martes, 11 de marzo de 2014


EL DESENCANTO

Era un hombre que nunca había tenido ocasión de contemplar el mar. Vivía en un pueblo del interior de la India. Una idea se había instalado con firmeza en su mente: no podía morir sin ver el mar. Para ahorrar algún dinero y poder viajar hasta la costa, empezó a realizar otro trabajo además de su trabajo habitual. Ahorraba todo aquello que podía y suspiraba para que llegase el día en que pudiera estar ante el océano. Fueron años difíciles. Por fin ahorró lo suficiente para llevar a cabo el viaje. Cogió el tren que lo llevó hasta las proximidades del mar. Se sentía entusiasmado y pleno. Llegó hasta la playa y observó el maravilloso espectáculo. ¡Qué olas tan bonitas! ¡Qué espuma tan blanca y hermosa! ¡Qué agua tan azulada y bella! Se acercó hasta el agua, cogió un poco en el hueco de la mano y se la llevó a los labios para degustarla. Entonces, muy desencantado y abatido, se dijo: “¡Qué pena que sepa tan mal con lo hermosa que es!”

Cuando las ideas usurpan el lugar de la experiencia, la persona no sabe acoplarse sabiamente a lo que es y crea conflicto y tensión, además de desencantarse e incluso deprimirse cuando sus expectativas se ven frustradas. Hay que aprender a asumir las cosas tal como son y tenemos que tomar los dos lados de la existencia y tratar de conciliarlos, pues la vida no es como una esfera que pueda partirse para quedarnos solo con una parte de la misma.


 

domingo, 9 de marzo de 2014


LA BRÚJULA INTERIOR

Nuestro cuerpo es capaz de informarnos de las opciones de vida que se ajustan a nuestros valores

Julia acaba de ser promocionada en el trabajo. Es el premio a sus indiscutibles logros de los últimos años. A pesar de la excelente noticia, no está tan alegre y satisfecha  como hubiera pensado y, sorprendentemente, no está segura de querer aceptar el ascenso.

En ocasiones, debemos tomar una decisión y no tenemos claro qué dirección seguir. En esos casos, normalmente hacemos un análisis lógico y racional de los pros y los contras, de qué ganamos y qué perdemos con cada opción; pero, muchas veces, entramos en la espiral de la duda y nos bloqueamos. Es entonces cuando resulta útil acceder a nuestra brújula interior, es decir, preguntarle a nuestro cuerpo su opinión usando el concepto de resonancia/disonancia.

Al igual que un gong vibra largo tiempo cuando se le aplica un toque certero, nuestro cuerpo resuena y vibra cuando está frente a una opción coherente con nuestros valores. Tal y como el gong deja de vibrar o emitir un sonido sordo cuando algo se interpone en su transmisión, nuestro cuerpo emite una disonancia y no vibra si percibe algo no deseable o contrario a nuestros valores.

ORIENTACIÓN Y ENERGÍA

Para sentir la resonancia o la disonancia interna con los propios valores, solo tenemos que escuchar el cuerpo, llevar la atención al interior en un momento de tranquilidad y preguntarse sinceramente:

¿Cómo me siento ante una u otra opción? ¿Emocionado o abatido? ¿Realizado o triste?

¿Qué pasa con mi energía? ¿Es alta y viva o baja y pesada?

¿Hacia dónde apunta mi brújula interior: a un cambio completo o a poner más empeño en lo que tengo ahora?

Al principio, tal vez nos resulte difícil percibir esos mensajes de nuestro cuerpo; pero con el tiempo y la práctica, cada vez nos llegarán más claros. El curso a seguir será algo más natural, algo más satisfactorio y en línea con nuestros deseos.

Conchita Rodríguez Franco
Autora de “Coaching para mujeres”



 



sábado, 8 de marzo de 2014

viernes, 7 de marzo de 2014

"Cuando mueres, sólo cambias de conciencia", esto es lo que explica en esta entrevista el cardiólogo holandés Pim van Lommel. Muy interesante.

Yo tuve una experiencia parecida a los siete años. Pero hasta muchos años después, cuando vi un documental, no supe lo que era. Puedo decir que "he visto el túnel luminoso y que alguien me llevaba...". Afortunadamente, no me "llevó" muy lejos.



http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120605/54303448302/pim-van-lommel.HTML


jueves, 6 de marzo de 2014

miércoles, 5 de marzo de 2014