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viernes, 18 de abril de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
ENTREVISTA A UN MEDICO TIBETANO (Ayurvédico)
LAMA TULKU LOBSAN
-Cuando un paciente viene a su consulta, ¿cómo descubre cuál
es su enfermedad?
-Mirando cómo se mueve, su postura, la forma de mirar. No
hace falta que me hable ni me explique qué le pasa. Un doctor de medicina
tibetana experimentado, solo con que el paciente se le acerque a unos 10
metros, puede saber qué dolencia sufre.
-Pero
también escucha los pulsos.
-Así obtengo
la información que necesito de la salud del enfermo. Con la lectura del ritmo
de los pulsos se pueden diagnosticar un 95% de las enfermedades, incluso
psicológicas. La información que dan es rigurosa como la de un ordenador. Pero
leerlos requiere mucha experiencia.
-Y después,
¿cómo cura?
-Con las
manos, la mirada, y preparados de plantas y minerales.
-Según la
medicina tibetana, ¿cuál es el origen de las enfermedades?
-Nuestra
ignorancia.
-Pues
perdone la mía, pero, ¿qué entiende usted por ignorancia?
-No saber
que no sabes. No ver con claridad. Cuando ves con claridad, no tienes que
pensar. Cuando no ves claramente, pones en marcha el pensamiento. Y cuanto más
pensamos, más ignorantes somos y más confusión creamos.
-¿Cómo puedo
serlo menos?
-Le daré un
método muy simple: practicando la compasión. Es la manera más fácil de reducir
tus pensamientos. Y el amor. Si quieres a una persona de verdad, es decir, si
no la quieres solo para ti, aumenta tu compasión.
-¿Qué
problemas ve en Occidente?
-El miedo.
El miedo es el asesino del corazón humano.
-¿Por qué?
-Porque con
miedo es imposible ser feliz, y hacer felices a los otros.
-¿Cómo
afrontar el miedo?
-Con
aceptación. El miedo es resistencia a lo desconocido.
-Y como médico, ¿en qué parte del cuerpo ve más problemas?
-En la columna, en la parte baja de la columna: os sentáis demasiado
tiempo en la misma postura. Vitalmente, tenéis demasiada rigidez.
-Tenemos
muchos problemas.
-Creemos que
tenemos muchos problemas, pero en realidad nuestro problema es que no los
tenemos.
-¿Qué quiere
decir?
-Que nos
hemos acostumbrado a un nivel de necesidades básicas cubiertas, de modo que
cualquier pequeña contrariedad nos parece un problema. Entonces, activamos la
mente y empezamos a darle vueltas y más vueltas sin solucionarlo.
-¿Alguna
recomendación?
-Si el
problema tiene solución, ya no es un problema. Si no, tampoco.
-¿Y para el
estrés?
-Para
evitarlo, lo mejor es estar loco.
-¿...?
-Es una
broma. No, no tan broma. Me refiero a ser o parecer normal por fuera, y por
dentro estar loco: es la mejor manera de vivir.
-¿Qué
relación tiene usted con su mente?
-Soy una
persona normal, o sea que a menudo pienso. Pero tengo entrenada la mente. Eso
quiere decir que no sigo a mis pensamientos. Ellos vienen, pero no afectan ni a
mi mente ni a mi corazón.
-Usted se
ríe a menudo.
-Cuando
alguien ríe, nos abre su corazón. Si no abres tu corazón, es imposible tener
sentido del humor. Cuando reímos, todo es claro. Es el lenguaje más poderoso:
nos conecta a unos con otros directamente.
-También
acaba de editar un CD de Mantras con una base electrónica, para el público
occidental.
-La música,
los Mantras y la energía del cuerpo son lo mismo. Como la risa, la música es un
gran canal para conectar con el otro. A través de ella, podemos abrirnos y
transformarnos: así la usamos en nuestra tradición.
-¿Qué le
gustaría ser de mayor?
-Me gustaría
estar preparado para la muerte.
-¿Y nada
más?
-El resto no
importa. La muerte es lo más importante de la vida. Creo que ya estoy
preparado. Pero antes de la muerte, debemos ocuparnos de la vida. Cada momento
es único. Si damos sentido a nuestra vida, llegaremos a la muerte con paz
interior.
-Aquí
vivimos de espaldas a la muerte.
-Mantenéis
la muerte en secreto. Hasta que llegará un día de vuestra vida en que ya no
será un secreto: no os podréis esconder.
-Y la vida,
¿qué sentido tiene?
-La vida
tiene sentido, y no. Depende de quién seas. Si realmente vives tu vida,
entonces la vida tiene sentido. Todos tenemos vida, pero no todo el mundo la
vive. Todos tenemos derecho a ser felices, pero tenemos que ejercer ese derecho.
Si no, la vida no tiene sentido.
— Con Maju García.
lunes, 14 de abril de 2014
TODO TIENE SOLUCIÓN
Encontrar una salida
a los problemas es más fácil si empezamos por aceptar los hechos en vez de
negarlos
Hay personas que pierden el equilibrio interno y su
bienestar cuando se enfrentan a una situación que etiquetan como “problema”. Es
como si una inmensa lápida cayera sobre sus cabezas y los aplastara
inexorablemente. Y más si se sentencian: “Tengo un problema que no tiene
solución”.
Pero lo que suele suceder es que se bloquean al confundir
los hechos que han desencadenado un problema con el problema en sí. Las causas
que originan un problema son hechos que no tienen solución. Pero el conflicto
que se genera sí la tiene.
Imagina que se te avería el coche acudiendo a una cita.
Seguramente pensarías: “Me ha surgido un problema, el coche se ha averiado”.
Sin embargo, la avería es un hecho, el problema es encontrar un medio de
transporte que te permita llegar puntual a tu cita.
Esto es más evidente cuando en las causas están involucradas
personas con las que tienes fuertes vínculos emocionales. Por ejemplo, alguien
de tu familia cae enfermo. “Me ha surgido un problema familiar; mi hijo ha
enfermado”, argumentas. Realmente, la enfermedad no es el problema, es un hecho
al que hay que hacer frente, el problema es cómo afrontarlo en el ámbito
emocional, laboral…
ENCONTRAR ALTERNATIVAS
No debes quedarte atrapado en intentar cambiar los hechos.
Ante cualquier situación problemática, pregúntate: “¿Cuál es específicamente el
problema? ¿Es realmente importante? ¿Qué estoy dispuesto a hacer para que todo
sea armónico? ¿Qué estoy dispuesto a dejar de hacer para que todo está en
orden?”
Las respuestas te darán la clave para desbloquearte y
encontrar alternativas. Ciertas situaciones catalogadas como “graves problemas”
son, objetivamente, insignificantes. Y recuerda: cualquier problema tiene
solución. Si no la tiene, no es un problema, es
un hecho consumado; éstos son parte de la vida y están ahí para
ayudarnos a crecer.
SALVADOR A. CARRIÓN Director del Instituto Español de PNL
sábado, 12 de abril de 2014
DEJAR DE PREOCUPARSE
Imaginar con miedo lo
que nos puede pasar en el futuro deja una huella negativa en nuestro cerebro.
Centrarnos en el presente es el mejor antídoto contra el temor.
Nuestro cerebro es capaz de inventar recuerdos de hechos que
nunca ocurrieron y reservarles un espacio relevante en la memoria. Este es el
sorprendente descubrimiento de un equipo de investigación de la Universidad de
Wisconsin-Madison y sería una noticia maravillosa si sólo imagináramos cosas
agradables. Sin embargo, muchos de estos recuerdos inventados se refieren a
situaciones amenazantes o traumáticas, hechos que anticipamos porque los
tememos. Y es que la mera preocupación por los sucesos desagradables que puedan
llegar a ocurrirnos se graba también en el cerebro con la misma intensidad que
un recuerdo negativo real.
EL CIRCUITO DEL MIEDO
Cuando algo nos preocupa, activamos un “circuito del miedo”
en nuestra mente. En él se asocian los posibles hechos negativos con las
imágenes y las emociones correspondientes. Este circuito propicia la grabación
profunda en la memoria de estos
pseudorecuerdos.
Según los autores del estudio, estas imágenes terribles de
desastres imaginarios y su recuerdo podían tener sentido en épocas remotas,
pero actualmente no nos aportan ninguna ventaja adaptativa como especie.
PENSAR EN POSITIVO
Cuanto más tiempo pasemos pensando en las situaciones
que nos intranquilizan, más profundo será su recuerdo en nuestra mente –incluso
aunque nunca se hagan realidad- y más angustiosa nos resultará la posibilidad
de enfrentarnos a una situación similar en el futuro. A la vista de estos
descubrimientos, la recomendación de vivir el momento presente y cultivar el
pensamiento positivo cobra más sentido que nunca.
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