, hasta el punto de que sentían
esa experiencia deseada como si ya hubiera sucedido.
Primero crearon el cambio en ellos.
Cambiar significa ir más allá del entorno, el cuerpo y el
tiempo. Podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa, y
lo hacemos a diario: si estamos conduciendo por una carretera pero concentrados
en nuestro pensamiento, no vemos la carretera, no sentimos nuestro cuerpo y no
sabemos cuánto tiempo ha pasado. Ese estado es el que utilizamos para crear.
Absortos en la emoción.
Pero la mayoría de las personas están pensando en sus
problemas en lugar de pensar en las posibilidades.
Pero pensar en algo no lo hace real.
Una vez tenemos una visión, nuestro comportamiento debe
responder a las intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos.
Tenemos que escoger de manera distinta de como hemos escogido para que pueda
suceder algo nuevo. Si quiere crear una nueva realidad personal, tiene que,
literalmente, convertirse en otra persona.
¿Cómo?
Mediante un programa de meditación desligada de misticismos
que pretende que el cerebro y el cuerpo no respondan de forma predecible. Se
trata de que se convierta en una habilidad, de abrir la puerta del sistema
operativo, de todos esos programas subconscientes donde realmente ocurre el
cambio.
Pongamos, por ejemplo, la ansiedad...
El escáner de alguien con ansiedad o con depresión es el
mismo: el cerebro empieza a segregar química como si eso que teme la persona
estuviera sucediendo, y con el tiempo esa química se convierte en adictiva.
¿Cómo salir del bucle?
Meditación significa familiarizarse con. Si haces
conscientes tus pensamientos y tus hábitos automáticos y observas las
emociones, empiezas a objetivizar tu mente subconsciente. Si te familiarizas con
los aspectos de ti mismo que crean la ansiedad (o lo que quieras cambiar),
durante la vigilia observarás cuándo empiezas a sentirte de esa manera y serás
capaz de cambiarlo.
¿Y a partir de ahí?
... Si decides quién quieres ser, cuál es el gran ideal de ti
mismo, qué pensamientos quieres tener, qué conductas quieres demostrar, qué
emociones quieres experimentar; si te recuerdas cada día quién ya no quieres
ser y quién quieres ser y empiezas a pensar en nuevas formas de ser, cuanto más
pienses en ello y más lo planifiques, más estás instalando los circuitos en el
cerebro.
Cuanto más te observes a ti mismo, menos serás tú mismo.
Exacto. Si podemos enseñar al cuerpo a confiar en el futuro
y vivir en la alegría, creamos nuevas conexiones. Una atención clara y una
emoción elevada cambian el destino. Pero requiere disciplina. El simple
pensamiento positivo no funciona, porque la negatividad está instalada en el
subconsciente. Los cambios verdaderos consisten en ser consciente de tus
reacciones inconscientes.
¿Y qué dicen sus colegas?, ¿le tratan de esotérico,
chiflado...?
Hay una división intelectual: tengo colegas que defienden
teorías similares a las mías y somos tan científicos como los que defienden
modelos más convencionales. Pero yo propongo que se pruebe y se juzgue.
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viernes, 13 de junio de 2014
jueves, 12 de junio de 2014
CLAVES DEL BIENESTAR
DEEPAK CHOPRA. Sus enseñanzas han inspirado a millones de lectores
en todo el mundo, con títulos ya clásicos como “Salud perfecta”, “Cuerpos
sin edad, mentes sin tiempo” o “Las siete leyes espirituales del éxito”.
La armonía entre la
mente, el cuerpo y el espíritu es la clave de la salud. El doctor Deepak Chopra
nos ofrece su camino para alcanzar una vida plena.
Médico de origen hindú afincado en Estados Unidos, Deepak
Chopra ha sido clave en la incorporación de la sabiduría oriental a la medicina
occidental. Su síntesis entre tradición
y ciencia moderna lo han convertido en el máximo divulgador del concepto de
salud holística, basada en el equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu. La
salud, según el Doctor Chopra, no es sólo la ausencia de enfermedad, sino el
desarrollo del potencial de una persona en todos los sentidos. Por eso estos
consejos que pone a nuestra disposición constituyen un verdadero camino hacia
el bienestar.
ESCUCHA A TU CUERPO, éste se expresa emitiendo señales
indicativas de que está cómodo o incómodo. Al elegir como te comportas o
actúas, pregúntate: “¿Cómo te hace sentir esto?” Si tu cuerpo responde con una
señal de tensión emocional o física, vigila. Si tu cuerpo te envía una señal de
comodidad y entusiasmo, prosigue.
VIVE EL PRESENTE, es el único momento que tienes. Mantén tu
atención en lo que es aquí y ahora. Busca la plenitud en cada instante. Acepta
todo lo que llegue a ti de modo que puedas apreciarlo, aprender y dejarlo ir.
MEDITAR REGULARMENTE, aquietar tu diálogo interior, te
permitirá contactar con tu propia conciencia. Así podrás guiarte por tu
intuición más que por las interpretaciones impuestas externamente para conocer
lo que es o lo que no es bueno para ti.
RENUNCIA A TU NECESIDAD de aprobación externa. Sólo tú
puedes juzgar tu valía. Tu objetivo es descubrir tu infinito valor, al margen
de lo que piensen los demás. Cuando lo veas así, vivirás una gran liberación.
CUANDO TE ENFADES o te opongas a algo, date cuenta de que
solo luchas contra ti mismo. Las resistencias son defensas ante viejas heridas.
Si renuncias a la ira, te estarás curando a ti y cooperando con el Universo.
EL MUNDO EXTERIOR refleja tu mundo interior. Lo que odias de
los demás es lo que niegas de ti mismo. Lo que te gusta es lo que desearías
para ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución y conocerte a
fondo.
LIBÉRATE DEL PESO del juicio. Juzgar introduce el bien y el
mal en situaciones que simplemente son. Todo puede ser comprendido y perdonado,
pero al juzgar no puedes comprender ni
aprender a amar. Juzgar a los demás es aceptarte poco a ti mismo.
NO CONTAMINES TU CUERPO con toxinas, ya sean alimentarias o
emocionales. La salud de cada célula contribuye
directamente a tu estado de bienestar general.
EL MIEDO ES PRODUCTO de la memoria, que vive en el pasado
para intentar que no se repitan viejas heridas. Pero eso no elimina el miedo a
ser herido. Eso sólo sucede si encuentras
la seguridad en tu ser, que es amor. Esa verdad interior puede hacer
frente a cualquier amenaza.
UNA INTELIGENCIA PROFUNDA organiza el Universo, y una porción
de ésta reside en ti. Tus actos y pensamientos inciden en todo el campo de
inteligencia. Vivir en equilibrio es bueno para ti y para todo el mundo.
lunes, 9 de junio de 2014
¿CUÁL ES EL SENTIDO DE LA VIDA?
Alejandro Jodorowsky
Hace algunos años, el director del hospital neurológico de
París, a quien yo no conocía, llegó a mi casa y me pidió que visitara a su
esposa que, víctima del cáncer, estaba a punto de morir. “Ella ha leído sus
libros y no quiere ver a ningún sacerdote, sólo desea hablar con usted”. Accedí
a su pedido. La mujer estaba en un lecho del frío hospital, acabando de ingerir
un puñado de píldoras. Sin decir una palabra, la tomé con delicadeza entre mis
brazos, estrechándola con ternura. Su cuerpo frágil y huesudo se apoyó con
alivio en el mío. Sentí su sed de relación humana, tan ajena a la actitud de
los enfermeros. Al cabo de un rato largo, me murmuró: “¿Cuál es el sentido de
la vida?” Le contesté, lo más dulcemente que pude: “La vida no tiene sentido”.
Suspiró con alivio: “Es eso lo que quería oír”. Se durmió para morir horas más
tarde… En realidad esa no era la respuesta que yo consideraba justa. En otras
circunstancias, le hubiera contestado: “La finalidad de la vida, es vivirla”…
Pero viéndola al final de su camino, sin haber encontrado en toda su existencia
una razón para vivir, era inútil decirle aquello… Somos seres complejos,
compuestos de tres diferentes energías, con diferentes idiomas: la intelectual,
la emocional y la sexual, alojadas en el cuerpo, que también tiene su propio
lenguaje. El intelecto se expresa con ideas, el centro emocional con
sentimientos, el centro sexual con deseos y el cuerpo con necesidades. El
individuo puede vivirse en sus cuatro centros, convirtiéndolos en unidad; o
vivirse en tres, lo que es como caminar con un clavo en el zapato; o en dos, lo
que es avanzar cojeando; o utilizando un solo centro, lo que es estar preso en
un calabozo. La pregunta “¿Cuál es el sentido de la vida?” surge del intelecto,
centro compuesto sólo de palabras, que confundiendo el idioma con la realidad,
no nos permite vivir en lo que es sino en lo que creemos que la realidad es.
Por incapacidad de lograr que el mapa donde habita se convierta en el terreno
real, llega a la conclusión que la vida no tiene sentido. El intelecto sirve
para proponer los problemas, pero es incapaz de resolverlos. Para lograr gozar
de la vida, el individuo tiene que enseñar a su mente a cesar de dialogar
consigo misma, sumergiéndose en un silencio receptivo. Entonces, liberado de tratar
de pensar lo impensable, se entrega a sentir la vida, primero que nada en su
cuerpo, aceptando su simple animalidad y su misteriosa sabiduría orgánica
conectada con la energía universal. Aprende a respirar con libertad, a gozar
del movimiento, a desarrollar sus sentidos, a agradecer cada segundo de vida,
comprendiendo que para que el todo sea eterno, la parte debe ser efímera. El
sentido de la vida., desde el punto de vista corporal, es gozar la encarnación,
viviendo la niñez, la juventud, la madurez y la vejez, como una eufórica
experiencia. El sentido de la vida en el centro sexual es el placer en compañía
y el éxtasis de crear. La meta vital del centro emocional, es el la unión con
todo lo existente. Dijo un poeta sufí: “No hay más Dios que el Amor y la Bondad
es su profeta”. Por fin, el sentido de la vida, cuando estas cuatro energías se
unen, es desarrollar al más alto grado su conciencia, aquella que se integra a
la Conciencia divina, energía impensable que crea incesante los universos. Dice
el Talmud: “Preocúpate de lo que puedes saber y deja de lado las cosas
misteriosas”. Sólo la Conciencia divina sabe cuál es la finalidad de su sagrada
obra: a nosotros nos incumbe entregarnos a la danza vital. Le preguntaron a Lao
Tse: “¿Qué necesita usted para ser feliz?” Respondió: “No necesito nada: mi
mayor felicidad es estar vivo”.
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