Otra bonita imagen de la fiesta de San Pedro
Bienvenido Welcome Herzlich willkommen
lunes, 30 de junio de 2014
domingo, 29 de junio de 2014
sábado, 28 de junio de 2014
La importancia del Psoas
En lo más profundo
de nuestro cuerpo se encuentra el psoas, un pequeño músculo que conecta la
parte superior e inferior del cuerpo. Aprender a relajarlo, por lo tanto, ayuda
a ganar una mayor estabilidad.
El cuerpo presenta
una serie de capas o niveles: primero la piel, luego los músculos, después los
órganos y, finalmente, el esqueleto. Sin embargo, hay algunas excepciones. Por
ejemplo, las costillas y el cráneo: unos huesos que cubren y protegen órganos,
en vez de ser su soporte central. El psoas es una excepción similar: es un
músculo que se encuentra en lo más profundo del centro mismo del cuerpo humano,
entre los intestinos y la columna vertebral.
Este músculo actúa
como una especie de puente colgante entre el tronco y las piernas,
transfiriendo el peso de arriba abajo y transmitiendo flujos energéticos en
ambas direcciones. Al mismo tiempo, un psoas sano realiza una función de
estabilización de la columna vertebral.
Por otro lado, el
psoas también actúa como soporte interno del abdomen, una especie de “repisa”
en diagonal sobre la que se asientan los órganos vitales de esta zona. Este
músculo interno, además, actúa en armonía con el diafragma, vinculando los
ritmos del movimiento del cuerpo con los ritmos respiratorios, y entre ambos
realizan un continuo masaje sobre la columna vertebral, los órganos, los vasos
sanguíneos y los nervios del tronco, estimulando el movimiento de los fluidos
por todo el cuerpo, a modo de bomba hidráulica.
Sentirse centrado
El psoas es, pues,
el eje físico de un cuerpo equilibrado y estable. Es un músculo vital en todo
movimiento que implique equilibrio, rotación del tronco y de las piernas y en
definitiva, cualquier movimiento general del cuerpo. Por eso, los movimientos
inadecuados y las malas posturas tienden a forzar el funcionamiento del psoas,
por ejemplo en una actividad motora aparentemente tan sencilla como caminar.
Muchos de nosotros pensamos erróneamente que el movimiento de las piernas empiezan
en la cintura, es decir, que el tronco acaba donde empieza la cadera. Sin
embargo, estructuralmente las piernas empiezan en las articulaciones del fémur
con la cadera, y para que el cuerpo mantenga un equilibrio armónico es
necesario que la pelvis funcione como parte del tronco y no como parte de las
piernas. Si al caminar movemos la pelvis como si fuera parte de las piernas, en
un contoneo excesivo o empujándola hacia delante o hacia atrás, el psoas se
verá obligado a realizar una tensión antinatural para proteger y estabilizar la
columna vertebral.
El psoas puede
tensarse en muchas situaciones diferentes, ya que es capaz de contraerse o
relajarse de forma independiente, en cada unión vertebral.
Pero si este
músculo se usa constantemente para corregir la estabilidad interna, al cabo del
tiempo puede empezar a perder flexibilidad y a acortarse de forma crónica. Y
una contracción o endurecimiento crónico del psoas conlleva una serie de
problemas, porque hace que otros músculos del abdomen y de la espalda se vean
obligados a compensar el equilibrio y empiecen a endurecerse también. Por
ejemplo: los huesos pélvicos tienden a adelantarse, disminuyendo la distancia
entre las crestas ilíacas y las piernas, comprimiendo la cabeza del fémur en su
articulación.
Esta compresión
hace que los muslos se desarrollen excesivamente y el fémur pierde capacidad de
rotación, un movimiento que es asumido por las rodillas y la espina lumbar.
Estos trastornos
pueden provocar, a la larga, lesiones crónicas en la espalda, la cabeza del
fémur o las rodillas.
El corazón de las emociones
Con un abdomen
habitualmente en tensión y comprimido, una vitalidad disminuida y una
respiración alterada, es comprensible que la atrofia del psoas conlleve
alteraciones emocionales.
Puede que mucha de
esa ansiedad que nos atenaza, o parte de esa apatía crónica que nos oprime esté
relacionada con un psoas inhibido. Igualmente, la sensación permanente de
inseguridad que algunas personas experimentan puede estar directamente conectada
con el sobreesfuerzo continuo por mantener el equilibrio del esqueleto.
Además, el
complejo de músculos iliopsoas está íntimamente conectado con la atávica
reacción de “lucha-huida” que permite a los animales defenderse en una
situación de peligro, cuando deben enfrentarse a un agente externo. Tanto si
nos encogemos en una posición fetal protectora, como si saltamos desde el suelo
para correr, el psoas es el corazón de los músculos implicados, el primero en
reaccionar. Por ello, un psoas crónicamente contraído está enviando al resto
del cuerpo, lo que afecta al sistema nervioso, agota a las glándulas
suprarrenales y debilita el sistema inmunitario. Si nos sentimos agresivos a
menudo, y sin razón aparente, es posible que una atrofia del psoas tenga mucho
que ver.
Al relajar el
psoas, debemos desarrollar la confianza en el equilibrio de nuestro esqueleto,
en vez de buscar el equilibrio mediante tensiones musculares. Un cuerpo
relajado sostiene su peso de manera natural sobre su propia estructura ósea:
los músculos están para mover los huesos, no para apuntalar el peso del cuerpo.
Cuando aprendemos a repartir el peso sobre el esqueleto y a sostenerlo sin
esfuerzo, la sensación se traduce en una actitud emocional de seguridad y
equilibrio. Las articulaciones devienen sutiles nodos de fluir energético,
dando a todo movimiento una sensación de continuidad y armonía.
Inestabilidad pasajera
Sin embargo,
liberar el psoas, al principio puede ser problemático. Al intentar “dejar ir”
los huesos y relajar la musculatura, puede invadirnos una sensación de vértigo.
Acostumbrados a sostenernos mediante contrafuerzas musculares, hemos perdido la
confianza en nuestra estructura ósea, y podemos creer que nos vamos a
desmoronar. Los primeros ejercicios de relajación pueden dar una primera
impresión de inestabilidad, que es pasajera. Asimismo, una vez que hayamos
aprendido a sentir nuestros músculos iliopsoas, y empecemos a relajarlos,
podremos atravesar una etapa de emociones confusas. Es normal, ya que la atrofia
del psoas suele estar relacionada con problemas emocionales, y para liberar
este músculo, como en cualquier tratamiento o cura, primero hay que abandonar
los viejos esquemas y depurar los elementos dañinos, permitiendo que afloren.
Con el tiempo, la consciencia y el cuidado de los iliopsoas nos conducirá a
mejorar tanto la salud física, como la emocional.
Fuente: http://www.saludablemente.es/laimportanciadelpsoas.phpjueves, 26 de junio de 2014
miércoles, 25 de junio de 2014
¿Qué es el masaje
holístico?
La palabra "holístico" proviene de la palabra
griega "holos" que significa todo. El objetivo del masaje holístico
es trabajar sobre toda la persona y no sólo los síntomas físicos o problemas
que pueda estar sintiendo. De este modo, el masaje holístico se centra también
en factores externos como la psicología, la nutrición y el medio ambiente. El
masaje holístico trata a cada persona de acuerdo a sus necesidades
individuales, por lo que el cuerpo puede restablecer así su propio equilibrio
natural.
El masaje holístico utiliza el tacto, el movimiento y la
energía durante la terapia. También puede utilizar técnicas de relajación con
música relajante, aceites esenciales, y otros métodos, junto con el masaje en
sí mismo.
Beneficios del masaje
holístico
El masaje holístico tiene muchos beneficios, incluyendo:
• aumentar los niveles de energía
• aumentar la claridad mental
• mejorar la concentración
• reducir el estrés y la ansiedad
• aliviar la tensión muscular y rigidez
• mejorar la postura
• mejorar la movilidad y la flexibilidad
• una mejor circulación
• respiración más profunda y más eficiente
• la mejora de la elasticidad de la piel
• fortalecer el sistema inmunológico
• equilibrar el sistema digestivo
• una mejoría del sueño
• compatible con el sistema linfático
• relajación profunda
• mejora de la autoestima
• la liberación de endorfinas - el cuerpo de químicos que
hacen sentir bien
• disminución de la presión arterial alta
• el alivio de la tensión ocular, dolores de cabeza y
migraña
Qué esperar del
Masaje Holístico
La primera vez que vaya a recibir un masaje holístico, el
terapeuta debe sentarse con usted y revisar su historial médico, su historia
familiar, y su estilo de vida. Esta información hará que el terapeuta sea capaz
de adaptar el masaje y otros tratamientos a fin de que funcionen mejor para
usted. El número de tratamientos que usted debe recibir es totalmente personal,
pero el terapeuta elaborará un plan de tratamiento que crea que será mejor para
usted. Este plan consiste en una serie de masajes realizados semanal o
quincenalmente.
Cada masaje dura alrededor de una hora y se realiza en todo
el cuerpo. Mientras que un masaje de cuerpo entero se realiza a casi en todas
las sesiones, a veces un área de interés será acordado entre el cliente y el
profesional, como parte del conjunto de tratamiento (en caso de un área
específica de su cuerpo le este causando preocupación y problemas, por
ejemplo). La primera sesión tomará más tiempo debido a la historia detallada tomada
de antemano. Después del masaje, el terapeuta puede aconsejarle sobre otras
cosas que usted puede hacer para ayudar a mantener el equilibrio natural de su
cuerpo. Esto podría ser a través de cosas como el yoga, los cambios
nutricionales, un cambio en su entorno, etc. A menudo, el terapeuta le enseñará
algo de estiramientos suaves que hacer, o algunos ejercicios suaves que se
pueden realizar en casa, así como consejos para mejorar o mantener el
tratamiento. Esto significa que usted tiene cierto control y la responsabilidad
de mejorar el estado de su salud.
A menudo, un terapeuta de masaje holístico es entrenado en
una serie de disciplinas y ha pasado por un periodo de desarrollo personal en
su propio viaje, dándole la posibilidad de especializarse en un área de
atención de la inmunidad, deportes, salud mental, a la relajación para dar
masajes.
sábado, 21 de junio de 2014
PSICONEUROINMUNOLOGÍA: LO QUE EL CORAZÓN QUIERE, LA MENTE SE
LO MUESTRA
Esta es una entrevista que La Vanguardia Digital le realizó
al Dr. Mario Alonso Puig quien es Médico Especialista en Cirugía General y del
Aparato Digestivo, Fellow de la Harvard University Medical School y miembro de
la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de
la Ciencia.
Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los
sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en
gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos
que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad
de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del
cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se
inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para
solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el
sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón
quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa
mente.
Tengo 48 años. Nací y
vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del
aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la
flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable
con las personas. Soy católico. Acabo de publicar Madera líder (Empresa Activa)
IMA SANCHÍS - 18/10/ 2004
- Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?
-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y
que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su
trayectoria.
- ¿Psiconeuroinmunobiología?
-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre
el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una
conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son
una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de
forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos
muy profundos.
- ¿De qué se trata?
-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto
entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una
situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio
permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro
y en la constelación hormonal.
- ¿Qué tipo de cambios?
-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del
aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad
intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más
necesarias para tomar decisiones adecuadas.
- ¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso
es cosa de sabios?
-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la
atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de
producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la
serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los
dos hemisferios.
- ¿Cambiar la mente a través del cuerpo?
-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos
que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen
que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más
inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que
tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
- ¿Dice que no hay que ser razonable?
-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal
humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero
cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece
otra línea. Son más importantes el qué y por qué que el cómo. Lo que el corazón
quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.
- Exagera.
-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros
lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación
de la realidad.
- Más recursos....
-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido
fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que
decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente
personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su
estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas
enfermedades.
- ¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906,
dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica.
Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede
ser escultor de su propio cerebro".
- ¿Seguro que no exagera?
-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos
nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del
observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es,
vemos el mundo que somos.
- ¿Hablamos de filosofía o de ciencia?
-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos.
Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas
y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la
persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las
migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.
- ¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y
eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de
Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de
una comunicación va por debajo de la conciencia.
- ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a
la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer
hay que salir de esa zona.
- La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por
el inconsciente.
-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido
incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya
espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada
vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.
Deme alguna pista.
-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad
honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo
hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la
conciencia.
- Ver lo que hay y
aceptarlo.
-Si nos aceptamos por
lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar.
Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la
transformación.
jueves, 19 de junio de 2014
EL CORAZÓN TIENE CEREBRO
Entrevista de La Contra, de La Vanguardia, a Annie Marquier,
matemática e investigadora de la conciencia.
Tras estudiar matemáticas y la carrera de piano y órgano fue
profesora en La Sorbona. Luego se instaló en India y participó en la creación
de la comunidad de Auroville con Sri Aurobindo y Krishnamurti. Poco después
fundó en Quebec el Instituto para el Desarrollo de la Persona. Es autora de El
poder de elegir, La libertad de ser y El maestro del corazón (Luciérnaga).
Lleva muchos años investigando la intersección entre la ciencia y la
conciencia, y sus planteamientos son siempre rigurosos y están documentados.
Que el corazón tiene
cerebro es una metáfora, ¿no?
No. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema
nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una
compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.
¿Es inteligente?
Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el
corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del
cerebro; y que puede aprender, recordar, e incluso percibir. Existen cuatro
tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.
Primera… la comunicación neurológica mediante la transmisión
de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que
recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o
activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.
¿Significa eso que el
corazón puede influir en nuestra manera de pensar?
Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por
tanto en nuestras reacciones.
Segunda conexión… la información bioquímica mediante
hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la
que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus
efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés, y producir y liberar
oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.
Tercera… la comunicación biofísica mediante ondas de
presión. Parece ser que a través del ritmo cardíaco y sus variaciones, el
corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.
Cuarta… la comunicación energética: el campo
electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo,
5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en
función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se
vuelve caótico.
El campo magnético del
corazón ¿Y se ordena con las emociones positivas?
¿A qué conclusiones
nos llevan estos descubrimientos?
El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar
la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. ¿No será este
nuevo circuito un paso más en la evolución humana?
¿…?
Hay dos clases de variación de la frecuencia cardíaca: una
es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona
tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es
desordenada, con ondas incoherentes.
¿Aparece con las
emociones negativas?
Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más:
las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardíaco;
es decir que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del
corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.
(…)
Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la
cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la
realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por
las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello
tiene una percepción exacta de la realidad.
Parece ciencia
ficción.
Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro
del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona
correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las
emociones positivas.
Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible
para un gran número de personas.
¿Y cómo puedo activar
ese circuito?
Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el
prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las
diferencias, el coraje…
¿Santos las 24 horas?
Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En
esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos
primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están
anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir
millones de años.
¿Y cómo nos libramos
de ellos?
Tomando la posición de testigos, observando nuestros
pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos
pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y
reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en
lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.
Ya.
Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva
períodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en
grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepa qué hacer.
Fuente:
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120314/54267641495/annie-marquier-corazon-cerebro.html
domingo, 15 de junio de 2014
Joe Dispenza, doctor en Quiropráctica, bioquímico y
neurocientífico
"Si quieres otra realidad, debes convertirte en otra
persona"
LA LEY DEL CAMBIO
Nuestra personalidad y nuestra realidad se han construido
según cómo pensamos, actuamos y sentimos. Con mucha disciplina, entrando a
diario en nuestro cerebro, podemos, según Dispenza, crear nuestra realidad. En
su último libro, Deja de ser tú (Urano), explica cómo y propone un aprendizaje
de cuatro semanas. Quiropráctico con una vida de película, tuvo una lesión que
le hizo replantearse las capacidades de nuestro cerebro y se convirtió en
bioquímico y neurocientífico. "Primero investigué las remisiones espontáneas
de enfermedades y analicé qué tenían en común las personas que lo conseguían.
Luego decidí reproducirlo, y todo lo que es reproducible se convierte en una
ley".
Lleva años defendiendo que podemos llegar a controlar
nuestra mente y la realidad.
La mente determina la experiencia exterior, porque todo se
reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento altera
constantemente nuestra realidad. Es posible cambiar circunstancias de la
realidad si sabemos cómo.
Pues debo de ser muy torpe.
Si sostiene los mismos pensamientos, si lleva a cabo las
mismas acciones y vive con los mismos sentimientos y emociones, su cerebro y su
cuerpo seguirán igual; pero cada vez que aprende algo establece nuevas
conexiones que cambian físicamente su cerebro.
Nos pasamos la vida aprendiendo.
No todos. Aun así, aprender no es suficiente. Has de aplicar
lo que aprendes, y cuando empiezas a experimentar las emociones de esa
experiencia, entonces literalmente das nuevas señales a tus neuronas y creas
nuevas sinapsis: a eso se le llama evolución.
Si fuera tan sencillo...
Siempre estamos creando un futuro, lo que pasa es que
solemos crear el mismo, reafirmamos nuestra personalidad. Vivimos dirigidos por
una serie de pensamientos, conductas y reacciones emocionales memorizados
(temor, culpabilidad, falta de autoestima, enfado, prejuicios...) que son muy
adictivos y que funcionan como programas informáticos instalados en el
subconsciente.
¿Dónde está el cambio?
En ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos
las víctimas de nuestra realidad o los creadores.
Suena a autoayuda.
Si analizamos grandes personajes de nuestra historia, vemos
que todos ellos pensaron e imaginaron un futuro el suficiente número de veces
como para que su cerebro cambiara literalmente, hasta el punto de que sentían
esa experiencia deseada como si ya hubiera sucedido.
Primero crearon el cambio en ellos.
Cambiar significa ir más allá del entorno, el cuerpo y el
tiempo. Podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa, y
lo hacemos a diario: si estamos conduciendo por una carretera pero concentrados
en nuestro pensamiento, no vemos la carretera, no sentimos nuestro cuerpo y no
sabemos cuánto tiempo ha pasado. Ese estado es el que utilizamos para crear.
Absortos en la emoción.
Pero la mayoría de las personas están pensando en sus
problemas en lugar de pensar en las posibilidades.
Pero pensar en algo no lo hace real.
Una vez tenemos una visión, nuestro comportamiento debe
responder a las intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos.
Tenemos que escoger de manera distinta de como hemos escogido para que pueda
suceder algo nuevo. Si quiere crear una nueva realidad personal, tiene que,
literalmente, convertirse en otra persona.
¿Cómo?
Mediante un programa de meditación desligada de misticismos
que pretende que el cerebro y el cuerpo no respondan de forma predecible. Se
trata de que se convierta en una habilidad, de abrir la puerta del sistema
operativo, de todos esos programas subconscientes donde realmente ocurre el
cambio.
Pongamos, por ejemplo, la ansiedad...
El escáner de alguien con ansiedad o con depresión es el
mismo: el cerebro empieza a segregar química como si eso que teme la persona
estuviera sucediendo, y con el tiempo esa química se convierte en adictiva.
¿Cómo salir del bucle?
Meditación significa familiarizarse con. Si haces
conscientes tus pensamientos y tus hábitos automáticos y observas las
emociones, empiezas a objetivizar tu mente subconsciente. Si te familiarizas con
los aspectos de ti mismo que crean la ansiedad (o lo que quieras cambiar),
durante la vigilia observarás cuándo empiezas a sentirte de esa manera y serás
capaz de cambiarlo.
¿Y a partir de ahí?
... Si decides quién quieres ser, cuál es el gran ideal de ti
mismo, qué pensamientos quieres tener, qué conductas quieres demostrar, qué
emociones quieres experimentar; si te recuerdas cada día quién ya no quieres
ser y quién quieres ser y empiezas a pensar en nuevas formas de ser, cuanto más
pienses en ello y más lo planifiques, más estás instalando los circuitos en el
cerebro.
Cuanto más te observes a ti mismo, menos serás tú mismo.
Exacto. Si podemos enseñar al cuerpo a confiar en el futuro
y vivir en la alegría, creamos nuevas conexiones. Una atención clara y una
emoción elevada cambian el destino. Pero requiere disciplina. El simple
pensamiento positivo no funciona, porque la negatividad está instalada en el
subconsciente. Los cambios verdaderos consisten en ser consciente de tus
reacciones inconscientes.
¿Y qué dicen sus colegas?, ¿le tratan de esotérico,
chiflado...?
Hay una división intelectual: tengo colegas que defienden
teorías similares a las mías y somos tan científicos como los que defienden
modelos más convencionales. Pero yo propongo que se pruebe y se juzgue.
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viernes, 13 de junio de 2014
jueves, 12 de junio de 2014
CLAVES DEL BIENESTAR
DEEPAK CHOPRA. Sus enseñanzas han inspirado a millones de lectores
en todo el mundo, con títulos ya clásicos como “Salud perfecta”, “Cuerpos
sin edad, mentes sin tiempo” o “Las siete leyes espirituales del éxito”.
La armonía entre la
mente, el cuerpo y el espíritu es la clave de la salud. El doctor Deepak Chopra
nos ofrece su camino para alcanzar una vida plena.
Médico de origen hindú afincado en Estados Unidos, Deepak
Chopra ha sido clave en la incorporación de la sabiduría oriental a la medicina
occidental. Su síntesis entre tradición
y ciencia moderna lo han convertido en el máximo divulgador del concepto de
salud holística, basada en el equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu. La
salud, según el Doctor Chopra, no es sólo la ausencia de enfermedad, sino el
desarrollo del potencial de una persona en todos los sentidos. Por eso estos
consejos que pone a nuestra disposición constituyen un verdadero camino hacia
el bienestar.
ESCUCHA A TU CUERPO, éste se expresa emitiendo señales
indicativas de que está cómodo o incómodo. Al elegir como te comportas o
actúas, pregúntate: “¿Cómo te hace sentir esto?” Si tu cuerpo responde con una
señal de tensión emocional o física, vigila. Si tu cuerpo te envía una señal de
comodidad y entusiasmo, prosigue.
VIVE EL PRESENTE, es el único momento que tienes. Mantén tu
atención en lo que es aquí y ahora. Busca la plenitud en cada instante. Acepta
todo lo que llegue a ti de modo que puedas apreciarlo, aprender y dejarlo ir.
MEDITAR REGULARMENTE, aquietar tu diálogo interior, te
permitirá contactar con tu propia conciencia. Así podrás guiarte por tu
intuición más que por las interpretaciones impuestas externamente para conocer
lo que es o lo que no es bueno para ti.
RENUNCIA A TU NECESIDAD de aprobación externa. Sólo tú
puedes juzgar tu valía. Tu objetivo es descubrir tu infinito valor, al margen
de lo que piensen los demás. Cuando lo veas así, vivirás una gran liberación.
CUANDO TE ENFADES o te opongas a algo, date cuenta de que
solo luchas contra ti mismo. Las resistencias son defensas ante viejas heridas.
Si renuncias a la ira, te estarás curando a ti y cooperando con el Universo.
EL MUNDO EXTERIOR refleja tu mundo interior. Lo que odias de
los demás es lo que niegas de ti mismo. Lo que te gusta es lo que desearías
para ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución y conocerte a
fondo.
LIBÉRATE DEL PESO del juicio. Juzgar introduce el bien y el
mal en situaciones que simplemente son. Todo puede ser comprendido y perdonado,
pero al juzgar no puedes comprender ni
aprender a amar. Juzgar a los demás es aceptarte poco a ti mismo.
NO CONTAMINES TU CUERPO con toxinas, ya sean alimentarias o
emocionales. La salud de cada célula contribuye
directamente a tu estado de bienestar general.
EL MIEDO ES PRODUCTO de la memoria, que vive en el pasado
para intentar que no se repitan viejas heridas. Pero eso no elimina el miedo a
ser herido. Eso sólo sucede si encuentras
la seguridad en tu ser, que es amor. Esa verdad interior puede hacer
frente a cualquier amenaza.
UNA INTELIGENCIA PROFUNDA organiza el Universo, y una porción
de ésta reside en ti. Tus actos y pensamientos inciden en todo el campo de
inteligencia. Vivir en equilibrio es bueno para ti y para todo el mundo.
lunes, 9 de junio de 2014
¿CUÁL ES EL SENTIDO DE LA VIDA?
Alejandro Jodorowsky
Hace algunos años, el director del hospital neurológico de
París, a quien yo no conocía, llegó a mi casa y me pidió que visitara a su
esposa que, víctima del cáncer, estaba a punto de morir. “Ella ha leído sus
libros y no quiere ver a ningún sacerdote, sólo desea hablar con usted”. Accedí
a su pedido. La mujer estaba en un lecho del frío hospital, acabando de ingerir
un puñado de píldoras. Sin decir una palabra, la tomé con delicadeza entre mis
brazos, estrechándola con ternura. Su cuerpo frágil y huesudo se apoyó con
alivio en el mío. Sentí su sed de relación humana, tan ajena a la actitud de
los enfermeros. Al cabo de un rato largo, me murmuró: “¿Cuál es el sentido de
la vida?” Le contesté, lo más dulcemente que pude: “La vida no tiene sentido”.
Suspiró con alivio: “Es eso lo que quería oír”. Se durmió para morir horas más
tarde… En realidad esa no era la respuesta que yo consideraba justa. En otras
circunstancias, le hubiera contestado: “La finalidad de la vida, es vivirla”…
Pero viéndola al final de su camino, sin haber encontrado en toda su existencia
una razón para vivir, era inútil decirle aquello… Somos seres complejos,
compuestos de tres diferentes energías, con diferentes idiomas: la intelectual,
la emocional y la sexual, alojadas en el cuerpo, que también tiene su propio
lenguaje. El intelecto se expresa con ideas, el centro emocional con
sentimientos, el centro sexual con deseos y el cuerpo con necesidades. El
individuo puede vivirse en sus cuatro centros, convirtiéndolos en unidad; o
vivirse en tres, lo que es como caminar con un clavo en el zapato; o en dos, lo
que es avanzar cojeando; o utilizando un solo centro, lo que es estar preso en
un calabozo. La pregunta “¿Cuál es el sentido de la vida?” surge del intelecto,
centro compuesto sólo de palabras, que confundiendo el idioma con la realidad,
no nos permite vivir en lo que es sino en lo que creemos que la realidad es.
Por incapacidad de lograr que el mapa donde habita se convierta en el terreno
real, llega a la conclusión que la vida no tiene sentido. El intelecto sirve
para proponer los problemas, pero es incapaz de resolverlos. Para lograr gozar
de la vida, el individuo tiene que enseñar a su mente a cesar de dialogar
consigo misma, sumergiéndose en un silencio receptivo. Entonces, liberado de tratar
de pensar lo impensable, se entrega a sentir la vida, primero que nada en su
cuerpo, aceptando su simple animalidad y su misteriosa sabiduría orgánica
conectada con la energía universal. Aprende a respirar con libertad, a gozar
del movimiento, a desarrollar sus sentidos, a agradecer cada segundo de vida,
comprendiendo que para que el todo sea eterno, la parte debe ser efímera. El
sentido de la vida., desde el punto de vista corporal, es gozar la encarnación,
viviendo la niñez, la juventud, la madurez y la vejez, como una eufórica
experiencia. El sentido de la vida en el centro sexual es el placer en compañía
y el éxtasis de crear. La meta vital del centro emocional, es el la unión con
todo lo existente. Dijo un poeta sufí: “No hay más Dios que el Amor y la Bondad
es su profeta”. Por fin, el sentido de la vida, cuando estas cuatro energías se
unen, es desarrollar al más alto grado su conciencia, aquella que se integra a
la Conciencia divina, energía impensable que crea incesante los universos. Dice
el Talmud: “Preocúpate de lo que puedes saber y deja de lado las cosas
misteriosas”. Sólo la Conciencia divina sabe cuál es la finalidad de su sagrada
obra: a nosotros nos incumbe entregarnos a la danza vital. Le preguntaron a Lao
Tse: “¿Qué necesita usted para ser feliz?” Respondió: “No necesito nada: mi
mayor felicidad es estar vivo”.viernes, 6 de junio de 2014
PRESERVE PLANET
PLANETA TIERRA - TODAS LAS ESPECIES ESTAMOS LIGADAS
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miércoles, 4 de junio de 2014
ENTREVISTA CON CARLOS FIEL: “LA ILUMINACIÓN ES LLEVAR
CONCIENCIA Y SENSIBILIDAD A TU VIDA”
“Creo que el sentido del samadhi -dice Carlos Fiel- es
llevar ese rol de conciencia, responsabilidad, sensibilidad hacia lo que nos
toca vivir en cada momento: relaciones, compromisos, afectos…”. Y propone:
Tejamos una red de conciencia, cada uno, desde su pequeña isla. Humildemente,
creo que es lo que puede hacer cada cual”. No te pierdas esta entrevista
apasionada y necesaria.
Carlos Fiel
intervino recientemente en el acto de celebración del 40 aniversario del Centro
Sivananda con un mensaje desmitificador y poco “ortodoxo” sobre el sentido del
yoga hoy día. Después le pedimos que nos hablara de ello.
Quiero reconocer el gran trabajo de aportación de Occidente al yoga, un sentido más ecléctico, más abierto. La investigación de las neurociencias ha hecho muchísimo trabajo. Y el budismo Theravada, el Vipassana, el Zen, también han hecho aportaciones increíbles. A veces en el mundo del yoga, como en todos los gremios, hay como pequeñas peleas por las diferencias, y sin embargo lo que nos une es infinitamente mayor.
Creo que hay
que abrir un poco la visión de que quizás no estamos en el camino de esa
Iluminación que pedíamos, pero cada uno está intentando llevar su pequeñita luz
a su relación y a su entorno. Y eso me parece infinitamente más necesario hoy
en día.
Creo que la
conciencia individual es esencial. Los grandes grupos, los grandes gurus, la
tendencia a unificar criterios están bien, pero tenemos que abrirnos a otras
muchas formas que son totalmente válidas y aportan una gran lucidez a nuestra
sociedad. Hay que dejar un hueco y otorgar un respeto total a todas ellas.
Es el
sentido del samadhi: iluminar tu realidad. Me gusta mucho el cuento zen del buey,
porque al final ¿Kakuan qué hace? Volver con su hatillo y su camisa abierta al
mercado. Y lo único que dice es: donde antes veía un carnicero o un borracho,
ahora solo veo al Buda. Es decir, el mercado no ha cambiado, ha cambiado su
visión hacia la vida.
Creo que el
sentido del samadhi es llevar ese rol de conciencia, responsabilidad,
sensibilidad hacia lo que nos toca vivir en cada momento: relaciones,
compromisos, afectos… Todo eso es la vida. La gran enseñanza del budismo
Theravada o Vipassana es la plena consciencia de las pequeñas cosas que
hacemos. A veces estamos preocupados por nuestra Gran Iluminación y olvidamos
que todos los días hay alguien a nuestro lado al que hay llevar el zumo de
naranja o necesita que le prestemos oído o le demos un abrazo. Ese montón de
pequeños gestos que podemos hacer con corazón creo que es el verdadero sentido
del yoga. Darle sentido al vivir.
Hace poco escuché de una fuente científica que según pasa la edad vivimos de forma más acelerada la vida. A los 18 años es el punto 0; a los 30 ya es el 15% de aceleración; a los 40, un 20-25%; a los 50 o 60, un 35 o 40%; a los 70, la vida ya se “acelera” más de un 50%. Vivimos más aprisa porque no vivimos, porque si yo estuviera plenamente consciente del momento, de parar ese acelerón que llevamos y vivir el montón de cosas que hay que hacer con verdadera interiorización, creo que esa frecuencia de aceleración disminuiría considerablemente. Si además de eso ponemos un poco de higiene en la mente y en la alimentación, nos sentará muy bien, seguro.
Yo siempre cuento que tuve una suerte infinita: con 19 años estar en la India, encontrarme con Gerard Blitz, el fundador de la Unión Europea de Yoga, y permanecer juntos muchos años. Gracias a él conocí a Krishnamacharia, Krishnamurti, Deshimaru, un mundo que fue abriéndome sus puertas. Participé en la fundación de la UEY desde el primer congreso de Zinal, aunque luego la creación de las federaciones europeas tomaron el sentido y dejaron de interesarme… Actualmente tengo, junto con otras personas, una fundación para niños en la India que se llama Care&Share, en la que estoy muy implicado. Estoy metido en el mundo de la meditación Theravada, ahora con un monje de Birmania que traeré probablemente en abril o mayo del año que viene.
Luego estoy
muy dedicado a la formación en Sadhana, poniendo un
poco lo mejor de mí en desarrollar el concepto de la sensibilidad hacia el
cuerpo, hacia esa higiene luminosa de uno mismo. Y en cuanto a la salud y la
medicina, pues también sigo muy dedicado a atender a la gente día a día,
procurando que el proceso personal de cada uno vaya adelante. Y cada vez estoy
más interesado en lo personal y en desarrollar un nivel de conciencia de lo
cotidiano, esa percepción consciente y lúcida de cada día…
Sí, al fin y al cabo es eso, la pura presencia. Mindfulness viene de todo el mundo Theravada y Vipassana. Es una aplicación muy lógica, muy práctica y además muy útil. Necesitamos mucho esa cualidad de presencia. Para mí, es lo que va a marcar la diferencia; lo que nos va a transformar es desarrollar esa sensibilidad que permitirá salir de esta gran crisis de forma creativa.
No creo que haya que dejar de ser quienes somos, pero nunca vamos a seguir siendo quieres éramos. No es una cuestión de moral sino de consciencia. Como proyectamos nuestra visión y nuestra actuación cotidiana y diaria en el mundo, tenemos una responsabilidad total en él. Tejamos una red de conciencia, cada uno, desde su pequeña isla. Humildemente, creo que es lo que puede hacer cada cual.
Creo que la formación es un invento tremendamente relativo; cuatro años de formación, o tres, como se quiere ahora, no significa gran cosa. Esta estructura a la que está obligando el Gobierno y el Estado me parece de una ignorancia y una inutilidad grande. Porque el sentido del yoga no se puede transmitir a través de una estructura así. Primero hay que conocerlo a fondo, ver cómo se ha transmitido y cómo de ahí surge la necesidad de que los formadores tengan una preparación válida.
Lo que hay
que estimular no es el tener un título, sino al interés por el yoga y la
formación. Si yo quiero ser médico, no me interesa la titulitis, sino que mi
formación tenga la calidad que requiere la medicina (o el proceso del yoga). Y
luego lo que hay que saber, como decía siempre sabiamente Krisnamacharia, es si
cuando hablamos del yoga hablamos de lo mismo. Porque si tú necesitas la
titulitis para dar clase de yoga en un gimnasio, igual es que estamos hablando
de una salud cultural muy simple.
Si preguntas
en Estados Unidos qué es el yoga, el 97% de la gente te dirá que posturas. Y,
sin embargo, hasta el año 1000 no tenía nada que ver con eso, sino con una
serie de actitudes, de intenciones, que por cierto a todos nos cuesta mucho
llevar adelante. Ojalá pudiéramos decir todos que los Yamas y Niyamas los
llevamos bien; ya me conformaría yo.
En resumen,
pienso que la titulitis que hay ahora es una fiebre de inconsciencia, porque en
realidad lo que nos hace falta es la pasión por la práctica. Me acuerdo que
cuando empezamos en nuestra comunidad (Arco Iris) éramos locos y apasionados.
Teníamos que ahorrar todo el año para irnos a la India en un autobús a tomar
una clase. Te hablo del año 69… Y ahora, si la escuela de yoga que te interesa
te pilla dos calles más allá, no vas.
El yoga se relaciona con la maduración y el crecimiento personal, que te hacen ir conectando con diversos elementos de la vida que crees que sin ellos el corazón no se cura, no se alimenta. Con el tiempo nos vamos dando cuenta de nuestros errores, de esos egos de los que en el yoga se habla tanto y sin embargo abundan tanto. Todos somos un poco responsables de ellos y tenemos que ir con una gran humildad.
Hay que
preguntarse: ¿a mí qué me interesa del yoga, qué me aporta? Y la respuesta es:
la práctica por mi propia higiene, por mi propio bien, y para que lo que yo
genere en mi vida tenga lucidez y dé flores alrededor. ¿Qué hay que estar en la
sociedad? Sí. ¿Que quien enseña yoga tiene que saber lo que se hace? Por
supuesto. Pero todos sabemos que cuatro años no es nada; simplemente te valen
para abrir los ojos. Pero el compromiso con la práctica es mucho más a largo
plazo e implica toda una estructura distinta y un compromiso distinto de las
propias formaciones y escuelas.
¿Qué pueden
hacer los formadores de yoga, que son en alguna medida responsables del
fenómeno “titulitis”, por mejorar la situación?
Tenemos que entonar nuestro mea culpa y estudiar qué podemos hacer para transmitir lo que es esencial dentro del yoga. Y saber que la propuesta de la Administración garantiza unos mínimos, pero que existe un contenido que hay que trabajar profundamente.
Tenemos que entonar nuestro mea culpa y estudiar qué podemos hacer para transmitir lo que es esencial dentro del yoga. Y saber que la propuesta de la Administración garantiza unos mínimos, pero que existe un contenido que hay que trabajar profundamente.
Y después,
que haya diversidad, que es muy sana. El que no conoce el yoga puede poner a
sus alumnos a trabajar asanas y a hacerse nudos, pero para mí la asana es un
medio, una consecuencia. Para mí es esencial la sensibilidad y la conciencia
que tengo sobre cómo hablo o sobre cómo hago un micromovimiento y estoy ahí,
con toda mi atención puesta en lo que hace mi cuerpo.
La Administración debería de ser un poquito más consciente de cómo dar cabida a todo eso para que no se pierda el potencial maravilloso del yoga, tan útil a nivel social como a nivel educativo. Pienso que para la vida laboral es importantísimo: en Italia hay empresas grandes de 15.000 empleados donde todos tienen su espacio para practicarlo.
El yoga
tiene cabida en el mundo, y el mundo está lleno de profesores de yoga. Ahora
bien, ¿cuántos hay que practiquen yoga? Esta es la gran pregunta. Practicantes
que dediquen su tiempo a indagar, a investigar, a ponerse en cuestión, a
repensar su mundo de relaciones, de realidades, de compromisos, de meteduras de
pata y de aceptar tus puntos negros… Porque eso también somos nosotros.
Lo tonto es
decirle a alguien que haga yoga para ser perfecto. No; yo hago yoga para
aceptarme como soy, porque tener esa visión clara de cómo soy es lo que me va a
permitir cambiar algo. Todo lo que esconda o niegue de mí, no es. Carlos Fiel
tendrá un aparte luminosa y una parte oscura, como la tenemos todos, pero yo no
lo puedo rechazar ésta, es mi realidad. Yo tengo que admitirme a mí para luego
admitir a todos los demás, sin excluir a nadie, y dando cabida en nuestro
corazón.
Creo que
toda nuestra vida es material de crecimiento, y no sobra nada. Eso es lo que
tenemos que trabajar, ese respeto profundo a lo que es el otro.
Claro, yo no podría ser quien soy si no me reconozco con mis luces y con mis sombras. Ese es el primer paso. Hasta que yo no esté relajado conmigo mismo y me acepte y me reconozca a mí mismo como alguien interesante en mi vida, acabaremos proyectando en otras personas la responsabilidad de nuestra evolución. Y no, la responsabilidad no es de un guru, ni de un profesor, ni de una escuela de yoga. Ante la única persona hacia la que tengo que inclinar la cabeza es ante esa realidad profunda que hay dentro de mí como dentro de cada ser. Ahí es donde está el compromiso, la sinceridad o el aprender de tu deshonestidad.
Uno que no
peca no va al cielo, no puede ir. Uno que no reconozca que ha sido orgulloso,
violento, avaricioso, quien no se reconozca en tantas cosas que hacemos, ¿cómo
va a ir más allá de eso? Eso que decimos de “más allá del ego”, ¿qué significa?
¿Negar una parte de ti? No. Es comprenderlo y decir esto que me gusta y con lo
que me identifico, y esto que no me gusta y que rechazo, todo esto soy yo.
El yoga
pretende trascender esa dualidad para ir a esa otra parte que es bellísima: la
esencia hay en el corazón de todos los seres, la bondad. Si yo quiero ser libre
en la vida, la esencia de la libertad es la felicidad, pero también es el
coraje y las ganas de decir “yo puedo transformarme, aunque meta mil veces la
pata en mi vida”.
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